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lunes, 16 de julio de 2012

Pase de página

No es muy frecuente. En realidad, es la primera vez que veo una publicidad con pase de página, lo que por un lado está bien, o muy bien, visto desde el lado oscuro de una crisis que no sólo no termina sino que parece ir a más, a peor; y por otro lado ¿es del todo correcto?, por aquello de separar información y publicidad, de darles un tratamiento diferenciado. Porque hasta ahora, sinceramente, yo no había visto un pase de página en una publicidad.



Apareció la semana pasada en la portada del diario El País, el jueves 12 de julio, el mismo día en el que precisamente el presidente del Gobierno anunció el mayor recorte de gasto público y a la vez la mayor subida de impuestos no de la etapa democrática, como informa esta primera página, sino posiblemente de toda la historia de nuestro país (es imposible que haya habido antes un recorte así, al menos en términos de cifras absolutas, entre otras cosas porque el tamaño de nuestra economía nunca ha sido como el actual). Y eso que, además, nuestro presidente ocultó al Parlamento y a todos los españoles algunas "sorpresas" más, práctica ya habitual en Mariano Rajoy, sorpresas que tuvimos que "descubrir" este último sábado cuando fueron publicadas en el BOE (Boletín Oficial del Estado). La "letra pequeña", ya saben, que cada vez se usa más. Combinada con la #neolengua que nos insiste en que en España no ha habido rescate y que por consiguiente no hay condiciones, ni recortes... sólo reformas.

Pero no nos distraigamos con la aburrida política, hablábamos de publicidad, tan necesaria para el negocio de los periódicos impresos y tan escasa que lo último sería ponernos ahora exquisitos. Bienvenida sea, ¿incluso con pase de página? Sí, absolutamente. Por cierto, por si algún lector no sabe a qué me refiero con lo del "pase de página", pues se trata de esto:


Esta es la publicidad a la que me refiero.



Y este textito en el que dice "página 5" es lo que se denomina "pase de página".

Un pequeño texto compuesto generalmente en una tipografía distinta a la del texto base y habitualmente en negrita, para destacarlo, que nos remite a otra página determinada en la que se desarrolla esta misma noticia. Sí, hasta ahora noticia.

En la primera página de un periódico todas las noticias suelen llevar este "pase de página" porque la portada es un escaparate en el que se destaca y muestra lo más importante que hay en las páginas interiores, a juicio del director. En las noticias, decíamos, no en la publicidad. Si ya ocupar una parte del "tejadillo", esa parte superior de la portada bajo la cabecera, es algo inusual para una publicidad, que además lo haga utilizando un pase de página... Y ¿qué encontramos en esa página 5 a la que nos remite este pequeño anuncio?


Pues un anuncio.

Comenzaba diciendo que la publicidad con pase de página no es muy frecuente aunque tengo que reconocer que en el seno de encajabaja se ha producido un pequeño debate sobre la cuestión de si es esta la primera vez o no. Para mí, sí lo es, porque yo no lo había visto antes, pero todo es cuestión de fijarse. Porque en cuanto prestes un poco de atención, seguro que empiezas a ver más...


En algún periódico de hoy mismo, sin ir más lejos. Por cierto, atención a las TRES noticias que publica hoy El Mundo en su primera página, imagen incluida. Por si a nuestro querido presidente del Gobierno le sirven para analizar la crisis como es debido y como es debido poner las medidas realmente oportunas. Periodismo del bueno y necesario, impreso en papel y ¿por primera vez? con un módulo de publicidad por debajo, el clásico dos por dos de portada, y con pase de página.

martes, 10 de julio de 2012

Estas portadas de 'La Razón'

De un tiempo a este tiempo, las noches de tuiter se llenan de indignados y escandalizados enlaces a las portadas que cada jornada [nos ofrece] Marhuenda, director del periódico madrileño La Razón.


Y cada noche me niego a retuitear y a enlazarlas, a participar en la campaña de promoción gratuita que generan sus airados detractores sin pretenderlo. Por eso resulta cuando menos contradictorio que ahora escriba no un tuit sino todo un artículo sobre el asunto, con imágenes de las [...] portadas incluidas. Pero es que ya está bien, porque esta forma de actuar, como una [...] y [...] para lograr difusión como sea, o bien por una total conjunción de [...] y absoluto [...] y falta de [...], considero que hace daño a mi profesión. Al diseño periodístico. Al periodismo, pues. Como nos dijo también en tuiter sobre este tema, y dijo bien, Víctor de la Serna —destacado columnista del diario El Mundo con, entre otras, una imprescindible columna sobre medios de comunicación que os recomendamos—  "no hay otro remedio que desmarcarse lo máximo posible de eso". Así que antes de desmarcarme del todo romperé mi tozudo no querer mencionar siquiera el tema sólo en esta ocasión para señalar que, en mi opinión, estas portadas en concreto —no así el conjunto del periódico— contribuyen aún más al [...] de la prensa impresa porque, independientemente de su contenido, su diseño periodístico, hay que decirlo con toda la claridad y rotundidad necesarias, es [...].


A no ser que consideremos que como forma y contenido deben ser uno —algo que, por otro lado, repetimos siempre—, los contenidos fueran del mismo nivel [...] que tiene su diseño, el diseño de estas portadas en concreto. En tal caso, improbable porque supondría elaborar contenidos así de [...] de manera consciente, el diseño sería perfecto. Pero de contenidos, en esta ocasión, no hablamos.

También es posible que la causa esté en [...], circunstancia que sinceramente desconozco. Que [...] el propio Marhuenda, quien en primera persona se enorgullece de sus [...] portadas y las promociona desde su tuiter. Silvia Cobo se preguntaba también en tuiter una noche de éstas a propósito del tema de cada noche por lo mal que debía pasarlo el director de arte, y no supe contestarle —porque no lo sé— si el periódico en cuestión tiene o no este cargo porque en la mancheta del periódico no figura que exista. Evidentemente, a los profesionales 'obligados' a esto no se les puede reprochar o elogiar nada sino todo lo contrario, más bien solidarizarse con su delicada situación. Quien se responsabiliza de las famosas portadas dice de sí mismo ser "un hombre muy preparado", así que esperemos que se refiera con ello a disciplinas distintas a las del periodismo —creo que es doctor en derecho—, y especialmente al diseño periodístico, parte fundamental en el valor añadido de los periódicos impresos para lograr credibilidad y rigor, tal y como las propias portadas de La Razón muestran.




