viernes, 29 de febrero de 2008

Reflexiones sobre la campaña electoral

La campaña electoral española llega también hasta nuestro blog, puesto que no sólo de diseño vive el hombre y a fin de cuentas tratamos sobre la prensa, que para nosotros es, más que el tópico cuarto poder, un contrapoder. Y en ese sentido escribe el invitado de hoy, a quien por supuesto hemos considerado mejor opción para esta sección que un nuevo cara a cara entre Zapatero y Rajoy. Para encajabaja es todo un honor poner sus píxeles como soporte a las ideas del periodista, perdón Periodista, que hoy os presentamos.


Pedro García Cuartango es uno de los más lúcidos, cultos e interesantes periodistas de la prensa española. Es el editorialista del diario El Mundo, Subdirector y responsable del área de opinión y autor de columnas en las que escribe sobre la actualidad desde un punto de vista casi siempre distinto, unas veces desde la filosofía, otras desde la literatura, la historia, la sociología, analizando incluso a Dios en sus artículos de opinión, pero siendo él siempre. Imprescindible su serie de los sábados "Vidas paralelas".

Nacido en Miranda de Ebro (Burgos), lleva toda la vida ligado al periodismo y ha pasado por el desaparecido El Sol, donde ocupó el sillón de subdirector, por Diario 16 (redactor jefe) y El Globo y Cinco Días, donde ejerció labores de redactor. También formó parte de la Asociación de Periodistas Económicos como secretario entre 1992 y 1996. Actualmente, cuenta con 52 años, está casado y tiene cuatro hijas.


Reflexiones sobre la campaña

No encuentro mejor corroboración de la filosofía de Spinoza que el lamentable espectáculo de los partidos en esta campaña electoral, que confirma su tesis de la engañosa pluralidad de la realidad. Lo que se muestra como distinto y opuesto no es más que reflejo de lo uno y lo mismo.

Lo mismo, la pura repetición es el rasgo esencial de esta campaña electoral, en la que brilla por su ausencia el más mínimo debate ideológico sobre las grandes cuestiones como el papel del Estado en la economía, el modelo educativo o la regeneración de la vida política. No era esperable tal milagro y, por ello, no me siento frustrado.

El reciente debate entre Zapatero y Rajoy sólo ha servido para corroborar los peores tics de la política española, en la que el cainismo ha desplazado al debate ideológico.

Los partidos se han embarcado en una carrera de promesas electorales, demagogia, descalificaciones al adversario e insultos a la inteligencia que hasta el propio José Blanco ha tenido que reconocer que son excesos propios de estas fechas, que pasarán después de las elecciones.

No entiendo por qué una campaña tiene que suponer una agresión al sentido común, pero acepto que es un ritual inevitable en una democracia y me resigno a pagar ese peaje.

Pero lo que peor llevo, y perdone el lector que insista, es la banalidad de las propuestas de los partidos, que ni siquiera se han molestado en hacer unos planteamientos medianamente originales y atractivos para el electorado.

Me parece desolador que Gaspar Llamazares haya aparecido en un video –que luego ha tenido que retirar— quemando un retrato de la familia real, imagen que supone uno de los mejores alegatos en favor de la monarquía que recuerdo.

Igual muestra de impotencia me parece el cartel del PSC en el que muestra a Rajoy, Acebes y Zaplana como los matones de Reservoir Dogs. ¿Es que no hay otros argumentos para criticarles?

Y me resulta igualmente rechazable la caricatura que hace el PP de Zapatero, al que se le parodia como si fuera tonto cuando no se le presenta como un malvado. Lo único que va a favorecer esta estrategia es la movilización del voto socialista.

Todos estos modos aparentemente diversos no hacen sino reflejar la profunda unidimensionalidad de la política española, aquejada de una crispación que acalla cualquier debate ideológico.

Volviendo a Spinoza, la engañosa pluralidad de los seres no es más que la manifestación de una sustancia infinita, definida como causa de sí misma. Nada existe fuera de la sustancia, como nada existe fuera de la eterna repetición del discurso de los líderes políticos.

La imagen de los partidos es la de un inmenso engranaje que se autoalimenta y que tritura a quien se interpone en su mecanismo, como le ha sucedido a Rosa Díez o a los fundadores de Ciudadanos de Cataluña.

Casi me da vergüenza escribir estos tópicos, pero, como decía Brecht, desgraciados tiempos en los que hay que proclamar lo evidente. Ahora y aquí, lo evidente suena sencillamente a increíble.

jueves, 28 de febrero de 2008

Un hombre leyendo el periódico

En medio de muchos que corren. Un hombre leyendo el periódico en el centro de la imagen rodeado de figuras desdibujadas por la prisa, todas movidas menos él porque tal vez la velocidad lenta del obturador ha buscado una metáfora visual de la deshumanización, la de muchos, casi todos a esa hora temprana que se divisa al fondo en un reloj de la estación de tren india de Mumbai, Bombay para nosotros.


Tenéis que confiar en lo que os cuento porque soy consciente de la nula calidad de la toma, la lente (no los tan socorridos megapíxeles) de la cámara de mi teléfono móvil no da para más. Auque podéis verla en la web de la Agencia Magnum. O acercaros hasta la Casa Asia en Madrid, un poco más arriba del Palacio de las Cortes, en la misma carrera de San Jerónimo, para disfrutar allí de las emocionantes imágenes de Raghu Rai, el más grande de los fotógrafos de prensa indios.
Y encontrar las manos de su hijo entrelazadas a las de su padre (el hijo y el padre de Rai); gente; las terribles fotografías suyas sobre la tragedia de Bhopal que dieron la vuelta al mundo viajando en periódicos; gente; reflejos; la madre Teresa e Indira Gandhi; gente y atmósferas; toda la India real y libre de tópicos en multitud de formatos, a veces con encuadres extremos en vertical o en horizontal que no hacen sino alimentar la fuerza de estos documentos gráficos, periodismo y arte, que abarcan todo lo que ha sido la India desde 1964 hasta 2007.

Raghu Rai nació en 1942 en una zona de la India que hoy la política y la intolerancia religiosa han decidido que se llame Pakistán. Ha trabajado en periódicos y revistas de su país, es el único fotógrafo indio que forma parte de la Agencia Magnum desde 1979, autor de una veintena de libros, ganador en tres ocasiones del World Press Photo, elegido en 1993 Fotógrafo del Año en Estados Unidos... en fin, pero lo mejor son las imágenes. No obstante, estos datos, bueno muchos más, junto con todas las fotografías expuestas en Madrid y Barcelona (porque la exposición se divide en sus trabajos en blanco y negro presentados en Madrid y su obra en color expuesta en Barcelona, aproximadamente unas cincuenta imágenes en cada sede) se pueden consultar y descargar desde la Casa Asia, que pone a disposición de todos, GRATUITAMENTE, así como la entrada a la exposición (hasta el día 27 de abril), GRATIS, igualito, igualito que hacen los organismos públicos culturales como ya os comentábamos que cobran por entrar, por toser, no, por toser te regañan, por sus postales y souvernirs, y no te cobran los folletitos y la información porque no te lo suelen proporcionar.



Camino sobrecogido entre las salas de la exposición, completamente solo, y asombrado descubro que las espectaculares reproducciones a gran formato están hechas con impresoras de chorro de tinta (¡Ay de la fotografía tradicional, que se nos van del todo las copias en papel fotográfico proyectando luz!) con una calidad, una profundidad en los negros, una gama de grises, unos blancos luminosos... y me detengo un instante ante una de las más hermosas y certeras metáforas sobre lo que significa hoy leer un periódico. Uno entre muchos, una persona con rostro, alguien que se detiene un momento entre la prisa de todos para leer. Gracias, Rai.

martes, 26 de febrero de 2008

Así se fraguó la portada ganadora
de la Medalla de Plata SND

Rodrigo Sánchez, responsable de Metrópoli, nos cuenta cómo fue el proceso creativo de la portada que ha resultado ganadora de la Medalla de Plata de la SND, el premio español más destacado de la última edición de The Best Newspaper Design, (aunque no el único de Metrópoli). Una edición en la que los periódicos españoles no han destacado tanto como nos tenían acostumbrados.




"La verdad es que con un dibujo como el de Raúl Arias la mitad de la portada ya estaba resuelta.

Parir una portada implica dedicar más tiempo al antes que al después. Muchas medias horas de conversación con unos y con otros, de dentro y de fuera de la redacción. Al final, tras largos debates telefónicos sobre estilos gráficos, terminaciones pictóricas, planos, volúmenes etc., te encuentras en manos del verdadero artífice del aspecto final, el autor de la ilustración.

Por mucho que se haya debatido previamente nunca hay dos dibujos de un mismo autor con estilo idéntico. La portada ha de amoldarse al estilo y al encuadre del dibujo. Los resultados siempre difieren de lo hablado por la propia mecánica del trabajo, el tema a tratar y, por supuesto, el estado anímico del ejecutor.

