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miércoles, 5 de noviembre de 2014

Interviú, 2.000 semanas entre el rojo y el negro

El pasado 25 de agosto la revista Interviú llegaba a los 2.000 números. 2.000 semanas en los kioscos, puntualmente, de una publicación que ha marcado, y marca, tendencia y que ha acompañado, y sigue acompañando, a varias generaciones de españoles con reportajes de investigación, entrevistas y erotismo. Con motivo de esta efemérides, Ana de Blas, redactora jefe de diseño de la revista, nos cuenta cómo es trabajar en la revista que leen hombres pero también muchas mujeres.


Ana de Blas es licenciada en Bellas Artes y en Ciencias de la Información. Redactora jefe de diseño de Interviú y autora del blog La Venus del espejo,sobre el desnudo en el arte, en interviu.es.

Sus primeros pasos en el diseño editorial los dio en la revista Dinero, semanario de información económica –por entonces del Grupo Zeta–, pasando después al estudio DCV para abordar proyectos de infografía, cartelería e identidad corporativa, mientras diseñaba el mensual La Tierra. En diciembre de 1997 volvió al Grupo Zeta en Madrid para incorporarse a la redacción de Interviú, tras varias colaboraciones como creativa para Tiempo y la propia Interviú. En octubre de 2000 es nombrada redactora jefe de diseño tras un breve paso como jefa de sección.
En mayo de 2010 realizó el actual rediseño de la veterana publicación –nacida en la infancia del régimen democrático: desde mayo de 1976– y de su cabecera. Una cabecera que es ya historia del periodismo español y abanderada de un ejercicio del periodismo en libertad que debería ser, también, parte de su futuro.



Portada del Especial número 2.000 de Interviú (pincha en las imágenes para verlas más grandes)

2.000 semanas entre el rojo y el negro

Tengo guardada en la memoria del móvil y en la otra, más frágil, la de mi cabeza, la imagen de los cinco últimos directores de Interviú juntos en la presentación del número 2.000 de la revista, celebrada el pasado 8 de octubre. También han sido ellos mis cinco directores, con quienes he aprendido a respirar en un medio ambiente raro como el de esta redacción desde la que escribo estas notas, como siempre, a deshoras. Interviú es una revista muy veterana, es un referente emocional para generaciones de reporteros y fotógrafos y a la vez, al otro lado de la imprenta, de lectores. Ya sean urbanitas o de las cuencas mineras, de la oficina, la fábrica o el camión, público de bares y peluquerías, sindicalistas, diputados en su escaño o adolescentes en la soledad de su cuarto. Todo el mundo en este país la conoce, o más bien cree conocerla, pues se han formado a lo largo de casi cuatro décadas una idea de lo que somos. Hay a quien le resulta simpática por gamberra y atrevida, y hay a quien le da entre asco y miedo por lo mismo. Pero lo que seguramente no se ve desde fuera es que la agenda informativa de Interviú es el poliedro con más caras que se pueda proyectar en el espacio, y lo primero que aprende una aquí es a no extrañarse de nada.

Algunas de las páginas del nuevo diseño de la revista

En esa presentación, uno de esos directores y para mí maestros, Jesús Maraña –ahora al frente de Infolibre– contaba una anécdota para ilustrar esa sensación de estar trabajando en un circo de tres pistas. Nos puso el ejemplo de una de sus jornadas, en la que había tenido que desayunar con Ana Obregón para concertar una sesión de fotos, después comer con el entonces ministro Acebes, y ya por la tarde recibir en su despacho a unos ex agentes cubanos. Bueno, esa es la agenda de un director, la que tarde o temprano se materializará en trabajo también para la mesa de diseño. 

Los reportajes son una seña de identidad de Interviú

Dar forma a contenidos muy dispares y muchas veces impredecibles es pues nuestra rutina, si es que se puede llamar así a no saber lo que te espera. En Interviú tienen cabida la agenda política, el tema social, el consumo, los sucesos, la denuncia ciudadana, el reportaje internacional, temas de salud y de medio ambiente, los deportes, el sexo, la televisión, el corazón... entre los desnudos y los muertos, hay quien solo ve la vena digamos bizarra, pero no es ese nuestro único negocio y esa es la singularidad de este magazine, como apuntaba Maraña con aire pícaro: también recordaba cómo a la mayoría de sus conocidos realmente lo que parecía interesarles era qué tal le había ido con la Obregón, mucho más que las otras citas de aquel día.

Más páginas de la revista con fuerte presencia tipográfica

Dotar de coherencia y un mínimo de unidad a una publicación por esencia tan heterogénea es una de las funciones básicas de nuestro diseño, algo que nos planteamos –entre la dirección a cargo de Alberto Pozas y yo misma como diseñadora– radicalmente en mayo de 2010, cuando abordamos el último proceso de rediseño completo de la publicación.

Necesitábamos bases nuevas sólidas para ponernos al día sin perder nuestras mejores cualidades: el impacto gráfico de la buena prensa popular, la fuerza y exclusividad de las imágenes que lanzamos al mundo, el titular mordiente de los grandes reportajes –el género periodístico que nos define–. Pero en esa ocasión nos atrevimos incluso a algo más: rediseñamos, después de darle cien vueltas, la propia cabecera, a pesar del riesgo que suponía “tocar” un material que no era solo nuestro, no era ni siquiera patrimonio exclusivo del editor, era en realidad de todos los españoles que tenían retenida una imagen de ella en su memoria reciente o lejana.

