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martes, 24 de septiembre de 2013

TypoMad, sobredosis de tipografía

Este fin de semana llega a Madrid el acontecimiento tipográfico por excelencia. Si eres un enfermo de la tipografía, de eso que algunos llaman "las letritas", pero que todos los que lo disfrutamos sabemos que va más allá, tienes que estar este fin de semana en Typomad.


Dos días cargados de conferencias, talleres, exposiciones... un frenesí tipográfico que no podía tener otra sede más que el Matadero (Central de Diseño) y en la que participarán alguno de los mejores de este mundillo. Y de otros.

 Los chicos de Boa Mistura



Las sesiones comienzan el viernes a las 17.00 y terminan el sábado a las 21.00. Entre medias, charlas de Yorokobu, Clara Prieto, Diego Areso, Tipo-e, Familia Plomez, Pedro Arilla, Boa Mistura o Andreu Balius. De muchos os hemos hablado aquí, así que no os descubrimos nada si os decimos que son de lo mejorcito en este campo. Vamos, que es una ocasión que no podéis dejar escapar.


Pero Typomad extiende sus actividades más allá del sábado 28 con talleres, safaris tipográficos, exposiciones (desde el 29 de septiembre hasta el 15 de noviembre). Tenéis el extenso programa disponible en la web del evento (PDF). 


viernes, 14 de junio de 2013

Street Museum

El pasado miércoles 5 de junio publiqué en elmundo.es un vídeo sobre el graffitero Dourone. Un artista madrileño que había pintando durante cuatro días la fachada de la sala Y'asta en Madrid. Fabio López, su verdadero nombre, creaba 'El hombre sin aliento' con la ayuda de Elodie Arshak. Una obra intensa en donde se reflejaba el interesante mundo interior del artista quien utiliza un estilo surrealista con un gran predominio del blanco y negro para expresar su visión de las cosas.

En este vídeo, podéis ver con que minuciosidad y constancia trabajan durante cuatro días Dourone y Elodie y  las declaraciones de ambos al acabar el trabajo.


DOURO1 from qqfalcon on Vimeo.

Y en este delicioso vídeo, la sorpresa final. Una vez acabada la obra Dourone 'abandona' en la ciudad de Madrid cinco copias firmadas por él de 'El hombre sin aliento' para que se las quede quien las encuentre como otra muestra de su arte urbano.


DONATED FREEART DOURONE (Street museum III) from dourone on Vimeo.

lunes, 20 de mayo de 2013

Portada tuitera. ¿Sí o no?

Ayer por la tarde el TL (time line) de mi tuiter se llenó de merecidos elogios a la portada —'tapa' le llaman nuestros colegas del otro lado del Atlántico— que el diario argentino 'Página/12' había publicado un día antes, el sábado 18, 'interpretando' así, magistralmente, la muerte del dictador Jorge Rafael Videla. Informar, ya estábamos informados todos por internet desde hacía horas, desde el día anterior, viernes, el mismo en el que había muerto.



Gente a la que tengo en mucha consideración profesional, y a la que os recomiendo que sigáis en tuiter si estáis interesados en esto del diseño y el periodismo, como Paco Oca (@maquetadores) —editor además del blog de referencia  'Maquetadores', que también debéis seguir, y que posiblemente sea el 'decano' de entre nosotros, los blogs de diseño periodístico en España—, Borja Ventura (@borjaventura),  Javier Moya (@javimoya), o el gran MAJ (@majimeno) —Miguel Ángel Jimeno, profesor de la Universidad de Navarra cuyo blog 'La Buena Prensa' es lo mejor de entre lo mejor, y de eso se ocupa—, entre otros, elogiaban esta portada e incluso en el caso de MAJ le servían para hacer un curioso juego entre cielo e infierno. "Algunos diarios argentinos no quieren que Videla vaya al cielo y otros lo envían directamente al infierno", nos decía en las redes sociales junto a la siguiente imagen:



Pero... entre todos estos tuits de mi 'línea del tiempo', apareció muy poquito después éste otro:



Eduardo Arriagada (@earriagada), otra cuenta de tuiter que tampoco podéis dejar de seguir, profesor de Comunicación de la Universidad Católica de Santiago Chile especializado en el periodismo en el mundo digital, nos ponía en la pista de esa grandiosa ilustración... ¡que había sido publicada ANTES en tuiter que en el diario argentino!

