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viernes, 26 de enero de 2018

Formatos e identidad visual

Es el mejor formato. Era el mejor formato, en el caso del periódico británico The Guardian, el (hasta ahora) periódico mejor diseñado del mundo.


El formato de periódico berlinés (315 x 470 mm, aproximadamente) es un tamaño intermedio entre los denominados sábana (más grande y con medidas que varían mucho de unos periódicos a otros) y los tabloides (más pequeños, 280 x 430 mm, aproximadamente también y menguando, que el papel cuesta dinero). Es menos conocido que ellos, sobre todo en nuestro país, pero a mí me parece, me ha parecido desde hace mucho tiempo, el formato ideal para diseñar las páginas de un diario impreso.



Que ahora, en formato tabloide, lucen, y lucen muy bien, así:














imágenes de @GuardianDesign en Twitter

The Guardian se ha comenzado a publicar desde la semana pasado en formato tabloide, y lo ha hecho por motivos estrictamente de recorte económico. Como se puede apreciar en las nuevas páginas que os muestro arriba (con todas las prevenciones de que no es en absoluto lo mismo verlo en pantalla que impreso en un papel prensa que cada vez es de menor calidad, también por lo del recorte de gastos tenga las consecuencias que tenga), siguen alcanzado la excelencia en el diseño periodístico. Pero el periódico, desde el punto de vista gráfico, como no puede ser de otra manera, es evidentemente peor que el de hace una semana. Han hecho, una vez más, un gran trabajo en la readaptación de su formato porque la calidad de su equipo de diseño es mucha. Muchísima. Pero hay algo contra lo que no se puede luchar, porque el formato es un límite y un marco que estructura de una manera determinada los contenidos y si pierdes el formato, pierdes lo que el formato conlleva. Si recortas, recortas calidad. Tanto si lo haces despidiendo periodistas como empobreciendo el soporte de la información. Es imposible que sea tan elegante como lo fue, como es realmente complicado que puedan hacer ahora, por ejemplo, lo que nos mostraron en aquella fabulosa serie sobre los denominados 'Panama Papers' que os enlazamos en su momento.






Ahora, eso sí, siguen manteniendo su identidad visual de una forma admirable. Como tiene que ser, y como no suele ser por estos lares, lamentablemente. Crear identidad es uno de los elementos fundamentales del diseño periodístico, y una de sus razones de ser. El papel, la web y aplicaciones, así como sus cuentas en las redes sociales, mantienen una coherencia tipográfica, de colores y estructuras que sólo se pueden conseguir con una dirección de arte unificada. Una asignatura pendiente para los periódicos españoles, especialmente para quienes deciden sus estructuras de personal y flujos de trabajo, así como las estrategias tanto empresariales como editoriales. No es tan difícil. Sólo se trata de saber qué hay que hacer, y hacerlo.

Ya sea en papel...




...como en la web... (imágenes de @GuardianDesign en Twitter y 'BrandNew')

...en el móvil... (imagen de 'BrandNew')


...y hasta en las redes sociales.





Una marca, una identidad visual, para 'gobernarlos' a todos, como dijo el poeta.

Os enlazo un interesante artículo (inglés) sobre el rediseño de The Guardian publicado por la BBC, y otro más en Brand New (inglés también, sorry), en el que analizan los cambios tipográficos con mucho rigor. Precisamente, es la portada, y debido al menor tamaño de la página, el aspecto que menos convence a Amol Rajan, el analista de la BBC:
"When you change from broadsheet - or indeed Berliner - to compact size, you obviously lose a lot of height. That means that the journalism gets squashed, or pushed downwards. There's a danger it can be cramped, and doesn't have room to breathe."
Que es exactamente, lo que sucede, sobre todo por aumentar el peso y tamaño de la cabecera a la vez que se pierde superficie de papel. Para Rajan, además del 'aplastamiento', se pierde mucha información en la página, o capacidad para incluir más información en ella, aunque afirma estar seguro de que "the designers will find a way of creating more height on Page One, so that the lead story and picture can stand out more".


Para finalizar, recomiendo muy mucho seguir en Twitter @GuardianDesign (de donde he obtenido las páginas actuales que os muestro), cuenta oficial del departamento de Diseño del periódico... y, como debe ser, también de la web y de todas sus plataformas digitales.

martes, 23 de mayo de 2017

Homenaje del barrio madrileño de Tetuán a la prensa escrita (y III) - El diseño de la información

Como ya os hemos contado en dos entradas anteriores, la primera sobre una exposición de periódicos impresos de todo el mundo y de portadas de primeros números de la prensa española en toda su historia, y la segunda sobre la ponencia de Fernando González Urbaneja sobre "La libertad de expresión después de 38 años del artículo 20 de la Constitución Española", el periódico local Tetuán 30 días junto con la Junta de Distrito del barrio madrileño de Tetuán y la Hemeroteca Municipal de Madrid han organizado durante todo este mes de mayo un Homenaje a la prensa escrita.

