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miércoles, 2 de diciembre de 2009

En algún lugar de China


Hay cosas que son muy complicadas de explicar a los niños pequeños. De entre todas las que se te puedan ocurrir, seguro que la más difícil es la pregunta que todo padre/madre espera algún día: "Papá, mamá, ¿de dónde vienen los niños?"

Este interrogante suele desembocar en un pequeño dolor de cabeza en busca de una metáfora lo suficientemente clara para que el niño lo entienda pero sin entrar en detalles innecesarios para la corta edad del que pregunta. Si el asunto biológico ya tiene miga, imagínate explicarle a un niño qué es la adopción. El tema se complica hasta extremos insospechados.



Eso mismo le pasó a Ana Folguiera. Como madre, ella quería transmitir a sus hijas la sensación de tenerlas en sus brazos, de acariciarlas y arroparlas todas las noches. Contarles cómo viajó muy lejos, las vio e invadieron su corazón. Pero quería hacerlo lejos del frío y distante papeleo que implica toda adopción. Y la mejor manera que le vino a la cabeza fue a través de un cuento, al que tituló En algún lugar de China.




Y como todos los cuentos, tenía que tener un protagonista, en este caso el pájaro Calisto, y unas princesas. Aunque este cuento era un poco especial porque la princesa tenía que ser, tal y como solicitó su hija Claudia, ella misma. De esta manera, y basándose en la leyenda del Libro Rojo que dice que todas las personas que se quieren están unidas por un hilo rojo invisible, Ana forjó la historia de cómo volaron de China a España.




Pero un cuento infantil no está completo sin unas ilustraciones, porque los niños leen, pero también ven. Así que Emilio Amade, compañero, amigo y, lo más importante, tío de las niñas, entra en juego y decide "por necesidad" hacer las ilustraciones del libro. Ya había hecho un mural de bienvenida en casa de las pequeñas, así que sólo había que completar el círculo: las niñas tienen que ver cómo han llegado hasta sus vidas.

Seis años después, y gracias a la editorial Syllabus, el proyecto es una hermosa realidad que ayer presentaron en El Corte Inglés (distribuidor oficial). Los beneficios van destinados al tratamiento médico de los niños de varios orfanatos chinos, con la esperanza de que algún día el pájaro Calisto visite a todos los niños y se los lleve, volando, a un hogar mejor.

lunes, 29 de junio de 2009

Negociadores

Una de las consecuencias de la crisis es que nos convierte por un tiempo en lo que no somos. Nos obliga a que tengamos que emplear tiempo y energía dentro de nuestro trabajo, mucho tiempo y demasiada energía, en labores que nada tienen que ver con el diseño periodístico. Ni con el periodismo siquiera. La crisis nos convierte, a alguno de nosotros, en negociadores.

Y como las circunstancias obligan y no nos queda más remedio que negociar, conviene estar algo preparado, menos en casi todos los casos que aquellos negociadores profesionales con quienes tendremos que intercambiar miradas de hombre duro. Sé de lo que hablo porque un infausto día no se me ocurrió otra cosa que formar parte del Comité de Empresa de Unidad Editorial... y me faltaría espacio para contaros con detalle en la que estamos ahora metidos. Resumiendo mucho: un expediente de regulación de empleo de 180 personas de un total aproximado de 2.000 trabajadores en 19 empresas que forman el grupo, y diversos recortes salariales para evitar que ese número sea mayor. La negociación comenzó hace ya, no sé, meses.


Además de las más elementales leyes laborales como el estatuto de los trabajadores, los reglamentos propios de cada sector económico, si es que existen, y los correspondientes convenios colectivos, no está de más saber algo de contabilidad de empresas (en realidad resulta imprescindible) o de economía y finanzas si la empresa cotiza en Bolsa. Como tampoco nos vendrá nada mal a la hora de sentarse a negociar una lectura del clásico "El arte de la guerra", de Sun Tzu.


"Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro; si no conoces a los demás, pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganarás otra; si no conoces a los demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla". Por sentencias como ésta resulta de la máxima utilidad este libro, considerado el más antiguo de los tratados de estrategia conocidos, y no sólo para la guerra convencional, sino para cualquier "enfrentamiento", para toda negociación. Porque, además, uno de sus principios es el de "divide y vencerás", sentencia escrita hace unos 2.000 años aunque haya ahora quien crea haberla inventado y puesto en práctica por primera vez.