Cuando por fin llega la ilustración final, tras bocetos y demás consultas entre las partes, es el momento de encajarla según las pautas de la revista y, es en ese momento, cuando todos los elementos de la página han de servir a ese dibujo. Todo ha de girar en torno a él. A veces apoyándole, a veces remarcándole, a veces evitándole e incluso cubriéndole.

No necesariamente hay que despejar el dibujo. Un dibujo en portada no implica necesariamente que sea una voz solista. Una portada no es una galería, no es un museo. Nadie tiene que ganar, ni el diseñador ni el ilustrador. Tiene que ganar la propia portada. Todos trabajamos con el mismo
objetivo. Hacer lo más atractiva posible la página más importante de cualquier publicación, su portada.

En este caso el ángulo de horizonte del dibujo nos marca la inclinación del titular. El primerísimo plano del cocainómano nos permite colocar el texto sobre su cara sin poner en peligro la visibilidad del rostro y ,además, usamos la cabecera como parte del lienzo de la ilustración. De esta forma verticalizamos la superficie de la portada y ganamos en profundidad de plano. De esta manera lienzo, dibujo y cabecera se convierten en una única superficie en la que poder trabajar con la tipografía, incluso invadiendo la mancheta de Metrópoli con el titular.

La elección de la tipografía varía en función de la textura y el trazo del dibujante. En este caso se trata de SURFACE una tipografía sans serif rota por efecto de fotocopia. Los colores son elegidos por sintonía con tonos de la ilustración."

lunes, 25 de febrero de 2008

Diseñario (VI)

Nueva entrega del Diseñario elaborado por el comité de expertos en exclusiva para encajabaja, obra irreverente, colectiva y abierta a la participación de cuantos quieran aportar ideas a través de comentarios o de nuestro correo electrónico.




Cintillo. Es el elemento que unifica un tema cuando su desarrollo exige más de una página. Se trata de un enunciado breve que enmarca la información del resto de las piezas de la página. Es decir, es un elemento que contribuye a la unidad de la información. Su función informativa es la de situar el contexto de la información al lector a través de varias páginas durante la sección. Y ya está, no tiene otra función. Al igual que un antetítulo no es una data, un cintillo no es un antetítulo, por mucho que algunos esforzados redactores se empeñen. Tiene la peculiaridad de que si no se ha colocado al comienzo, por olvido, y se necesita incorporar cuando el resto de los elementos ya están editados, el fastidio es total porque el cintillo se sitúa en la parte superior de la página, justo debajo del folio, y es necesario bajar todos los elementos ya colocados ("ponme un cintillo que se nos ha olvidado", suele ser, pues, una operación... delicada).

Color. Es un invento de la naturaleza en complicidad con nuestra mente para hacernos creer que el mundo en el que vivimos es más bonito de lo que en realidad es. Al parecer, a los perros no les hacen falta estos efectos especiales para ser felices. De la misma manera, es un invento de las artes gráficas, no tan reciente como se cree (el ABC imprimió páginas en color en 1930. "Sin embargo, Abc no es el primer periódico diario español en color. El Imparcial de finales de 1893 en su suplemento literario Los Lunes de El Imparcial, es la primera muestra de lo que se puede considerar color en los rotativos españoles. Pero esta experiencia asilada, al igual que la que ofreció La Correspondencia en 1894, no puede ocultar el esfuerzo de un diario como ABC que, en 1930, consigue reproducir en sus páginas la sensación de color total. Torcuato Luca de Tena había muerto un año antes y no pudo ver realizadas sus pretensiones", como nos enseña el maestro de periodistas Pedro Pérez Cuadrado en su serie de artículos sobre el ABC publicados en Visualmente) y es un invento de las artes gráficas, decíamos, para que también parezcan más bonitos los periódicos.
Podríamos hablar aquí del fenómeno físico del color; de colores primarios y secundarios; de la diferencia entre el sistema sustractivo del color (CMYK) que emplean las rotativas frente al aditivo (RGB) de las pantallas; de las teorías sobre colores cálidos o fríos y sus efectos psicológicos; de las llamadas y los puntos de interés que destacan en las páginas; de paletas de colores y la rueda cromática y espectros; del color de tus ojos, distinto de noche de cuando reflejan la luz del sol, y hasta de los colores del arco iris. Podríamos hablar de todo esto, decíamos, pero no queremos. Nos limitaremos a reseñar que el color ha cumplido desde hace unos 20 años una función muy importante en las redacciones de los periódicos: servir como tema central de discusión sobre si la prensa debía imprimirse en el clásico blanco y negro o pasarse al color. Los defensores del blanco y negro, y todavía queda algún nostálgico, esgrimían y esgrimen como argumentos a su favor la seriedad de los grises, su elegancia, el clasicismo, y vaguedades de este estilo, frente a los entusiastas defensores del impacto, la fuerza, el dinamismo, el artistismo y lo modernitos que somos vestidos de colores.
Al final se ha impuesto el color, evidentemente, por la sencilla razón de que el periodismo quiere contar y reflejar la realidad, y la realidad es en color. Las exigencias de los anunciantes para que se imprimiese su publicidad en color, pagando bastante más por ella, también ha sido de gran ayuda para este maravilloso efecto óptico que enriquece tanto a la prensa como al mundo en general de los seres humanos, en comparación, por ejemplo, con el de los perros.

Columna. Es la forma que adopta el texto sobre el papel en todos los impresos. Incluso en los que parece que no es así se están utilizando una o varias columnas, modificadas de la manera más extravagante que se pueda imaginar, pero columnas serán. A pesar de aspiraciones más o menos artísticas para diseñar un periódico sin columnas todavía no se ha logrado, y nuestros diarios tienen, por lo general, cuatro columnas (el ABC anterior a los últimos cambios y recambios ya que ahora comprime cinco columnas en un espacio en el que realmente no caben); cinco columnas (El País, El Mundo, La Vanguardia... la inmensa mayoría de los diarios en formato tabloide); o incluso seis columnas (como está maquetado El Público no sabemos muy bien por qué, si por diferenciarse o para que se lean más rápido esas columnitas tan estrechas, un poco como le sucede a ABC). Los periódicos en formato sábana, principalmente en la prensa anglosajona, al ser más grandes tienen entre seis y ocho columnas.
El tamaño de la columna influye directamente en la velocidad de lectura de la misma, o en el efecto psicológico de creer que se está leyendo más deprisa o más despacio. Según esta teoría que cualquiera puede llevar a la práctica, las columnas anchas conllevan una lectura reposada y por eso se emplean en la literatura y en la mayor parte de los libros, mientras que columnas estrechas implican una lectura rápida, de ahí su utilización en periódicos y revistas para conseguir la velocidad que se le supone al lenguaje periodístico. Incluso dentro del periódico suele ser frecuente utilizar columnas más anchas (que se denominan falsas por ser distintas a las de la rejilla base) en los artículos de opinión, cuya lectura se supone más reflexiva.
Parece evidente suponer que su nombre viene de su similitud con la columna arquitectónica porque no nos atreveríamos a pensar que fuera al contrario, que se hubiera maquetado el Partenón a ocho columnas, a dos las Columnas de Hércules, o a una la de Trajano. Columna también es el nombre que se da a un artículo periodístico de opinión, normalmente de periodicidad fija y longitud pequeña o mediana (inferior a media página), y columnista es quien la escribe, no quien las edifica. Hay quien confunde columna con pedestal, tal vez porque es otro término arquitectónico, y desde allí subido las escribe, pero suelen ser las menos interesantes.

Comunicación. Principio y fin. Disciplina de la ciencias humanas y sociales. Acto humano intencionado para intercambiar información. Palabra muy del gusto de gurús, asesores y consultores. Asignatura universitaria inventada en base al sencillo esquema de emisor, mensaje, canal, código, receptor. Esta sencilla fórmula, créanme, puede llegar a complicarse, retorcerse y llenarse de paja hasta convertirse incluso en voluminosos textos de indigestas páginas, sobre todo si están firmadas por el insigne Manuel Martín Serrano ("La producción social de comunicación", 1986, por ejemplo), catedrático de la Complutense que llega a lamentar en la introducción de uno de sus infames ladrillos el que no haya "espacios intelectuales vírgenes para los investigadores" del siglo XX (que estén ya todas las materias inventadas, en román paladino vamos) motivo por el cual, ni corto ni perezoso, se inventa toda una disciplina de "pe" a "pa" con el susodicho esquema como único cuerpo doctrinal al que se ve obligado a complicar hasta extremos obsesivos, si no peligrosos. Y es que no hace falta, de verdad, todo el mundo sabe de manera intuitiva lo que es comunicación sin necesidad de tener que definirla (la definición creo que era todo un trimestre de la asignatura); pero en caso de estar muy necesitados nosotros proponemos que comunicación es la ciencia y el efecto de comunicar o comunicarse, hacer saber a alguien cierta cosa, de manera recíproca cuando hablamos de comunicarse. Y es que María Moliner no necesitó inventar disciplina alguna para tener altura intelectual, algo que por otra parte tampoco buscó. Se trata de saber cómo se llaman las cosas, y llamar a las cosas por su nombre.