Páginas de las secciones Panorama de actualidad y Apuntes

Para quien no sea diseñador, quitar o no una banda a 45º de inclinación en una portada, retocar el trazo de la ‘t‘, poner, quitar o mover la tilde de la ‘ú‘ final, unificar y definir un nuevo porcentaje de CMYK del rojo corporativo, decidir una escala... pueden parecer tormentas en un vaso de agua, pero son para nosotros verdaderos quebraderos de cabeza. El acierto o el error en esa suma de pequeñas decisiones influirá en la imagen de todo el equipo y solo se puede evaluar al cabo de un tiempo de rodaje. Ahora no tengo ninguna duda de que hicimos bien en revisar nuestra mancheta, nadie añora la anterior a pesar de que perdimos algo de su vieja identidad en banda; matizamos la energía del rojo y personalizamos el tipo original –esa Helvetica Black Oblique setentera– sin perder nuestra esencia. Seguíamos siendo reconocibles mientras nos actualizábamos y creábamos un logotipo único, ¡bingo! Sinceramente, solo por este trabajo creo que me gané el sueldo por una temporada, y no me hubiera atrevido a hacerlo sin el apoyo expreso del director que llevó las riendas de aquel cambio. Para los más curiosos, os adjunto el ‘Cuaderno de la portada’ con el que presenté mi propuesta, en la que iba incluso más allá en la transformación del logotipo; finalmente, se aprobó la opción intermedia, que es la que mantenemos hoy en el quiosco. 


Parte del cuaderno del rediseño de la mancheta

La evolución de la cabecera era un riesgo que asumimos entonces y quizá lo más llamativo del proyecto para el público, pero la renovación que abordamos en la portada y en las páginas interiores tiene otras claves que los diseñadores entienden bien. Cuando salimos con la nueva maqueta, Diego Areso, editor de Quintatinta, lo resumía así: “lo mejor del cambio: una total revolución tipográfica, y la cantidad de pequeños detalles de diseño fino que inundan las páginas de la revista, y que brillan sobre todo en las columnas de opinión, y en la sección ‘Panorama’, lo más conseguido del proyecto, para mi gusto”.

Portada con la nueva mancheta diseñada por Ana de Blas

Tenía razón Areso, el juego tipográfico es la espina dorsal que da unidad y médula a nuestro cuerpo, ya dije que la variedad algo mareante de contenidos no puede traducirse ni en monotonía ni en vulgaridad ferial, dos peligrosos extremos que nos acechan. En esta carpeta de tipografías la protagonista es la robusta y polivalente Stag de Christian Schwartz, una egipcia creada para el Esquire norteamericano. Una familia que hoy ya tiene una difusión tremenda –vaya, ahí sí que seguro que hicimos diana–, cosa que para nosotros empieza a ser peligrosa si llega a saturar al estar en todas partes. Además, estructuramos los contenidos en torno a cuatro grandes bloques: Reportajes, Chica de portada, Panorama de actualidad y Apuntes de ocio, este último mi favorito en cuanto a posibilidades creativas, donde los contenidos dan pie a mayores lujos y osadías visuales. Desgraciadamente, era un proyecto ambicioso para los tiempos que corren, en los que el papel sale caro y las planillas son cortas, y hoy, pasados cuatro años, sobreviven básicamente los reportajes propios–el ADN informativo de la publicación– las firmas y los contenidos eróticos, para los que, eso sí, nos hemos vuelto exigentes en cuanto a la calidad de producción. Así que, en resumen, no hay muchas páginas, vale, pero intentemos que merezcan la pena, es lo menos que le debemos al fiel y asombrado lector. 

Alguna de las páginas en las que destaca la edición gráfica

Junto a la solvencia redaccional, la edición de fotografía es el segundo pilar de esta revista. Después de muchos años, al menos he aprendido que dedicar buena parte de mis energías a seleccionar y valorar fotos merece siempre la pena: todo el valor de un magazine con vocación gráfica depende del acierto en este ámbito. Hablo de la calidad formal y del valor periodístico de nuestras imágenes, como denuncia y como significado.

Pero además, en estos últimos años ha ocurrido otro cambio importante en nosotros: nos hemos impuesto el reto de publicar, junto a la revista semanal, una serie de monografías especiales que aportan mucho valor añadido a la publicación. Ni que decir tiene que son, como buenos hijos nuestros, cada uno de su padre y de su madre: lo mismo hacemos uno con pura fotografía erótica para gusto de nuestros hambrientos mirones, que nos embarcamos en revisar y actualizar temas de largo recorrido como la Memoria Histórica, los horrores de la guerra –sin censura– o las tramas de los niños robados en España. Es difícil saber si este es un buen camino en un panorama tan confuso como el que vive la prensa hoy, con la eclosión de nuevos y viejos medios en soporte digital, mientras el negocio de papel se encoge. No lo es en un país sobrepoblado de smartphones y mucha, mucha manga ancha para la piratería intelectual (bueno, y de la otra). Pero es una puerta que se abre, la verdad, y otra vez un reto difícil para los diseñadores, porque hay que inventar un traje a medida para cada uno: nuevos recursos y diagramaciones, manteniendo básicamente la unidad de formato, cabecera, tipo y color. Os dejo aquí alguna muestra, para quien tenga curiosidad por alguna de estas portadas de interviú ¡sin desnudos!


