viernes, 15 de enero de 2016

Acabar a lo grande








Esta es la cobertura que realizó nuestro periódico el lunes sobre la muerte de David Bowie: Los ojos 'bicolores' del genio británico del Pop mirándonos por encima de la cabecera de la portada, obra del gran Ulises Culebro. Una fabulosa ilustración de Ricardo Martínez, para quien se nos acaban ya los calificativos, abriendo la sección de Cultura (ilustración que, por cierto, y a pesar de su increíble complejidad técnica y tamaño, se tuvo que realizar en un tiempo récord por una de esas historias que no se pueden contar por formar parte de lo que puede denominarse "lo que pasa en el vestuario..."). Una primera página doble con la crónica de Darío Prieto y una opinión de Loquillo. Otra segunda página doble con opiniones de Tomás Fdo. Flores, Javier Menéndez Flores y Julián Ruiz. Otra tercera página doble con informaciones de José Manuel Gómez, la relación de Bowie en el cine escrita por el siempre brillantísimo Luis Martínez y con la moda, en un análisis de Leticia Blanco. Un friso en la parte superior de todas estas seis páginas con un completo trabajo de edición sobre la discografía de Bowie. Y, finalmente, otra página con un obituario escrito por Pablo Gil, especialista en música.

Posiblemente, la manera más apropiada para contar el final a lo grande que ha tenido de uno de los grandes. Porque no se puede morir de una manera más genial que ésta:




No tengo los datos, no quiero siquiera preguntar por ellos, pero me temo que todo este despliegue de talento en contenidos, diseño, edición... calidad periodística en suma, no ha supuesto que vendiéramos el martes un sólo periódico más. Posiblemente sucediera todo lo contrario, porque si la tendencia es que la difusión de los periódicos impresos sigue y seguirá cayendo, entonces este martes habremos vendido menos periódicos que el lunes, día en el que a su vez se habrán vendido menos que el domingo... Lo propio de una sociedad que ha decidido prescindir de un bien público informativo y cultural que hasta ahora la enriquecía. Una sociedad que decide empobrecerse día a día. Y es que ¿alguien puede señalarnos una cobertura sobre la muerte de David Bowie de una excelencia similar a ésta que os mostramos hoy realizada en una página web? ¿Algo que dentro de un tiempo pudiera recordarse?


sábado, 2 de enero de 2016

Caligrafía. El arte de escribir... a mano

Todavía estáis a tiempo de ir a ver esta exposición en la Biblioteca Nacional de Madrid. Todavía estoy incluso a tiempo de ir a verla otra vez.



Os mostramos algunas imágenes de esta muestra porque otros ya han escrito sobre ella antes, y mucho mejor. Es a primera vista una pequeña exposición, pero de una profundidad y belleza tales que mirar cada una de las obras, grabados y materiales de escritura de siglos anteriores, admirar cada una de las letras escritas necesitaría que el tiempo se detuviera. Y no se detiene. Vayan a verla. Todavía están a tiempo...




Descubrir cómo antiguos artesanos del alfabeto buscaron las proporciones perfectas que antes dibujó Leonardo en el Renacimiento:



Clasificaciones:



El 'Códice Chacón', "obra maestra tanto de la poesía como de la caligrafía, que muestra por qué el manuscrito es preferido a la imprenta, pues convierte el texto en personal y único, sin intermediarios como la censura. El prestigio del manuscrito se extiende a documentos notariales, actas y diplomas..."




Útiles para los grabados:



La evolución de la letra 'bastarda española':



El uso de la tipografía y la caligrafía para crear identidades nacionales en un período en el que nacen las actuales naciones europeas: bastarda española, redondo francés, letra inglesa, escritura italiana y alemán:



Además, la muestra 'Caligrafía española', se complementa con otra exposición en la misma Biblioteca Nacional denominada 'Caligrafía hoy. Del trazo al concepto', comisariada por José Ramón Penela y nuestro querido Roberto Gamonal de la Familia Plómez, con trabajos sobre cómo se utilizan ahora los escritos a mano:







'Caligrafía española. El arte de escribir a mano', está comisariada por José María Ribagorda, autor de esta selección de obras que pueden consultarse en la web de la Biblioteca Nacional. Vayan a verla, merece la pena. Mucho. Saben cuál es una de las cosas que más me ha sorprendido, haber aprendido hoy que lejos de dejar de existir cuando se inventó la imprenta, sucedió con la caligrafía todo lo contrario. "Por un contrasentido no infrecuente en las cosas humanas..."