Confeccionador. Sinónimo de maquetador (véase, por tanto, maquetador). En España es un término en desuso en cuanto a las artes gráficas y a la prensa se refiere, y más parece un vocablo relacionado con el ramo textil. No se utiliza en ningún periódico, al menos de los que nosotros conocemos, pero siempre puede haber alguna publicación que se haya quedado aislada en lo alto de un monte desde hace décadas que aún lo mantenga. En el nuestro hay algún redactor jefe que nos ha llamado así, "¿hay algún confeccionador libre?" e incluso le hemos oído "necesito un diagramador" (otro sinónimo de maquetador en desuso), pero hay que conocer al periodista en cuestión para entenderlo.
En Latinoamérica, al contrario, siguen manteniendo esta denominación de confeccionador. Aquí somos maquetadores, pero si confeccionar es hacer, entonces no cabe duda de que confeccionadores somos, porque lo que no admite dudas es que las páginas las hacemos nosotros. En definitiva, que un maquetador hace las maquetas de las páginas (pinta las páginas, se dice), y un confeccionador no hace confecciones, hace maquetas también.

Entregas anteriores del Diseñario:
Diseñario (I): aire-anuncio.
Diseñario (II): apoyo-artistas.
Diseñario (III): bandera-blancos.
Diseñario (IV): blog-caja.
Diseñario (V): cajista-cícero.

jueves, 21 de febrero de 2008

Los diez mandamientos de todo rediseño

Nueva entrega de Firmas en Caja Alta. En esta ocasión, Miguel Buckenmeyer nos ofrece una serie de diez artículos en los que desgranará los diez mandamientos que un diseñador tiene que tener en cuenta a la hora de llevar a cabo el rediseño de una publicación.



Miguel Buckenmeyer es diseñador y un especialista en comunicaciones enfocado en el diseño de periódicos, revistas e información relativa al mundo de los negocios. Recientemente Miguel fue el creativo y el director de arte detrás de El Economista, el diario económico español que fue nombrado uno de los periódicos mejor diseñados del mundo por la Society of News Design en 2006. Miguel ha trabajado para periódicos y revistas internacionalmente reconocidos como el Washington Post y El Mundo Magazine. También ha participado en la creación de prototipos editoriales y en proyectos de rediseño en Estados Unidos, Francia, Méjico, Portugal, España y Venezuela. Su trabajo ha ganado varios galardones y ha aparecido en las publicaciones de la Society of News Design, la Society of Publication Designers y el Type Directors Club. Miguel está licenciado en Ciencias Políticas por la universidad de California, y tiene un Master en Relaciones Internacionales por la universidad de Georgetown. Su página web es www.miguelbuckenmeyer.com

Los diez mandamientos para rediseñar
un medio de comunicación (I)


Un diseñador gráfico de medios impresos como yo hablando de los diez mandamientos del diseño periodístico en la era de Internet me recuerda a la comedia de 1981 de Mel Brooks, “La Loca Historia del Mundo”, Parte Uno. En una escena de la película, Moisés baja del monte Sinaí después de hablar con Dios, quien le había concedido tres tablas de piedra en las cuales estaban escritos los sagrados mandamientos según los cuales los israelitas tenían que orientar sus vidas. Moisés mira al pueblo de Israel, levanta las tres tablas y comienza a explicarles el don de los mandamientos que Dios les había dado: “El Señor, el Señor Jehová nos ha concedido estos 15 mandamientos …” En ese momento, una de las tres tablas se le escapa de las manos, se cae al suelo y se rompe en pedacitos. Entonces Moisés mira el suelo, luego sube la cabeza y mira al pueblo y continua: “…estos 10, sí 10 mandamientos que todos tenemos que obedecer.”

Seguramente hay más de diez reglas universales de diseño periodístico, organización de la información o estética visual aplicada a la transmisión periódica de noticias que las que ahora expongo en esta modesta serie. Estos principios no se incluyen, bien porque los ignoro (Dios no me los ha revelado) o porque no se me ocurren en este momento (Dios me los ha enseñado pero se me han olvidado) o bien por que no controlo otros campos como el diseño de medios interactivos (Dios no me ha dado tantos dones como yo quisiera) que son tan o incluso más importantes para el futuro del periodismo que el papel. Aún así, intento resumir en 10 reglas básicas algunas lecciones que yo he aprendido (y sigo reaprendiendo) en mis 15 años de experiencia diseñando medios impresos.

Mandamiento 1. Haz los deberes, empóllate el tema y crea un concepto

La primera regla y lo fundamental es que crees un concepto o una visión de antemano de qué es lo que quieres hacer y hacia dónde quieres ir. El gran gurú norteamericano de la gestión y autoayuda en el campo de la empresa, Stephen Covey, lo llama la virtud o el hábito de “empezar con un fin en mente”. Hablando de la selección de una profesión, vocación o trabajo, Covey dice que todos tenemos que subir una escalera en la vida, pero pocos nos ponemos, antes de empezar a escalar, a pensar bien en contra que pared vamos a poner nuestra escalera.

Aplicado al diseño periodístico, esto quiere decir que tengamos los objetivos o criterios para nuestro proyecto bien definidos y que no nos dejemos llevar por el azar a la hora de empezar nuestro proyecto. Tenemos que definir las metas del proyecto y diseñar en función de ellos. Este principio es importante porque es la base tanto del proyecto editorial como del empresarial. Pequeñas desviaciones o equivocaciones en el planteamiento, o la falta de planificación, no solo pueden perjudicar a la utilidad del diseño en cuestión sino que también pueden dañar la marca de la empresa editora. Esto no quiere decir que tengas los estilos gráficos ya diseñados en la cabeza antes de que te pongas a dibujar sobre un papel en blanco o abrir un documento nuevo de QuarkXpress. Sólo quiero decir que debes tener claro las metas del proyecto y las pautas que vas a seguir.

Para poder determinar las metas y las pautas del proyecto, tienes que hacer tus deberes; tienes que hacer las investigaciones necesarias para descubrir los objetivos de la empresa además de los problemas actuales de los contenidos, navegación, etc. y así empezar a crear soluciones visuales. Además, este paso te ayudará a ti y sobre todo a la empresa. Un proyecto sin este paso previo de la investigación es puro maquillaje. El producto puede ser más o menos atractivo estéticamente, pero no se desarrolla como producto y pierde su competitividad. (Más adelante, dentro de esta serie, hablaremos en concreto del rediseño de El País).

El primer paso de todo proyecto gráfico entonces es hacer un inventario de preguntas cuyas respuestas te ayudarán a hacer un análisis sobre las necesidades de la editora y su producto. Entrevista al director, el editor, redactores individuales y repasa los resultados de encuestas a los lectores o paneles de lectores realizados por la empresa, etc. Intenta entender los hábitos, intereses y gustos del lector medio, al que la empresa editora aspira a llegar. Relacionado con eso -si no logras convencerles de alguna idea mejor-, trata de conocer bien y adaptarte a su estrategia empresarial. Las preguntas a las que te puedes enfrentar en esta primera etapa probablemente incluyan las siguientes:

• ¿Quién es el lector medio?, ¿Qué temas le interesan?, ¿Cuánto tiempo pasa leyendo o ojeando el producto?, Si es el público en general, ¿qué temas les interesan a los distintos grupos a los que va dirigido el periódico o revista?
• ¿Qué estrategia tiene la empresa editora para llegar a su público?, ¿Hay nuevas maneras o tendencias en la formar de darles información o contarles historias?
• ¿Qué tono editorial tiene o quiere tener el producto: popular, vanguardista, o clásico?, ¿Qué tipografías reflejan este tono?
• ¿En qué formato tiene que ir: Tabloide, Berliner, sábana? (esto ultimo va siendo menos relevante en los últimos años)
• ¿En qué páginas hay color: algunas, ninguna o todas?, Si hay color, tendrás que emplearlo con una paleta conforme con el tono editorial del producto. ¿Qué tonos se adecuan al lector medio: colores fuertes o suaves, mucho o poco?
• Cual es la historia de la empresa editora y su producto?, ¿Qué contenidos funcionan bien, cúales no?, ¿Cúales se pueden mejorar con un poco de esfuerzo?
• Si es un producto regional, local o relacionado con un sitio determinado, ¿cuáles son sus historias y tradiciones por si hay una manera de incorporarlas en el proyecto?

Una vez contestadas preguntas como estas, tendrás las pautas que orientarán el proyecto. Con esto, podrás ayudar al editor y al director a concebir nuevos contenidos, organizar la información y desarrollar los estilos gráficos.