Portada de los cuadernos especiales monográficos

Al comienzo mencioné la cita del número 2.000 como la ocasión en la que los de la plantilla habíamos podido tener a cinco directores juntos y cruzar unas palabras con todos ellos. Tuve ocasión también de saludar a Teresa Viejo, la única directora que hemos tenido, circunstancia que la coloca en una posición muy particular, sospecho que de merecido orgullo, pero por momentos incómoda para ella: como si tuviera que explicar qué hace una mujer dirigiendo una publicación para hombres. Como si no fuera periodista, como si no tuviera... no sé, ¿qué capacidad le falta? Yo también soy una diseñadora y periodista eligiendo o descartando fotos eróticas para varones heterosexuales, y os aseguro que no me cuesta más ni menos que elegir la mejor foto de una denuncia, de un suceso, de un terremoto, de una entrevista. Te acostumbras, te especializas. Aprendes que la sexualidad está en el cerebro, ese órgano con el que trabajas. Que los conocimientos que tienes sobre valores formales y significativos se aplican de maravilla en el género del desnudo, donde tienes mil referencias antiguas y contemporáneas para apoyarte. Por eso lo paso tan bien escribiendo mi blog sobre el desnudo en el arte, porque puedo abordar con total libertad las cuestiones de género, sexualidad y roles que acompañan a la fundacional costumbre de los humanos de representar sus cuerpos buscando siempre cosas distintas. Pero esta es otra historia.

Páginas interiores del especial número 2.000


El caso es que Teresa Viejo es además la protagonista de la portada del especial 2.000 que diseñé, y hablamos un par de minutos de ello. Me sorprendió que ella hubiera posado para esa foto sin tener todas las claves que yo tenía. También me extrañó que hubiera aceptado hacerlo: aún no sé si está bien o está mal, si es el mensaje adecuado, aunque ella lo explica mejor que yo en la entrevista que acompaña a sus fotos (que no son desnudos, pero sí tienen mucha carga erótica) del especial. Le conté que el proceso empezó con un mensaje desde la dirección: querían una imagen distinta, algo especial, lujoso, elegante; una edición única, algo para guardar. Se pensó en el color negro como vehículo para expresar esa exclusividad. ¡Negro! Al principio me confundió la idea, nosotros usamos con frecuencia el negro para expresar otras cosas: el impacto, la ocultación, la tragedia, el dolor. Claro que esos son contenidos en los que nos manejamos, por desgracia, a menudo. Por ejemplo, os dejo un par de portadas en negro recientes, de esas rarezas sin desnudos: el espanto de un rayo de luz sobre las calaveras de una fosa común en Villamayor de los Montes (Burgos) fue nuestra elección para el dossier sobre Memoria Histórica, una gran foto de Clemente Bernad. Hubiera preferido dejar hablar a la imagen sola y poner el titular mucho más discreto, pero no pude convencer a mis jefes (sí que me dejaron en cambio con la portadilla del especial con la abdicación de Juan Carlos I: ésta salió como os adjunto, sin palabras). También abrimos un rasgado sobre negro para la portada del extra de los niños robados, dejando ver la imagen de un viejo retrato infantil y dos manos femeninas, una joven y otra vieja, tirando de cada lado... esta foto no es un montaje, forma parte de la realidad, lo que le da un enorme valor. La clave se explica dentro, la portada se abre como un misterio a resolver. En este repugnante turbio asunto de los niños robados durante el oscuro franquismo y más aún, ya en democracia, el recorrido de interviú es tremendo: desde los primeros reportajes de los ochenta (María Antonia Iglesias, Germán Gallego...) hasta la actualidad, con la impecable serie de investigaciones a cargo de la reportera Ana María Pascual. Sí, también una mujer. Ya veis cómo trabajamos al otro lado del papel de la revista.


Páginas interiores del especial número 2.000

Ese día le conté a Teresa Viejo como os cuento ahora el proceso que seguimos: algo negro y brillante, me pedían, pues. Confieso que hice pruebas con fondos texturados y tipografía y no me salía nada que no tuviera un tonillo de ‘50 sombras...’ Entonces pensé en un hombre con esmoquin negro, pero nunca en ese traje de etiqueta sobre un torso femenino: yo estaba buscando algo con lo que se identificara el lector, al estilo de un magazine masculino clásico, vestido para la ocasión. Presenté una portada así y el director me dijo: ¿y si probamos con una mujer? Otra vez me descolocó, ¡habíamos quedado sin desnudos! Luego el resultado es el que habéis visto, de nuevo un mensaje oculto tras el negro: ella, la misteriosa modelo, iba a ser la ex directora. No sé de quién fue este último paso, y ya digo que me sorprendió mucho que Teresa Viejo decidiera aceptar ese reto, es su imagen y le obliga a dar más de una explicación. ¿Qué significa? ¿Supone un tratamiento sexista para nuestra única capitana? ¿O es un signo de libertad, de complicidad con sus lectores, una ruptura de las normas? Decide tú, lector, como siempre haces. 

jueves, 10 de julio de 2014

Otro caso práctico

Esta era la primera versión que hicimos de la apertura de Mundo de ayer, sobre el último y actual rebrote del eterno conflicto entre Israel y Palestina:


Y ésta era la primera página del periódico que teníamos preparada para la primera edición:



Habíamos considerado otras posibilidades para esa apertura de la sección de Internacional, como ésta...


...que posiblemente sea una mejor página doble, con una poderosa imagen de la explosión a un tamaño espectacular. Pero que repetía la explosión que ya dábamos en la portada.