En esta tercera y última entrega, os contamos la conferencia que nos ofreció el gran Ricardo Curtis, periodista y diseñador del que os hemos hablado ya en varias ocasiones y que, desde luego, no necesita presentación en el mundo del diseño periodístico y de la prensa española en general.



Ricardo Curtis en su conferencia 'La prensa de papel ante el desafío digital' impartida en la Junta Municipal del distrito de Tetuán (Madrid), el pasado 4 de mayo.

La prensa de papel ante el desafío digital

Si se suele recurrir al tópico de que el movimiento se demuestra andando, Curtis enseñó a todos los presentes en qué consiste el diseño periodístico... ¡diseñando una página! Impagable.

¿Cómo se comienza a diseñar  una página? Pues como hemos repetido tantas y tantas y tantas y tantas veces, con el contenido. Con una noticia. Con una historia que contar. Y ahora, teniendo la historia, teniendo el contenido y en función de ese contendido, decidiendo la forma más eficaz de contarla.

Curtis nos mostró un teletipo real, que es una de las formas habituales en las que llega la información a una redacción. No es la única, no la más deseada por los periodistas, no es la ideal... pero real y necesaria también de diseñar. Y a partir de ese primer teletipo tenemos ya un texto y un título, que tienen un formato determinado previamente por el estilo gráfico de nuestra publicación, por el prototipo que se hizo el primer día: una tipografía, un tamaño de letra, un ancho de columna... Además, en esa maqueta gráfica prototipo tenemos cinco columnas en un formato tabloide. Podemos decidir dar una columna a esa noticia, dos, tres, cuatro o las cinco. Dependiendo de la importancia que el responsable de la sección determine para esa noticia. Es la jerarquía informativa. Fundamental.




Ricardo Curtis sigue leyendo la noticia. Se trata de un cierto escándalo referido al descubrimiento de que Coca Cola está vendiendo "agua del grifo" embotellada en Reino Unido como si fuese agua mineral. Además encuentra entre el texto las reacciones de la competencia, algo que puede servir como primer apoyo. La noticia parece tener interés y necesitamos una imagen. Eso aumenta la valoración que le damos y el impacto visual que queremos buscar en los lectores. Encuentra una botella de esa marca entre las fotografías que comienzan a enviar las agencias. Tenemos ya algo así:



Curtis sigue leyendo. Siempre el contenido. Coca Cola, evidentemente, dice que no vende "agua del grifo". Que su agua embotellada no es de un manantial —es decir, es 'del grifo'— pero que está tratada con un procedimiento que hace que su agua merezca ser... comprada. Nada más y nada menos que la ósmosis inversa. ¿Qué carajo es la ósmosis inversa?, nos preguntamos o deberíamos preguntarnos porque seguro que nuestros lectores se lo preguntarán.

Pues la ósmosis inversa es aquello que nos va a proporcionar el siguiente elemento informativo importante de la página, que situaremos por debajo y también a tres columnas. Y, además, lo explicaremos de la mejor manera posible incorporando un gráfico.




Pero todavía se puede ir más allá. Casi siempre se puede. Esta marca de agua no lleva demasiado tiempo en el mercado. Es un lanzamiento reciente. Curtis supone durante esa tarde imaginada en una redacción que habría habido anuncios de este producto en su momento, hace relativamente poco. Y, efectivamente, ahí están. En internet se encuentran imágenes sobre la forma de anunciar el agua, que además ahora resultan irónicas, si pensamos en que esos chorros que caen sobre unos jóvenes son agua del grifo. Tenemos el texto, el título, la botella, el apoyo pequeño sobre las reacciones de la competencia, el gráfico sobre el tratamiento del agua, ahora, también la imagen publicitaria.


Está diseñada ya toda una información, que ha crecido con todos estos elementos hasta tener cuatro columnas, y dispuesta en una página. Pero seguimos atentos a cualquier circunstancia que pueda enriquecerla y, sobre todo, a cualquier nuevo dato que pueda obligarnos a cambiarla en función de la actualidad hasta el último momento disponible antes del cierre. Hemos comenzado diciendo que partimos de un teletipo. Es una noticia que todo el mundo tiene, que la están difundiendo las agencias, internet... y que obliga a que Coca Cola España tenga que reaccionar. ¡Oigan!, clientes, que aquí en España no vendemos "agua del grifo". El agua que embotella y vende aquí esa empresa proviene del manantial de tal y tal. Coca Cola emite un comunicado que nosotros llevaremos, finalmente, a la quinta columna de la página, armando por completo la noticia en función de los contenidos y con los principios fundamentales del diseño periodístico: orden, jerarquía e identidad (que nuestra página parezca de nuestro medio con la tipografía, el color y los demás elementos gráficos).