Estas portadas de La Razón pertenecen a lo que podríamos denominar un 'estilo' de diseño periodístico: las portadas póster, o viewspaper, como lo llaman últimamente gurúes y modernos con la simplona pretensión de que el viewspaperismo es algo moderno y divertido y rompedor y joven... Y guay. Y sí, lo es. O no. Depende de cómo se haga, pero no por el mero hecho de serlo. Lo de guay, decimos. Porque lo de moderno, basta un simple vistazo a la monumental 'Historia gráfica de la prensa diaria española' de nuestro querido Fermín Vílchez para comprobar que existe casi desde que los periódicos existen, desde que las posibilidades técnicas lo permitieron. Se trata sencillamente de hacerlo bien o no, de hacerlo de manera profesional y digna, como lo hacían en el desaparecido Público —con la excepción del maltrato tipográfico por un inexplicable abuso del track negativo, tanto en las portadas como en todos los títulos de las páginas interiores— y hacían y siguen haciendo en El Periódico de Cataluña (que combina además los dos principales estilos de diseño en un interesante híbrido, unos días más 'visual' y otros más 'textual') tal y como podemos ver en estos magníficos ejemplos:




O de hacerlo [...]... por muy viewspaper que sea:



De la misma manera que existen gradaciones en el otro 'estilo' de diseño periodístico, el que podríamos llamar 'textual', o más clásico —si de verdad creemos que el estilo 'visual' es más reciente—. Vean esta absoluta maravilla del Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung que algún amante del 'diseñismo' calificó del "triunfo de lo vulgar" cuando resultó premiado por la SND como periódico mejor diseñado del mundo (galardón que sólo parece merecer la pena cuando recae en algún viewspaper para una manera de entender el diseño periodístico más volcada en la decoración que en la información).


Como también se pueden hacer verdaderas [...] dentro de este denominado 'estilo textual' con el mismo [...], [...] y [...] que 'las' portadas de La Razón:



Volviendo al tema que espero no volver a tratar, el de 'estas' portadas que por supuesto seguiré sin enlazar ni retuitear, existe también la hipótesis de que nos encontremos ante el fenómeno que podríamos llamar del '[...] intencionado', o '[...] identitaria', es decir, una realización [...] como marca de la casa, lo [...] como seña de identidad. ¿Recuerdan el famoso primer fotomontaje del Huffington Post español?


Si hasta el tipo de letra parece que hubiera fallado... La voluntariosa señora Arianna Huffington triunfó —y vaya si triunfó— con un modelo de esos de "pues mi cuñao se acaba de comprar un ordenador cojonudo, nos hace gratis una página web y venga..." y ahora, con todos los medios y pudiendo contratar a los profesionales más preparados, los contrata para que hagan, precisamente, ESO mismo que hizo su 'cuñao' —es un decir, no sé si tiene 'cuñao'— y que se ha convertido en su identidad visual. Un 'amateurismo espontáneo', supuestamente espontáneo pero en realidad buscado. El Huffington Post es ASÍ. ¿Y ASÍ quiere ser La Razón?


¿No es como de [...] ajena?

Y estas portadas... ¿Por qué? ¿Es una [...]?, ¿recortes [...]?, ¿diseño [...] intencionado al servicio de un determinado contenido?, ¿la [...] como seña de identidad?, ¿una provocación [...] y fácil para conseguir a gritos frenar el progresivo descenso de ventas y difusión?... Posiblemente sea una conjunción diabólica de todos estos factores lo que hace que cada noche, de un tiempo a este tiempo, tuiter se llene de enlaces y retuiteos criticándolas y criticando durísimamente a quien las hace y promociona, poniéndolas literalmente a parir, enlaces y reuiteos que parecen buscar desesperadamente estas portadas de La Razón y a los que no voy a contribuir. Que no quiero. Que no me da la gana, coño.


PD: El presente artículo estaba escrito originalmente de otra manera, como supongo que nuestros lectores habrán advertido. Incluso se ha reescrito hasta en tres ocasiones con la ayuda inestimable de mis compañeros de blog Javier Vidal y Luis Blasco. Pero como aun así me quedaba la duda, y el temor, de que mis adjetivos e hipótesis sobre tan [...] portadas pudieran malinterpretarse, muy especialmente en el sentido de que se tomaran por una crítica hacia el trabajo de nuestros compañeros en ese periódico, circunstancia que es precisamente lo último que quisiera puesto que estoy absolutamente convencido de que estas portadas son responsabilidad exclusiva de quien de ellas se responsabiliza y las enlaza y promociona y defiende cada noche en tuiter, pues decidí finalmente que esos adjetivos y las hipótesis del porqué de estas portadas sean nuestros lectores quienes los pongan; cada uno los que quiera o estime oportunos, en sus propias pantallas.
No obstante, si algún lector especialmente curioso está interesado en leer el texto original, en cada una de sus tres versiones —de más a menos...— podríamos estudiar la manera de quedar algún día a tomar unas cañas —a costa del supuesto lector, evidentemente— para que pueda consultarlo impreso en papel. No habrá copias digitales susceptibles de difundirse por la red.


lunes, 18 de junio de 2012

El tamaño sí importa

Siempre. Es el formato. Nuestra forma. La manera en la que se materializa la información teniendo en cuenta que en cualquier mensaje periodístico (y no periodístico) forma y contenido son inseparables. Y aunque dos centímetros puedan sonar a poco, en realidad dos centímetros son mucho más de lo que en principio podemos sospechar. Me dirán que dos centímetros así, en términos absolutos (es decir, sin compararlos con  otra magnitud) es como no decir nada, y me lo podrán decir con toda la razón del mundo porque dos centímetros son un mundo para un virus; una medida que empieza a ser preocupante para determinar el tamaño más o menos aceptable de alguna que otra parte de nuestra anatomía —la nariz, por ejemplo—; motivo de disputas internacionales —piensen en esos fuera de juego dudosos en un partido de fútbol entre selecciones rivales—; o también en una medida sin importancia alguna en la mayor parte de los viajes que hacemos, o en cualquiera de las circunstancias en las que medimos grandes longitudes.

Pero sucede que en estos tiempos dificilísimos de continuos y duros recortes, dos centímetros son también un recorte. El que sufrieron hace algo más de una semana las páginas de nuestro periódico.