El enlace de @earriagada nos llevaba al blog 'Onlain' sobre "periodismo, medios, internet, etc.", del periodista argentino, docente y estudioso de la comunicación y las nuevas tecnologías Pablo Martín Fernández (@fernandezpm), donde nos explica quiénes eran los autores de la ilustración: M. Moreno (@negromoreno) y Maxi Sánchez Correa  (@MxSanchezCorrea) publicada un día antes en tuiter —el mismo en el que se anunció la muerte de tan negro personaje— con este curioso ¿título?: "Lindo día para hacer un asado".

Podéis observar que en el momento de la captura el tuit tiene 135 retuiteos.

En la portada del diario aparece la firma de los autores, pero no su procedencia tuitera. Eso sí, ellos mismos han aclarado en la red que se pusieron en contacto con ellos y les pidieron permiso para publicarla (no nos aclaran si hay pago por su trabajo o no). Pero... ¿es adecuado publicar en la primera página, o tapa, de un periódico una imagen que no se ha concebido para el medio? ¿Reproducir una imagen publicada antes en internet y que, consiguientemente, ha sido vista ya por miles de personas es una buena idea? ¿Es una constatación de la "falta de creatividad en las redacciones", como afirma Arriagada en unos tuits posteriores? Tengo mis dudas. Muchas. Lo cierto es que, en mi caso, yo no había visto esa gran ilustración hasta que no apareció publicada en 'Página/12', y elogiada su publicación en tuiter, como comienzo diciendo en las primeras líneas del post. Aquí no se trata de haber 'robado' una imagen de manera cutre de internet, como sucede mucho más de lo que debiera y con lo que todos estamos en desacuerdo, sino de utilizar las redes como fuente, aunque sea una fuente pública. Es difícil decidir en este caso, ¿no?

Vosotros, ¿qué habríais hecho?



lunes, 8 de abril de 2013

Una biblia de la Infografía... y los premios Malofiej 21

Infografías. Las vemos en el cartón de la leche, en el dial de la radio, en la parada del autobús, en los libros del examen de anatomía, en el extracto del banco, en el recibo de la luz, en la etiqueta de la camisa, en el menú del restaurante. En forma de barras, tartas, listados, dibujos, mapas, esquemas, organigramas. De mil y una maneras. Casi todas de ellas simples, esquemáticas, sencillas. Es decir, están presentes en toda nuestra vida. Y lo han estado desde hace muchísimos años. No en los cartones de leche, evidentemente, pero desde que el ser humano es ser humano y es capaz de plasmar ideas en cualquier soporte, ahí están: mapas antiquísimos, esquemas anatómicos medievales, dibujos prehistóricos, planetarios renacentistas, etcétera.

Information Graphics, editado por Taschen, es la biblia de esta disciplina.





Editado con mimo, mucho mimo, en sus más de 400 páginas recoge una selección (siempre discutible cuando no se recogen todos los trabajos) de lo mejor de la infografía de los últimos años en todo el mundo (varios españoles: Raúl Arias; Álvaro Valiño). Repertorio encabezado por  la editoria Sandra Rengen a la que acompañan Paolo Ciuccarelli, Richard Saul Wurman y Simon Rogers. Todos autores también de unos ensayos introductorios en los que muestra su punto de vista sobre la importancia de la infografía. Antes, ahora y siempre.






