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jueves, 13 de marzo de 2014

Así fueron las XVII Jornadas de Fotografía, Edición y Diseño del CEU (2)

Vamos ahora con las ponencias de la tarde del jueves 6, dedicadas por entero a diseño y maquetación.

Revista Don: Así se hace una publicación para tablets en el siglo XXI.




Teníamos ganas de que Javi Moya, periodista (Vocento, Recoletos, Prisa, Spain Media Magazines, prodigiosovolcan.com), presumiera de Revista Don, uno de esos nuevos y arriesgados productos que por sus características (digital, interactiva, gratuita) se merecen triunfar y salir adelante, igual que los chicos pioneros de Vis-à-Vis y muchos otros que tímidamente, en diversos sectores, van dando el salto. Contenido de calidad con aspecto creativo. Solo falta fidelizar al usuario.

Para el que se perdiera nuestro post sobre Don, lo tiene aquí.

El contenido de Revista Don -Cultura popular para mayorías selectas-, disponible tanto para iPad como para Android, no es estático sino interactivo y tremendamente creativo. Moya comenzó con un repaso a sus inicios y una reivindicación por mantener un diseño digital pausado. Hablando de dispositivos, indicó que cada vez disponemos de tabletas más grandes, sofisticadas y baratas. Los medios ponen pues el foco en ellas. La reducción de costes (especialmente en impresión y distribución) que ya habíamos comentado genera el nacimiento de revistas digitales adaptadas (o sea, con versión en papel previa).

Pero tal y como hizo Vis-à-Vis, Don se arriesga y nace en noviembre de 2013, de cero y sin respaldo detrás como revista mensual de estilo. Y les susurran muchos la locura que supone lanzar una revista que no existiera antes en papel, desde una editorial pequeña y considerando además que el público no está preparado aún. ¿Pero quién dijo miedo?

Primer (1) y último número (5) de Revista Don.

Ya desde la portada, la revista está viva y es interactiva, pues comienza con un vídeo que acaba conformando finalmente la portada (véase ese número 1 con Paco León de protagonista), por lo que las fronteras se diluyen. De hecho se efectuó un verdadero rodaje profesional para captar los movimientos del actor. Esto implica mezcla de formatos artísticos y nuevos retos, amén de pensar en varias dimensiones y no solo en una, creativamente hablando.

Las apuestas de Don desde el principio quieren ser: textos reposados y de calidad, tipografía cuidada y buen gusto visual. Según Moya, "la diferencia no está en el contenido sino en la forma en que tratamos y servimos ese contenido". Por ejemplo, en la siguiente imagen apreciamos cómo un traje de croma permitirá posteriormente eliminar en postproducción al actor que lleva estos pantalones y dar un toque distinto y visual a la página. ¿Son meros fuegos de artificio (igual que el que determinados elementos se muevan y permitan juegos con el lector) o suponen un enganche válido? En el equilibrio estará la virtud.



Un aspecto a tener en cuenta con estos nuevos productos es que hay que preocuparse por el hecho de que la gente poco iniciada sepa dónde pulsar, dónde deslizar, dónde rascar... según sea el efecto o animación que se use en la página, sin que dichas indicaciones o "pistas" sean demasiado invasivas y aunque sean obvias para "techies" de primera hora.

Moya nos explicó que el método consiste en repensar los temas y hacer storyboards (más que esquemas) de cada uno de ellos, precisamente porque no son páginas estáticas sino que mezclan formatos. Otro concepto que aporta es el muy bien denominado "interacción y toqueteo", básico en estas revistas y que supone motivar al lector para que juegue y experimente, no solo que lea. El ejemplo es la sección "El Maletín", un cómic de Mauro Entrialgo al modo de los libros de antaño tipo "elige tu propia aventura" (¿alguien en la sala nos mira como marcianos?) en el que la página va cambiando según el lector va pulsando y tomando decisiones en base a lo que se le cuenta.

Pero Moya sale al quite y recalca que el juego audiovisual no debe ocultar el buen periodismo, que es el verdadero contenido del producto. Por lo tanto, incidir una vez más en el equilibro entre periodismo de calidad con presentación que deslumbre. De momento, el camino está siendo abonado. Esperemos que el esfuerzo se vea recompensado.

Sobre cómo obtener rentabilidad de un producto gratuito como Don, Moya afirma que es imprescindible la austeridad (redacción pequeña o trabajo en red y es obvio que no hay impresión ni distribución) más un retorno fijo muy necesario en publicidad. Aún así, sin tener la cruz del papel encima es más fácil que salgan las cuentas. Pone el ejemplo de que los costes de un ejemplar de una revista mensual al uso en papel rondan los 100.000 euros/mes mientras que en Don se pasan a unos 15.000 euros/mes (sufragando sueldos y gastos audiovisuales). Pero la publicidad no debe faltar.

De izquierda a derecha, Javi Moya, Ángel Sopeña y Laura González.
Al hilo de esta cuestión, Moya confirmó que hasta que el producto despegue y se alcance el punto de equilibrio, es necesario realizar trabajos audiovisuales para terceros para cubrir la supervivencia de la empresa editora. Igualmente, nos confesó sus anhelos de generar un producto similar adaptado a smartphones a la par que lamentaba la cultura española del "todo gratis", pese a defender la gratuidad de la revista como algo obvio y evidente... o quizás por eso, haciendo hincapié en que en nuestro país no solo es que el usuario no esté preparado sino que no valora el contenido de calidad en estos nuevos medios como para contemplar el pago por él, como si sucede en otros países. Aunque sobre esto hay opiniones muy diversas.