Incluso habíamos probado también con otras imágenes muy buenas para no repetir la explosión:


Que aunque funcionan bien nos parecieron, no obstante, algo esteticistas. Y hablamos de una guerra.


Y llegó la realidad, otra realidad, en forma de partido de fútbol. Y la conmoción de los misiles se convirtió en la conmoción de los goles... Tuvimos que cambiar la portada. Ya no sería un alcance sino que iríamos con el partido, posiblemente uno de los más famosos ya de la historia del fútbol, desde la primera edición. Había que correr, más que los alemanes y muchísimo más que los brasileños, claro.


Lo que nos obligó a llevar la anterior fotografía del estallido del misil en la franja de Gaza desde la portada a las páginas interiores de la apertura de Mundo en las que no había explosión, recordad, porque la explosión estaba en la portada.


Que fue, finalmente, la página doble de apertura de Mundo que salió publicada.



También mejoramos la portada con un fotón en segunda edición, más tarde, muy tarde. Mucho.


Pero esa es otra historia. Otro caso práctico.

lunes, 23 de junio de 2014

Si hay foto... distinta...

No todas las portadas fueron iguales, aunque parece que hay quien sí escribe tuits siempre iguales diciendo que todas las portadas son iguales... sin detenerse a mirarlas. O mirándolas sin saber ver, que también. Y quien no ve... Claro que para que no sean iguales es necesario apostar por la calidad y contar con fotógrafos de mucho nivel que consigan fotografías que no sean la misma, únicas.  Es necesario un fotón así, por ejemplo:


¿Cómo se consigue una fotografía así? ¿No haciendo lo que hacen los demás? Nos lo cuenta el propio Carlos García Pozo, su autor, gran tipo de Bilbao y grandísimo fotero (y editor gráfico, circunstancias que no siempre se dan en la misma persona) en 'Historia de esta foto'.


jueves, 12 de junio de 2014

Si no hay foto... también puede haber página

Suponíamos que no íbamos a tener buenas imágenes el primer día en el que salieran las páginas especiales dedicadas al Mundial de Fútbol de Brasil, el lunes de esta semana. No había deporte ese día, partidos, entrenamientos...

Y, efectivamente, así fue:


Porque esta era la 'mejor' de las imágenes que nos llegaron para hacer la primera apertura de las páginas especiales. Compusimos con ella la portada y...



...como era de esperar, la cosa no funcionó demasiado. El corte no puede ser otro en este formato, lo que ocasiona un exceso de cielo, demasiado azul en la parte superior. Todo está descompensado. Tal vez utilizando el bloque de titulares en esa parte superior de la fotografía pudiéramos aprovechar mejor el espacio y repartir mejor los elementos.



Pero el resultado es mucho peor. El título y la propia cabecera de la portada 'compiten' y se anulan de manera recíproca. 'Aplasta' además a los jugadores. El desequilibrio aumenta. ¿Qué hacer? Ninguna opción es buena.

¿Y si buscamos otra foto 'peor'?



Decimos que es 'peor' porque si comparamos las imágenes antes de su puesta en página, vemos que aquí están más lejos los personajes. Ocupan menos espacio, se les ve menos y la imagen pierde fuerza. Y es entonces cuando entra en acción la edición gráfica de la que tanto os solemos hablar. Colocamos la fotografía en página, cortamos, encuadramos y...


¡Bingo! Al tener más espacio por debajo de los futbolistas, podemos colocarlos en la parte superior de la página, hay foto por debajo para editarla así y se puede eliminar el anterior exceso de cielo. La barandilla está ahora en una posición más vertical y en el centro de la imagen lo que potencia el efecto de que suben, de que España va hacia arriba en el momento de salir hacia Brasil. Por si fuera poco, la fotografía nos 'deja sitio' en la parte inferior derecha para colocar el bloque de titulares compensándolo de manera perfecta con la cabecera y equilibrando del todo la página. Para remate, que haya más imagen por debajo supone que queden en primer plano esa maravillosa estrellita de campeones del Mundo junto al logotipo de Brasil 2014 en la maleta de Diego Costa.

Aunque dominar las herramientas ayude, y sea necesario (y relativamente fácil de aprender), este trabajo nuestro no consiste en conocer todos los entresijos de Quark o InDesing, ni abarcar nosecuantosmil programas distintos con sus distintas actualizaciones; ni HTML5 o CSS3 si hablamos de pantallas, se trata de saber qué elementos utilizar y dónde colocarlos. Casi nada y en realidad prácticamente todo (y no relativamente fácil). En el caso práctico que hoy comentamos, pura edición gráfica, sacar petróleo de la nada, como solemos decir en estas ocasiones. Constatar que a golpe de edición podemos lograr que incluso cuando 'no hay foto... puede haber página'.

Hoy comienza el Mundial de Brasil, y no os perdáis todo el trabajo (muuuuucho) de diseño y contenidos que estamos haciendo en estas páginas especiales.







miércoles, 23 de abril de 2014

¿Demasiada belleza? En analógico y en digital

Tenía que haber esperado antes de opinar sobre la última obra del actual maestro de la fotografía Sebastião Salgado, ¿verdad, Concha? Aunque lo cierto es que cuando planteé ciertas dudas en tuiter sobre 'Génesis' me cubrí la espalda con la consabida fórmula de que "no obstante tengo primero que verlo para poder opinar".