Para el maestro chino, "los guerreros expertos se hacían invencibles en primer lugar, y después aguardaban a descubrir la vulnerabilidad de sus adversarios (...) un ejército victorioso GANA PRIMERO y entabla la batalla después; un ejército derrotado lucha primero e intenta obtener la victoria después", esto último para quienes se empeñan en pegarse y "luchar" a toda costa, como única manera de obtener resultados. Sun Tzu sólo recomienda luchar cuando se tiene la certeza de ganar. Insiste a lo largo de su breve tratado en "obtener información del enemigo", como la forma más segura de lograr la victoria; además de evitar que el enemigo "obtenga información sobre ti" para que así puedas engañarle, confundirle... antes de tener que luchar (porque sólo se luchará cuando se haya vencido ANTES, recordad, y si es posible no se llegará a las armas). No repetir estragegias previas también es importante y para ello necesitaremos "capacidad de cambio y adaptación según el enemigo".

Intentarán que te enfades, que te ofusques, que te cabrees, que te dejes llevar por la ira o el acaloramiento a la hora de decidir y, entonces, no estará de más que escuchemos que "un gobierno no debe movilizar un ejército por ira, y los jefes militares no deben provocar la guerra por cólera. Actúan CUANDO SEA BENEFICIOSO; con caso contrario, DESISTE. La ira puede convertirse en alegría, y la cólera puede convertirse en placer, pero una nación destruida no se puede hacer renacer, y la muerte no puede convertirse en vida". Esto sirve también para el miedo, presente siempre cuando se habla de despidos. No tenemos que actuar porque nos hayan asustado, sino porque sea beneficioso (o lo menos malo, dependerá del caso) para nosotros. No creo que haya texto más importante para el tema que nos ocupa que el de Sun Tzu, o que diga cosas relevantes realmente nuevas.



No obstante, la Esfera de los Libros publicó hace unos años el tratado de François de Callières sobre las normas para negociar, destinado en un principio a los embajadores y a sus relaciones con los príncipes o máximos gobernantes de los países en que estuvieran destinados. Es un escrito de 1716 y también tiene ideas muy aprovechables: no dejarse llevar por la pasión al negociar ("un hombre que sabe dominarse y mantener la sangre fría gana ventaja en el trato con otro de temperamento fogoso, al extremo de que podría afirmarse que no combaten ambos con iguales armas"); conocer lo máximo de aquellos que se van a sentar frente a ti; paciencia, paciencia, paciencia ("los obstáculos son como las piedas de todo camino, a las que hay que apartar con paciencia"); "resulta más importante escuchar que hablar"; y, sobre todo, no mentir. No servirá de nada porque lo más probable es que un acuerdo basado en mentiras después no se respete por la parte engañada. Lo más importante para Callières es "convencer, persuadir" hasta el punto de lograr que la otra parte termine pidiéndote aquello que tú quieres conseguir. Claro que una cosa es decirlo y otra llevarlo a la práctica, ¿no? Pero quien afirme que negociar es fácil, es que no sabe qué es negociar.

jueves, 18 de junio de 2009

A Chister Malm no le gustaría

Nos referimos al diseñador de la imaginaria revista Millennium. Un joven de treinta y pocos años que se encarga de darle el toque "moderno y atractivo" a la publicación donde trabaja Mikael Blomkvist, el reportero sueco más famoso de los últimos tiempos. Ya sabemos que Christer es un personaje de ficción, pero si se nos presentara de carne y hueso nos diría que eso no estaba bien, o que por lo menos dificultaba un poco la lectura. Y estamos de acuerdo, porque miren esta doble página que dedicó el pasado domingo El País a Stieg Larsson (autor de la trilogía) y la próxima salida de "La reina en el palacio de las corrientes de aire" (Editorial Destino).


La doble y un esquema de su lectura.

Al verla nos sentimos un poco trileros, "donde sigue el texto, aquí o aquí?", parece decirnos la maqueta. Estamos seguros que Christer, a pesar de ser un diseñador gráfico, como está descrito en el primer tomo (Los hombres...), pondría el grito en el cielo porque así es imposible leer la pieza principal de cabo a rabo sin confundirse. Es casi más fácil leer el libro de 700 páginas que se publica hoy jueves, que leer la doble página sobre un libro de 700 páginas. Toda una paradoja.

Una posible solución.