Es muy interesante volver la mirada a las posibilidades que estas revistas digitales proporcionan al mundo de la publicidad. Estos nuevos medios dependen también de ese retorno publicitario, pero es que las marcas pueden beneficiarse de tener, en un solo soporte, anuncios estáticos, anuncios animados y vídeos de campañas. Bien combinado, eso se traduce en que el usuario pase más tiempo contemplando un anuncio en estas revistas que el que se pasaría en un revista en papel o incluso en televisión (mayor retentiva cognitiva), lo cual es fabuloso. E incluso se puede seguir en qué zonas de los anuncios prestan más atención y cómo actúan.

Esa información es oro para las compañías de consumo y deberían aprovecharlo. Por lo tanto, los comerciales de márketing y publicidad de los medios (especialmente de los tradicionales) tienen también que cambiar el chip y esforzarse en vender el valor añadido y la posibilidad de retorno de las inserciones publicitarias en las nuevas revistas digitales sin considerarlo algo menor.

Estrategia y creatividad en equipo, bienvenidos a una Agencia Digital.



El cierre del primer día lo puso Ángel Sopeña, que estuvo muy cerca de Javi Moya todo el rato, pues como director de la agencia Bluecell (desarrollo de aplicaciones móviles, contenidos para web y redes sociales, virales y estrategias de márketing digitales) ha colaborado con los chicos de Don en la puesta en marcha del proyecto.

Sopeña venía a ilustrarnos, básicamente, sobre el trabajo en una agencia digital, cuyo recorrido puede concretarse en la siguiente imagen y que desgranamos así:

CLIENTE-->Comercial-->Cuentas-->Creativo-->Diseñador-->Copy-->Producción/Maquetación-->Programador-->Director de cuentas-->Facturación-->CLIENTE



Según Sopeña, un buen diseñador comunica: posee formación periodística en el mejor de los casos y debe manejar bien tanto papel-digital como web (¿os suena de algo?). Fue sintomático oírle referirse a cómo, muchas veces, el producto se pervierte y lo que has diseñado y mimado en agencia luego lo emplea y actualiza gente no preparada. Y aquí vemos un ejemplo claro de una web con lo que pudo ser y en lo que al final quedó por exigencias del cliente.

Lo que pudo ser...

...y lo que finalmente quedó.

En el caso concreto de Don, cuya web facturó Blucell, vemos ejemplos de cómo la complicidad con el cliente ayuda a que el trabajo fluya y sea más fácil.

Javi Moya le mandó a Ángel Sopeña este boceto...



...y éste otro boceto...



...con lo que la mitad del trabajo estaba hecho.



Resumiremos que en agencia el trabajo en equipo es clave y muchas veces el cliente no sabe usar el diseño inicial o lo empobrece.

Así fueron las XVII Jornadas de Fotografía, Edición y Diseño del CEU (1)

Nada más que elogios se nos ocurren para la labor de nuestros queridos Laura González, Pedro Pérez Cuadrado y todo el equipo del ICOIDI y del Dpto. de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación de la Universidad San Pablo CEU. Y por DECIMOSÉPTIMA vez (que se dice pronto) fuimos convocados a esta cita anual ya imprescindible en las materias arriba reseñadas. No queda sino darles las gracias un año más por el esfuerzo, la organización y la generosa invitación.

Ubicados en el Salón de Grados del Campus de Moncloa, nos enteramos pronto de que el pamplonés Daniel Ochoa de Olza, fotógrafo de Associated Press, no podría acompañarnos en la jornada del viernes al ser enviado a Kiev para cubrir el conflicto ucraniano. Le sustituiría Andrés Ballesteros, de la Agencia EFE. Buenos reflejos organizativos. Este post analiza las primeras dos conferencias del jueves 6. Los videos de las mismas son parte del streaming realizado por Monica Mª Yuan Cordiviola.

Del dato a la sabiduría. Dibujar para descubrir, entender y comunicar.



Nada mejor que una ponencia como la de Pablo Mª Ramírez para abrir las jornadas y el bloque denominado Visualización de la información. Infografía para comenzar. Este viejo conocido de Marca o Expansión, socio fundador de Sin Palabras, nos entretuvo a la par que nos enseñó más de un aspecto interesante.

Comenzó haciendo alusión a lo que los gráficos son capaces de representar sin apenas palabras, transformando fríos y aburridos datos en contenido atractivo. El infografista visualiza información, visualiza cifras y datos, interpreta estadísticas para que el lector las entienda mejor. Como buen ejemplo de visualización de información, nos aportó este vídeo de Nigel Holmes, uno de los gurús de este campo, sobre la deuda nacional de EEUU; un vídeo algo añejo y pausado pero clarificador de lo que una buena representación de datos es capaz a la hora de aclarar un tema (haciéndolo atractivo, encima). Ramírez se llenó de orgullo al afirmar que una buena infografía ayuda a levantar una página plana en cuestiones de diseño, aunque habría que añadir que, siendo cierto, también una buena e imaginativa maquetación o una edición fotográfica sobresaliente ayudan a levantar un tema infumable.

La estrategia de la infografía es comparar datos para que las magnitudes se entiendan y sean más accesibles. Y para que entendamos las magnitudes tal y como son, las enseñamos tal y como son empleando el papel como soporte. De manera literal, como en el ejemplo de la doble página de El Periódico sobre el rescate de los mineros chilenos marcando en el papel el diámetro de la cápsula de rescate...



Otro ejemplo es este gráfico de Kai Krause en el cual la silueta de África la forman las siluetas de otros países o regiones mundiales, lo que nos permite comparar y formarnos una mejor idea.