Estas son imágenes del diario El Mundo de Madrid de los días 4 y 5 de junio. Entre esas dos fechas tuvimos que hacer un periódico dos centímetros más pequeño en su medida vertical y algo menos en la horizontal dejándolo en los actuales 370 por 289 milímetros. ¿Sigue siendo nuestro formato un tabloide? Supongo que sí. Aunque cada vez menos porque, además, no es el primer recorte de tamaño que sufrimos. Reducción de tamaño que en este mismo día se aplicó a los otros dos periódicos del grupo Unidad Editorial: el deportivo Marca y el económico Expansión, con el fin de abaratar costes y paliar en la medida de lo posible los efectos de la crisis. De las crisis, la general, que afecta a toda nuestra economía, y la particular, derivada del cambio de 'modelo' que sufre la prensa impresa. Dos centímetros que pueden no ser nada... o llegar a dos millones de euros anuales, aproximadamente, en la cuenta de resultados de los tres diarios conjuntamente. Recortes.

Es una decisión que, evidentemente, no puede tomarse de un día para otro y que ha supuesto unos cuantos meses de 'ajustes técnicos', nada fáciles, para que un cambio así se pueda hacer en un sólo día. En el caso del diario deportivo Marca, nuestros colegas han aprovechado el obligado encogimiento para llevar a cabo un rediseño que el propio periódico explicó en sus páginas centrales y que ya ha sido comentado y analizado por otros compañeros blogueros como Maquetadores y Quintatinta, o Cuatrotipos en su nuevo 'formato' facebookquiano.


Dos centímetros que difícilmente pueden no ser nada pero que en la práctica diaria nos obligan a comprimir, a condensar la información (o directamente a recortarla) procurando mantener el orden, la legibilidad —ha sido necesario también reducir sensiblemente el cuerpo de letra (el tamaño, vamos) tanto de los títulos como del texto base—; seguramente a intentar en el futuro cercano una verticalidad ficticia o imaginada para estilizar y conseguir así que desde el punto de vista estético las páginas sigan siendo atractivas para el lector... Y es que resulta imposible físicamente reducir el tamaño de una superficie y que en ella siga cabiendo lo mismo o incluso lograr en "menos espacio, meter más cosas". Mejor apostar, ¿no? Porque dos centímetros son un recorte, dos centímetros son menos periódico como es mucho menos periódico el resultado de llevar a cabo los dolorosos recortes de plantilla que los trabajadores hemos padecido y que consideramos (y así se lo hemos hecho saber a la empresa) que repercutirán muy negativamente en la calidad de un diario al que, no obstante, quienes en él seguimos intentaremos con todas nuestras fuerzas y nuestro saber sacar adelante. Contra viento y marea. Contra crisis. De eso, que no quepan ni dos centímetros de duda.

lunes, 11 de junio de 2012

No llueve eternamente


Una semana entera. Intentando escribir unas palabras que no quieren ser escritas. Una semana entera resoplando cabizbajos por una redacción pocas veces más triste que estos días atrás. Una semana entera. Probablemente, una de las peores semanas que recuerdo. Y seguramente, la primera de muchas hasta que el polvo se asiente. Una semana que no se terminaba nunca... 

El pasado sábado celebrábamos los primeros cinco años de encajabaja. Muchos amigos del blog se reunieron y nos hicieron el mejor de los regalos posibles. Volvieron a mostrarnos su cariño, su talento, su amistad y sobre todo, su infinita generosidad... El lunes, los recortes y esta maldita crisis que no para de crecer justificando en la economía la enorme degradación moral y ética de esta nueva Babilonia que se nos cae a pedazos, se llevaron a 53 compañeros de la redacción de Madrid, a muchos más de 100 contando todas las delegaciones. 

Éste no puede ser un post largo. Lleva una semana entera intentando salir, pero no sabe...


Los 'encajabaja' Luis Blasco, Javier Vidal y Mario Benito (de izda. a dcha.) en la redacción de El Mundo.

A todos los que habéis participado en nuestro aniversario, escribiendo, dibujando, tuiteando o comentando, queridos amigos, gracias. De corazón. Dolorido y ajado como lo tenemos hoy... Gracias, amigos. Por estar ahí, siempre. Por ser tan, tan generosos con nosotros. Por encontrar tiempo para nosotros y nuestras tonterías. Por hacernos sentir importantes, siendo tan pequeños y tan poquita cosa como somos... Y por insuflarnos el ánimo y la convicción de que tenemos que seguir... Aunque a veces se nos haga tan cuesta arriba. Encajabaja seguirá existiendo, aunque sólo sea por vosotros. De corazón, gracias.

Y a vosotros compañeros, ánimo. Y fuerza. 

Una persona a la que quise mucho, hace mucho tiempo, me dijo una vez: “No sufras. No llueve eternamente...” . Eso espero, joder... que termine escampando por algún sitio.

lunes, 27 de febrero de 2012

Algo más (y un adiós a 'Público')

Uno de nosotros se quedó sin trabajo la tarde del viernes pasado. Es una noticia triste, una muy mala noticia pero no excepcional porque en nuestro país está sucediendo todos los días desde hace ya... demasiado tiempo.

Uno de nosotros se ha quedado sin trabajo porque desde el viernes el diario Público de Madrid ha dejado de imprimirse en papel. Intentamos no caer en el corporativismo de que las cosas son más dramáticas si nos pasan a nosotros o en el hecho de que la prensa es uno de los sectores que más está padeciendo la crisis en forma de desempleo y retrocesos en las condiciones laborales hasta el punto de que la Asociación de la Prensa de Madrid ha puesto en marcha la iniciativa que muchos conoceréis de que #gratisnotrabajo (que os animamos a firmar), para señalar que el cierre de un periódico es algo más que el cierre de una empresa con el consiguiente despido de 160 trabajadores. Es algo más. Una voz menos. Y eso es mucho perder.

Última portada de Público, publicada el viernes 24 de febrero de 2012

No lo han entendido así algunos miserables que festejaban el cierre de un diario, necesario y con lectores, en un cobarde y rastrero artículo, mal escrito y lleno de erratas, que no pienso enlazar y que llena de vergüenza a quien lo escribe y al ¿medio de comunicación? que lo difunde. Pero sí la práctica totalidad de la profesión, competidores en el kiosko o no, en esta ciudad nuestra que lamenta su pérdida y en este blog nuestro que desde aquí envía un abrazo a nuestro amigo y ex compañero Jesús Maraña, último director de Público, para que él se lo haga llegar a todos los componentes de esa redacción en la que tenemos más amigos y en la que todos son compañeros para nosotros. Compañeros de una profesión que es algo más también que una profesión para quienes la vivimos.