Por ejemplo, si es un diario gratuito que llega a un público generalista, quizás seleccionarías un código de colores primarios y vivos para cada sección como hace el ADN, Metro y LondonPaper. Al contrario, si la empresa editora de un gratuito decide que quiere hablar a un público de “alto standing” (y más poder adquisitivo), entonces podrías elegir, colores más sutiles. Este es el caso del gratuito holandés “DAG” que lanzó un rediseño de la portada en febrero de 2008.


DAG antes (izd.) y después (dcha.)


Caso práctico: National Post (Canada)

Portada del National Post

Planteamiento inicial: “Hacer lo que no hacía nadie” era el concepto inicial de la empresa editora y de la diseñadora del proyecto, Lucie Lacava. Creando el prototipo del “National Post”, diario que fue lanzado en 1998, Lacava tuvo que crear una maqueta que no compitiese con las otras 28 cabeceras de la editora Southham y que fuese diferente a los principales competidores nacionales como el “Globe and Mail” y el “Toronto Star”.

Tipografía: Según Lacava, la mayoría de los periódicos norteamericanos generalistas entonces titulaban con una tipografía serif. Ella convenció a los directores de ir a contracorriente y usar una letra san serif para los titulares principales. Investigando revistas antiguas de moda encontró una tipografía ideal y encargó al tipógrafo Americano, Jim Parkinson la creación de un alfabeto contemporáneo y digital completo que -con algunas modificaciones y añadiendo distintas anchuras- más tarde se llamaría “Richmond”. La versión condensada de la eventual Richmond se usó para los titulares principales (que van en caja alta en la portada) y para los titulares de informaciones (que van verticalmente a una columna).


Richmond Condensed Bold specimen

El palo seco se complementó con la Miller Display, la preciosa y versátil Scotch Roman dibujado por Matthew Carter en 1997. La Miller se usa para los titulares de informaciones secundarias que van en horizontal a más de una columna y para titulares de reportajes especiales. Para la cabecera del periódico y de cada cuadernillo, Parkinson adaptó la Miller, creando una versión comprimida y estirando los serifs latinos.


Miller Display Roman specimen


Portada del National Post


Muestra de la Richmond Bold Condensed en el National Post

Retícula: Conforme con la meta de no parecerse a otros periódicos de su día, Lacava rompió con una tendencia entonces y todavía muy establecida, la de la maquetación modular. Basado en una retícula de 6 columnas, el Post conserva una maquetación ligeramente clásico y parecida a la del New York Times o Wall Street Journal, el cual permite que algunas informaciones irrumpen en los módulos o rectángulos de otras informaciones no relacionadas. La mayoría de las páginas tienen en su parte superior un friso horizontal de breves u otras informaciones que sirve para anclar y contrastar la maquetación antimodular por abajo.

Muestra de la Miller Display en el National Post

Cabe destacar que el National Post hizo un semirediseño en septiembre de 2007 actualizando la cabecera y aperturas de los cuadernillos poniéndolos en vertical y sobre fondos de color (la imagen de la portada es posterior al rediseño). El cambio más notable has sido la colocación de la cabecera del periódico y de cada cuadernillo en una posición vertical en cada página en vez de horizontal. También han ampliado el tamaño del cuerpo de texto y su interlineado. Finalmente, han mejorado la legibilidad y aumentado el número de destacados y infografía según el director del periódico Douglas Kelly. Para ver más imágenes de los prototipos, visite este link.

Portada antes (dcha.) y después del rediseño (izqda.)

miércoles, 20 de febrero de 2008

Ya es mala suerte...

Todos conocemos el tipo de portada póster de Público. Hay días que están más acertados y otros que no, la verdad. Eso nos pasa a todos. Si está bien resuelta no me parece mala solución. Lo malo es cuando no queda bien (muchas contras de Público no han sido la verdad brillantes) .La de hoy no es que sea especialmente mala... si no fuera porque a La Razón (otro insigne representante de la portada póster) se le ha ocurrido hacer algo muy parecido. Misma idea, misma foto... vamos, la misma portada. ¡Igualita! Quítale un par de sumarios y las cabeceras y son tal cual. El espectáculo hoy en los quioscos era curiosísimo. Porque ver dos periódicos nacionales con casi un clon de portada es algo muy poco habitual. En la prensa deportiva pasa, a veces tan a menudo que cualquiera diría que se ponen de acuerdo para confeccionarla. Pero yo no recuerdo un caso igual en mucho tiempo en un periódico de información general.



La cosa no deja de tener su gracia. Público y La Razón, extremos opuestos del panorama informativo español, hermanados por una ¿brillante? idea portadil. Ya es mala suerte, dirán algunos. El caso es que me imagino a ese pobre lector de La Razón comprando Público por error y dándole un patatús al ojearlo en casa. O viceversa. Si es que cada vez es más difícil aclararse de por donde van los tiros en la prensa...

Programa definitivo para las Jornadas de Fotoperiodismo

Nuestros amigos del CEU nos mandan el programa definitivo de las Jornadas de Fotoperiodismo, centradas este año en el mundo de la moda y que tendrán lugar los días 4, 5 y 6 de marzo.


Podéis descargar el programa completo pinchando aquí.

martes, 19 de febrero de 2008

El 'tres-dos', ese gran desconocido

Hoy, vamos a hablar de ese gran desconocido, el título a tres (a tres columnas, se entiende). ¿Por qué esta forma de titular una noticia está infrautilizada? ¿Por qué siempre triunfa el discreto título a una, el estándar a dos, el correcto título a cuatro o el espectacular a cinco?

Vayamos por partes, que diría Jack 'The ripper'. Cuando nos enfrentamos a la temida página en blanco, realmente no está tan en blanco como podríamos hacer creer. En un periódico, una página tiene límites de ancho y de alto. De los de alto, ya hablaremos otro día. Ahora nos interesa la parte horizontal de la página, el ancho.

La mayoría de periódicos que se publican en España tienen cinco columnas de texto ocupando la extensión horizontal de una página. El pasillito blanco que queda entre el texto y la nada sería el margen. Cuanto titulamos una noticia, tenemos que valorar su importancia, su extensión de texto y las fotos que va a llevar; por ejemplo, durante la guerra del Golfo la apertura de internacional siempre se titulaba a cinco columnas, con dos líneas de texto, una gran foto de la batalla y algún apoyo u opinión, amén de algún gráfico que localizara la zona. Las siguientes páginas alternaban los títulos a dos columnas con los títulos a cuatro. Los de dos columnas son muy prácticos cuando tienes fotos muy verticales y te permiten titular al lado de la foto. Los de cuatro son más versátiles y nos permiten poner una foto horizontal o una vertical. Con estas dos fórmulas existen innumerables combinaciones en la colocación de fotos, texto, gráficos, apoyos y demás elementos informativos y nos desviaría de nuestro principal objetivo, el título a tres.

Cuando titulamos a tres es porque no nos queda más remedio. Es tal el guirigay de elementos informativos que te obliga a hacer una página denominada 'un tres-dos'. Una página en la que no hay nada que mande, o sea ninguna noticia destaca por encima de las demás que es una de las premisas básicas. Hace unos días apareció esta curiosa variante del 'tres-dos' en el periódico:

¿Parece rara no? Una foto de entrada con un título en helvética debajo como noticia principal, un segundo tema en Century a dos columnas y debajo una foto acompañada de un pequeño texto a una columna. Todo englobado por un cintillo que une todas las noticias en un mismo tema (precampaña electoral). Lo raro de esta página es la colocación de la foto de abajo y sobre todo que el texto que le acompaña esté a su derecha. ¿No sería más adecuado algo parecido a esto?

Esto sería lo correcto según nuestra forma de diseñar en el periódico. Pero queda más raro. Hay una mezcla de tipografías y textos que confunden la continuidad de la lectura. Lo intentamos arreglar enmarcando la parte de abajo con líneas verticales:


Bueno, vamos mejorando. Pero esa especie de zeta tumbada que parece el texto no acaba de convencernos. Volvemos a cambiar. Todo esto con los mismos elementos y la misma cantidad de texto. El redactor no va a escribir ni a cortar nada a estas horas.

Finalmente queda así. Le vamos a hacer escribir al periodista un pequeño sumario en la quinta columna... Y al final la página salió como al principio. Maldita sea.

Minutos después un redactor jefe vino con la página dos de nacional en la quería un tema grande con foto, un apoyo de reacciones, otro tema grande con un 'careto' y además un 2x2 de publicidad. Para quitarnos la frustación, esto fue lo que hicimos.



Otro 'Tres-dos', ese gran desconocido que en este número salió dos veces.

lunes, 18 de febrero de 2008

Diseñario (V)

Nueva entrega del Diseñario elaborado por el comité de expertos en exclusiva para encajabaja, obra irreverente, colectiva y abierta a la participación de cuantos quieran aportar ideas a través de comentarios o de nuestro correo electrónico.