Porque, como ellos mismos dicen, este es un arte, el de la arquitectura de la información, que tiene que dominar todo diseñador gráfico. Porque vivimos en la era en la que más información recibimos, la "gran mayoría generada por los propios usuarios" (bendito internet). Y saber cocinar todos esos ingredientes, todos esos datos, y convertirlos en historias es de lo que se encargan los infógrafos, periodistas visuales que manejan la nueva herramienta de poder: el Big Data.







En el libro podemos ver ejemplos de que la infografía va más allá de la ciencia, de los atlas, de las barras. Que también. En el libro, librazo (en todos los sentidos, también por tamaño y peso), podemos ver que la infografía es mostrar el mundo psicodélico de Frank Zappa, la relación entre la cantidad de coches y las plazas de parking de una ciudad, una guía de qué tipografía utilizar en según que ocasiones, qué tipos de cerveza hay, cómo funciona una fábrica, la distribución de Nº1 de la Motown, cuánto vale cada parte de tu cuerpo (en libras), un mapa literario de Madrid hecho sólo con letras, o cómo es tu vida según hayas visto Dragones y Mazmorras a una edad temprana o no. Y así un larguísimo etcétera de más de 400 páginas. Cientos de ejemplos de los mejores informadores visuales con una breve explicación de cada uno de ellos. Ejemplos que "documentan la historia reciente" de qué es convertir lo complejo en simple y lo confuso en bello sin faltar a la verdad. Porque como dijo Albert Einstein: "Si no consigues explicarlo de manera sencilla es que no lo has entendido". Y aquí, en este libro, lo consiguen.


                                            

                                                  







Malofiej 21

Al hilo de este libro, seguro que muchos de los ganadores de la pasada edición de los premios Malofiej, cuyos nombres se dieron a conocer hace unas semanas, están presentes en sus páginas. O muchos de ellos lo tienen en las estanterías de sus estudios y/o redacciones.





National Geographic y el NYTimes.com se han llevado el premio Peter Sullivan en categoría impresa y digital, respectivamente. Y la versión impresa del The New York Times se ha llevado otra medalla de oro por este mapa.




Pero esos no han sido los únicos ganadores entre los más de 1.191 trabajos recibidos de 154 medios de 28 países distintos. El jurado, compuesto, entre otros por Jaime Sierra, Nicolas Felton (creador del famoso Annual Report), Amanda Hobbs o Fabricio Miranda, también ha concedido medallas de oro a El Correo, elmundo.es, In Graphics, South China Morning Post, Prensa Libre y Golden Section Graphics.

Entre el resto de galardones hay premios para La Vanguardia, El Diario de Pontevedra, Magazine de El Mundo, El Correo y El Mundo y elmundo.es, tanto en impreso como en online. Podéis ver la lista completa de galardonados aquí

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jueves, 21 de marzo de 2013

¡Cabreaos!

 


Llevamos meses, tantos que ya suman años, en este estado. Nos levantamos por la mañana y al escuchar las noticias, al leer las declaraciones en los periódicos, al ver cómo los recortes suman y siguen, cuando nos enteramos de un nuevo desahucio o de un rescate más. Llevamos mucho tiempo en este estado, inmune a los recortes, que lejos de ir a menos crece y crece. Estamos cabreaos. Muy cabreaos



Cabreaos porque los políticos nos torean, los mercados nos chulean, la justicia nos ignora y la crisis no nos da ni un minuto de respiro. Cabreaos porque mientras unos pocos van para delante otros muchos van para detrás; mientras unos pocos suman a otros muchos les restan; mientras unos cargamos con la culpa de algo que no hemos hecho otros salen inmaculados de pufos y más pufos. Cabreaos porque esto no puede seguir así. 