El infografista hace que lo invisible se vuelva visible, como cuando representa el tamaño real de un microbio en la página de papel como si fuera un punto, pero también hace que lo visible se vuelva comprensible, como en este gráfico que representa todo lo que sucede en un evento tan complejo como un concierto y ejemplifica cómo contar historias con lenguaje visual. Lo facturó Clara Penín y lo publicó La Vanguardia.



Otra función es la de analizar datos que se convierten en conocimiento. Y un ejemplo muy elocuente es una comparación del mítico gol de Maradona a Inglaterra en la Copa del Mundo Mexico-86 con aquella réplica que marcó Messi ante el Getafe. La ilustración recoge el recorrido completo de ambos tantos.


En definitiva, con la infografía se comunica y se ayuda a entender el porqué de las cosas. La visualización de datos es para que se entienda, no para decorar, y a veces es preferible ser claro antes que llenar el espacio de dibujos que dificulten la comprension. Aquí es donde Ramírez confesó su aversión a las "bolas en los gráficos". Para alertarnos de una cierta sobreinformación y del peligro de hacer un gráfico ilegible o recargado cuando pretendíamos hacerlo atractivo visualmente, Ramírez mostró este trabajo muy aplaudido en su día en las redes sociales (y precisamente de redes sociales iba el gráfico).


Pero él nos cuestionaba si éste otro realizado por él y su equipo no era más claro, ordenado y comprensible pese a no poseer tantas alharacas visuales.


Una buena recomendación que nos ofrece Ramírez es visual.ly como tablón de ejemplos para inspirarse y admirar. A la hora de analizar los gráficos interactivos que posibilita la Red, nos muestra ejemplos como éste, sobre los vuelos que surcan los cielos, o éste, sobre los incendios forestales en nuestra península, que se va actualizando en tiempo real gracias a una base de datos.

Una muestra clara, bien pensada, bien expresada y de elegante iconografía (y que en definitiva funciona) de gráfico en tira -tan de moda hoy en día- es ésta. Y ofrecemos el enlace para no saturar el blog con su tamaño.

Incidiendo en lo que nos comentaba Ramírez a raíz del gráfico sobre Facebook y Twitter, parecen acertadas estas palabras de Nigel Holmes: "Últimamente, la calidad de los gráficos es mediocre por centrarnos más en entretener que en informar". Y más si lo acompañamos de ésto (gráfico sobre los funcionarios de EEUU y cuántos de ellos pueden llevar pistola):


La idea que debe regir el trabajo del infografista sería: recoges información, la analizas, eres capaz de visualizarla y solo así puedes transmitirla correcta y eficazmente. Y hay que tener en cuenta que cuando quieres visualizar algo, es conveniente dibujarlo primero, "puesto que si tienes un problema y no eres capaz de dibujarlo, no eres capaz de comprenderlo." La visualización es una herramienta más del análisis de datos. Una última cita de Holmes nos advierte que "nuestra misión es hacer que los procesos, los hechos y los datos sean entendibles de forma mas fácil."

Las conclusiones serían que, como infografistas, cuando comuniquemos algo la gente tiene que entenderlo igual que lo vemos nosotros. Y por otro lado, que la claridad lleva al entendimiento y el entendimiento a los resultados.

De todo el desarrollo de la charla es destacable ese concepto de que está bien hacer gráficos visualmente atractivos y espectaculares, que destaquen por contraposición a lo anodino y chabacano, pero siempre que los datos y la información que recibe quien los ve sean claros y legibles.

Horizontal, el formato de la nueva prensa digital.



El segundo turno del día correspondió a Pedro Vicente, Jefe de Diseño de El Economista, aunque bastante versado anteriormente en el diseño deportivo a través de su trabajo en Gigantes del Basket, Superbasket o Marca. Su conferencia pretendía ilustrarnos sobre las nuevas revistas digitales, a medio camino del papel y la red y de las que ya hemos hablado en este blog. Pero se centró verdaderamente en mostrar los productos digitales de su medio más que en hacer un verdadero análisis en profundidad, aunque se extrajeron interesantes conclusiones.

La aparición de estas nuevas revistas digitales por parte de medios "tradicionales" como un periódico suponen nuevos modelos de negocio. La crisis del sector ha impuesto reducciones de costes, que se concretan y traducen en disminución de tiradas, de distribución, de paginación y hasta de formatos (tamaño). Las revistas digitales nos permiten resolver algunos de estos problemas. Un aspecto como la reducción de formato impone evidentes restricciones visuales a los equipos de diseño, según Vicente. El formato "vertical", según él, hace que se pierda espacio ya que no sirve para una tableta, por lo que se opta por el formato "horizontal", de ahí el título de esta charla, aunque por nuestras experiencias y por ejemplos como el que nos traerá Javi Moya con Revista Don en la tanda de la tarde, no podemos estar de acuerdo con él.

El Economista empezó esta experiencia con un suplemento de ámbito jurídico llamado Iuris y visto el camino se lanzó a por todo un muestrario de revistas o suplementos digitales sectoriales, lo que nos aporta la idea de nicho de mercado a aprovechar. Cada revista focaliza la información en un sector industrial o de servicios y genera un diseño propio. Lo bueno es que el diseño embellece lo anodino o adusto de la información y encima el formato digital nos permite ahorrarnos los costes de imprenta y de distribución, y la paginación variable no preocupa; parece pues una buena idea y un buen negocio. Los sectores son tan variados que las posibilidades son amplias, como se aprecia en la siguiente imagen con la parrilla de todos los productos del medio.