Y tenía que haberla visto antes de objetar que, en esta ocasión, tal vez la apabullante técnica de este fotógrafo, hasta la excelencia y más allá, fuese tal que superase los contenidos de sus imágenes. Que sobrara belleza, si tal cosa fuese posible, como llegó a reflexionar Susan Sontag sobre la obra de Salgado. ¿Una estética por encima de cualquier otra cosa, una técnica tal que anulase hasta el alma de sus fotografías? Pues no es así. Es incluso todo lo contrario.



Porque estamos ante una de esas exposiciones de las que se hablará durante... ¿siempre? Y porque es más que posible que asistamos a la culminación de la obra de uno de los más grandes fotógrafos de todos los tiempos. Aunque, me temo, que de nuevo pudiera estar hablando con cierta precipitación. Y es que si me ha sorprendido esta vez superándose a sí mismo, quién dice que no pueda volver a hacerlo.

Fácil no va a ser. Posiblemente, imposible. Hablamos de una obra ambiciosa, ¿la más ambiciosa de cuantas pudieran emprenderse?, la búsqueda del Génesis, de lo primordial, de la Naturaleza y de lo trascendente, realizada durante un período de casi ¡diez años! con un despliegue de medios abrumador en viajes por todos los confines del planeta. Obra de obras.




No menos interesante es la parte técnica del asunto, incluso puede que más para quienes pudieran considerar algo grandilocuentes los contenidos, no a mí. Para mí ambas facetas, forma y contenido van siempre inextricablemente unidas en lo que al arte se refiere, o en el diseño periodístico, como tantas veces repetimos.

Sebastião Salgado es un hombre analógico, podríamos decir. Principalmente porque en su época de formación y durante la mayor parte de su trayectoria profesional no existía más que lo analógico. Puede que le llegara algo tarde lo digital y no quiso entrar a representar su visión del mundo con píxeles sino con granos de plata. Además, alcanzó la excelencia sobre el maravilloso formato del papel fotográfico baritado... algo que es insuperable, o completamente distinto, y que quienes hayan copiado negativos sobre papel con una ampliadora sabrá de lo que estoy hablando.

Comenzó, pues, su megaproyecto cambiando su Leica de siempre por una Pentax 645 de formato medio cargada con película de formato medio para lograr copias de paisajes a un tamaño poderoso. Como hablamos de varios años de trabajo, en ese intervalo tan largo, sucedieron dos acontecimientos que estuvieron a punto de malograr no sólo la culminación del mismo sino de poner fin a la carrera de este fotógrafo: los fabricantes más importantes dejaron de comercializar distintos materiales fotográficos tradicionales y, sobre todo, le velaron unos ¡80 carretes! en un aeropuerto. Como consecuencia de los atentados del 11-S, se incrementaron las medidas de seguridad en los aeropuertos, y las implacables máquinas de rayos-X por las que nos obligan a pasar todo lo que llevamos destrozaron la emulsión de sus negativos.

Fue un golpe de tal magnitud para Salgado que llegó a plantearse su retirada. Hasta aquí había llegado. Pero sus colaboradores le convencieron de que podía seguir adelante utilizando cámaras digitales. Probó con la Pentax 645D (lleva un sensor digital) y una Canon EOS 1DS MarkIII. La calidad en la toma era incluso superior, no había problema. O sí. Cómo lograr después esas copias en papel fotográfico propias de Salgado, copias únicas —que el maestro, además, vende muy caras—. Pues poniendo en práctica ese mantra que tanto oímos en los últimos tiempos en las redacciones de los medios tradicionales de que "lo que la tecnología estropea, la tecnología arreglará" —y a ver si es verdad, porque está tardando el asunto en "arreglarse"...— y con grandes dosis de ingenio y talento, lograron ¡crear negativos! a partir de los archivos digitales de la cámara, como nos cuentan con todo detalle Philippe Bachelier, fotógrafo que ha colaborado con el propio Salgado en 'Génesis'. Una vez obtenido el negativo, pues a copiar con la misma técnica exquisita en el exquisito papel fotográfico.







Si están en Madrid, o pasan por nuestra ciudad, tienen tiempo hasta el próximo 4 de mayo para ver esta maravillosa exposición en el fabuloso lugar del CaixaForum. Vayan a verla. No se lo pierdan. Merece muchísimo la pena, incluso aunque luego no salgan tan convencidos como salí yo. El libro es menos recomendable, aunque parezca increíble, porque no está tan bien editado como los trabajos anteriores. Además, claro está, la tinta impresa no puede ni siquiera acercarse a la calidad de los negativos copiados sobre papel de fibra. Por no hablar del tamaño de las imágenes. O una maquetación que corta muchas de ellas con el lomo, destrozándolas.

Ah, por cierto, se preguntarán —si es que han tenido el coraje, el ánimo o la insensatez de haber llegado leyendo hasta aquí, gracias a los valientes— quién es Concha. Pues Concha Fernández es una de las mejores editoras gráficas de la prensa española. Compañera nuestra en la redacción, se sienta a unas pocas mesas de distancia de la locura que suele ser la sección de Diseño. Nos dice con la humildad de los que saben que ella no sabe hacer una buena fotografía, que no podría fotografiar a nivel profesional, a lo que nosotros le contestamos que lo que admiramos de su saber es que sabe ver las fotos que hacen los demás. Las que merecen la pena en función de un tema determinado, en función de la información y del mensaje que se quiere transmitir... y, sobre todo, en función del espacio del que disponemos para hacerlo.