Y "¡Cabreaos!" es el título del nuevo libro de Malagón (del que ya os hemos hablado aquí en varias ocasiones). Estas brillantes 134 páginas son una recopilación humorística de los Bárcenas, Urdangarines, Bankias y demás que nos hacen la vida un poco más chunga. Una vuelta de tuerca a esos eslóganes vacíos que nos mandan los políticos; un paso más alla en la realidad de nuestro país; quitarle la máscara a los farsantes; una patada en los mismísimos, suave, pero directa a los que se ríen por encima de nuestras posibilidades. Un grito de papel que sigue al ¡Indignaos! de Hessel. Es una "antorcha de la sonrisa pensante", como dice Forges en el prólogo. Un juego de palabras que te hace pensar, golpes de pincel para despertar conciencias. Es un espejo de cómo nos estafa el sistema. 



Cabreaos es una dosis de humor para que no olvidemos que el cabreo puede ser el motor del cambio. Un cambio más necesario que nunca.

jueves, 14 de marzo de 2013

Habemus paginam

Dicen, escriben, que es un hombre sencillo y humilde, y lo contamos en una página sencilla pero muy eficaz. Poderosa visualmente.


Que ofrece lo mejor que un periódico puede ofrecer: un gran texto de análisis para que que sepamos quién es el nuevo pontífice, escrito por Enric González desde el lugar en el que están sucediendo los hechos, condición indispensable, como lo es también su cultura, los datos, los años de experiencia y la brillantez de su sencilla prosa periodística.

Una ilustración genial de uno de los más grandes, Raúl Arias, realizada en rojo y toda la gama de tonalidades y transparencias de quien domina con maestría la tinta en un tiempo de récord porque pasaban las 8 de la tarde cuando se supo por sorpresa —lo que hacía imposible tener ilustraciones preparadas de antemano— que el nuevo Papa sería, es yaJorge Mario Bergoglio, Francisco.

Y, finalmente, un diseño perfecto que lo es porque potencia e integra con total equilibrio precisamente esos dos elementos fundamentales de la página: texto e imagen.

martes, 29 de enero de 2013

El calendario de Yorokobu... y mucho más

Ya os hemos hablado en alguna que otra ocasión de la revista Yorokobu. Pero lo cierto es que no lo hemos hecho con la atención que tan interesante iniciativa merece. Y es que se trata, sin duda, de uno de los proyectos periodísticos más innovadores tanto desde el punto de vista de la forma —recordad que fue elegida en 2011 como la revista mejor diseñada de España y Portugal en los Premios ÑH8 que organiza el capítulo español de la SND— como en sus sorprendentes contenidos.


Yorokobu es un claro ejemplo de cómo se hace eso del "valor añadido", de generar contenidos con rigor y calidad para leer como se debe leer —y por eso su acertado lema 'Take a walk on the slow side', dándole una vuelta al mítico título de Lou Reed—; así como del "valor añadido" en la forma con un diseño que se nutre fundamentalmente de las posibilidades de la tipografía y la ilustración, y que en ocasiones alcanza la excelencia en la originalidad de sus portadas, alguna de ellas tan cambiante que cada lector puede hacer exclusivamente suyo su único ejemplar, como en el de noviembre de 2010 en el que los caracteres de la cabecera buceaban sumergidos en el líquido encerrado entre la portada y una segunda lámina de plástico (se trata del número reproducido arriba), o del más reciente de diciembre de 2012 en el que con el motivo de su tercer aniversario su portada para los suscriptores era una pizarra sobre la que cada lector podía hacer su propio diseño con tizas. "Si te vuelvo a ver pintar un corazón de tiza en la portada de Yorokobu..." recopiló alguno de estos diseños de los lectores.



Yorokobu es, además, un clarísimo ejemplo de que no se trata del soporte, de que la simplificación esa tan manida que ya nos aburre de que "internet, sí y papel, no", es eso, una simpleza que repiten, cansinos ya, algunos gurús baratos del apocalipsis sin más argumentos que el de pretender ser modernitos. Aparentar, que se decía antes. Que no se trata del soporte, sino de la utilización inteligente del soporte. Como hacen en Yorokobu, que nació como revista impresa en 2009 a la vez que comenzaron a publicar su web de manera COM-PLE-MEN-TA-RIA, y que a la inversa pero de manera también COM-PLE-MEN-TA-RIA llevan a cabo con éxito en Jot Down (primero como página web y después como revista impresa en este caso). Dos ejemplos de periodismo de rigor y calidad, innovadores, que parecen indicar que un proyecto es más sólido no renunciando a nada, utilizando con inteligencia los DOS soportes. Si es que parece hasta de sentido común...