El problema llega cuando ante la cantidad de revistas y la falta de tiempo o equipo humano (los mismos para hacer más en el mismo tiempo), se unifica el diseño de las mismas y únicamente se las diferencia en base a colores, lo cual para nosotros supone un notorio empobrecimiento. Por eso siempre hemos creído nosotros que las prisas y el exceso de trabajo (el no asumible) no es un hecho positivo en Diseño.

Según Vicente, este nuevo formato horizontal hace que se pierda la noción de "doble página" tal y como lo entendemos y tampoco impone una paginación concreta (ni siquiera respetar la regla del múltiplo de 4 imprescindible en los productos impresos, según los concebimos en Occidente). Las herramientas digitales permiten enriquecer el diseño con animaciones y efectos pero hay que tener cuidado en no sobrecargar, siendo fundamental no entorpecer la lectura al lector, aunque eso lo veremos más tarde con profundidad gracias a Javi Moya.

Con los nuevos soportes aparecen nuevos problemas, como el tamaño del archivo que debe descargarse el usuario, factor que debe tenerse en cuenta. Por otro lado, según Vicente, el diseñador aún tiende a pensar "en vertical" y en que maqueta para papel, por lo que, según él, urge un cambio de mentalidad.

Según pudimos apreciar en los ejemplos que desgranaba el ponente, estas revistas no eran verdaderamente digitales en el sentido de que no aprovechan todas las posibilidades que el nuevo medio facilita, siguiendo por tanto un "modelo PDF", por ponerle algún nombre. Así mismo, se apreciaba un exceso en el uso de los bancos de imágenes (defecto extensible al propio diario, lo que lo aleja cada vez más de sus ilusionantes inicios) y columnados demasiados anchos (que dificultan la lectura, cuando con las herramientas digitales podrían insertarse columnas más extrechas y con "scroll" o desplazamiento).



Estos suplementos son gratuitos y se rentabilizan en base a ir patrocinados por las empresas. Habría que hacer un seguimiento para comprobar si pese a este handicap son productos plenamente independientes y libres en sus contenidos. Otra idea que se nos ocurre es que, igual que la TDT, estas revistas representan oportunidades pero también segmentan tanto audiencia como publicidad. ¿Supone un problema? El último concepto que nos aporta Pedro Vicente es que, según sus estudios, existe un límite de 4 páginas antes de que el lector se canse y pase a otro tema. Sería interesante comprobar si en esto influye la densidad de los temas o vale para todo tipo de contenido, y más considerando revistas digitales interactivas y animadas.

Sacamos en claro que quizá no hay que confundir los términos y que no hay por qué desdeñar lo "vertical" cuando los nuevos medios digitales admiten perfectamente ambos formatos. Ésa es una de las magias de las nuevas herramientas. Y que por muy "low cost" en cuanto a medios que sea tu publicación, si falla una de las dos patas (calidad de los contenidos o presentación visual de los mismos) puede que algo falle en el producto; la gratuidad del mismo no significa no cuidar dichos aspectos. Quizás sea éste el paradigma de estas revistas sectoriales que nos presentaba el ponente.

Segunda parte de las Jornadas: http://kcy.me/112at
Tercera parte de las Jornadas:  http://kcy.me/112au

lunes, 24 de febrero de 2014

Edición gráfica ensangrentada
Si hay foto... hay página (VII)

Este artículo no va de sangre sí o sangre no porque, para nosotros, es un debate ya tan superado... que llega a parecernos aburrido. Así que nos centramos en la siempre fascinante edición gráfica —uno de los apartados fun-da-men-ta-les a la hora de diseñar una página— y entramos al trapo que nos puso en las redes sociales nuestro admirado (y algo cascarrabias a veces, pocas, todo hay que decirlo, aunque con cariño, todo nuestro cariño, faltaría más) MAJ. Siempre atento a lo que sucede cada día en los periódicos con un incansable afán digno de asombro, Miguel Angel Jimeno planteaba un debate sobre cuál de estas dos fotografías tiene más fuerza:




Y está muy bien planteado porque a algún profano en la materia tal vez pudiera parecerle que ambas imágenes son prácticamente la misma. Y no. La mirada de los personajes es fundamental, y no tenemos en ambas tomas la misma mirada, entre otras cosas porque en la que publicó El Periódico de Aragón —y otros y que ya adelanto que para mí es, sin duda, la mejor— la pareja herida y ensangrentada, sí, con sangre porque estaban prácticamente en medio de una guerra civil, con sangre, sangre por toda la cara, sangre roja hay qué horror por dios que no quiero verlo, miran horrorizados a un policía armado que parece llevar armadura. Una figura que no está en la fotografía que publicó ABC y que con el contraste de sus tonos oscuros enriquece la composición y le da esa fuerza. Nos cuenta el horror de lo que viven esas personas, y hasta si me apuran el por qué.

Es cierto que, como apuntó nuestro compañero de blog y periódico, Javier Vidal, el formato es un condicionante que no se puede pasar por alto y que obligaba a ABC a tener que publicar la imagen que publicó sí o sí. No podían elegir entre una y otra porque ellos sólo podían dar... la imagen que es algo peor. No mala, ni mucho menos, y adecuada además al título que decidieron: Kiev se desangra. Sí, se desangra de sangre.

El debate me recordó inevitablemente la tarde noche anterior en la que estuve buscando junto con mis compañeros de Internacional y Fotografía cómo transmitir en dos imágenes lo que estaba sucediendo. Creo que no lo conseguimos en la primera edición...