Cajista. Se llamaba así a los antíguos oficiales de imprenta, que componían y ajustaban los textos para su impresión. Podemos decir que es la cara más técnica de nuestro trabajo. Esta faceta aún se conserva en muchos medios, la del especialista técnico, aunque la palabra cajista empieza a caer en desuso. Si tenemos en cuenta que todos los programas informáticos de maquetación e infografía trabajan con cajas, pues en alguna medida seguimos siendo cajistas, pero en puridad es un término un tanto anacrónico con el que (nos consta) algún padre se ha fustigado con su recién licenciado hijo: "Tanto estudiar una carrera...¡para acabar de cajista!"

Capitular. Es una letra de cuerpo mucho más grande que el del texto base situada al comienzo del mismo, generalmente del tamaño de dos o tres líneas. Es un adorno, y como tal se crearon para iniciar los capítulos de los libros, de ahí toman su nombre, cuando se pintaban a mano después de que al componer el texto se dejara el hueco para ellas. Los puristas señalan que el término "capitular" es incorrecto y que debe denominarse letra "inicial", pero nosotros no somos unos puristas.
También es un adorno en la prensa y no se suelen utilizar en las informaciones normales del día a día. Se reservan para suplementos, páginas especiales o artículos de opinión, especialmente de larga extensión y con firma de prestigio a los que se supone que la letra capitular les da mayor relevancia. El problema, no muy grave y algo habitual, de las capitulares en los periódicos es que sea lo único relevante del artículo que encabeza y preside, siempre algo arrogante. Cuando la capitular es una letra "Q" entonces el problema es mucho más serio porque no hay manera de evitar que su rabito penetre en las líneas de texto. "Pues algo tendréis que hacer", suele ser la manera en que los agraciados con cargo reaccionan ante este percance creyendo que al pronunciar esa frase son ellos quienes lo arreglan.

Century. Tipografía típica del movimiento neorrenacentista de finales del siglo XIX. Linn Boyd Benton la diseñó en 1894 como un nuevo tipo para el texto de la "American Periodical Century Magazine". Durante los años 1906 hasta 1909, Morris Fuller Benton amplió la familia con un gran número de versiones de esta tipografía para la fundición American Typefounders y más tarde sería tomada por las fundiciones Linotype, Intertype y Monotype. La Century Old Style es una tipografía muy legible, apropiada para casi cualquier texto. De todas las modificaciones que Benton adaptó, destaca especialmente la expanded, desarrollada cuando Ginn & Company, dedicados a publicar libros de texto, contrató a la American Type Founders para diseñar una tipografía apropiada. Para eso, Morris buscó la máxima legibilidad creando un tipo estrecho, robusto, con poco contraste y más pesado en apariencia que muchas otras tipografías similares. Se convirtió en un estándar para libros de texto, aprendiendo a leer con ella muchos niños e incluso se puede encontrar hoy en día en algunos libros de educación primaria.
La relación de la Century con nuestro día a día es muy estrecha. En el rediseño de EL MUNDO de 1998, la Century vino a sustituir a la Times New Roman como tipografía para los títulos de las informaciones secundarias de todo el periódico. Hoy, casi diez años después, todavía algún insigne redactor se empeña en pedirnos, muy serio, dos líneas de Times cuando se refiere a una información secundaria. De nada sirve que le increpemos y que al grito de "antiguo", le animemos a reciclarse: "Jodé, la Century, la Times... ¡¡Yo me entiendo!!... ¡¡Y tú también!!", suele contestar mientras se retira en franca huida.

Chapa. Es la gran amenaza cercana al cierre. Cuando la jornada expira, y se acerca paulatinamente el momento de rematar la edición, no es raro oír este ultimátum: "¡¡O me lo das ya, o te juro por mis niños que meto una chapa!!" Y se hace el silencio. Y luego alguna tímida risilla nerviosa, porque siempre hay alguien que piensa que no serán capaces. Una chapa es la solución a una página que no termina de llegar. Si hay que levantar toda una página, por falta de tiempo, recursos o diligencia de quien en ella haya intervenido, se coloca un anuncio a toda plana y asunto resuelto. O al menos, resuelto hasta que venga el jefe a cobrarse tus testículos, porque no hay chapa que no acarree revolcón jerárquico. Una chapa es algo grave, es asumir que no se ha llegado, reconocer la derrota, demostrar al mundo que no se ha sido capaz de hacer esa página. ¿Y quién lo va a notar?, pensaréis. Se nota, se nota... Porque con las prisas de última hora, y con toda la publicidad repartida por las diferentes secciones, las chapas suelen ser de autoanuncio... y un poquito de vergüenza ajena. Algo así como anunciar a toda página que mañana cambia la hora, o que existe un teléfono directo para reclamar fascículos atrasados.

Cícero. Unidad de medida tipográfica por la que se rige de manera general el trabajo en diseño. La unidad se divide en 12 puntos, y es el equivalente a 4,5126 mm en el sistema Didot. En Inglaterra, Estados Unidos, así como en gran parte de Latinoamérica la medida es la pica y, aunque también se conoce como cícero a la unidad de 12 puntos, es algo menor y equivale a 4,2177 mm. En el sistema Fournier tiene también 12 puntos pero mide 4,200 mm y en la Imprenta Real de Turín (Italia) mide 4,776 mm.
Fue un tipógrafo francés, Fournier, en 1737, quien inventó el cícero. Se basó en una letra de 11 puntos con la que se había impreso en 1469, en Venecia, las Epístolas familiares, de Cicerón. De ahí deriva el nombre de cícero.
Por otro lado el cícero representa el gran escoyo en el temario de la asignatura de diseño de todas las facultades de periodismo mundiales. Tremendos desaguisados se obtienen cuando se intentaba aplicar la "fórmula" de conversión de milímetros a cíceros (una simple regla de tres). Ya saben, matemáticas y periodismo: aceite y agua. El problema real viene cuando empiezas a trabajar y te das cuenta de que efectivamente el rollo éste del cícero se utiliza. Y te acuerdas de todos tus antepasados, por no haber prestado atención a la fórmula de conversión. Menos mal que los ordenadores acuden al rescate, convirtiéndolo automáticamente.
Como última curiosidad, el cícero se erige en nuestro mundo como un elemento de corporativismo profesional. Si cuando estás maquetando trabajas y te expresas en cíceros, los veteranos te miran con media sonrisa, asintiendo orgullosos con la cabeza: "Éste sabe lo que hace". Si, cándido e imberbe, cometes el error de expresarte en ¡milímetros! empiezas a sentir miradas inquisidoras que se clavan en tu espalda: "¡Pero este tío de dónde ha salido! ¿Qué es, grafiquero, fotero...?".

Entregas anteriores del Diseñario:
Diseñario (I): aire-anuncio.
Diseñario (II): apoyo-artistas.
Diseñario (III): bandera-blancos.
Diseñario (IV): blog-caja.

miércoles, 13 de febrero de 2008

La masificación del arte

El caso es quejarme, pienso de mí. Porque cuando hace ya unos años visitaba cualquiera de las exposiciones de arte en mi ciudad, en Madrid, recorría solitario los pasillos y llegaba a casa lamentando el poco interés de mis semejantes por la cultura y ahora, sin embargo, aborrezco la masificación de estas muestras "fundamentales" que nos ofrecen cada muy poco, cada vez más poco, para que adoremos las obras de Velázquez, de Modigliani o de Picasso entre empujones, comentarios inteligentes, el calor de los abrigos y sin salirnos de la fila que las simpáticas cuidadoras nos obligan a seguir con sus amables gruñidos, especialmente atentas las que contrata el Reina Sofía. Todo un arte encontrar empleados tan poco interesados por el arte.




Esta es la manera de entrar a la exposición sobre Picasso que acaba de abrir el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía con el título "La colección del Museo Nacional Picasso París". Lo de siempre desde hace un tiempo, desde que el arte, no, más bien desde que ir a exposiciones de artistas famosos, se puso de moda. Tan de moda que el museo parisino ha decidido hacer obras y que nosotros se las paguemos, porque mientras cierra para ampliar salas y futura venta de entradas, su colección viajará por el mundo recaudando allí donde vaya: tres millones de euros, para empezar, aporta el Reina Sofía a las obras del museo de París, y para ello, conviene vender muchos tickets también aquí, conviene que apenas puedan verse los cuadros entre la turba que atesta sus salas, aunque de instituciones públicas dedicadas a la cultura estemos hablando. Curiosamente en Madrid, son estas instituciones públicas las únicas que cobran por acceder a la cultura mientras que la mayoría de las galerías de arte, fundaciones e instituciones culturales privadas (incluida la ejemplar "Casa Encendida") ofrecen el acceso de modo gratuito. ¿Caerá algún político en la cuenta y propondrá el gratis total a la cultura en esta campaña electoral que más parece una subasta de quién ofrece más?





