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viernes, 11 de diciembre de 2009

¡Salimos (creedme) en Iron Man 2!

Iron man, buscando su casco...

Hace unos días, un amigo un tanto friki me pasó las últimas imágenes promocionales de Iron Man 2, que se estrenará a mediados de 2010. Nada fuera de lo normal si no fuera por un pequeño detalle: en una de las imágenes, el malo de la película -un irreconocible Mickey Rourke, irreconocible no por la caracterización, sino por esa cara de pepón de plástico que se le ha quedado al pobre...- observa una armadura en su ¿taller? A lo que vamos. Como buen malo-malo de peli americana, tiene toda la pared forrada de recortes de periódicos y revistas de su mayor enemigo, en un sutil intento de no parecer culpable, suponemos... Muchas muy reconocibles, la Rolling Stone, la revista Forbes, el rediseñado Toronto Star, y entre tantos, en primera línea... El País. Con una portada modificada para la ocasión, que la verdad es que se ve bien clarita. Y claro, nos pusimos a buscarnos. Pues creedme, El Mundo también aparece. El problema es que no se le ve la cabecera, pero he hecho tantas de esas que la reconocería casi con los ojos cerrados. Esa banda azul en la columa de los hoy es inconfundible. O sea, que también estamos en el escondite del malo. ¡¡La ilusión que nos hace!!


Ponemos la flecha roja en un lamentable intento
de que encontréis la portada. Creednos, eso es EL MUNDO...


¡Y decíais que la prensa estaba muerta! ¡Ja! Mientras queden malos malísimos que empapelen sus paredes con portadas y recortes de prensa estaremos salvados...

martes, 26 de mayo de 2009

La sombra del papel
(una de periodistas)

Sucede de cuando en cuando. Que se ruede una buena película sobre la prensa. Y sucede de vez en vez también que Rusell Crowe nos ofrezca una gran interpretación. Ahora coinciden, cuando y vez, con el título de "La sombra del poder" (State of Play), la primera película de la que tenemos noticia en la que se aborda, de manera tangencial pero muy destacada, el debate entre papel e internet en lo que al periodismo se refiere.



-Ella es barata, no se queja, escribe mucho y rápido -describe una estupenda Hellen Mirren en su papel de directora del Washington Globe, escenario de la película, a la joven "bloguera" que formará singular pareja con el experimentado periodista de papel.
-Sí, y yo estoy sobrealimentado, escribo lento y soy muy caro -replica el experimentado periodista interpretado con una verosimilitud cercana a la perfección por Rusell Crowe.
Dos sencillas frases que resumen a la perfección lo que está sucediendo en nuestros medios de comunicación. La película está dirigida por Kevin MacDonald ("El último rey de Escocia" es su trabajo más conocido y valorado hasta ahora) y está escrita por Tony Gilroy (guionista entre otros trabajos de la exitosa y magnífica saga de Bourne) y por Peter Morgan ("Frost y Nixon") quienes, a la vista del resultado, además de construir un thriller vigoroso y lleno de tensión, saben lo que sucede en el interior de los periódicos. O lo saben los autores de la serie de televisión de la BBC, en seis capítulos, de la que esta película es una adaptación.

Otro ejemplo de por qué decimos que saben de lo que hablan sucede en la magnífica bronca de la directora Mirren a nuestra singular pareja de reporteros. En el curso de su investigación periodística descubren un supuesto escándalo sexual de un congresista (a quien da vida un desconocido Ben Affleck, que nos sorprende con una solvencia desacostumbrada en él). No son datos contrastados, ni parecen verosímiles, son datos para desviar la auténtica investigación, pero la joven "bloguera", interpretada por Rachel McAdams, tiene declaraciones de una mujer que dice haber participado directamente en el hecho y quiere publicarlo "antes de que lo hagan otros". El veterano periodista consigue convencerla de lo contrario y, evidentemente, lo publican "otros". En concreto, un tabloide sensacionalista, que esgrime la airada directora: "Teníais la noticia y no me la dísteis". "Es mentira, no es una noticia", replica Crowe. "La única puta noticia que tenemos es que este periódico se está hundiendo", le replica ella a él. La directora explica brevemente cómo funciona el negocio: nuestros dueños quieren que vendamos más, esta "noticia" se publica en primera página y vendemos más; si es mentira, al día siguiente publicamos el desmentido y vendemos también más; después alguien se derrumba porque hemos contado estas cosas... y también lo publicamos y vendemos más.

La sombra del poder al que se refiere el título en castellano no es el del menguante poder de la prensa, ese supuesto "cuarto poder" al que de siempre hemos preferido llamar "contrapoder" (un poder enfrentado al poder) y que hasta el momento han utilizado casi en exclusiva los periódicos impresos sin que aparezcan perspectivas de que vaya a pasar a manos de los sitios de internet, se refiere, decíamos, al poder político y a sus oscuras connivencias con ejércitos privados. "Pasará a buen seguro a la lista de grandes del género junto a las inolvidables Todos los hombres del presidente y Primera Plana", escribe Ramón Lobo en un lúcido análisis tanto de la película como de las relaciones internet-papel en su magnífico blog periodístico En la boca del lobo (imprescindible referencia que figura desde hace ya tiempo en nuestro listado de enlaces dinámicos, blog alimentado por uno de los grandes veteranos periodistas de nuestro país, especializado en información internacional).

Espero que no se nos enfade nadie porque hoy hablemos de cine, ya os comentamos hace no mucho en un artículo titulado ¿Pero no es esto un blog de diseño? que "de todo se nutre el diseño", que conocer los contenidos de una página es fundamental para diseñarla bien, y que por eso aunque tratemos de manera directa el diseño periodístico también lo estamos haciendo con la fotografía, con la pintura, con exposiciones, política o el periodismo en general y, hoy, por primera vez con el cine. Primera y seguramente no última vez porque estamos a la espera de que nuestros queridos colegas de blog Javier Vidal y Quique Falcón se decidan con una sección de "cine periodístico" en la que nos ofrezcan su más que interesante punto de vista sobre lo que saben y aman acerca del cine. Que no es poco.

En cuanto al punto de vista de quien nos cuenta "La sombra del poder", está del lado del papel, y son continuas las alusiones al periodismo "apresurado", "poco contrastado", escrito por "sanguijuelas" de internet, frente a quienes hacen lo contrario en sus trincheras de celulosa. A pesar de eso, la curiosa pareja logra hacer un equipo de auténtico periodismo de investigación trabajando juntos. Algo de ese espíritu complementario del que hemos hablado en más de una ocasión. No papel o internet, sino papel e internet. "Una noticia así", confiesa no obstante al final la "bloguera" cuando consiguen, o creen haber conseguido, tener contrastada la historia, "merece ser leída en papel", y tal vez por eso nosotros, románticos, ingenuos, sobrealimentados y lentos, caros, obsoletos, nos identifiquemos tanto con el planteamiento de esta gran película, incluidos sus emocionantes títulos de crédito finales. Porque sucede de vez en cuando también que los títulos de crédito de una película merezcan que hablemos de ellos como en esta ocasión, en los que al ritmo eléctrico de la Creedence Clearwater Revival y su "Long as I can see the light" las rotativas que hasta entonces soñábamos con que apareciesen en pantalla, aparecen definitivamente y comienzan a girar... ¡Joder! ¡Cómo se va a morir esto!, ¡pero como coño se van a parar estas máquinas infernales y maravillosas!