... pero después de horas dejándome los ojos en la línea —que es como llamamos en los periódicos al servicio fotográfico de las Agencias—, logré encontrar lo que buscaba. Y tenía sangre, sí, aunque yo no la buscara. Sencillamente estaba allí porque surge cuando se dispara o se golpea a las personas. Una dificultad para encontrarla no por falta de fotos buenas, sino por todo lo contrario: por la enorme avalancha de imágenes poderosas, de altísima calidad y valor informativo, que nos están llegando a los diarios sobre tan dramáticos acontecimientos en Ucrania.


Efectivamente, se trata de la imagen que después encontré también en casi todos los diarios impresos y en el debate que nos propuso ese observador implacable, incansable y necesario, del periodismo impreso de nuestro país. Me atrevo eso sí, a señalar humildemente que nuestra edición gráfica, el corte que le di a la mencionada imagen, le da todavía mayor fuerza y la mejora.


Termino incluyendo una pequeña muestra de lo que os comento sobre las imágenes que nos están llegando de un país cuyas gentes están logrado, con un alto precio, decir a sus gobernantes que en su tierra deciden ellos y que quien no lo acepte debe abandonar el poder.




lunes, 20 de enero de 2014

Un corte [de foto]

Ya os hemos contado en estas mismas páginas [digitales] la importancia que tiene una foto. Tanta que es capaz de levantar una página ella sola. Incluso de crear un tema a partir de una imagen. Pero también os hemos hablado de la importancia del corte. 

Del corte como edición fotográfica, de cómo "cocinamos" la imagen una vez que la recibimos para transmitir el mensaje que mejor se adecua a la información que queremos contar. Porque la imagen tiene que acompañar a la información, y no sólo acompañarla, la tiene que complementar. Tiene que sumar, aportar, crear un mensaje propio.

Muchas veces eso se consigue con la foto tal y como nos llega: la foto es perfecta, transmite lo que quieren contar los redactores y complementa el mensaje de la información. Pero muchas otras veces la foto contiene un mensaje muy distinto según el corte que se dé a la misma. No os hablamos de manipulación, hablamos de edición, de presentar la información de manera que te asegures que el mensaje llega lo más claro posible. 

Y eso hicimos con esta foto de Hollande y su jefa de seguridad Sophie Hatt. Ambos están cuestionados por el affaire del presidente francés y la actriz Julie Gayet. Uno por el propio lío de bragueta y falda y otra porque la seguridad de Hollande durante esos escarceos dejaría, según los medios franceses, mucho que desear. Con esas premisas la sección de Mundo quería hacer un reportaje sobre la primera jefa de seguridad de un presidente francés. Como buena guardaespaldas, no había muchas imágenes de ella, siempre en la sombra, fuera de los focos. Una de las pocas a las que teníamos acceso era ésta de Philippe Wojazer, de AFP, que puesta en página quedaba así.



Pero no reflejaba lo que queríamos contar, que era la jefa de seguridad de Hollande, la que le guarda las espaldas, la que está pero no está. Así que decidimos editarla de tal manera que aportara el dato que creíamos necesario para apoyar y complementar la información. Bastó con "eliminar" la parte de la izquierda. Hatt pasaba de ser una más en la escena de Hollande en una comida con otros mandatarios a ser la sombra del presidente galo, la que aparece de donde menos te lo esperas para evitar lo que nadie desea. Conseguimos enfatizar el papel de Hatt en el equipo del Elíseo. Conseguimos lo que persigue la edición: transmitir el mensaje de la manera más clara posible.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Un texto, un dibujo y una fotografía

Un gran texto, un gran dibujo y una gran fotografía. Nada más. Y una de las mejores dobles páginas que hemos diseñado. Nos ayudaron el azar y el gran Ricardo Martínez. Nada menos.

Los medios de comunicación, tanto impresos como audiovisuales o digitales, teníamos ya preparadas coberturas especiales porque Mandela, uno de esos hombres irrepetibles, llevaba varios meses a punto de pasar a la inmortalidad. Sucedió en la noche del jueves al viernes como suelen suceder estas cosas, siempre de noche, tarde, en el cierre. Como todos, teníamos ya preparadas bastantes páginas... pero ésta, no.


Lo que sí estaba hecho de antemano era el genial dibujo del casi siempre genial Ricardo, de quien no nos cansamos de repetir la suerte que tenemos de compartir redacción con él. Por ser una persona tan encantadora —intenten encontrar alguien que pueda decir algo negativo de él, lo que sea, la más mínima queja, e intenten encontrar alguien que conociéndole no hable maravillas de él— y por ser uno de los mejores ilustradores de la prensa mundial.

Al día siguiente, viernes, y fiesta en España con un largo fin de semana 'constitucional' por medio, Ricardo apareció por la desangelada redacción para entregar el dibujo que ya tenía preparado. Esta ¿pequeña? obra maestra.



Y aquí es donde intervino el azar para terminar de echarnos una mano. Una mano azul, como la que dibujó Ricardo sin saber que las páginas en las que iría tendrían el azul, ese azul, como distintivo de páginas especiales. El sabía que en este día de fiesta su espacio habitual en opinión le correspondía a Idígoras y Pachi, con quienes se turna. A pesar de que él es a quien podríamos llamar el 'titular', y a pesar de la calidad de su dibujo, no quiso de ninguna manera 'quitar el sitio' a sus compañeros y nos lo entregó por si podía tener cabida en alguna otra página sobre Mandela. En cualquiera, ¿no?, aunque... dónde mejor que en la doble de apertura. Sobre la foto, el fotón, no hay que decir nada. Y el texto... leánlo.

jueves, 10 de octubre de 2013

En la cabeza del Papa Francisco

No sé si éramos conscientes del juego que daría el Papa Francisco cuando, hace unos meses, fue elegido para sustituir a Benedicto XVI. Es raro el día que no se hable de él. Por una cuestión o por otra, tiene mucho espacio en los medios de comunicación. Y en algunas ocasiones ocupa el tema de apertura de muchos periódicos, webs, televisiones, etc. Es un Papa que se moja y que dice lo que piensa. Y lo dice alto y claro.

