jueves, 12 de julio de 2007

Times

No es una quimera el hacer viajes a través del tiempo. Hay tipos de letra que lo han hecho y que a pesar de que por azar lo llevan escrito en su nombre muchos no nos hemos dado cuenta. Se vistieron un poco retocando sus “remates” -“serifs” para que los nuevos me entiendan, sus “gracias” para que lo hagan los viejos- y aunque así parecen modernas, y lo son, vienen en realidad desde la antigua Roma. Puede leerse el nombre de Agripa en el frontispicio del Panteón que construyó el emperador Adriano en el primer siglo de nuestra era en la capital eterna ¡escrito con letra Times! En mayúsculas, claro, quiero decir en caja alta.

Hace casi diez años, Ediciones del Bronce publicó los “Principios Fundamentales de la Tipografía” de Stanley Morison (sí, con una erre). Estos principios de obligada lectura son el artículo que comenzó a incluir la Encyclopaedia Britanica en Londres y Chicago en 1929 en la entrada de “tipografía”, y que sigue haciendo hasta el día de hoy. “La tipografía puede definirse como el arte de disponer correctamente el material de imprimir de acuerdo con un propósito específico: el de colocar las letras, repartir el espacio y organizar los tipos con vistas a prestar al lector la máxima ayuda para la comprensión del texto. La tipografía es el medio eficaz para conseguir un fin esencialmente utilitario y sólo accidentalmente estético, ya que el goce visual de las formas constituye rara vez la aspiración principal del lector”, comienzan de manera incontestable estos principios, un texto que se ha convertido en clásico. Pero lo realmente interesante del libro, al menos para mí, es la introducción de Josep M. Pujol sobre la época, la persona y los hechos de Mr. Morison. Porque este inglés, entre otras muchas cosas, fue el creador, dirigiendo al dibujante Victor Lardent, del que posiblemente sea el tipo de letra más famoso y de mayor éxito de todos los tiempos: el Times New Roman.
Los hay tan ingenuos que, encantados de conocerse, piensan que llevan a cabo algo novedoso encargando el rediseño de un periódico. Incluso hay directores mediocres que es lo primero que hacen al tomar posesión de su cargo, un nuevo diseño sin plantearse nada sobre los contenidos. En fin. El lunes 3 de octubre de 1932, The Times de Londres salía a la calle totalmente remodelado de la mano de Stanley Morison, con nueva maquetación y un nuevo tipo de letra, la nueva romana del Times, una evolución de la Plantin. Y hasta ahora (no es exactamente la misma, en 1972 se modificó y la actual se denomina Times Europa, un retoque). Y en periódicos de todo el mundo (El País y el primer diseño de El Mundo, por poner dos ejemplos cercanos, aunque se pueden poner... no sé, ¿cientos?, no sólo de periódicos y revistas, sino de libros e incluso de aplicaciones informáticas -Monotype produjo una versión para Microsoft que se incluye en Windows- y hasta en todos los documentos oficiales de los Estados Unidos desde 2004). ¿Qué había logrado aquel excéntrico inglés vestido siempre de negro (cuenta Pujol que vestía totalmente de negro, hasta la cadena del reloj)? ¿Ponerle un bombín a las letras de César para que fueran modernas, originales e inglesas en uno de los símbolos más británicos como es The Times? Parece ser que no. Lo que hizo fue buscar el más legible de cuantos tipos habían existido y existían para hacerlo más legible aún. Porque las letras, más que adornos, existen y viajan en el tiempo, en el times en este caso, para que las leamos.

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