miércoles, 26 de septiembre de 2007

El nacimiento de un periódico


Hay pocas cosas bellas en la vida... No, hay muchas cosas bellas en la vida, ¿o no son tantas? Bueno, vale, no sé si son muchas o pocas, pero una de ellas, sin lugar a la más mínima duda, esto sí que sí, es el nacimiento de un periódico. Y hoy ha nacido uno. Aquí al ladito, en nuestra misma ciudad que como muchos ya sabéis es Madrid y para quienes no lo saben pues ya os lo decimos. Como también muchos sabéis, y a los que no os lo contamos, se llama Público este recién nacido, lágrimas de tintas de colores tras los cachetes de la rotativa. Lágrimas también, seguro, de los afortunados miembros de este nuevo periódico porque participar en ello es realmente emocionante. Lo sé. Lo viví. Y no lo olvido.


Hacer un número 0, desde cero, es una labor que no parece difícil hasta que uno, un equipo vamos, la acomete. Entonces, a los pocos días de no lograr prácticamente nada, o al menos nada que parezca tangible, es cuando se empieza a temer que aquello resultará imposible. Los días que restan hasta la fecha de salida fijada, que nos parecieron excesivos en principio ahora son pocos, tan pocos, y pasan tan deprisa como despacio se van creando páginas en los ordenadores, cuando quieren funcionar. ¡Cuando quiera funcionar algo, joder! Nos ponemos nerviosos y hacemos así que el tiempo, nervioso por contagio, corra más.
El primer número 0 es un desastre. Algunos le perdonan todos sus errores y otros no le pasan una. Hay quien se asusta del enorme esfuerzo que supone el haberlo hecho, un número, y en que nadie a su alrededor quiera entender que ¡cada día! hay que hacer otro. Cada nuevo número 0 es otro desastre y por eso todos los nervios, la prisa, el desaliento, el trabajo, el esfuerzo y la ilusión se destilan en lágrimas emocionadas cuando de la rotativa empiezan a salir, colgados, los ejemplares de lo que parecía imposible: el primer número de un periódico. No puedo describirlo, de verdad, y nunca el tópico fue tan cierto como ahora cuando decimos que hay que vivirlo, hay que estar ahí. Ayer por la noche, ya muy tarde, sobre las dos de la madrugada, vimos la cara de alguno de los implicados cuando nos trajeron de su propia mano los primeros ejemplares, y aunque algunos son de este tipo de gente a los que conociendo hace años parece que les cuesta hasta saludarte, ayer, vestidos de traje y fiesta, incluso me abrazaron. Hay que vivirlo, decíamos, hay que estar ahí.


Por eso ahora no nos va a importar su línea editorial (aunque parece evidente la necesidad de que haya también algún periódico de izquierdas) ni su diseño (también nos van haciendo falta maquetas nuevas en vena), ni todo lo que dentro de poco sí nos va a importar y analizaremos. Este primer número está hecho con bastante "nevera", con artículos elaborados y ya preparados porque es evidente que un primer número sea así y, por lo tanto, todavía no tenemos un periódico, un diario. Hay que esperar a que lo estén haciendo cada día, a que lleve principalmente noticias del día, maquetadas ese mismo día, y remaquetadas una y otra vez como os contamos que suele suceder con las páginas de un periódico para poder juzgarlo de verdad. Ahora es sólo la emoción de un nacimiento, tanta, que sólo puedo dar la enhorabuena, corroído por la envidia... bueno, en realidad sin envidia alguna, ¿o sí, con algo de envidia?, no sé, con envidia o sin ella decía que damos la enhorabuena de todo corazón, ¿todo?, sí, a nuestros compañeros del recién nacido Público.


Nos vamos a Estepona

Bueno, se van, porque uno se queda aquí, solito en la base central de operaciones, jodido pero contento ¿no? (Rubén también se queda, pero de momento no le tengo a mano por causas profesionales.)
Encajabaja envía dos ilustres corresponsables, Luis Blasco y Javier Vidal, a la Quinta Cumbre Mundial de Diseño que se celebra en Estepona (Málaga) mañana y pasado (27 y 28 de septiembre de 2007). La presencia del equipo de encajabaja en la Cumbre nos permitirá cubrir el acontecimiento prácticamente en directo con crónicas e imágenes todos los días. Estaréis informados con un sólo click.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Anoche corrí al Vips, pero a la 01:00 no había llegado. Esta mañana estaba el primero en el kiosco, pero no sabían nada. Por fin, a las 09:30 tenía un ejemplar de Público. Y sí, es algo emocionante y que provoca envidia sana. Ya llegará el tiempo de la crítica, porque ha de venir. Ahora lo importante, como en esos equipos que ascienden de categoría, es hilar bien la lana para crear un traje con larga vida. Suerte.

PD: ¿Cómo fue vuestra puesta de largo? ¿Hubo números cero?

Mario Benito dijo...

Siempre hay números cero y siempre suele ser parecido, tal y como contamos en el artículo. Los periódicos a los que nos referimos en él son los desaparecidos El Sol y La Información de Madrid. Quienes formamos encajabaja no estuvimos en lo que tú llamas puesta de largo del periódico en el que trabajamos ahora, pero sabemos que sí hubo números cero y que alguien pensó entonces que se podía hacer con un sólo maquetador "porque todo lo hacen los ordenadores". Con eso lo digo todo