lunes, 10 de enero de 2011

Diseñario 2.0 (XLVIII)

¡Volvemos! Después de las "entretenidas" Navidades y el inevitable cambio de año, porque el tiempo no se detiene, nos encontramos de nuevo con este público maravilloso, y lo decimos con todo el respeto y desde el fondo de nuestro corazón. Son todos ustedes un ejemplo para su especie, les amamos y sentimos ese amor también de ustedes. Por eso, servidores suyos y con toda solemnidad, el caprichoso y contradictorio comité de expertos de encajabaja les ofrece en absoluta exclusiva una nueva entrega deeeeeeeelllllll ¡Diseñario! Obra infinita, irreverente, colectiva y abierta a vuestra participación sobre el diseño periodístico y la prensa en general.




S


Scoop. Un gilipollismo (consúltese el término en esta misma obra) como otro cualquiera, puesto que resultaría tremendo, chocante, grotesto, irritante, improcedente y, en definitiva, ridículo que algún periodista llegase a una redacción en nuestro país gritando: "¡Tengo un scoop!" cuando hubiera logrado conseguir una exclusiva (que no una primicia). Porque eso es un scoop en la jerga periodística anglosajona. Repetimos, an-glo-sa-jo-na.
Se preguntará entonces más de algún lector, y con toda la razón del mundo porque son unos lectores maravillosos, qué pinta aquí este gilipollismo, a lo que, gilipollistas nosotros, contestaremos con todo el respeto que alguna debilidad mostramos a veces, más que nada por parecer humanos, cediendo a la tentación de incluir un término porque nos trae gratísimos recuerdos cinematográfico-periodísticos, y por el cierto glamour periodiquero que la palabra tiene. Nada más. No lo usen. Ya saben lo que es aunque nunca vayan a oírlo si su vida profesional no transcurre en un medio periodístico anglosajón. Bueno, ¿nunca? Tal vez nos estemos precipitando, y no quisiéramos hacerlo con un público al que tanto queremos y que tanto amor nos devuelve, con todo el respeto, porque lo mismo en el momento más inesperado aparece el que obtendría al instante el título de gilipollista mayor del gremio para soltarlo alegremente con la temeridad de los ignorantes... y eso sí que sería un auténtico scoop.

Servidor. Nosotros de ustedes. También es un ordenador que sirve de enlace entre otros, para almacenar datos y como nodo de una red... pero eso es secundario.

Solemnidad. Algún insensato, alguien pobre de espíritu, habrá pensado en más de una ocasión que el trabajo que se realiza en una sección de maquetas es algo fácilón, simplón y mecánico. Algo que por repetitivo y metódico adquiere un cariz gris y computerizado. Éste es un runrún muy habitual en los periódicos de todo el mundo, tanto que ya muchos ni nos molestamos cuando algún compañero, supuestamente inteligente, nos pregunta sorprendido: "¡Anda, pero ¿vosotros sois periodistas?!"... A lo que ya ni contestamos, evidentemente hastiados de tanta agudeza mental.
Quizá por esa falta de reconocimiento histórica, o por algún retorcido sentido del humor, no hay personaje que pueda hablar con mayor solemnidad de una simple raya, o de un espacio en blanco que un maqueta... Hay que decir que el auténtico maqueta, el de raza, el que está en vías de extinción, habla con solemnidad de este tipo de asuntos porque los siente suyos, porque son fruto de sus padecimientos y frustaciones diarias, como si los hubiera parido, vaya... Esa expresión pétrea, ese rictus inmutable, esa mirada fija que sientes como te taladra para sostener muy en serio: "Efectivamente, eso está a un cícero de distancia. Es blanco más que de sobra..." mientras le miras como miraba Clint Eastwood al indio en aquel espaguetti western, sólo puede sostenerla un maqueta de corazón, uno de verdad...
Pero que no os engañen... Podemos ser malos, muy malos incluso... Podemos ser retorcidos, incluso crueles... Pero la solemnidad con la que defendemos tan nimios detalles se debe a que somos plenamente conscientes (a veces es posible que sólo nosotros en toda la redacción...) de que en esos mínimos cuidados reside el periodismo, y la calidad y el rigor. Que sabiendo a cuanto se coloca un filete de una columna se defiende el estilo propio, y a nuestros lectores, que pagan todos los días un euro para que no les den gato por liebre, para abrir su periódico... y que se encuentren su periódico.
Por eso nos ponemos así de solemnes. Aunque nos suponga algún encontronazo que otro, incluso algún que otro enemigo. Porque estamos ahí, entre otras muchas cosas para ser muy serios con esas cosas que no parecen tan importantes... Y porque nadie sabría que sería de un periódico si no tuviera un grupo de implacables, solemnes e irreductibles que pongan las cosas en su sitio, de vez en cuando. Como nadie puede explicar cómo ha llegado esta dichosa voz a este Diseñario.