El caso es que la fluidez de lectura de esta doble es, cuanto menos, complicada. En lugar de ese pasillo de cuatro columnas por debajo de la entrevista (que a simple vista para formar parte de ella), Christer podía haber puesto esta misma a tres columnas, en el centro o de salida. De esta manera, le quedarían dos columnas de pase del texto principal, en la primera y quinta columna o en la primera o segunda. Ignoramos el porqué se hizo así, pero la lectura es un poco complicada. Se podía haber dejado así, pero en ese caso era mejor poner la entrevista de salida, para que así quedara "arropada" por el resto del texto. Pero esto son opiniones subjetivas, evidentemente. Y nos encantaría conocer tu opinión al respecto.


De todas formas, creemos que nunca podremos conocer la opinión de Christer, aunque estamos seguros que hubiera disfrutado igualmente de su lectura sólo por el hecho de conocer un poco más a su "padre". No sabemos si sale en el tercer y último libro de la saga. Suponemos que sí, pero, por si acaso, mañana a primera hora bajaré a la librería de la esquina a preguntarle si le gusta la página.

jueves, 11 de junio de 2009

Doble Cero



Imagínense el ruido sordo de una máquina de escribir al golpear el folio blanco. Clac, clac, clac. Una letra detrás de otra, una palabra junto a otra, una frase, otra, otra. Una novela. Ese ruido es el hilo conductor de Doble Cero, la nueva novela de Pascual García, compañero de la sección de economía de El Mundo y novelista en los ratos libres que le deja la noble profesión de periodista.

Cándido Méndez, junto a Pascual García

Ayer tuvimos el honor de acudir a la presentación del mismo de la mano de Cándido Méndez, secreatrio general de UGT y amigo de Pascual. Unidos por la información sindical y económica, también tienen como nexo común la novela negra, género que apasiona a ambos, tal como se encargó de demostrar Cándido al narrarnos sus lecturas desde pequeño y al destriparnos (casi en su totalidad) la novela: un anithéroe, unas cuantas muertes, un caso sin resolver que se complica, etc. No os contamos más (para saber el final, cualquier librería). Aún así, leeremos la novela porque sabemos que es mejor leerla a que te la cuenten. Y más si la ha escrito el gran "Pasqui".

Pascual García, Pasqui, leyendo su discurso

Cegado por el humo y los focos del Bar Costello (dónde si no iba a celebrar Pascual una presentación) García Arano quiso agradecer a todos sus amigos (y creemos que también a sus no-amigos) tanto las presencias como ausencias de una noche muy especial para él. Emocionado y orgulloso a la vez, fue nombrando, poco a poco, a todos aquellos que fueron, son y serán sus compañeros de fatigas y que le quieren por ser como es, por ser, simplemente, Pascual.

lunes, 1 de junio de 2009

La Feria de las Ausencias

Buscamos el tradicional cartel para ilustrar nuestro post de este año sobre la Feria del Libro de Madrid, pero no lo hemos encontrado. Y no porque todavía sea pronto, porque este fin de semana pasado ha comenzado ya en su tradicional emplazamiento del Parque del Retiro de nuestra ciudad, y con sus tradicionales casetas abiertas durante las dos próximas semanas hasta el domingo 14 de junio, la que podríamos llamar Feria de las Ausencias.


Porque no se trata sólo del cartel, inexistente o inencontrable, sino de los autores franceses que, ausentes, no vendrán a esta 68º edición dedicada, precisamente, a Francia y su literatura. No podremos ver en ninguna de las casetas al último Nobel Le Clézio, ni a los exitosos Patrick Modiano, Fred Vargas, Daniel Pennac, Yasmina Reza o Michel Houellebecq. Al parecer, los organizadores no han "querido basarlo en los autores", sino "en la cultural francesa en general" (¿?). Claro, que si luego los lectores lo que quieren son productos suecos...

Os contábamos el año pasado que no somos muy amigos de los datos del tipo número de casetas (este año son menos), del número de visitantes y la media de kilómetros que recorre cada uno en una visita estándar de una tarde, la cantidad de libros que se espera vender, la que dicen haber vendido y la que finalmente venden (dato imposible de saber, supongo), del dinero total recaudado, la tontería recurrente de quién firma más, o lo que se gasta en publicidad absurda, folletos inservibles, bolsas de papel y plástico, marcapáginas promocionales o los gránulos de polen respirado por persona, porque a quienes vamos cada año desde hace muchos todo eso nos da igual. No nos ponemos a contar, ni siquiera los libros, cuando vamos allí. Los hojeamos. Los miramos. Los tocamos. Incluso alguno compramos. Pocos este año, porque la crisis también ha llegado al sector, como no podía ser menos, y en el primer trimestre del año las ventas totales de libros han bajado un 20% según los editores, y las previsiones para la Feria son también a la baja.