Sabe cómo cortar una imagen con criterios periodísticos; reencuadrarla para destacar el elemento que la información demanda. Sabe que una foto vale para una página determinada y para un tamaño determinado; y sabe que esa misma imagen, "tan buena", no sirve para la página de al lado, donde hay otro tamaño, otro corte, una publicidad... En definitiva, sabe EDITAR. Y en eso, su nivel profesional alcanza la excelencia. Sin peloteos. Es así.

El editor gráfico es una especialización profesional absolutamente imprescindible, fundamental en una redacción periodística, digital o papelerial; en el soporte que sea si se están publicando imágenes. Fun-da-men-tal... y desconocido para el público profano y, nos tememos, que hasta para algunos editores y empresarios que comienzan recortando lo que no saben que recortan. La calidad.

Por todo esto, sobre Sebastião Salgado y su 'Génesis', Concha, claro está, una vez más... tenías razón.



domingo, 30 de marzo de 2014

La mejor página que he podido hacer nunca

Nuestro compañero, el veterano corresponsal de guerra Javier Espinosa, fue liberado ayer después de casi seis meses secuestrado en Siria, uno de los lugares más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo. Llamó sobre las nueve y veinte de la noche a Carmen, secretaria de redacción —algún día tendremos que escribir sobre la inclasificable y eficacísima labor del fabuloso equipo de secretarias de redacción del diario El Mundo—, llamó con su voz calmada de siempre y le dijo: "Soy Espinosa, anota este número y llámame cuando puedas. Estoy con Ricardo y estamos bien, llamad a nuestras familias". Ricardo es Ricardo García, fotoperiodista freelance secuestrado y liberado también junto a Javier.

Carmen corrió hacia donde hacíamos la portada en ese momento el director adjunto, Agustín Pery, a los contenidos, y yo a los mandos de Quark, para contarnos muy nerviosa, con la voz temblando, toda ella temblando: "Ha llamado Javier, ha llamado Javier Espinosa". Después todos corrimos hacia el despacho de las secretarias desde donde ella volvió a llamarle, y gritamos, y aplaudimos, y nos abrazamos con quien estaba a nuestro lado. No es la primera vez que digo, o escribo, que la redacción del diario El Mundo de Madrid es un sitio cojonudo.

Tuvimos que esperar algunas horas, no obstante, para poder informar. Y preparamos una segunda edición, la vez que menos me ha importado rehacer un periódico, parte de él, claro. ¡Cómo que importarme!, la vez que he disfrutado haciéndolo, en especial esta sencilla y poderosa página, la nueva apertura de la sección de 'Mundo' del diario El Mundo de Madrid, de fecha 30 de marzo de 2014:



Lo más difícil fue encontrar la imagen. Concha Fernández, editora gráfica del diario que por suerte compartía guardia de fin de semana conmigo —también tenemos pendiente hablar de su excelente profesionalidad y de la importancia de un editor gráfico como ella—, buscó, buscó, busco... También yo por mi lado busqué, busqué, busqué... Y es que resulta que Espinosa huye de las cámaras, es el clásico buen reportero que mantiene a rajatabla la máxima de que el periodista nunca debe ser la noticia. Tanto es así, que al final lo que publicamos es una foto de una foto, realizada en la rueda de prensa que su pareja, la también reportera de guerra Mónica García —qué decir de Mónica, que un beso y un abrazo, lo demás ya está casi todo dicho y escrito—, dio hace unos meses para pedir su liberación.

El título de la página es una maravilla, "Estamos bien. Avisad a Mónica", mucho mejor además junto a esta imagen tan poderosa. Se refuerzan. Como debe suceder en el diseño periodístico.

¿Quién dijo que las buenas noticias no son una noticia?

jueves, 13 de marzo de 2014

Así fueron las XVII Jornadas de Fotografía, Edición y Diseño del CEU (y 3)

Para cerrar las jornadas de este año, quedaban dos ponencias el viernes 7, que iban a cubrir la parte dedicada a Fotografía. Veamos qué se nos contó (y sobre todo, se nos mostró).

Entre la fantasía escenográfica y el rigor documental.



Para la primera ponencia del día tuvimos la suerte de conocer la obra de la fotógrafa Rosa Muñoz que, parafraseando el título de su charla, combina en su labor diaria el rigor de su trabajo para publicaciones como el extinto Magazine de El Mundo, El País, Elle o Man (especializándose en retratos aunque muy escenificados la mayoría de veces) con su obra personal, en la que no busca la mera reproducción de los objetos sino que crea e inventa imágenes nuevas según la subjetividad de su mirada. Eso la hace optar por una fotografía escenificada, en la cual se crea una ficción. También podemos hablar de "puestas en escena".

Sus series personales comparten diversas características: juega con objetos encontrados y los descontextualiza (los saca de su entorno habitual); ausencia y presencia del ser humano (no lo vemos pero lo intuimos en sus objetos); iluminación muy cinematográfica y saturada (irrealidad); surrealismo de las imágenes.

Rosa confesó que, entre Publicidad y Retrato, prefiere los suplementos porque "creas más, aceptan el trabajo a la primera y puedes conocer al personaje", mientras que "en Publicidad te dirigen y no creas. Te marean aunque compensa más económicamente."

Como apunte técnico, antes utilizaba una Hasselblad de medio formato pero el paso a las réflex digitales de 35 milímetros le permite ganar rapidez y ahorrar costes.

Os recomendamos su web pero vamos a degustar algunas imágenes de ambas tendencias.