Yorokobu está editada por una pequeña empresa llamada Brand&Roses dedicada a crear contenidos (lanzar la revista y el blog fue su estrategia para posicionarse en el mercado, emprendedores de verdad). Está dirigida por Juanjo Moreno, su redactora jefe es Mar Abad —coautora junto a Mario Tascón del libro 'Twittergrafía' y con con quien casualmente compartí aulas en la Complutense—, su director de Arte es Luis B Hernández y Marcus Hurst además de escribir artículos es su community manager —con quien, además, tuve la suerte de formar parte de un jurado en los premios ÑH, tal y como os contamos en su día—.



Marcus ha tenido la amabilidad de enviarme el último número de enero, en el que incluyen un calendario para 2013 tan bien diseñado como la propia revista y, como la propia revista, apostando fuerte por la ilustración. Un calendario que me ha llevado a escribir lo que estáis leyendo sobre Yorokobu. La portada es el 'mandala' de iconos, alguno de ellos bastante curioso —fijaos bien—, reproducida arriba. Cada mes consta de una doble página con una gran ilustración en la página izquierda y el mes en la derecha con una publicidad en la parte inferior bastante bien integrada, muy visible pero no molesta o agresiva.






Mucha calidad en las ilustraciones, ¿no?, en estos ejemplos de enero (Mdonada), marzo (Aka Corleone), junio (Juan Díaz Faes) y septiembre (Ricardo Cávolo). Estilos distintos, todos ellos muy buenos, los de estos doce ilustradores, la mayor parte de los cuales colaboran habitualmente con la revista.



Yorokobu quiere decir "estar feliz" en japonés —¿no es optimismo y felicidad lo que nos hace falta?— y no tengo mejor manera de terminar que reproduciendo lo que ellos mismos nos dicen sobre su velocidad lenta de lectura, y de vivir, su Take a walk on the slow side: 

"La velocidad frenética mueve hoy el mundo. Pero la prisa deja por el camino muchas sensaciones y todos los detalles.
Nosotros queremos parar. Olvidarnos del futuro porque lo que nos importa es saborear el presente. Tirar el reloj por la ventana y sentarnos a leer como si lo único que existiera en ese momento fuera la revista que tenemos entre las manos.
Acariciar el papel, oler su tinta, observar los colores hasta su último matiz, entrar en las historias como si los protagonistas fuéramos nosotros…"
"Olvidarnos del futuro porque lo que importa es saborear el presente", incluso un presente impreso en papel. Enhorabuena... y gracias.

miércoles, 23 de enero de 2013

Saul Bass, el hombre de los títulos de crédito


Puede que los títulos de crédito que habéis podido ver en el vídeo de arriba sean unos de los más famosos del mundo del cine (descontando los de la saga James Bond), de los más reconocibles, e, incluso, de los más sencillos (en cuanto a número de elementos) y efectivos.



Saul Bass, su creador, no empezó, como puede parecer por su extensa obra, en el mundo de los carteles y créditos cinematográficos. Aunque también empezó vendiendo sueños: trabajaba en publicidad, en agencias de Nueva York y posteriormente en Los Ángeles (todo muy Mad Men). Fue precisamente en Los Ángeles donde entró en contacto con el cine y, tras la petición de Otto Preminger, haría su primer cartel para la película Carmen Jones. A Otto le gustó tanto el cartel que le encargó los créditos iniciales.