Tan alto y claro como en la entrevista que concedió a una revista católica y que luego replicaron casi todos los medios porque su contenido era muy interesante.

En El Mundo también se publicó. El Papa se mojaba en algunos temas y había que aprovecharlo. La idea de la sección de Mundo era que el Papa abría su mente, daba respuestas que podían suponer una novedad en la doctrina de la Iglesia respecto a temas delicados. Francisco "rompía" lo establecido y se atrevía a decir lo que muchos esperaban de un papa del Siglo XXI.

La primera propuesta fue ésta. Quizá arriesgada por cómo partía la foto, pero también era la más espectacular y la que equlibraba mejor el espacio gráfico con el de texto ya que estaba repartido en ambas páginas. Además también la que reflejaba lo que nos habían dicho desde la sección: "qué piensa el Papa, qué hay en su cabeza".


Sin embargo, también planteamos otras opciones, menos arriesgadas pero también muy efectivas y que respetaban los elementos con los que teníamos que hacer la página: un tema principal troceado en epígrafes y una opinión. Sólo podíamos usar una foto porque no se había distribuido ninguna imagen de la entrevista. Teníamos que tirar de foto de archivo. Concha, redactora gráfica del periódico nos ofreció esta gran foto, una más de las muchas que está ofreciendo Francisco.



Estas dos versiones separaban la carga gráfica de la de texto, sobre todo en la segunda de ellas. No era excesivamente preocupante porque era una página doble, por lo que si lo visualizabas en papel quedaba compensado.




lunes, 29 de abril de 2013

Ojalá lluevan fichas de Tetris...



Hay ocasiones en que los temas que te plantea el día te ayudan a escapar de la rutina. Se abre una ventana para poder hacer algo distinto. Normalmente viene acompañado de un interés especial en el tema en concreto, ya sea por afinidad (hobby), por experiencia (lo practicas) o nostalgia (te transporta a otra época). 

Con esta página de EM2/Ciencia sobre lo buenos que pueden ser el Tetris y el café fue por los tres. De pequeño me pasaba horas jugando, suplicando que saliera el palo largo. Muchas horas. Tantas que alguna vez me he llevado alguna sonora bronca de mis padres por no dejar la dichosa "maquinita". Y ahora porque bebo café. No sé si tres o cuatro o hasta cinco tazas al día son muchas, pero seguro que son más de las que debería someter a mi estómago.



Quizá esos largos ratos que pasé con la Game Boy intentando hacer el mayor número de líneas posible empecé por el tema del Tetris. Era el secundario, pero era con el que tenía más claro qué hacer: jugar con las fichas. Comencé tímidamente, colocando una al lado derecho, la que saldría siguiente para intentar hacer línea. Quedaba bien, pero me quedaba corto. 

Con esa libertad que ofrece EM2 empecé a distribuir más fichas por la página. Un par más al principio. Con la ayuda de Javi Vidal, compañero y amigo, del blog y del periódico, coloqué unas cuantas más, alguna incluso pisando el antetítulo y llegando casi al folio. Quedaba muy, muy bien.


Pero ahora venía el siguiente tema. Armar el resto de la página. Parecía fácil, pero las fichas limitaban, nunca mejor dicho, el espacio para encajar esta pieza. La única solución era esquinar la imagen a la izquierda para que no chocara con las piezas sueltas. Y así lo hicimos. Pero estaba claro que no funcionaba. No encajaba en el conjunto. No hacía línea. 

Junto con Carmelo Caderot, director de Arte, probamos unas cuantas fotografías. Pero no había manera. No funcionaba.

Había que construir la página de otra manera. Y de lo horizontal pasamos a lo vertical. De esta manera podíamos respetar el juego de las fichas del Tetris.

Buscando la foto ideal para el tema encontramos la de los granos de café. El juego parecía claro: imitar al Tetris pero con granos de café, cayendo desde lo alto de la página. Como si lloviera café en el campo. Como si volviera a sostener una Game Boy durante unos instantes.

martes, 16 de abril de 2013

'Quid pro quo'

Tener una sección en el periódico diferenciada del resto es una de las estrategias editoriales más extendida y posiblemente más acertada —aunque resulte difícil 'medirlo'— de los últimos tiempos, aciagos tiempos de crisis. Un tratamiento distinto tanto en la forma como en los contenidos en un cuadernillo del diario supone eso tan manido del "valor añadido" porque, realmente, el lector va encontrar más cosas donde antes no las había: otro tratamiento en los reportajes o incluso reportajes que en las páginas habituales no tendrían cabida, un ritmo distinto de lectura, una edición gráfica más poderosa, más cuidada, más atrevida gracias a un diseño que arriesgue mucho más.

Supone más trabajo en tiempos de recortes de personal, evidentemente, pero se trata del tipo de trabajo que el rigor de las páginas habituales no permite hacer y que diseñadores, fotógrafos, redactores y grafiqueros agradecemos... con la esperanza puesta en que lo agradezcan también los lectores. Un trabajo que, 'quid pro quo', puede verse penalizado en las ocasiones en las que tengamos que intercambiar información entre unas páginas y otras, los tan comentados "cambios" que tantas veces os hemos comentado y que la estructura modular de las páginas de los diarios permiten con cierta facilidad. Y es que, esa modularidad de las páginas es, precisamente uno de los elementos que suelen modificarse en la estructura de los nuevos cuadernillos.