RETRATOS

Gabino Diego, Serie "La evolución de Darwin", Magazine de El Mundo.
J. L. Rodríguez Zapatero, Serie "La silla", Magazine de El Mundo.
Toma directa con algunos pétalos añadidos por Photoshop.  El jefe de prensa quiso realizar otra toma pero fue Zapatero el que dio el OK.

Iñaki Anasagasti, Serie "La silla", Magazine de El Mundo. Los juegos de luz se realizaron con dos alumnos moviéndose con bengalas alrededor y todo oscuro. Posteriormente se disparó el flash.







Josu Erkoreka, Serie "Mojados", Magazine de El Mundo.

Eduardo Zaplana, Serie "Mojados", Magazine de El Mundo.

Sergi Arola, Magazine de El Mundo.
Severiano Ballesteros, Magazine de El Mundo. ¿Cómo salvar una foto en un lugar difícil y con poco tiempo?
David Meca, Magazine de El Mundo.
Bigas Luna, Magazine de El Mundo.
Gabino Diego, Serie "Mis alimentos favoritos", Magazine de El Mundo.

José María Pou, Serie "Mis alimentos favoritos", Magazine de El Mundo.

Mikel Navarro, Serie "Sueños", Magazine de El Mundo.
María de Villota (DEP), Serie "Sueños", Magazine de El Mundo.
María de Villota (DEP), Magazine de El Mundo.
ESCENOGRAFÍAS


"Estufa con telarañas" (1993), Serie "Casas". Solares y desperdicios.
"Poker de ases" (1996), Serie "Objetos encontrados". ¿No recuerda a Magritte?
"Apartamento para dos" (2003), Serie "El bosque habitado". Hábitat descontextualizado. Por un lado se fotografía el mueble y por otro el paisaje, pero según Rosa Muñoz "lo importante es la creación."
"Cataratas" (2006), Serie "El bosque habitado". Referencias a la violencia de género.
"Paisajes del futuro nº4" (2009), Serie "Paisajes del futuro". Estudio antropológico de las ciudades. Imágenes de comercios a punto de desaparecer y con los que posteriormente se han realizado montajes.

Ser fotógrafo de agencia.



Para cerrar las jornadas de este año nos restaba la intervención del fotógrafo de la Agencia EFE y profesor de Fotografía y Fotoperiodismo de la Universidad Antonio de Nebrija Andrés Ballesteros. El ponente pretendía diferenciarnos entre editar y manipular, y a fe que lo consiguió.

Empezó comentándonos que el usuario, al disponer de Internet, prescinde de intermediarios como las Agencias de noticias. ¿Qué valor aportan éstas entonces? Está claro que credibilidad e inmediatez, y esos factores deben motivar al usuario a pagar por los servicios de la Agencia, como símbolo de trabajo de calidad. Respecto a la inmediatez, con los sistemas modernos es posible transmitir las imágenes poco tiempo después de tomarse al llamado "hilo gráfico" del abonado.

Los sistemas fotográficos digitales posibilitan que se hagan muchas más imágenes de las necesarias. Es necesario revisarlas todas para discernir las dos o tres que son merecedoras de integrar el hilo gráfico del abonado al ser las que definen el evento o acontecimiento en cuestión. Hay que tener en cuenta que un mayor número de imágenes no suponen una mejor cobertura del evento, siendo los factores claves la atención, la paciencia y la rapidez (por la competencia entre agencias).

Ballesteros incide en que la suerte influye poco a la hora de obtener una imagen, pues mucho antes hay que "preparar la escena", es decir preparar los equipos, situarse en los lugares adecuados con antelación, buscar los mejores ángulos, etcétera, lo que no debe confundirse con "manipular la escena".

Una vez el fotógrafo de agencia realiza una toma efectúa un primer tratamiento en la misma cámara por cuestiones de rapidez. Posteriormente, llega a la central de la Agencia, donde se acaba de retocar para dejarla perfecta, pero estos retoques son de índole técnico y nunca deben suponer manipulación de la escena o de las condiciones reales en las que se ha tomado la misma. A la hora de la transmisión y para no depender de los ordenadores en condiciones adversas, los smartphones son fundamentales.


Servicio Gráfico en la red de la Agencia EFE.

Los acuerdos e intercambios firmados facilitan que EFE disponga en su servicio gráfico de imágenes que no son de su propiedad sino de otras agencias, principalemente internacionales. En el momento en que las imágenes ya no son de actualidad, pasan a formar parte de la fototeca de la agencia, cuya interfaz es similar a la del servicio gráfico. Hay que reseñar que a la agencia llegan unas 30.000 imágenes diarias de media, de las quedan finalmente en la fototeca unas 1.500 editadas y publicables.

El fotógrafo de agencia recibe bastante presión pues es consciente de que debe conseguir la imagen que el fotógrafo de un medio concreto (cuando lo hay) no ha sido capaz de conseguir. Por lo tanto, estos fotógrafos deben estar preparados para cubrir cualquier clase de evento y, una vez allí, deben destacarse del resto para que sus imágenes sean las elegidas. Por ejemplo, ¿qué diferencia una foto de un saque de Rafa Nadal de la siguiente imagen? Pues ese plano cenital buscado y preparado con horas de antelación.


A continuación, otro ejemplo, también tenístico, de imagen que destaca por el gesto del protagonista y el hecho de que ningún otro elemento distrae.


Sin embargo, aquí el fonde distrae claramente pese a la fuerza del gesto (luego el desenfoque de la profundidad de campo nos ayudará):


Aquí apreciamos el momento justo del protagonista y un personaje de fondo que, más que distraer, ayuda en la composición.