No llegan a entender quienes poco o nada tienen que ver con el periodismo que ahora más que nunca hacen falta todas las voces porque sólo todos juntos podemos salir de esta crisis. Y como puro periodismo de muchos kilates hace
Xavier Fortes cada noche en Televisión Española (temblamos algunos con que profesionales así no puedan seguir ejerciéndolo con libertad cuando la televisión pública haga efectivos los próximos cambios que siempre sufrimos con un cambio de Gobierno, porque la independencia de los informativos públicos sí es uno de los pocos logros incontestables del denostado Zapatero), el viernes, ya muy tarde, decíamos, cuando el director de La noche en 24 horas manifestó que "el cierre de un periódico, como el cierre de un colegio, es algo más que la pérdida que siempre supone el cierre de una empresa". Y añadió que la página web de Público, eso sí, seguiría abierta, "aunque, me temo, que no es lo mismo". Miró a los cuatro contertulios, de ideologías y medios distintos, quienes se miraron tristes a su vez entre sí, y coincidiendo por primera y ¿única? vez en sus intervenciones, contestaron: "No... no es lo mismo".

Seguro que estamos de acuerdo unos cuantos más en que, aunque es evidente que lo preferimos así antes que con un cierre total, no es lo mismo. En que no va a ser igual
Público tan sólo con su página web a cuando además de la web imprimían todos los días varias decenas de miles de ejemplares en papel. Hasta el viernes Público era algo más. En presencia, en capacidad de influencia y en capacidad de difundir su manera de ver la actualidad, en diseño periodístico que un jurado del que formé parte otorgó con justicia y consenso este año en Pamplona el galardón al mejor de los periódicos presentados en los ÑH8, en fuerza, en 'poder informativo'... Algo más, intangible, por el mero hecho de ser no sólo un medio digital intangible sino un objeto físico.

Como es un hecho, y no un intangible, el que las principales webs informativas nacionales e internacionales suelen ser las páginas digitales de los principales periódicos impresos en papel:
El Mundo, El País, The New York Times, The Guardian... motivo tan intangible como incontestable por el que venimos insistiendo en que ambos soportes no deben competir directamente, o anularse el uno al otro dentro de una misma cabecera o empresa, sino que deben ser complementarios.

Productos complementarios, pues... que no estamos haciendo. Es de común acuerdo el que los periódicos necesitan cambiar más rápidamente de lo que lo están haciendo ahora (siempre han cambiado) porque de lo contrario pueden perder su razón de ser. No se pueden seguir dando ruedas de prensa del día anterior impresas en papel, ¡incluso después de haber rediseñado las páginas con la intención de hacer algo distinto también en los contenidos!

Al mismo tiempo que las páginas webs informativas deben evolucionar y madurar hacia productos rentables y distintos, que utilicen y aprovechen todo lo que un soporte digital puede ofrecer (no es porque sea nuestro competidor más directo, pero sigo sin entender por qué el 'nuevo' elpais.com sigue volcando enteros los contenidos íntegros del papel... o por qué hace cada vez más 'interminable' su portada, su home, "nueva web, mismos viejos problemas", en algunos análisis). El diseño periodístico digital, nos recordaba el otro día el maestro Fermín Vílchez en la Universidad Rey Juan Carlos del sur de Madrid, está prácticamente en pañales, deudor absoluto del diseño en papel, sin apenas experimentación en los grandes medios. Repitiendo las tres columnas de rigor y las páginas de portada infinitas, "que nunca se acaban y en las que no hay más valoración periodística que la de ir añadiendo todo lo que llega...".

Ricardo Curtis, auxiliado por Pedro Pérez Cuadrado, procede a 'desenrollar' una página web impresa en papel en las III Jornadas de Diseño de la URJ

Estoy convencido de que no es lo mismo, de que incluso contando con la exclusiva para España de las últimas filtraciones de wikileaks no va a ser lo mismo Público siendo sólo una página web. De que con el cierre de su edición impresa todos hemos perdido ese algo más. Así que sería absurdo, pues, desaprovechar el enorme poder periodístico que todavía conservan los periódicos impresos en papel para convertirlos sólo en páginas web informativas. Sería absurdo... pero somos absolutamente capaces de hacerlo.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Presente y futuro del diseño periodístico

Un privilegio, el que hemos tenido esta mañana en la Universidad Rey Juan Carlos del sur de Madrid, al asisitir a la conferencia del maestro Fermín Vílchez, autor de esa obra de referencia sobre la historia del Diseño periodístico español de la que os dimos noticia un poco antes de que saliera al mercado y cuya primera edición está ya agotada (tranquilidad porque está en imprenta la segunda edición), conferencia titulada "Presente y futuro del diseño periodístico". Y otro privilegio más, el que hemos disfrutado después durante la comida junto a otros profesionales y académicos del diseño periodísitico y la tipografía (entre los que estaban Paco Martín, pionero de los estudios universitarios sobre diseño periodístico en la Complutense; Laura González, profesora de diseño periodístico en el CEU y muy querida amiga de encajabaja, Herminio J. Fernández, jefe de diseño del diario Público y coeditor del gran blog amigo y vecino Cuatro Tipos; o Roberto Gamonal, miembro de Unos Tipos Duros, página web de absoluta referencia en lengua castellana en lo relativo a la tipografía, lo mejor de lo mejor), todos y alguno más oyéndole contar sus divertidísimas e inagotables anécdotas sobre los periódicos. Aprender y reír, eso es estar con Fermín Vílchez.

Fermín Vílchez y Pedro Pérez, organizador del acto, al comienzo de la conferencia


El salón de actos estaba abarrotado, incluso con asistentes sentados en el suelo. En primer plano, la profesora de diseño periodístico del CEU, Laura González


El acto de hoy estaba organizado por Pedro Pérez Cuadrado, mi maestro como ya he comentado cada vez que he tenido ocasión de hacerlo, profesional en incontables periódicos (le conocí no en un aula sino en uno de ellos, pero eso también lo he contado ya...) y profesor ahora en esta Universidad, y aunque pudiera parece que Vílchez acudía para "hablar de su libro" —cosa que tampoco habría estado nada mal, porque el libro es tan inagotable como el propio autor— lo cierto es que no ha sido así, y el maestro de diseñadores ha hablado de... ¡diseño periodístico! Cómo lo ve ahora, cómo es su estado actual, y cómo debería ser según su punto de vista, muy argumentado.