Hasta el 5 de mayo podremos "disfrutar" de las obras que el propio Picasso conservó con él hasta su muerte y que la familia donó después al estado francés en 1979 como parte del pago de impuestos de sucesión (el dinero, de nuevo) para que abrieran en 1985 el Museo Picasso de París que ahora se renueva, renovamos. La exposición está dividida en cuatro espacios cronológicos repartidos entre el antiguio edificio del Reina Sofía y la ampliación que diseñó el arquitecto francés Jean Nouvel. La fuerza de las pinturas se diluye entre tantos visitantes apiñados pero hay dibujos asombrosos, un "Autorretrato" de 1901 colgado junto a "La Celestina" (1904), la curiosidad de ver las últimas obras que hizo antes de su muerte, o el "Retrato de Olga en un sillón" de 1917 que por un momento casi me hacen olvidar a estas molestas guardianas empeñadas en que nos apartemos de los lugares señalizados para ver los cuadros -hay una línea o un cordón pero insisten machaconamente en que nos retiremos una baldosa más ¡¡¡¿?!!!- o en que a nadie se le ocurra hacer una fotografía -¿por qué no toma nota el Reina Sofía de lo que hace el Moma de Nueva York y tantos otros grandes museos en este sentido?, seguro que siguen vendiendo postalitas, pósteres y libros a precios desorbitados a la salida aunque la gente haga fotos con sus camaritas digitales o los teléfonos móviles-.
Una maravilla y yo quejándome, como siempre. Claro que también nos podrán argumentar que es mejor que el arte llegue a cuantos más, mejor; y nada podremos objetar a eso, salvo que pongamos en duda si el arte está llegando a alguien de esta manera. Anímense, todavía cabe alguno más allí, apretándonos un poco más... por favor... quiero salir...

lunes, 11 de febrero de 2008

Diseñario (IV)

Nueva entrega del Diseñario elaborado por el comité de expertos en exclusiva para encajabaja, obra irreverente, colectiva y abierta a la participación de cuantos quieran aportar ideas a través de comentarios o de nuestro correo electrónico.




Blog. Esto.

Bodoni. Uno de los sinónimos de belleza. Un tipo de letra. Si hubiera que ponerse de acuerdo en elegir cuál es el tipo de letra más bello jamás diseñado, sin duda el alfabeto grabado por el cavaliere Giambattista Bodoni aproximadamente en 1790 resultaría el elegido, pero no hay que ponerse de acuerdo, los numerosos elogios de los grandes tipógrafos que le sucedieron, de artistas y amantes de la cultura en general desde hace más de dos siglos bastan. No obstante, seguro que habrá algún memo de esos de "pues a mí no me gusta".
El muy ilustre caballero Bodoni nació cerca de Turín, en Saluzzo, en 1740, y murió en Parma en 1813, ciudad que le acogió y en la que instaló su taller de fundición de tipos y donde después dirigió la imprenta real nombrado por el Duque de Parma, ubicada en el palacio que ahora es Museo Bodoni. Allí desarrolló hasta las cotas más altas el oficio de impresor que había aprendido de su padre y no sólo diseñó el tipo que lleva su nombre y que pervive hasta hoy sino que realizó una labor titánica llegando a grabar 289 tipos distintos de letras, más de 22.000 punzones y 42.000 matrices. De su imprenta salieron las más bellas ediciones impresas hasta entonces, llevándole a la fama en toda Europa, incluso ante papas y emperadores como Napoleón. Entre ellas, destacan su celebérrima Oratio Dominica (1806), una obra de arte apabullante que consta de Padrenuestros en 155 idiomas compuestos con 250 tipos distintos de caracteres diseñados y grabados por él mismo. Fue autor también del que posiblemente sea el libro de tipografía más famoso de todos los tiempos, su Manuale Tipografico, un muestrario de 178 tipos que publicó en 1788 y que se reeditó después de su muerto por su viuda en 1818, con más de 250 tipos en una bellísima edición en dos tomos que siguen y seguirán causando admiración. No podemos imaginar qué hubiera hecho este hombre ilustrado con un Mac en sus manos y utilizando los actuales programas de edición digital de tipos... tal vez nada, no parecen ser estos los mejores tiempos para la belleza.
En su Manuale, Bodoni estableció cuatro reglas para una buena tipografía: la uniformidad o regularidad en el diseño de los caracteres en un alfabeto; la elegancia y nitidez, que procedían en parte del buen corte y el acabado meticuloso de los punzones grabados para producir matrices limpias; el buen gusto, que el cavaliere sintetiza en una "simplicidad nítida" (tomen nota de esto último, por favor, ¡simplicidad nítida!); y la cuarta y última, el encanto, realmente difícil de definir y que el propio Bodoni califica como el trabajo hecho "no a desgana o rapidez, sino con sumo cuidado, como un acto de amor".
El tipo de letra Bodoni está clasificado entre los denominados neoclásicos, se caracteriza por un extremo contraste entre los trazos gruesos y finos de los caracteres y por una fuerte modulación vertical (suben y bajan mucho los rasgos ascendentes y descendentes) lo que obliga a tener que usarlos con una interlínea amplia. Existen tantas versiones de Bodoni como firmas tipográficas, todo el mundo tiene su Bodoni (en nuestro blog ya os hablamos de la curiosa García Bodoni de uno de los mejores tipógrafos españoles en activo, el catalán Andreu Balius, como parte de su proyeto García Fonts), y hace falta tan sólo fijarse un poco, levantar la vista, hojear publicaciones, detenerse en sus cabeceras o en mil logotipos... buscar la belleza en definitiva, para encontrar por todos lados los caracteres Bodoni.




C


Cabecera. Parte superior de algunas páginas del periódico que sirve para identificar la publicación (portada) o la sección a la que pertenecen las informaciones. En el caso de la portada, incluye la mancheta, el precio, número, edición, un lema y recientemente la página web del medio. Al igual que en un cuerpo humano, los medios no pueden subsistir sin su cabeza, o cabecera, ya que es parte esencial de los mismos a la hora de identificarlos. Te imaginas un periódico sin cabecera, ¿qué estarías comprando?.
Cuando la cabecera va dentro de la publicación, se denomina cabecera de sección y engloba a todas las informaciones de esa página y las siguientes (hasta encontrar la próxima cabecera) bajo un mismo ámbito informativo. Es decir, informaciones sobre España, Deportes, Cultura, etc. No confundir con folio, que como su propio nombre indica es la parte de la página, por encima de la cabecera, en la que se folia (numera) una página y a la que acompaña la fecha de publicación.
De la misma familia es cabezón, que es el redactor que, obcecado en que tiene razón, quiere imponer a toda costa su criterio. Son fáciles de identificar por su pesadez e insistencia a la hora de solicitar algo que, normalmente no es correcto pero que ellos consideran una genialidad.

Caja. Una caja es, evidentemente, un recipiente para meter cosas. Ahora suelen ser de cartón (lo que no quita para que las fabriquen en todo tipo de materiales, como el plástico, el metal o la madera) mientras que hace ya tiempo lo normal es que fueran de madera, como cuando se ideó un recipiente para guardar los tipos de letras. A esa caja es a la que nos referimos, a la que contiene todos los caracteres para que el cajista los emplee uno por uno para componer a mano las líneas de texto. Está dividida la caja en cajetines, cada uno de los cuales contiene varias unidades de un mismo caracter. Los cajetines son de distinto tamaño según la frecuencia con que se usa cada signo, esto es, el cajetín donde están los caracteres de la "a" minúscula es muy grande, mientras que el cajetín de la "X" es muy pequeño, porque suelen hacer falta muy pocos de estos últimos.
La caja tiene además una gran división en dos partes: la superior, destinada a los caracteres de las mayúsculas o versales, motivo por el que se denominó "caja alta", y la parte inferior para las minúsculas, o "caja baja", o sea, nosotros. Contracaja era otra caja destinada a los caracteres especiales (arrobas, dólares, bolos, cruces y demás).
En el mundo digital en el que vivimos y trabajamos tal caja ya no existe, aunque pudiéramos asimilarla en cierto sentido a los mapas de caracteres. Las cajas, ahora, son esos elementos básicos de todos los programas informáticos de diseño e infografía que delimitan un espacio determinado para texto o para distintos tipos de imágenes. Es el espacio que algunos insisten en agrandar más allá de lo razonable cuando nos imploran "ábreme un poco esa caja, tiras de ahí un poquito, que no me cabe el título", algo a lo que cualquier maqueta que se tenga por tal se negará siempre, siempre, siempre.