A partir de ahí, su trayectoria se dispara y los grandes directores quieren trabajar con él. Y muchos lo consiguieron. De sus trabajos con Martin Scorsese, Spielberg o Willy Wilder salen auténticas obras de arte que suponen una muesca en la historia del Diseño Gráfico y el Cine. Obras inmortales como el cartel o los títulos de crédito de Anatomía de un asesinato, El rapto de Bunny Lake, Psicosis, Vértigo, Horizontes de grandeza, Goodfellas, Oceans Eleven, El cabo del miedo (la de Rober de Niro), La edad de la inocencia, Éxodo o Con la muerte en los talones. Casi nada.


De esta maestría sabe mucho Gerardo Vera, también director de cine y coleccionista a tiempo completo de carteles de películas. Con su archivo, el Círculo de Bellas Artes de Madrid ha montado  (hasta el 17 de febrero) una modesta exposición (por tamaño y por escasez de recursos [ni un triste folleto y ni mucho menos un catálogo/libro] pese a los dos euros que cuesta la entrada) con algunas de las piezas más representativas del artista norteamericano.


Así, se pueden ver clásicos como el cartel de Anatomía de un asesinato, una oda al minimalismo y al menos es más; el más que reconocible cartel de West Side Story (sí, también lo hizo él); o el de Vértigo (no hace falta que veamos el título, ya sabemos qué película es). Carteles grabados a fuego en la cultura popular del séptimo arte  Pósters que van desde lo más icónico a lo más realista; desde el uso de dos, tres colores y una esmerada (y muy acertada) tipografía al recorte y silueteado de fotografías; unos carteles que igual beben de la Bauhauss, Picasso o el hipermodernismo. Un auténtico "artista ecléctico, inclasificable", como reconoce Vera.


También se pueden disfrutar de pequeñas, y desconocidas, joyas que llevan la firma de Bass. Y digo firma porque es así, firmados en un lateral, como un cuadro. Un descarte (mucho mejor que el original señor Kubric) de Spartacvs (que pasaría por una pieza hecha por los mejores estudios hoy mismo); un cartel japonés del Puente sobre el río Kwai 2 (o algo así, no queda muy claro en la exposición); o una estremecedor póster de La lista de Schindler descartado por "no ser comercial (¿?).


Imagen extraída de www.lachicadelflequillo.es

De todo este material (y más que ha quedado grabado en nuestras retinas), se puede inferir que Bass era el "más grande diseñador de carteles y títulos de crédito", como dice Vera en la presentación de la exposición. Y no podemos reprochar nada, porque es verdad. O acaso alguno de vosotros no ha dicho "qué pedazo de títulos de crédito" y se ha fijado para ver quién los había hecho. Eso, creo, sólo lo ha conseguido una persona: Saul Bass.

 El cartel no comercial de La lista de Schindler


Algunos de los carteles de Bass




Fotografías de la exposición de Mario Benito


ACTUALIZACIÓN

Tras la publicación de este artículo, Roberto Gamonal —tipógrafo, investigador del diseño y la tipografía, periodista, maestro de Periodismo en la Universidad Complutense y de Tipografía en el Istituto Europeo di Design, socio fundador del taller-escuela-laboratorio de investigación de imprenta artesanal La Familia Plómez y coeditor del blog de referencia sobre tipografía en lengua castellana Unos Tipos Duros, por citar lo más destacado...— y amigo de encajabaja a quien tenemos mucho cariño, nos ha hecho llegar "por si os puede interesar" un completísimo trabajo suyo sobre títulos de crédito —con especial incidencia en la tipografía, y en el que se destaca evidentemente la figura de Saul Bass—.



El trabajo, titulado "Píldoras creativas del diseño gráfico en el cine" (aquí tenéis el pdf) se publicó en la revista 'Icono14'  (revista científica sobre Comunicación y Nuevas Tecnologías) en el año 2005, además de la profundidad y el rigor del análisis incluye una gran muestra de imágenes muy relevantes, así como una interesante bibliografía. Todo un lujo que agradecemos a Roberto y que ya nos diréis si "es de interés" o no... Leed, leed.