Y la última, pero tal vez la más importante, de todas las ausencias de esta Feria del Libro 2009 son los libros electrónicos, o e-book, eBook, libro-e, o incluso ecolibro, que también los llaman. Ausencia polémica que todos los medios de comunicación han repetido, porque los artículos sobre la Feria del Libro suelen parecerse asombrosamente año tras año independientemente de dónde aparezcan escritos. Es como si los redactores de cultura se llamasen unos a otros antes de publicar cualquier cosa sobre esta enorme orgía de libros para ponerse de acuerdo y publicar todos lo mismo, o similar. Por eso en todos podemos leer también, o escuchar, o ver en la televisión a los responsables del evento justificando lo injustificable sobre la ausencia de libros digitales con la triste excusa de que "no lo permiten los estatutos" (¡!).



Claro que para qué se van a preocupar en digitalizar libros si en nuestro país ni siquiera se ha comercializado todavía el último y novedoso lector, el Kindle 2 de Amazon, que os mostramos. Incluso se pueden leer periódicos en él pagando una módica suscripción mensual (en un formato más parecido a las páginas de papel que a la página web), ¿una de las posibilidades de futuro para los periódicos?. Ya llegarán los anglosajones, o los franceses, o los alemanes, o los japoneses, o cualquiera otro menos quienes hablamos y leemos en castellano para vendernos libros digitales en nuestro idioma. Y entonces, como siempre, diremos que tenemos que ponernos al día, "apostar por las nuevas tecnologías" y blablabla. Pero de momento, los estatutos no nos dejan hacer otra cosa, ¿no? Y es tan trabajoso hacer cosas nuevas...

No faltéis no obstante, si estáis durante estas dos semanas en Madrid, porque la Feria del Libro siempre merece la pena, especialmente a quien se pierde por casetas nada oficiales, a quien deja de visitar las editoriales y grandes librerías donde, en todas, tienen siempre los mismos ejemplares de moda. No seamos nosotros ausencias también en esta Feria de las Ausencias, si queremos claro.


Actualización

Ausencias, pero menos. Nuestra querida amiga y compañera Elena Mengual (Mengu), periodista de las buenas perteneciente al equipo de la página web elmundo.es, nos hace llegar el cartel de la Feria... que a nosotros nos costó tanto encontrar... hasta el punto de que no lo logramos.



Y que no es otro sino éste que os mostramos. Obra del diseñador Juan Antonio Moreno, "uno de los grandes diseñadores que maneja, con un profundo conocimiento, la tipografía en todos sus trabajos", según el director de la Feria, Teodoro Sacristán, quien justifica la elección porque pretendía que "la imagen visual de la Feria estuviera este año ligada a la palabra". Nuestra querida Mengu se abstiene de opinar sobre el cartel, y nosotros también. Insistitmos en que lo mejor es darse una vuelta por el Retiro. Gracias, Mengu.

jueves, 23 de abril de 2009

Una mirada de Nueva York en Madrid (Weegee)

Sorprende la calidad de las fotografías. La calidad técnica queremos decir, porque la fuerza y la vida que vomitan las imágenes de Weegee son de sobra conocidas. Ya os anunciamos antes de que comenzara la importante exposición que sobre este fotoperiodista ha organizado la Fundación Telefónica de Madrid en su sede de la Gran Vía (el histórico edificio de la Telefónica, vamos), y ahora, después de ver las copias de la época colgadas en las paredes nos hemos quedado asombrados, porque esperábamos fotos con el grano y la falta de detalle y nitidez típicas de las instantáneas tomadas deprisa y con poca luz, sobre todo teniendo en cuenta los medios técnicos (objetivos y emulsiones) propios de finales de la década de los 30 y comienzo de los 40, y sin embargo, resulta todo lo contrario: un altísimo nivel técnico, propio no sólo de un gran periodista, que también, sino además de un maestro de la fotografía.

Una vez más, la Fundación Telefónica ha vuelto a montar un evento cultural de mucha importancia. Y hemos perdido ya la cuenta de los que van. Esta exposición, titulada El Nueva York de Weegee, consta de 270 fotografías procedentes de la colección de Michèle y Michel Auer, "un extraordinario mapa en blanco y negro de la vida neoyorquina de la época posterior a la Gran Depresión", según nos dicen en el folleto.