Aunque evidentemente para conseguir esa imagen hubo mucho trabajo previo y paciencia, lo que comporta muchas tomas descartadas.

¡Qué importante en los eventos deportivos es saber hacia dónde celebrará su triunfo el atleta! Por ejemplo, dónde cantará un futbolista un gol en campo propio.


Las cámaras digitales han facultado que cada vez mayor cantidad de personas se acerquen a la fotografía y con mayores posibilidades creativas, pero eso no quiere decir que todos sepamos hacer buenas fotos. El trabajo previo, la paciencia y la oportunidad, el estar con el ojo en el visor y aprovechar "esos escasos 15 segundos antes de que echen al fotógrafo de donde está" permiten conseguir gestos inéditos o gestos clave como estos:



La intuición es clave en este trabajo porque ya decía el insigne Irving Penn que "las imágenes se hacen de dentro hacia fuera, no desde lo que ocurre hacia dentro."


Después Ballesteros nos mostró una anécdota y ejemplo de manipulación con las tomas que podemos apreciar en la imagen superior. Se trataba de un reportaje con imágenes suyas sobre Isabel Preysler y Miguel Boyer para la revista Hola. El trato era hacer una sola imagen aunque normalmente nadie revisa lo que el fotógrafo hace... salvo que te enfrentes a Isabel Preysler. Y ella revisó foto a foto. Finalmente se eligió la toma que ilustra el reportaje aunque "sugirió" que "aunque la foto me gusta habría que quitar esta vena", refiriéndose a un rasgo de su frente. La agencia se negó a retocar la imagen pero en la redacción de Hola quitan la vena como ella había pedido y la imagen se publica sin vena. La polémica surge cuando en prensa diaria sale la foto original, con la vena sin retocar. Preysler amenaza con tomar represalias pero el presidente de la agencia defiende la decisión, negándose a retocar "la vena, una sombra del cuello y las lorzas (sic) de Boyer". Todo esto sirva de ejemplo de cómo una nimiedad puede provocar más de un quebradero de cabeza.

Todo por una vena o diríamos que a la Preysler le dió un "venazo".
Si aunamos información y estética, es evidente que mejor que mejor. Y si además pensamos en el resto de nuestros compañeros con humildad y solidaridad, como en la siguiente muestra, en la que el diseñador sale también beneficiado porque puede calar texto sobre la foto, pues nos estarán muy agradecidos.



Ahora un ejemplo de edición salvadora. Disponemos de una anodina foto de una recepción a un jefe de estado extranjero...



Pero horas más tarde se conoce el embarazo de Letizia Ortiz y no hay foto más reciente de los futuros padres que ésa. Lo que obliga a editarla para centrarnos en los personajes que nos interesan...


Y aún así, luego cada diario la edita aún más y la da cortes distintos...


Pero una cosa es editar y otra MANIPULAR, lo que jamás debe hacerse. Este siguiente ejemplo (la original es la de la izquierda) es muy conocido. La fotógrafa admitió sin pudor que le estorbaba la mujer del centro y que necesitaba acercar a los dos personajes principales de la escena. No solo es una manipulación reprobable sino, además, mal hecha.


El pánico llegó cuando un supuesto estudiante entre los asistentes manifestó que si la manipulación hubiera estado bien realizada no debería ser reprobable. El estupor de Andrés Ballesteros y de la mayoría de profesionales presentes fue histórico y se rebatió dicha opinión con firmeza.

Pero hay otras maneras de engañar al lector, incluso con el pie de foto. Aquí el pie que acompañaba a la imagen indicaba que el Rey había llegado en bici al lugar al que se dirigía; en realidad, la bicicleta ni era suya, solo estaba ahí colocada. Mucho cuidado por tanto.


Y de la última imagen como ejemplo de manipulación y cierre de la charla, no nos extenderemos...


...porque ya hablamos de ella en este post.

Taller de edición fotográfica.




Como colofón y cierre de las XVII jornadas se celebró este taller que consistió en la revisión de las series de imágenes realizadas por 5 alumnos de Fotografía del CEU y su comentario por parte de Andrés Ballesteros, que les aportó valiosos consejos como que incluir personas en las imágenes (aunque se trate de paisajes o tomas de objetos) humaniza o que en prensa es recomendable trabajar con velocidades de obturación rápidas para curarse en salud, porque igual puede no hacer falta pero los protagonistas pueden levantarse de repente...

Aunque si mereció la pena el taller fue para reconocer (así lo hizo el propio Ballesteros) el talento de Belén Bellas García (podéis seguirla en Twitter y en Instagram), que mientras acaba la carrera aprende y practica también a nivel laboral en la sección de fotografía de La Razón, captando imágenes en partidos de baloncesto. Hemos de reseñar especialmente que a nivel personal y artístico muestra un presente brillante y un futuro más que prometedor, con una sensibilidad y un dominio de la técnica fabulosos para su edad y experiencia. Le agradecemos la cesión de las imágenes de su serie "Niños" para poder compartirlas con todos vosotros y le deseamos toda la suerte del mundo, con el ánimo de ver más fotografías suyas con el paso del tiempo en este blog. A ver qué opináis de su calidad.





















Con esto concluímos el resumen a las XVII Jornadas de Fotografía, Edición y Diseño del CEU. Esperamos que en 2015 sigan manteniendo el nivel y que hayáis tenido una buena visión con los vídeos y los textos como si hubiérais estado allí.