Así diseñamos y publicamos en la primera edición del periódico de este lunes una nueva exclusiva sobre el interminable escándalo del Madrid Arena, incluida en las páginas de la sección 'España'.



Y así abría el suplemento EM/2 —que es precisamente en nuestro diario esa sección diferenciada de la que estamos hablando—, con un reportaje trabajado durante la semana tanto en su diseño como en sus contenidos. Como sucede que las páginas locales de 'Madrid' para la segunda edición del periódico son parte de este cuadernillo EM/2, había que abrir el suplemento con este nuevo tema del Madrid Arena. Y no resultó sencillo readaptarlo todo:


Porque el material gráfico no ayudaba ni un poquito, sino todo lo contrario. Porque lo que se trabajó con tiempo de adelanto había que hacerlo ahora en un momento... junto con todo lo que había que hacer en una tarde de domingo, suplemento deportivo DXT incluido —que es otro cuadernillo con un tratamiento diferenciado también, por cierto—. Acertamos o nos equivocamos casi en equipo porque en estas ocasiones la pantalla de uno, mi compañero de sección y blog Luis Blasco, se convirtió en la pantalla de un corrillo de diseñadores en el que junto a la gran Nora Ayuso estaba yo mismo, con la inestimable ayuda de nuestro entrañable Manu Llorente, redactor jefe encargado de la sección este domingo.

Nada fácil porque, además, no sólo tuvimos que improvisar una apertura y página doble nueva con un material gráfico que era el que era, sino reconvertir, claro, lo que antes era apertura de EM/2 (el reportaje de la sección de Ciencia sobre la afición a correr) en páginas interiores del suplemento... "con el mismo texto", insistía Manu, y los mismos elementos en una estructura que nunca podía ser la misma y con una página menos.


'Quid pro quo', repetía Hannibal Lecter a Clarice, ¿recordáis? Yo te doy información y tú me cuentas cosas de tu vida. 'Algo a cambio de algo', la posibilidad de hacer páginas diferentes... a cambio de una dificultad añadida en modificarlas con la rapidez y facilidad que la estructura modular que dejan de tener permite.

lunes, 25 de febrero de 2013

Un caso (mágico) práctico

Hace exactamente una semana, el lunes pasado, tuvimos la oportunidad de volver a vivir una de esas situaciones ¿mágicas? que sólo pueden vivirse si tienes la suerte de formar parte de la redacción de un periódico. Uno de esos momentos que luego contarás varias veces, convertido en el inevitable 'abuelo cebolletas', que parecen diseñados por los dioses de la prensa para que todo resulte mucho mejor de como lo habías planificado y que suponen que tengamos que cambiar casi todo lo que habíamos hecho en un día de duro trabajo, con muy poca gente y en la peor hora en la que podría suceder: a punto de cerrar la primera edición, sobre las diez de la noche.

Vivimos el lunes pasado una extraña sensación ¿mágica? que bien podríamos describir como: estando hasta los huevos al nivel máximo... mirarnos a los ojos y estallar en una carcajada.


Teníamos una entrevista, muy buena (merece mucho la pena, insistimos, por si alguno no ha tenido la oportunidad de leerla y para mayor desgracia de los 'gurupollas' quienes, por cierto, qué mal comienzo de año están teniendo...) con Francisco Marco, detective propietario y director de la agencia de ¿investigación? 'Método 3', que está protagonizando los conocidos e increíbles casos de espionaje político en Cataluña, y más allá de Cataluña. Un auténtico emprendedor, cuya iniciativa privada requerían al parecer, además del gobierno de la Generalitat —esto no es 'al parecer' porque está reconocido y en las cuentas públicas, además de subvenciones en forma de "ayudas a la innovación"—, iniciativa privada, decíamos, que requerían también todos los partidos políticos catalanes para espiarse entre sí, e incluso la formación política más votada e importante en esta comunidad para espiarse a sí misma. Unos de sus miembros a otros, queremos decir. Todo supuestamente, claro está.

Pues en esas estábamos, recién terminada la portada con la entrevista abriendo a cuatro columnas —los cambios de páginas siempre, siempre, siempre se producen en cuanto la página está terminada, NUNCA antes, después puede que sí—, cuando aparece por la sección de Diseño donde el director adjunto terminaba con nosotros la portada, el gran Fernando Lázaro, uno de los más grandes periodistas de nuestro país, a quien además tenemos un cariño más grande aún, para anunciar: "No os lo vais a creer...  ¡acaban de detener a Marco!" —sí, ése, el de la foto a cuatro columnas, el de nuestra entrevista—, junto a tres de sus ex empleados en la agencia de detectives. Acudieron varias personas más por allí en pocos segundos anunciándolo a su vez y convirtiendo nuestra sección en algo parecido a esas redacciones que hemos visto en las películas cuando se desborda la emoción periodística. Y fue entonces cuando nos miramos. Y nos reímos. Por la misma emoción... y porque sabíamos lo que venía por delante.


Esta era la portada que acabábamos de terminar cuando la policía tuvo a bien detener a Francisco Marco con la acusación de "revelación de secretos" y delitos contra la intimidad de las personas. Que hubo que modificar.


Y ésta era la entrevista a doble página que teníamos en exclusiva con este presunto espía profesional de políticos, contratado por políticos. Que había que modificar.