En el que podemos leer que Weegee (1899-1968) se llamaba en realidad Arthur Fellig (la policía le comenzó a llamar así por lo parecido del sonido de este apodo con el tablero de la "ouija", ya que parecía adivinar el futuro para estar siempre en el lugar del crimen con su cámara preparada), no era norteamericano de nacimiento a pesar de ser ya un incono del periodismo de Nueva York, sino centroeuropeo desde donde emigró con diez años junto con sus padres. Trabajó durante años como ayudante de laboratorio en The New York Times y la agencia Acme Newspictures hasta que decidió instalarse por su cuenta, montando una pequeña redacción ambulante en el maletero de su coche para proporcionar las fotos y pequeños textos que él sabía que demandaban periódicos y agencias. En 1938 le concedieron el privilegio para instalar una radio de la policía en su coche y de ahí, más que por la intercesión de espíritus o su instinto, su facilidad para llegar el primero a cualquier suceso. Aunque como podemos ver en la exposición, en realidad fotografió todo lo que estaba a su alrededor, en especial durante la noche. Espectáculos, gentes, el mundo del circo... En 1943 y 1944 el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMa) organizó dos exposiciones con sus fotografías, lo que supuso su consagración y su entrada al "mundo del arte". En 1945 publicó el núcleo de su trabajo en el famoso libro Naked City, del que podemos ver un ejemplar allí expuesto junto con libros posteriores, incluso con premaquetas que debió preparar el propio Weegee.


Y si sorprendentemente buena es la exposición, no lo es menos su catálogo. Editado por la propia Fundación, recoge las 270 fotografías que cuelgan del tercer piso del edificio y está dividido en las 14 temáticas que podemos observar en la misma (Durmientes; Incendios; Weegee´s People; Circo; Harlem; Sábado por la noche; Espectáculos; Striptease; En la ópera; La Bowery; Policía y Cía; El cine de la calle; Coney Island; y Desnudos, fotomontajes) y por una pequeña biografía y bibliografía sobre el personaje.



Y antes de cada epígrafe temático, un par de páginas en las que podemos encontrar datos curiosos de la vida de Weegee. Datos como que rechazó un primerizo empleo de fotógrafo porque ¡¡¡tenía que ponerse traje y corbata!!! o que perfeccionó su peculiar forma de revelar los rostros (photo-verité, se llegó a conocer) con sus vecinos de color, que querían salir lo más blancos posible en las fotografías.


A través de estas páginas también nos enteramos que él también durmió en la calle (de ahí su obsesión por los "durmientes"), que sus primeros encargos los hizo en la agencia Acme, que era capaz de tratar los carretes incluso en la cabina del conductor del metro o que desarrolló un particular y macabro sentido del humor que reflejaba en sus fotos.


Así, poco a poco, 14 capítulos con todas las fotos de la exposición a página completa y con un índice de cada una de ellas que incluye los pies originales que puso el propio Weegge: imágenes de parejas besándose, de los bañistas de Coney Island, de los vecinos de Harlem, de la Metropolitan Opera, de desnudos y, cómo no, de asesinatos, una de las especialidades de Weegee.


En total, 384 páginas magníficamente impresas. Una auténtica joya de libro, en definitiva. Y a un módico precio, 30 euros, que ha hecho que el catálogo se agote rápidamente. No nos extraña, porque es un precio más que razonable comparado con los palos que nos meten en otras exposiciones. Un 10 para la Fundación.

Tenéis hasta el 17 de mayo para ver la exposición y, si reponen el libro, comprar el magnífico catálogo.

Mario Benito y Luis Blasco

Hoy...

En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor.

jueves, 12 de febrero de 2009

Un tipo que molesta

No hay medias tintas con Arcadi Espada, como con lo que suele merecer la pena. Lo que escribe este periodista catalán (Barcelona, 1957) te puede parecer brillante, un disparo de inteligencia en la boca del estómago, o una insoportable acumulación de erudición en lenguaje fragmentado, ininteligible a veces hasta impedirte llegar al final del texto. Me sucede esto último con alguna de sus columnas en el diario El Mundo, y lo primero con el último de sus libros, Periodismo práctico, que hoy os comentamos.

Un libro breve, pero muy denso; que debe leerse despacio. Y volverse a leer nada más terminar porque es un libro importante, posiblemente las reflexiones más lúcidas, inteligentes y originales sobre el periodismo que se hayan publicado en los últimos años. No apto para facultades de periodistas ya que generalmente se desprecia, se infravalora o directamente se olvida lo que nos dictaban allí, especialmente las lecturas "obligatorias", tal vez por un afán estúpido de emanciparnos del sistema de enseñanza para hacernos mayores, profesionales, expertos. Qué se yo.