Para Vílchez, que ha trabajado en los principales periódicos de nuestro país, tanto en Madrid como en Barcelona, algo que no suele ser frecuente (La Vanguardia y El Periódico, o como fundador nada más y nada menos que de El País, participando en ese diseño original que creó escuela junto al alemán Reinhard Gäde —a quien desde aquí mandamos un cariñoso saludo y mucho ánimo y fuerza— y al fallecido Julio Alonso), "el diseño ha cambiado en todos los periódicos, en varias ocasiones en muchos de ellos, pero los contenidos siguen siendo exactamente los mismos. Han quedado obsoletos", y eso, junto a la llegada de internet, es "la causa de su declive. A pesar de de los continuos rediseños gráficos, tanto en España como en el extranjero, las ventas de los diarios siguen bajando".

Vílchez muestra en gráficos la continua caída en difusión de los periódicos


Antes de llegar a este contundente punto de vista, ha explicado brevemente los orígenes y evolución del diseño periodístico, de vital importancia ahora gracias, precisamente, a los continuos avances tecnológicos. "Las secciones de diseño, junto a la Mesa de redacción, son centros vitales en las redacciones de los periódicos", desde que se informatizó el proceso de producción. "Ahora, incluso las planchas de impresión salen directamente desde un ordenador", nos ha explicado, "y existen estudios y empresas dedicados al diseño de periódicos en todo el mundo".

Este proceso de informatización supuso para el diseño periodístico una mejora en la diagramación, "cuando adoptó el diseño modular que proporciona mayor legibilidad y orden en las páginas"; tipografías accesibles en cantidad y calidad a un menor precio; y la posibilidad de la cuatricomía, imprimir a todo color todas las páginas de un diario. "Pero los contenidos no han evolucionado", explica Fermín Vílchez, e incluso señala una cierta uniformidad de todos los diseños, "todos los periódicos tienen el mismo formato, tabloide, casi con la misma retícula, todos son en color... tan sólo se diferencian en cuanto a la tipografía. Algo que sólo puede apreciar un profesional, pero no un lector corriente". Para Vílchez "no ha aparecido ningún diario que cree una tendencia nueva, un nuevo modelo de diseño, desde la aparición en España del diario El País, en 1976, o del USA Today en Estados Unidos en 1982".



Ejemplos de uniformidad en el diseño de los diarios de papel...


Y a continuación ha citado al mencionado Julio Alonso, maestro a su vez de Vílchez como él mismo ha manifestado, quien en 2008 señalaba que "lo que exigen estos tiempos más que rediseñar los periódicos, es reinventarlos". Hacer algo nuevo. Y eso nuevo, para Vílchez, tiene que estar en el mundo digital. Porque mientras las tiradas y las ventas del papel siguen bajando "el avance del diario digital es espectacular. Los rediseños, ahora mismo, basados en el tradicional periódico de papel, no sirven para nada que no sea para dar de comer a algunos consultores", afirma con rotundidad.

Pero sucede que, para Fermín Vílchez, el actual diseño y estructura de los diarios digitales es equivocado. "Son todos iguales y todos siguen con la mentalidad del diseño periodístico en papel (...) todos tienen tres bloques, tres columnas en sus portadas, que pasan a dos columnas cuando pinchas en cada una de las noticias... ¿Por qué? No encuentro demasiados diseñadores que investiguen en nuevos formatos digitales. Falta creatividad, porque todos siguen pensando como se pensaba en el papel, y no hacen más que imitarse unos a otros". Vílchez ha puesto ejemplos de cómo, según su punto de vista, no deben diseñarse las portadas de los diarios digitales. Páginas interminables, "que llenar con demasiados elementos, en las que quieren meter todo, todo, todo, ¡que no se acaban!", y en las que, por tanto, "no hay valoración", no hay noticias más importantes que otras, y sólo las últimas que llegan van sustituyendo a las anteriores. "Las portadas de los digitales deberían hacer una selección", en vez de abrumar al lector con cantidad, en vez de con calidad.


...y ejemplos de uniformidad en el diseño de los diarios digitales


"Los blogs, y no el papel, deben inspirar más el futuro diseño periodístico —que será digital— que los periódicos en papel", afirma el autor de la historia del diseño de la prensa española. "Sucede como en el comienzo de los diarios, hace unos tres siglos. Entonces inventaron el diseño periodístico en pequeños medios que hacía una sola persona, o muy pocas, con muy pocos medios, creando lo que hasta entonces no había... como suecede en el caso de muchos de los blogs que hay ahora, y en los que encuentro ideas y propuestas que sí pueden servir para un diseño periodístico del futuro... aunque, claro, es un punto de vista humilde porque no soy un experto en el mundo digital".

"Si las predicciones se cumplen", ha terminado Fermín Vilchez en sus conclusiones, "es cierto que el diseño periodístico en papel puede tener los días contados. Así que los periodistas diseñadores tienen que pensar en el mundo digital. Y además, creo que mientras coexistan ambos medios debe diseñarse primero el periódico digital, sin copiar al de papel, prestando atención a la actualidad inmediata y haciendo una selección en la que no quepa todo; y después diseñar el papel reinventándolo de nuevo para centrarlo en el análisis, la opinión y las noticias propias".



A pesar de su mensaje un tanto pesimista y algo apocalíptico, que el propio Vílchez me confiesa después que posiblemente sea algo exagerado pero necesario para intentar concienciar y que haya un revulsivo en la prensa, "la función que lleva haciendo la prensa diaria desde hace tres siglos seguirá existiendo. A pesar de los nuevos medios, en los que cualquiera no puede ser periodista, no nos confundamos, a pesar de la posible desaparición del papel... el periódico sobrevivirá en la versión y en el formato que sea, siempre que se fundamente en los valores de la libertad de expresión, en dar un servicio a los ciudadanos, en la calidad, el rigor y, sobre todo, en la veracidad. Y los diseñadores no deben tener miedo al futuro porque siempre, siempre, será necesario que alguien dé forma a la información, siempre será necesario que alguien diseñe ese periódico del futuro".

martes, 20 de diciembre de 2011

Invasión de columnas

Hasta casi destrozarlas. En la zona más delicada, además, la que más se ve, invadiendo el centro de atención de la página con una imagen que en condiciones normales intentaríamos evitar poner... en cualquier lugar, escondiéndola si no hay más remedio porque hubiera que publicarla a la fuerza. Técnica lo más invasiva posible de las columnas de ¿texto? para colocar esos ¿ladillos?, uno de ellos con cuatro líneas en negrita cursiva de una seudohelvética chillona, partiendo palabras, para así poder maltratar la tipografía durante más espacio. Sobre el equilibrio de los blancos en las zonas superior e inferior de los ¿títulos?, o en la interlínea del que pretende ser título principal... ¿Y el ¿pie de foto?, o como quiera llamarse a la agrupación apelotonada de caracteres que hay bajo la imagen y que ocupan casi la mitad de espacio que tiene la propia fotografía consiguiendo el asombroso efecto de confundir nuestra atención hasta el punto de que dudamos qué mirar primero, si la foto o el propio pie?