Resultado final: Noticia a cuatro columnas con un texto principal, título y subtítulo; imagen de la botella que ilustra de qué estamos hablando; imagen de la campaña publicitaria y un pequeño apoyo sobre ello; apoyo principal en la parte inferior con gráfico que explica el tratamiento del agua; tercer apoyo pequeño con las reacciones de la competencia en la parte inferior de la primera columna; y, finalmente, columna de salida con el comunicado de última hora emitido por la empresa.


Una vez que tenemos la página completa, el soporte de papel nos permite diferentes lecturas, tal y como nos mostró Ricardo Curtis a continuación:


Y no se quedó aquí la lección de este maestro de diseñadores periodísticos, porque lo siguiente fue ir más allá con la noticia en cuestión y abordar cómo sería su diseño en los distintos formatos digitales: pantallas de ordenador, tabletas, teléfonos móviles... para una vez tenerlos, buscar las diferencias y las posibilidades de ambos ámbitos: el papel y el digital.



Las primeras conclusiones que extrae Curtis sobre el medio, sobre cómo aparece la información, el papel del lector y el grado de control del emisor:


¿Es algo positivo o negativo cada una de las características de los distintos ámbitos, papel o digital? Pues ni una cosa ni otra, porque lo que ofrecen son distintas posibilidades, tanto al periodista que puede optar por "controlar su mensaje para evitar una descodificación aberrante" (papel) o "dejar que el lector haga su composición del lugar" (digital), como para lector, que puede preferir que un profesional le ofrezca  un trabajo completo "que para eso pago" (papel), o bien "buscarse él la vida, porque no se fía" (digital).




Curtis aporta algunas ideas interesantes, puro sentido común y la sabiduría de su experiencia, para lo que él denomina "resolver el dilema". El periodista utilizará tanto el papel como el digital, ya que "son herramientas de las que dispongo para comunicarme con lectores y audiencias", algo que venimos proclamando aquí desde hace unos cuantos añitos. Que no tenemos por qué renunciar a nada. Que no es papel o digital, sino ambos. Y lo utilizará el periodista "en función del mensaje que quiera transmitir", mientras que el lector tendrá más opciones y podrá acudir a uno y otro medio en función de sus propios intereses. Ampliar y no limitar.

Qué significa esto para el mundo de la prensa escrita, según Curtis. Pues que "el papel sigue siendo una herramienta de comunicación que tiene su propia narrativa: la puesta en página". Y esa puesta en página permite dar a la información un valor añadido, como muestra el ejemplo real que nos propuso, entre muchos otros, sobre una misma noticia aparecida recientemente en La Vanguardia:



Valor añadido que además se refuerza en el caso de los grandes reportajes de profundidad, género periodístico que Curtis considera, y unos cuantos con él como nosotros, como un claro ejemplo donde el papel es el soporte ideal:




Las enormes posibilidades también del papel para enfatizar informativamente los mensajes:


Así como la posibilidad de aprovechar la narrativa del papel, para convertirlo en una herramienta de creatividad y de auténtico periodismo visual, para lo que mostró distintas páginas elaboradas por la sección de diseño del diario El Mundo con Rodrigo Sánchez —síganle la pista si es que aún no lo hacen— como director de Arte, al que calificó en su ponencia como "uno de los mejores diseñadores de prensa del mundo":







Capaz incluso de poner en página el jazz vanguardista de Keith Jarret y que lo 'veamos' antes de leer el texto, el mordisco de un vampiro utilizando la tipografía y el color, la  ilustración y la tipografía entrelazadas, un eclipse, la ruptura del punk, o incluso el silencio. Pura excelencia en el diseño periodístico.

La paradoja de la situación actual, según ha expuesto Curtis en varias ocasiones y también en esta última conferencia suya, es que "el diseño y la puesta en página está alcanzando su máximo histórico de excelencia en la prensa escrita... justo en el momento en el que lo digital amenaza con hacerla desaparecer". Y si bien el panorama no es muy alentador, mi muy querido maestro Curtis, encuentra una esperanza: "La excelencia en la narrativa de la puesta en página podría ser la base de la reinvención de la prensa escrita". No obstante, termina recomendándonos que pase lo que pase... "¡que Dios nos pille conectados!".