Además, y a pesar de su título, es un libro que posiblemente le diga más cosas a quien lleve años ejerciendo esta profesión. A un estudiante pudiera no decirle nada a pesar de todo lo que dice porque los años de práctica ayudarán sin duda a saber escuchar lo que nos dice el periodismo práctico de Arcadi. O no.

Es un libro tal que si yo me dedicara a subrayarlo agotaría un lápiz sacándole punta cada pocas páginas. Pero nunca subrayo libros, ni los marco para siempre de ninguna manera, doblando esquinas de sus páginas, por ejemplo. En vez de eso, pego pequeños papelitos amarillos autoadhesivos y escribo sobre ellos, con lo cual agoté el taco y el libro de Arcadi Espada se asemeja ahora a un pájaro amarillo lleno de plumas, aunque en realidad de lo que está lleno es de preguntas. Busco una de ellas en el primero de los papelitos:

"¿Qué hacer con las intenciones? (...) Un periódico no debe publicar los planes de los terroristas. Con la intención de exhibir su perversidad contribuyen a hacerla efectiva." Afirmación, como muchas de las suyas, absolutamente controvertida frente a quienes sostienen, sostenemos, que debe publicarse todo lo que sea noticia. Hay que contar lo que sucede, condicionantes morales aparte... ¿siempre? Si lees a Arcadi comienzan las dudas. Como tiene que ser. O "¿qué hacer con los restos del monopolio? Durante los doscientos años de la época moderna, el periodismo ha debatido el conflicto social prácticamente en solitario. El Templo o el Aula nunca fueron gestores comparables. Pero la aparición de internet ha acabado con el monopolio. Blogs y todo tipo de foros discuten, promueven y actúan sin que intervengan en la ceremonia ni periodistas ni medios. La cuestión que queda por saber es si el periodismo perderá el monopolio de la selección de los hechos que deben imprimirse". Sin comentarios. Bueno, sí, al menos uno, porque Arcadi, a pesar de pertenecer a una generación anterior a la de tantos "blogeros", es uno de los periodistas que mejor ha entendido la red y que incluso construye su lenguaje periodístico a partir de ella, con esas frases cortas y cortadas, sentencias breves y directas. Su blog en la página web del diario El Mundo, El Mundo por dentro, es toda una referencia en la blogosfera periodística, y damos fe de ello ya que nuestra humilde curva de entradas se disparó de una manera espectacular con dos amables enlaces suyos... que desde aquí agradecemos, sin que ello sea la causa de que comentemos su libro e insistamos en su interés.

Interés sin dejar de divertirnos en muchísimas de sus preguntas, como la desternillante recopilación de textos económicos que nos ofrece en "¿Qué hacer con las inyecciones de liquidez?" para explicarnos que nadie nos ha explicado la crisis económica con palabras inteligibles. O casi nadie. En el apartado de la Tercera Cultura (o Cultura 3.0), proyecto al margen de este libro en el que participa Arcadi Espada que busca redefinir el concepto de cultura (sin la actual separación con la ciencia, por ejemplo), encontramos reflexiones sobre el "desvarío posmoderno" en los "intentos del nuevo periodismo de describir la realidad en términos de novela, porque la emoción del espectador no depende de la veracidad, sino de determinados códigos del relato"; un imperdonable y equivocadísimo alegato en contra de la música (es prácticamente imposible hablar de la música en general, para mal o para bien, estimado Arcadi. Posiblemente no hayas escuchado la adecuada); o de la propia ciencia, a la que alude como "lo veraz, único asunto que concierne al periodismo". "La única noticia" nos dice sobre la ciencia en este texto que busca la objetividad "científica" desde el más puro subjetivismo, desde la contradicción, única postura interesante e inteligente en este mundo confuso y caótico.