No. No es que hayamos tenido un mal día. Es otro ejemplo más de ese tipo de publicidad invasiva de columnas que pretende invadir la información para hacerse pasar por lo que no es. Casi siempre sin éxito —aunque existe algún periódico publicado en Madrid y distribuido en toda España al que podría emular e incluso superar— especialmente en casos como el mostramos en los que se empeñan en utilizar al revés los principios del diseño periodístico al que supuestamente pretenden imitar. Desconocemos si de manera intencionada o bien guiados por el propio desconocimiento.

Antes, este tipo de publicidad solía ser rechazada en los grandes diarios por aquel principio tan necesario de diferenciar la publicidad de la información. Antes.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Una dosis de sentido común... y otra de genialidad
#jornadasdiseño(y4)

"Si un historiador analizase dentro de 200 años la situación actual de la Prensa, de los periódicos, se encontraría con que el desarrollo y la importancia del diseño periodístico, creciente desde los años 80 del siglo pasado, coincide en el tiempo con el declive imparable de los periódicos. De ahí podría deducir que la prensa se murió... ¡por culpa de los diseñadores! Por eso, y aunque esto pueda ser cierto o no, deberíamos ser humildes. Motivo por el cual no voy a enseñar aquí virguerías ni nada espectacular que yo haya hecho, que es lo habitual en estos casos, sino que voy a mostrar pequeñas cosas llenas de sentido común, o al menos eso espero, porque creo que es la cualidad que más valor tiene en el diseño periodístico."



Así, de pie en el centro del escenario, comenzó Ricardo GutiérrezCurtis en el mundo de la prensa— su conferencia en las III Jornadas de Diseño de la URJC organizadas por su inseparable Pedro Pérez Cuadrado, pareja absolutamente complementaria en los medios en los que han trabajado juntos (El Sol, la Información de Madrid...) y en los que ambos fueron mis maestros. A diferencia de lo que sucede en el mundo anglosajón, sé que no es habitual en nuestra "cultura" hispana hablar de quienes nos enseñaron lo que sabemos —aunque evidentemente sigo aprendiendo escuchando a otros, leyendo, observando y sobre todo con quienes trabajo ahora— porque lo habitual aquí es hablar de uno mismo. El 'yoísmo' este tan enriquecedor. Pero a mí me da igual lo que se lleve aquí, o allí, sobre todo si se trata de Ricardo Curtis, uno de los más grandes diseñadores de prensa que ha dado este país como pudimos comprobar, una vez más, quienes tuvimos la suerte de escuchar una conferencia que en principio iba a tratar de "El arrevistamiento en el diseño de publicaciones", pero que en el último momento el imprevisible Curtis convirtió en un abanico de genialidades, una tras otra, in crescendo, con el hilo conductor del tan excaso como valioso sentido común. Todavía estoy frotándome los ojos... y el corazón.

Pedro Pérez presentando a Ricardo Curtis

La primera parte consistió en una serie de ejemplos de puesta en página de fotografías en casos reales de El Periódico de Cataluña, mostrándonos todas las imágenes de las que disponían los diseñadores en cada noticia. Viendo cada página con las distintas posibilidades, rediseñándolas con las imágenes menos adecuadas para entender que así no, y, sobre todo, explicándonos de manera muy sencilla el POR QUÉ no y el POR QUÉ sí... parecía todo tan sencillo. "Vemos cómo se distorsiona la información cuando se aplican criterios de diseño sin tener en cuenta el contenido, o el enfoque que quiere darse a una noticia", decía Curtis en un volumen más alto de lo habitual en él de manera que podíamos oírle. "Poner esta imagen, por lo que hemos visto antes, sería una gilipollez, ¿no?"

Después de pelearse un poco con el PC, "perdonad, pero soy maquero, cómo c..", logró seguir adelante para explicar de la manera más sencilla posible cómo se arma un reportaje de varias páginas en una revista a partir del conjunto de imágenes de las que se dispone. Distintas posibilidades, dos, tres, cuatro... para el mismo reportaje "en función del enfoque informativo que le queramos dar a la historia", partiendo siempre de una maqueta determinada por la apertura de ese tema "que va a marcar a todas las demás (...) tenemos que contar una historia a través de la edición gráfica, y para ello lo primero es hacer una análisis de todas las fotos que tenemos". Descartando, seleccionando, eligiendo una portada que estructura todas las demás. Puro periodismo visual. "Llevo años haciendo esto así", me confesó desde el asiento de al lado Rafael Alvaro, diseñador en periódicos y revistas con una amplísima trayectoria y antiguo compañero, "y no se me hubiera ocurrido explicarlo de una manera tan sencilla". Puro sentido común.





A estas alturas yo pensaba que sería imposible ir a más; qué más podía enseñarnos Curtis sobre diseño periodístico y sentido común. Y mi asombro debía de exteriorizarse porque sin necesidad de decir nada nuestra querida Laura González, con su habitual inteligencia, debió darse de cuenta de mi carita y se acercó para susurrarme, "espérate que ahora vendrá lo de la Coca-Cola". Y vino. Vino a raíz de una ocasión en la que su/nuestro amigo Pedro Pérez le pilló a traición para que "esa misma tarde les dijera algo" a los alumnos de la Universidad San Pablo CEU, hace ya un tiempo. "Es una historia que cuento muchas veces, porque me encanta".