Entregas anteriores del Diseñario 2.0:

Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.
Diseñario 2.0 (XIX): Elzevir-empacar.
Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.
Diseñario 2.0 (XXI): enfrentadas-entrevista.
Diseñario 2.0 (XXII): enviado especial-exclusiva.
Diseñario 2.0 (XXIII): exposición-faldón.
Diseñario 2.0 (XXIV): fe de errores-fino.
Diseñario 2.0 (XXV): flash-fondo.
Diseñario 2.0 (XXVI): fotero-fotón.
Diseñario 2.0 (XXVII): free-lance-freehand.
Diseñario 2.0 (XXVIII): galerada-grapa.
Diseñario 2.0 (XXIX): gritar-hemeroteca.
Diseñario 2.0 (XXX): hemorroide-hostias (darse de).
Diseñario 2.0 (XXXI): ilustrator-imposición.
Diseñario 2.0 (XXXII): invisibles-itálica.
Diseñario 2.0 (XXXIII): jefe-ladrillo.
Diseñario 2.0 (XXXIV): lead-localizador.
Diseñario 2.0 (XXXV): lomo-lorem ipsum.
Diseñario 2.0 (XXXVI): MacOs-mesa.
Diseñario 2.0 (XXXVII): modular-morder.
Diseñario 2.0 (XXXVIII): negativo-ñapa.
Diseñario 2.0 (XXXIX): Oblicua-off the record.
Diseñario 2.0 (XL): OJD-on line.
Diseñario 2.0 (XLI): palabrota-pelar.
Diseñario 2.0 (XLII): pieza-pisar.
Diseñario 2.0 (XLIII): planillo-plumilla.
Diseñario 2.0 (XLIV): portadilla-putada.
Diseñario 2.0 (XLV): rataplán-rediseño.
Diseñario 2.0 (XLVI): registro-retícula.
Diseñario 2.0 (XLVII): ríos-rutero.

1 comentario:

Santi F. dijo...

Sólo puedo decir: ¡bravo! Empezáis bien el año compañeros :)

Un aporte: el maqueta también puede ser solemne por otra razón: para dar importancia a su trabajo. Ya habéis hablado de ello, y se relaciona con el agobiante ego del redactor.

Compañeros maquetas, no caigáis en ese agujero del ego, vivid tranquilos y que el redactor intenté ser famoso si quiere. Eso sí, como bien se dice aquí que el filete esté en su sitio no es ninguna tontería, ni el espacio entre columnas, ni entre faldón y noticia superior o tamaño de la fuente en los titulares. Es, sencillamente, la personalidad de vuestra publicación (al menos visualmente).

Y, seguramente, os tocará a vosotros defenderlo ante gente que no lo valora. Gran error el suyo, pues puede costar tantos lectores como una noticia falsa o una errata en un titular.

P.D. El termino "gilipollismo" es sensacional jajaja. Su atribución a "Scoop" no podría ser más acertada. Feliz 2011!!