Entre mil y un "quiá", expresión anacrónica que parece gustarle en especial (es el nombre además de su actual columna fija en las páginas de opinión de El Mundo) y que salpica el texto cada pocas páginas, o líneas, podemos leer también "el futuro, en el periodismo, sólo puede tratarse de modo condicional. Pero el condicional se lleva mal con la propaganda (...) La única forma del condicional rechazable por eufemística (porque atenúa la ignorancia del periodista) es la que sitúa la probabilidad en el pasado: "El soldado habría matado a su enemigo". Sobre el pasado, un periodista está obligado a demostrar su competencia. A diferencia del futuro, donde la competencia es de los pitonisos". O cuando se contesta a sí mismo sobre "¿Qué hacer con el periodista ciudadano?: Primero reconocer que su emergencia ha acabado con el tradicional oxímoron. Pero en el uso periodístico de internet por personas que no son periodistas hay una gran novedad: el acceso directo de la fuente al medio. La fuente ya no precisa del intermediario. Para garganta profunda ya no es indispensable citarse con Woodward en el aparcamiento: le bastaría con un blog. Y a Woodward le bastaría con consultarlo cada mañana y chequear su veracidad. Desde la convicción de que en internet todo es mentira hasta que no se demuestre lo contrario, convicción que es otro de los grandes paradigmas mutados respecto del pacto de veracidad tradicional en los periódicos".

Quisiera terminar citando a Baruch, nuestro querido amigo tantas veces aquí mencionado, quien desde el otro lado del Atlántico difunde sus píxeles bonaerenses de Visualmente, para comentar brevemente cómo le conocí. Sucedió en un Seminario sobre Diseño periodístico en el que como ponente El Norbi hablaba, hablaba y hablaba en envolvente acento argentino proyectándonos desde su Mac portátil algunos de sus geniales trabajos. Yo estaba entre el público y Baruch nos hacía preguntas de esas que todos contestan "¡siiiiii!", o "¡noooooo!" con participativa docilidad. Todos, menos uno, que como siempre se empeñaba en llamar la atención contestando al revés. Me miró unas cuantas veces con esos ojillos como líneas rectas horizontales con los que parece imposible que llegue a distinguir nada alguien de mirada tan aguda y perspicaz como este fanático de Boca Juniors, y a la tercera vez que contesté al revés exclamó: "¡siempre hay un tipo que molesta!". Y no me molestó. Reímos, reí complacido con tan precisa definición de mi persona como bien corroborarán quienes me conocen desde hace mucho aunque Baruch, grande, acababa de conocerme y todavía no habíamos siquiera hablado. Pues bien, y salvando las evidentes distancias, también a Arcadi Espada, a quien no conozco en persona, me atrevo a definirlo como un tipo que molesta. Porque no escribe lo que sus comunicantes quieren que escriba sino lo que quiere escribir. En este caso un Periodismo práctico no sólo de imprescindibe lectura, sino de recomendable relectura. Incluso abriéndolo al azar por cualquiera de sus páginas llenas de preguntas... y respuestas.

viernes, 7 de noviembre de 2008

El diseño como ciencia

Hace unos días salió a la calle el libro 'Fundamentos del diseño periodístico. Claves para interpretar el lenguaje visual del diario', del profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad Pontífica de Salamanca y responsable del blog 'Cosas visuales' Fernando Suárez Carballo (A Coruña, 1978) publicado por EUNSA.

Especialmente dirigido a profesionales, estudiantes e investigadores vinculados al diseño gráfico, al periodismo y a la edición en prensa, el libro de Suárez Carballo disecciona la página impresa de los diarios de forma minuciosa y científica abordando los múltiples factores que condicionan la filosofía del medio y buscando las repercusiones del diseño gráfico sobre el contenido y sobre la percepción del lector.

Plantea su investigación desde el lado de vista analítico dejando en un segundo plano la vertiente artística del diseño de prensa. Según el autor, en el arte lo primero es el artista. En el diseño de prensa los primeros son la noticia y el público. Entre el emisor y el receptor, el mensaje (la noticia) utiliza como canal la página impresa y el código es el diseño periodístico.

El diseñador gráfico pasa a ser, dentro del proceso de comunicación, emisor y productor de mensajes, no un mero maquillador de la información. Es un profesional que con un "método específico (diseño) construye mensajes con medios visuales.



"El libro estudia la realidad del diseño de periódicos a partir de tres bloques principales: una aproximación al significado y a las competencias del diseño gráfico en prensa diaria; un análisis del discurso visual del diario desde los criterios de la Teoría de la Imagen; y, finalmente, una descripción de los procesos cognitivos que condicionan el comportamiento del lector", nos cuenta Fernando Suárez.

Estos son algunos de los puntos de referencia del libro que intenta ofrecer nuevas vías de aproximación a la realidad del diseño periodístico y una plataforma para allanar el camino a futuros investigadores "preocupados por la vertiente formal de la prensa escrita"..

Desde encajabaja recomendamos su lectura y agredecemos el esfuerzo de Fernando Suárez Carballo por aportar más claridad en el diseño de prensa y descifrar sus claves con este libro en un mundo editorial bastante escaso de trabajos como este con autores españoles.