Lo de la Coca-Cola consiste en que "sin saber muy bién de qué podía hablar aquella misma tarde, abrí los teletipos y vi que en Inglaterra se había denunciado que Coca-Cola vendía agua del grifo haciéndola pasar por mineral". ¿Cómo se maquetaría aquel teletipo? Pues un título, y un texto. No daba para más, eran apenas 30 o 40 líneas. ¿De verdad no da para más?, como mínimo un ladillo, "pero que diga algo, no un adorno", o un pequeño sumario en el centro. "Me pongo a buscar y encuentro en internet una imagen de una de esas botellas, y ya tengo otro elemento más"... que se van mostrando en la pantalla del auditorio según se añaden a la página imaginaria. Y leyendo el texto más despacio encuentra una excusa de Coca-Cola diciendo que no se trata de agua del grifo sin más, sino agua 'tratada' con el proceso de la ósmosisinvertida "o no sé qué". Pues hay que investigar qué es eso... y hacer el gráfico correspondiente que nos los explique. Con lo que ya tenemos ¡cuatro columnas de arriba a abajo (texto, imagen de botella, gráfico explicativo)... a lo que hay que sumar una segunda pieza de texto informando de que en España también Coca-Cola ha vendido agua embotellada, aunque aquí nos dicen que sí, "que es de la buena". Y que, además, "encuentro la publicidad con la que Coca-Cola vendía ese agua 'tratada'". Ahora ya es toda una página, completa y llena de elementos informativos. "Si además queremos ser sensacionalistas", concluye Curtis, "pues hacemos esto". Y nos dibuja un enorme grifo que llena de agua una Coca-Cola a toda página junto con todos los demás elementos. "Pero no queremos serlo". Y volvemos a la solución completa. Un pequeño teletipo, y mucho sentido común. Y mucho periodismo.






Y más. Faltaba el más difícil todavía. Porque Curtis terminó proponiendo a los alumnos de esta universidad del sur de Madrid un "proyecto para que alguno de vosotros lo lleve adelante".



Ejercicio de ciencia ficción para alumnos de periodismo: "Imaginemos que internet ya está inventado pero que viviéramos en una sociedad en la que no se hubiera inventado la imprenta y que de pronto, ahora, apareciera un tipo llamado Gútemberg y la inventase". ¿Qué clase de productos periodísticos impresos crearíamos? Posiblemente, lo primero sería llevar las páginas web que ya tenemos directamente al papel, tal cual, obteniendo este resultado:



Algo inmanejable, imposible de leer, "bueno, alguno diría que ha inventado el periódico papiro, y lo enrollaría bajo el brazo por la calle (...) Pero en realidad deberíamos empezar a hacernos preguntas sobre la mejor manera de llevar esta 'home' al papel para hacer con ella una portada", explicaba Curtis ante un auditorio atónito. Y tendríamos que seleccionar a la fuerza entre estas siete imágenes para quedarnos con un máximo de cuatro. Seleccionar y valorar. Y deberíamos adaptar la tipografía, dejar el palo del texto base de la web por tipos con serif que facilitan la lectura en papel además de bajar el cuerpo; cambiar el color y eliminarlo de los titulares porque en papel se imprime mejor la tipografía en negro...



"Y seguiríamos haciéndonos preguntas, que son las que tenemos que hacernos ahora en realidad; por ejemplo sobre si podemos ser un producto generalista, como esta web con esta 'home' tan larga, o si debemos ser un producto especializado... Sobre si debemos comprobar las noticias para así diferenciarnos de Tuiter que lanza todo al instante, contrastado o no; sobre si hay que aportar la credibilidad y la calidad que está escondida en la selva de internet. Porque sólo así tendremos futuro, y no sólo en papel sino también en la red".

"Tenemos que defender nuestro oficio", terminó Curtis entre el silencio de quienes le escuchábamos, muchos, "tenemos que defenderlo con calidad y con trabajo. Porque aunque nos digan, y nos repitan, que nos van a fusilar al amanecer... yo me resistiré. Me resistiré a que me vayan a matar el papel".

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Modelo ¿único?

Es una sala de espera, de la que poco a poco va saliendo alguno para no volver, y en la que fumamos esperando. Desesperamos esperando ese "modelo único", la flauta que suene para seguir todos los demás al flautisa que al final nos salve... pero lo que llega es un cartel de prohibido fumar y la recomendación de que o nos movemos un poco o nos va a dar un infarto de tanto estar en el sillón, sentados, fumando, quietos, esperando.

No tardó mucho, comenzó a su hora la conferencia del profesor Fabrizio Pini, del Instituto Politécnico de Milán, a la que asistimos hace unos meses en esa ciudad del norte de Italia en un día desapacible y muy frío, sobre distintos modelos de medios de comunicación. Analizó con brevedad, concisión y claridad —¿recuerda alguien aquello?— dos propuestas tan distintas como The Daily de Rupert Murdoch, "un medio cerrado que sólo se distribuye a través de un canal"; frente a lo que denominan newsbrand (marca de calidad sobre contenidos informativos, podría ser una traducción aproximada) noruega del Aftenposten, "que te acompaña durante todo el día a lo largo de distintos productos", periódico impreso, productos para el iPad, para la web, para móviles... "unos de pago, otros financiados con publicidad, de manera que en realidad ningún contenido es gratuito".




Aunque el profesor Pini no manifestara de manera directa cuál de esas dos propuestas tan opuestas le parece más acertada, "si yo supiera qué va a pasar, o cuál es el modelo de negocio para la prensa... créanme, no estaría aquí ahora hablando con ustedes", su manera de exponer mostraba su preferencia implícita por el modelo que "potencia una marca sin renunciar a ninguna de sus posibilidades, haciendo que se refuercen unas a otras. Para ello hay que diseñar lo nuevo en función de lo nuevo y no a partir de lo viejo".



Esperamos un poco, y aquel mismo día por la tarde en Milán pudimos escuchar a Andrea Monti, director de La Gazzetta dello Sport, uno de los periódicos deportivos más importantes del mundo, que también ha configurado su "modelo de negocio", de enorme éxito empresarial hasta ahora, como una newsbrand. Monti, un periodista de los que merece la pena escuchar, de lo primero que nos habló, con revencia y una voz grave y casi tan poderosa como el diario que dirige, fue de sus maestros (inaudito, ¿verdad?, acostumbrados como estamos en esta España nuestra a oír a tanto experto, y triunfador hablar sólo de sí mismo).

Y habló de su página web, claro, y de la aplicación para iPad, y de la tienda online, y de Gazzetta TV, y de los eventos que organiza La Gazzetta —Giro de Italia, incluido—... de todo ese universo de 360º como lo llaman los gurúes, pero incidiendo muy especialmente en su punto central, el diario en papel. "Habrán escuchado hablar de último ejemplar impreso de The New York Times, ¿verdad?", nos dijo no en volumen sino en tono de bajo y con una media sonrisa; "pues cada vez que lo oigo recuerdo la nota que envió Mark Twain a un periódico que había publicado su muerte en la que les decía, tan sólo, que aquello le resultaba 'un poco exagerado'". Porque para Monti, el periódico "es el elemento que nos da fuerza y credibilidad de marca (...), lo que da sentido y razón de ser a todo lo demás. Es lo que somos".