Entregas anteriores del Diseñario:
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jueves, 7 de febrero de 2008

Sobre los concursos

Encajabaja ofrece desde hoy a sus lectores una nueva sección que hemos bautizado como "Firmas En Caja Alta". En ella intentaremos recoger la opinión de todos aquellos que tienen algo que decir en el mundo del diseño periodístico, o sobre la prensa en general, y que tengan la gentileza de aceptar nuestra invitación. Nuestra intención es poder contar con diseñadores, periodistas, profesores universitarios, gentes de la profesión... todos ellos de prestigio y con puntos de vista interesantes. Es un auténtico lujo ofreceros como primer invitado a Norberto Baruch, alguien que cumple precisamente todos estos requisitos, y a la vez porque es un mutante, con una reflexión en torno a los concursos de diseño de la información. Su teoría sobre la "solidaridad editorial", que ya hemos reseñado, y la necesidad de que los premios valoren actitudes no sólo estéticas sino principalmente periodísticas, son los ejes de este artículo.




Norberto Baruch es periodista, diseñador, ilustrador, escritor, director de la SND del Río de la Plata, profesor universitario en la Universidad de Palermo donde imparte Diseño de la Información (curiosa carrera que al menos en España no existe y falta nos haría), creador del blog Visualmente que alimenta desde 2005 y que es toda una referencia en el mundo de los blogs sobre diseño de la prensa en lengua castellana... No sería esto una breve reseña biográfica si incluyéramos la lista de revistas, publicaciones de todo tipo, agencias de publicidad y periódicos en los que ha trabajado y trabaja (figuran los principales diarios argentinos como Clarín o La Nación). Entre viajes, conferencias, artículos, ilustraciones e infografías todavía ha tenido tiempo para idear y editar la revista online HotelVisual. En definitiva, Norberto Baruch es un periodista argentino.


Los concursos salvarán a los diarios

Esto es una muestra de amor. Estoy de vacaciones, en medio del inmenso campo argentino. Entre vacas, teros, perros, caballos y lagartos, me proponen escribir un texto para un blog español. Como los responsables de dicho medio digital han superado la barrera de los conocidos para sentarse en la mesa de la amistad, salgo de la piscina y mojado me dispongo a ordenar mis pensamientos.
Tengo que escribir libremente sobre un tema libremente elegido por mí. Y propongo en un acto de inconciencia propia de un postrado en la cama en estado comatoso escribir sobre los concursos en diseño de información.
Mucho se dice de los concursos. Los que ganan, hablan y los que no ganan, también. A veces hablan los jueces, aunque no existan razones para conocer su tono de voz. Los que logran alzarse con el premio buscan en sus bolsillos pequeños papeles para agradecer, mientras que los que pierden encuentran muchas hojas para llenar con los nombres de los culpables de semejante desplante.
Creo que elegí el tema por dos razones de poderosa actualidad. Estoy participando en un cuerpo colegiado de siete miembros que tiene por tarea organizar un premio similar al que se organiza en España que se llama ÑH, El Mejor Diseño Periodístico de España y Portugal. Nosotros lo estaríamos haciendo para algunos países de latinoamérica. Y estamos poniendo fuerte el ojo en los requisitos para ser jurado y en la elección de las categorías.
Por otro lado, estoy viajando a España para formar parte de otro grupo colegiado que evaluará en un concurso. Será en marzo y en el marco de la Cumbre Mundial de Infografía.
Mucho se ha dicho sobre los concursos, otro tanto se ha dicho de los Malofiej y de las premiaciones organizadas por la Society For News Design. Muchas de esas críticas han aparecido en VisualMente, sin censuras ni edición. Esto ha sido tomado de mala manera por ciertos miembros de las entidades organizadoras, que en lugar de aceptar sus errores y mejorar, intentaban matar al mensajero.
Con los premios latinos a lo mejor del diseño periodístico no queremos cometer errores. Por eso, lo visual sólo se sostendrá en los premios desde lo periodístico. Y esto lo venimos diciendo desde hace mucho, porque nuestra formación, a diferencia de los profesionales visuales de la mayoría de los países latinoamericanos, es periodística.
En el septiembre caliente del 2004, el presidente de la SND española, Javier Errea, y el director de la SND latina, el chileno Cristóbal Edwards, coincidieron con nosotros en la necesidad de sumar más contenido periodístico a los premios que hasta ese momento se venían organizando a nivel mundial desde la Society For News Design. Esto fue durante nuestras Primeras Jornadas Universitarias sobre Diseño de Información, que los juntó en Buenos Aires, ante más de 200 personas.
Esa preocupación por subir la apuesta en lo visual para llevarlo a un punto más periodístico, tuvo una rápida aceptación y una pronta aplicación que se pudo notar en posteriores ediciones de los premios ÑH de España-Portugal y en la creación de VisualMente, de este lado del mundo. Hoy, por todo lo trabajado, nos volvemos a encontrarnos en el mismo camino para volver a intentar construir una profesión visual mejor, donde nos podamos juntar los que trabajamos en lo mismo. Y la Cumbre Mundial de Diseño en Prensa de Estepona está en la misma frecuencia de apostar por más contenido periodístico en lo visual. Días pasados, en medio de una visita relámpago de Guillermo Gómez Hill, consultor mexicano y organizador de la Cumbre, coincidimos en aumentar la apuesta.
Los premios ya no serán iguales. No se premiará lo bonito, lo lindo, ni lo loco. Se valorará lo periodístico, porque Diseño de Información no es Diseño.
Poco tienen que ver nuestras visiones de la profesión con la que tienen otros diseñadores. A veces, esa forma de entender el Diseño deja afuera al Diseño de la Información. Tan disímiles y diferentes parecen dichas definiciones que harían que propios y extraños empezaran a pensar que son dos cosas distintas. Dos cosas que se refieren a dos actitudes también distintas.
Cuando se tiene en cuenta sólo lo lindo de una puesta en página sólo se está viendo una parte del fenómeno de prensa. Esto coincide con cierta visión de la profesión que a veces es premiada por los propios diseñadores que creen saber cuál es su función dentro de un periódico. Esto nos habla de ciertas cuestiones que tienen que ver con ciertas actitudes pasivas que se esperan del diseñador frente al fenómeno comunicacional. Este aspecto es, tal vez, el más importante que nos obliga a ubicarnos en la vereda de enfrente. En la mayoría de las facultades latinas se transmite ésta forma de entender el diseño y el profesional resultante termina chocando con otra realidad, profundamente diferente, que necesita otra actitud en él.
Se le suele pedir al diseñador que funcione como un traductor que asistirá al generador del discurso en la mejor propalación de su mensaje. Esto hace que el profesional diseñador haga efectiva su abstención enunciativa. Esta automarginación irrumpe con total fuerza en las redacciones, creando una verdadera "profecía autocumplidora" que sería la delicia paradojal de Watzlawick.
El psicólogo comunicacional Paul Watzlawick, en su libro "Pragmatics of Human Communication", explica el concepto de la profecía autocumplidora que es clave en su estudio sobre las conductas humanas en comunicación y que nos servirá en nuestro relato:
"Se trata de una conducta que provoca en los demás la reacción frente a la cual esa conducta sería una reacción apropiada". A continuación nos ofrece un típico ejemplo que nosotros adaptaremos a nuestro universo de los medios de información, donde conviven los diseñadores y los redactores, todos los días.
Watzlawick nos habla de una persona que parte de la premisa "nadie me quiere". Supongamos que A es diseñador y B es redactor. A estudió para ser un reproductor de discursos, que no deberá enunciar por cuenta propia, sino por cuenta de éste (B). B será el protagonista exclusivo del acto comunicacional, optimizado por el diseño de A. Parafraseando a Watzlawick, A cree que nadie lo quiere como emisor, y se comporta con desconfianza, a la defensiva, o con agresividad. "Ante lo cual es probable que los otros reaccionen con desagrado, corroborando así su premisa original".
Por eso, cuando hablamos de concursos de Diseño de la Información no estamos hablando tan sólo de premiar formas, sino de una actitud diferente en lo comunicacional. Porque, A (diseñador) y B (periodista) deberían ser los actores generadores del mensaje a emitir. Esa solidaridad editorial que venimos pregonando.
En los medios del futuro próximo no existirá ese escalafón que justificará la repartición del poder emisor. Los diseñadores de la información serán los fotógrafos, los ilustradores, los diseñadores, los infógrafos y los periodistas que construirán la enunciación de la verdad, en igualdad de posibilidades. Todos serán "queridos" y requeridos en la constitución del mensaje. Se convertirán en emisores por cuenta y orden propio en los nuevos medios, donde lo visual será la clave de su subsistencia. Y una forma de empezar con todo este cambio de actitud son los concursos.
(Por El Norbi Baruch)

martes, 5 de febrero de 2008

Revista de blogs (IV)

Nueva entrega de nuestra sección Revista de blogs con tres propuestas de entre unas cuantas que nos han interesado en la blogosfera y en la red en general (en sentido estricto sólo una de ellas es un blog mientras que las dos primeras son páginas web con blogs asociados).