Y ésta era la apertura en página doble con varios temas de corrupción política (sí, esos temas que, hasta la fecha, sólo publican en exclusiva periódicos impresos en papel), que en ese mismo instante dejaban de ser los temas de apertura y por eso... había que modificar.


... para hacer con ellos páginas interiores de la sección de España, que ahora abriría, lógicamente, con la entrevista a Marco, pero con una necesaria reestructuración para incluir como noticia principal lo que acababa de suceder, su detención.


Que es la misma reestructuración que sufriría la portada, llevando ahora la entrevista por debajo y el nuevo tema de la reciente detención por arriba, mandando.


Dejamos de reírnos, claro, e hicimos todo esto muy serios, muy deprisa, en un tiempo que parecería imposible de conseguir de no ser porque la redacción de un periódico, además de un lugar lleno de increíbles profesionales, es, todavía, un espacio mágico en el que, a veces, pueden suceder cosas imposibles, como tener una entrevista con el personaje principal de la trama del espionaje político en Cataluña —y Madrid, que aquí tampoco nos libramos del asunto, y con el mismo protagonista— y que lo detengan en ese mismo día, a la hora en la que teníamos todo terminado.

Cuando tuvimos todo listo en su nueva versión, muy muy muy poco tiempo después, paramos. Y volvimos a mirarnos... y nos reímos de nuevo.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Doble horizontal... y distinta

Parece imposible que algo se pueda hacer tan mal. Y no hablo en este caso del diseño de páginas, sino de la tragedia del Madrid Arena, en la aparecen irregularidades en todos y cada uno de las aspectos en los que se investiga, cuando no flagrantes incumplimientos de la ley. Por parte de la empresa privada, cuyo nombre es mejor no mencionar porque parece una trágica ironía, y por parte de los responsables del Ayuntamiento de Madrid, técnicos y/o políticos, cuya responsabilidad primera es preservar la seguridad de los ciudadanos... y no sólo cumplir sino vigilar y hacer que se cumpla la ley. Pero es que ni de manera intencionada parece posible que se puedan acumular tal cantidad de despropósitos, tan graves, uno tras otro, todo lo que era susceptible de ser incumplido.

También ha puesto de manifiesto el nivel —tanto intelectual como político— y el comportamiento de una alcaldesa —viaje al spa portugués de lujo en medio de la tragedia incluido— cuyo principal mérito parece ser el de haberse casado con un señor que llegó a ser presidente del Gobierno, motivos por los cuales  muchos madrileños se avergüenzan ahora de tenerla como máxima ¿representante? y ¿autoridad? de nuestra ciudad, capital del país y una de las urbes más importantes del mundo. Entre innumerables artículos críticos con la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, destacamos los publicados por Jesús Cacho, brutal, y el titulado En apenas un mes, de nuestro compañero Fernando Baeta, director de elmundo.es. Resultaría del todo inverosímil el guión de una película que relatara todo lo sucedido en relación al Madrid Arena tal y como lo vamos conociendo. No nos lo creeríamos. Pero sucedió, para mayor desgracia, sobre todo, de cinco familias.

Si hablamos de páginas relacionadas con el Madrid Arena, resulta difícil elaborar nuevas propuestas principalmente porque el material gráfico es el que es. Y ya no hay más. O aparecen fotografías que hasta ahora no se han hecho públicas o no vamos a tener buenas imágenes, distintas e informativas, a las que ya hemos publicado si hay que volver de nuevo sobre los hechos de la noche del 1 de noviembre. Nuestro periódico descubrió y publicó la semana pasada, por ejemplo, que durante horas no hubo nadie en la sala de de pantallas que debía controlar todo el recinto, algo elemental en la seguridad y que podía haber evitado la tragedia. Y no hay imágenes, evidentemente, de aquella sala vacía llena de televisiones conectados a más de 100 cámaras grabando todos y cada uno de los rincones del recinto, que nadie miraba.

Si, además, tenemos que hacerlo en una doble, cuya segunda página tiene un 4x5  (toda la mitad inferior) de publicidad.... Pues terminamos irremediablemente recurriendo a fórmulas acostumbradas:


¿Le damos una vuelta? ¿Pensamos un poco al revés esta vez... que disponemos de unos minutillos para hacerlo antes de que le llegue el turno al siguiente? Al revés, porque lo habitual es buscar la verticalidad en las páginas de un periódico en vez de estructuras horizontales que supuestamente son más 'calmadas', con menos tensión y que estilizan menos las páginas, cada vez más cortas por los recortes en el tamaño del papel. No aquí:


Disponer los elementos en dos bloques horizontales, igualando con la publicidad, hacen que consigamos una doble muy eficaz en la que todos ellos están más integrados. Es más 'una doble' que en la primera versión clásica en la que siempre tenemos esa publicidad como obstáculo para conseguir precisamente esa buscada unidad entre las dos páginas. Los textos de las tres piezas, el tema principal, el apoyo y el artículo de opinión de gran extensión son exactamente los mismos, con la excepción de un retoque mínimo en el título y en la entradilla, nada más. Las imágenes son las mismas. La doble página es completamente distinta.

Esta disposición nos permite además estilizar de otra manera, 'tirar' de ellas visualmente hacia arriba y abajo, crear un pequeño juego con los espacios en blanco... 



...que es una de las características que distinguen precisamente a las páginas de EM2 —la parte del periódico que cada día engloba las anteriores secciones de Cultura, Ciencia, Salud, Comunicación y toda la sección local de Madrid en segunda edición— con una propuesta tipográfica, de estructuras de páginas y contenidos propia y diferenciada.