Me pongo malísimo en el avión. Después de esperar más de una hora en el control de seguridad y de correr por una terminal que nunca terminaba, horripilante y caótica, el avión tarda más de dos horas en salir y en la sala de espera tan sólo de te dicen que esperes. Despegamos por fin y el piloto decide volar muy rápido para recuperar el tiempo perdido, pero al llegar a Barajas no tiene pista para aterrizar y tenemos que esperar en el aire, dando vueltas... que si las capas de la atmósfera y las turbulencias, que si la presión me destroza los oídos y a nadie más parece afectarle, el asiento de delante tan pegado parece acercárseme cada vez más y me asfixio, paren esto que yo me bajo... vuelvo a ponerme malo de sólo recordarlo.

Leíamos El Mundo en la aplicación de Orbyt para el Ipad en el catastrófico aeropuerto de Malpensa, eso sí. Otra posibilidad, otro modelo. Que se beneficia en este caso de una escuela de diseño periodístico que lleva evolucionando desde que nacieron los periódicos, estructurando la realidad que queremos contar con orden y jerarquía a la vez que se confiere de identidad a las páginas, porque son las páginas del periódico las que se ofrecen en este quiosco virtual.



Páginas "enriquecidas" con contenidos adicionales imposibles en el papel como es el caso de los vídeos; y con la posibilidad de lanzar también ediciones especiales del periódico ante acontecimientos extraordinarios, como hicimos en el caso de la muerte de Bin Laden, el 2 de mayo de 2011, la primera vez que se ha hecho algo así en la prensa, que nosotros sepamos. Los enormes costes de impresión y distribución disminuyen con esta manera de publicar posibilitando así un precio menor del periódico, sí se trata del periódico, a los lectores.



Dicho así podría parecer que se trata DEL modelo... pero es en realidad UN modelo. Que cuando intenta tan sólo imitarse ofrece como resultados siempre algo peor. Y no es por que se trate de nuestra competencia, que también, pero comparar las páginas sin ningún contenido añadido (ni vídeo, ni nada) de Kyoskoymas, el "quiosco digital" de Prisa en el que ofrece El País junto a otras muchas publicaciones, ¡cortadas por debajo! porque no dan la proporción adecuada en la pantalla de un iPad, todo ello en una interface ciertamente pobre, muestra claramente que EL modelo, o UN modelo, o CUALQUIER modelo, necesita como requisito primero y fundamental... creer en él.

El mencionado director de La Gazzetta nos señaló las enormes diferencias que podían tener en su desarrollo nuestros periódicos y sus periódicos italianos en internet... por el mero hecho del idioma. "El italiano no se habla más allá de nuestra península... mientras que el español de ustedes se habla en todo el mundo. Tienen que aprovechar esta circunstancia". ¿Cómo vamos a tener entonces el mismo modelo? ¿Y cómo, a su vez, vamos a tener nosotros el mismo modelo que los medios en inglés?, que también se habla en todo el mundo pero cuyas gentes y sociedades se parecen bien poco a las "nuestras".

Manuel Castells menciona como características comunes a los medios de comunicación en nuestra sociedad actual, que él denomina "sociedad red", la "globalización", pero a la vez el "carácter local". Una combinación adecuada que aflore de esta dialéctica global/local es lógico pensar que sea única para cada uno de los medios, lo que llevaría a descartar un modelo único. Existen características comunes que deben tener los medios de comunicación que quieran sobrevivir, independientemente del "modelo de negocio" de cada una de ellos, como bien nos explica el profesor Ramón Salaverría, director de Proyectos Periodísticos en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, a quien siempre conviene leer: "El papel de los periodistas como interpretadores de la realidad es algo que sigue siendo plenamente vigente, y ahora más que nunca. Ante tal polución informativa, si no disponemos de profesionales que nos sepan explicar qué está pasando día a día, minuto a minuto, en muchas casos nos podemos sentir desorientados", nos dice; y añade: "Tendrán éxito los que aporten originalidad". Los que ofrezcan un valor añadido.




Die Zeit, semanario alemán que triunfa a contracorriente, uno de los pocos productos en papel —junto a The Economist— que a presar de crisis generales y particulares crece, lo hace utilizando una fórmula curiosa. Su director, Giovanni di Lorenzo, declaró en una entrevista que os enlazamos en su momento que encargaron a varios consultores qué estrategias seguir de cara al futuro y una vez con los resultados en la mano... hicieron exactamente lo contrario. Más texto, más profundo, artículos de fondo, más lectura en definitiva a pesar de que nos vengan diciendo desde hace años que los textos deben ser más pequeños y las imágenes más grandes. Pero ¿no son los periódicos un producto destinado específicamente para lectores?, nos recordaba con ironía e inteligencia el periodista Enric González en otra entrevista que no tiene ni una palabra de desperdicio. Y ese modelo de más lectura que parece funcionar en Alemania o en Inglaterra... ¿serviría en España? ¿Tienen algo que ver sus índices de lectura, a lo largo de la historia, con los nuestros? ¿Es EL modelo, o es SU modelo? Porque si ahora se trata de buscar el famoso nicho de lectores (300.000 ejemplares de un periódico en nuestro país, que supera los 45 millones de habitantes, es un éxito absoluto), hacer un producto dirigido a una elite, lo cierto es que en España no hacemos otra cosa desde... que existen los diarios, los libros, los manuscritos y hasta las pinturas rupestres.

Encontramos incluso casos como el de The Guardian en el que EL modelo goza de un mayor consenso: periodismo de calidad, posiblemente el mejor diseño periodístico del mundo, una web de acceso gratuito en el mejor idioma para lograr millones de visitas de todos los países del planeta... Parecen hacerlo todo bien... y sufren pérdidas que crecen de año en año superando los 40 millones de euros en su último ejercicio. Tal vez aquí suceda lo contrario y EL modelo, el que parece ser mejor para todos, lo sea para todos pero no para ellos, no sea SU modelo. Aunque no se quedaron esperando, sentados, quietos... y eso sí que sea un modelo a seguir.

Levantémonos entonces de la sala de espera, aunque resulte imposible siquiera no ya saber qué viviremos en el futuro sino conocer y vivir el presente, o saber lo que somos, como parece insinuarnos Pedro G. Cuartango, maestro de lo que podríamos llamar periodismo filosófico. Antes de que nos llamen por la única puerta del modelo único por la que vemos pasar de vez en cuando a uno de nosotros camino del fin del camino.