Metrográfic. Nuestro blog vecino Quintatinta, de Diego Areso, nos descubre un nuevo sitio web, más que un blog es toda una página web con blog y distintas secciones, con un diseño y sobre todo unos contenidos soberbios. Su autor es Sergio Martos, diseñador gráfico y web (se nota esto último, y mucho), que con un Mac Pro enchufado en Santander ha empezado a ofrecer cosas desde este 2008 muy, pero que muy, interesantes. Para sorpresa nuestra, y muy agradable, él ya nos había descubierto a nosotros y nos recomienda con palabras que no podemos por menos que agradecer.

Kiosko. Todas las grandes ideas son sencillas, y lo que solemos preguntarnos ante ellas es: cómo no se le había ocurrido esto a nadie antes. Si algún sitio puede recomendarse, pero de verdad, con el ya tópico internáutico "de visita diaria" es desde luego este auténtico kiosko de prensa diaria del que nos dio noticia nuestro otro vecino Paco Oca en su Maquetadores. Este kiosko es una web donde aparecen cada día las portadas de los periódicos nacionales (casi todos, casi todos los días), muchas más de distintas ciudades españolas, internacionales, deportivos y sus tiras de humor. Ya está en nuestro apartado de imprescindibles como podréis comprobar, sencillamente porque lo es.

La bombilla flotante. Le tenemos sentado aquí cerca, en la redacción, pero no nos había dicho nada; hemos tenido que descubrir navegando por la inmensidad de la red el blog de nuestro compañero Julio Rey (sí, el de Gallego y Rey). Sencillo e inteligente, sin pretensiones, amable y crítico, siempre interesante... como es él.

lunes, 4 de febrero de 2008

Diseñario (III)

Nueva entrega del Diseñario elaborado por el comité de expertos en exclusiva para encajabaja, obra irreverente, colectiva y abierta a la participación de cuantos quieran aportar ideas a través de comentarios o de nuestro correo electrónico. Esta semana queremos destacar, y sobre todo agradecer muy especialmente, la aportación de Laura González y Pedro Pérez, profesores de diseño en la Universidad San Pablo-CEU de Madrid, que nos han enviado ni más ni menos que su glosario de términos de diseño en prensa "preparado para los alumnos de Periodismo que tenemos aquí en el CEU y que se acercan por primera vez al diseño". Algunas de sus voces ya han sido incluidas (caso de "interlínea") y están a la espera de que les llegue el turno de ser publicadas y casi todas las demás completarán las que ya hemos elaborado o están en proceso. También se ha propuesto la voz "corondel" a través de vuestros comentarios, y seguimos abiertos a todas las que sigan llegando.



B

Bandera. Consiste en componer los textos sin justificar por uno o ambos lados, es decir, los principios o finales de líneas no están igualados verticalmente. Debe su nombre a la sensación que da el texto de estar anclado a un mástil en el lado justificado, mientras que ondea por el otro, en el lado sin justificar. La bandera aligera el peso de la mancha de los textos y ralentiza la velocidad de lectura, por lo que es muy útil para destacar morfológicamente las piezas. Puede ser de entrada (justificando el texto a la derecha y dejando ondear la bandera a la izquierda), de salida (justificación izquierda, bandera a la derecha) o centrada (bandera a ambos lados, justificación al centro del párrafo). Además, rebuscando, hay un cuarto tipo de bandera, extraño y poco usual, pero que no por ello debemos ignorar. Es la bandera en la que la composición se puede hacer forzando la desigualdad de todas las líneas. Se usa muy poco, ya que la lectura es altamente complicada, pero aun así, bandera es y como tal queda reflejada.

Baskerville. Impresor, tipógrafo y afamado grabador de lápidas inglés, nacido en Worcester en 1706 y fallecido en Birmingham en 1775. Se desconoce si grabó su propia lápida con los caracteres que le han dado fama inmortal. Es el tipógrafo inglés por excelencia. Dejó su profesión de maestro para dedicarse al muy noble arte gráfico de la tipografía con el que ¡se hizo inmensamente rico! Desde 1758 fue el impresor de la Universidad de Cambridge para quienes publicó en 1763 su obra maestra, una Biblia compuesta con tipografía e incluso el papel y la tinta creados por él. Los tipos Baskerville fueron olvidados durante 150 años debido a su sencillez, hasta que se rescataron a mediados del siglo XX, porque esa sencillez es precisamente su virtud imperecedera.
Además de por su aportación a la tipografía, John Baskerville es conocido por el perro tan chungo que tenía, y si no que le pregunten a Sherlock Holmes y, sobre todo, a su fiel Watson, quien pasó un muy mal rato por tan furioso animal, tal y como relató sir Arthur Conan Doyle en la tercera entrega de las aventuras del detective.

Blanco.

Blancos. Se conoce así al espacio no impreso de la página y a su correspondiente uso. No sólo es la mancha lo que define el diseño de una información, sino también la armonía de los espacios no utilizados. Eso en la teoría, claro. Porque luego, aquí cada uno hace lo que quiere (o puede).
Los blancos son ese gran amigo en nuestro trabajo. O ese gran enemigo. Son así de ingratos, o de agradecidos, los hijos de pica... Porque ser blanco no es fácil. Como tampoco lo es saber utilizarlos correctamente. Los blancos son subjetivos, como el morro que se puede tener al justificarlos. Depende de cada uno. Hay blancos que parecen fruto de una borrachera y hay ausencias totales de blancos. Y todo puede ser válido. Depende de qué estemos maquetando, de nuestro talento y conocimiento, y sobre todo, del morro que tengamos.

Entregas anteriores del Diseñario:
Diseñario (I): aire-anuncio.
Diseñario (II): apoyo-artistas.

viernes, 1 de febrero de 2008

Tintín

Hace unos días, Luis Blasco nos rememoraba la felicidad que le embargaba cuando era niño al reencontrarse con los tebeos de Tintín que guardaba su tía. También me hizo recordar la biblioteca pública a la que mis amigos y yo íbamos las tardes de verano y pasabamos horas leyendo tebeos (ahora cómics), relatos de misterio, obras de Salgari, Verne, Stevenson, Dumas, Dickens y todos esos autores que nos transportaban a mundos de piratas, bandidos, princesas secuestradas y exploradores que luego se convertían en protagonistas de nuestros juegos. En los tebeos, mis preferidos de niño eran Asterix y Mortadelo y en la etapa adolescente, Spiderman.

En Encajabaja nos anima un constante espíritu crítico, incluso entre nosotros. Y, al igual que Mario Benito defenestraba a Warhol y yo le defendía, con Luis me pasa lo mismo. Al contrario de la suya y de una mayoría de opiniones en la web, a mi no me gusta Tintín.

Siempre leí a Tintín si no quedaba otro remedio (he llegado a leer la composición de un champú con tal de poder leer algo). Su aspecto, sus amigos, sus tramas me parecieron siempre muy lejanas. Y no tiene nada que ver con las ideas políticas de Hergé (Georges Remi), que fue detenido cuatro veces acusado de simpatizar con el nazismo en su juventud (dibujaba en Le Soir, periódico católico de extrema derecha en donde tenía de compañero a Leon Degrelle que fue nombrado responsable de los nazis en Bélgica por Hitler). Ni porque fuera belga. Tampoco me gusta Hercules Poirot, que también es belga. En cambio, me gusta mucho Audrey Hepburn, que además de belga era una diosa. Ni por su ausencia de personajes femeninos. En los tebeos de Tintín sólo sale un personaje (Castafiore) y, la verdad, es tratada como un adefesio travestido por su ‘amado’ Haddock (un marinero solitario con evidentes problemas de alcoholismo, al que le gusta viajar cual Michael Jackson con el joven Tintín).

El dibujo utiliza el plano película siempre, no hay primeros planos para resaltar emociones, ni picados, ni nada de nada. Además, las tramas pueden gustar más o menos, pero no son el colmo de la originalidad. Particularmente, me sigue gustando bastante más Asterix (trama y dibujo). Tampoco me quedó nunca claro si Tintín era como Michael J. Fox, un hombre pequeño con cara de niño o un niño resabiado y con cuerpo de Joselito. Además, de sus padres no tengo noticias.

En España, teníamos a Mortadelo, Anacleto y si queriamos un periodista en cómic teníamos al Reportero Tribulete que podría haber sido venerado por una profesión tan chauvinista como la periodística en vez del niño de los bombachos (bueno tambien estaba Roberto Alcazar, pero ese también merece un blog aparte).

Tintín de joven te puede entretener pero, al igual que otros personajes de ficción, pertenece más al mundo comercial de las camisetas, figuritas, tacitas y demás avalorios. A mi me encantaba ‘Starcky y Hucht’. No os podeís imaginar la vergüenza al ver un capítulo de la serie hace poco.

Quizá su secreto sea la nostalgia. Entre otros muchos (bastante mejores) nos recuerda cuando con once años íbamos a la biblioteca o la casa de nuestra tía y viajábamos por mundos de piratas, rufianes y exploradores.