Posdata: ¿Quién decía que Obama no cambiaría el mundo? Nuestro amigo y dibujante preferido Luis Sánchez Parejo ha encontrado ya el "change we can believe in" que encajabaja sufre desde el martes por la noche.

viernes, 31 de octubre de 2008

Made in Spain

La editorial Electa acaba de publicar un libro con este título y subtitulado "101 iconos del diseño español". Y eso es precisamente lo que ha recopilado en sus páginas Juli Capella: "iconos reconocibles que nos identifican" (a lo español, se refiere el autor, evidentemente).

Capella, nacido en 1960, es diseñador y arquitecto (el estudio Capella García Arquitecura firma proyectos como el Hotel Omm de Barcelona, el conjunto de adosados Can Via en Santa Coloma de Cervelló, o el Edificio Diagonal 203 también de Barcelona); hombre inquieto que escribe desde 2004 una columna en el Periódico de Catalunya sobre arquitectura, urbanismo y diseño (aunque no deja pasar cualquier tema); colaborador ocasional también en otros periódicos como El País y Avui; coleccionista de objetos e imágenes fálicas, sí falos; creador y director de la revista Diseño (doce números que se editaron en Barcelona desde 1984 hasta 1987), entre otras; comisario de distintas exposiciones (300% Spanish Design, Spain Loves Japan, Oscar Tusquets...); autor de numerosos libros (Arquitexturas, Arquitecturas diminutas, Nuevo diseño español...) y varios millones de cosas más aunque él confiesa en su página web (que os recomendamos que visitéis por su calidad y por lo divertida que nos ha parecido) que "lo que hubiese querido ser es rock'n'roll star".

El libro recoge una magnífica colección de objetos "no objetiva", admite Capella (que además cita la ingeniosa frase del poeta José Bergamín: "Si fuese un objeto sería objetivo; pero como soy un sujeto soy subjetivo"), que a pesar de su reconocida subjetividad, a nosotros nos ha parecido muy completa. Posiblemente habrá diseños excluidos que podrían haber estado (el propio autor enumera muchos de ellos en la introducción, "pero había que poner un límite"), pero de lo que no nos cabe ninguna duda es de que sobre ninguno de los incluidos. Están organizados en apartados temáticos: Hogar, Mobiliario, Indumentaria, Transporte, Comer y beber, Juego y ocio, y Grafismo. De todos ellos se incluye al menos una imagen, aunque lo normal es que sean varias, así como un texto explicativo con datos sobre el creador y la trayectoria de la obra.



En el apartado del diseño gráfico, denominado en el libro "Grafismo", figuran el Toro de Osborne (obra del pintor Manolo Prieto en 1956 para la agencia publicitaria Azor), las distintas imágenes corporativas de Iberia, de Telefónica, "Naranjito" (que habrá quien no sepa qué es), la "llama multimillonaria" del Banco de Santander, la letra Eñe, el diario El País (el único periódico que aparece en esta recopilación de iconos del diseño español), los carteles de las películas de Almodóvar (diseñados casi todos por el argentino Juan Gatti), la mascota de Barcelona 92 de Mariscal, la publicidad de El Corte Inglés, los escudos del Real Madrid y del Barça, la imagen de las tiendas Zara, la campaña Turismo de España de Joan Miró, los carteles de toros, los inmortales Mortadelo y Filemón, el logotipo de La Caixa (también de Miró), TVE y sus logos (el primero de los cuales sea posiblemente el logotipo que más han visto los españoles), Repsol, y las trompetas amarillas de Correos.



El libro se abre con una imagen de satélite de la Península Ibérica y una cita, larga y profunda a la vez, de "Del sentimiento trágico de la vida", publicado en 1913 por Miguel de Unamuno. En ella, el intelectual intenta justificar su famosa frase "¡que inventen ellos!", que replicó cuando le hicieron notar el poco espíritu científico de los españoles comparado con el del resto de los europeos (ingleses, franceses y alemanes, supongo). Pero la explicación no ha tenido la fama que la famosa frase sí tuvo y que tanto daño nos ha hecho. Es evidente que Unamuno no consiguió "españolizar Europa", como propuso con valentía, en vez del camino aparentemente más fácil de europeizar España en el que todavía estamos, sin que desde mi punto de visto hayamos conseguido demasiado. Don Miguel nos dice que si no tenemos espíritu científico, "algún espíritu tendremos". Y es en ese espíritu, en el nuestro, donde debemos volcarnos. Si, por ejemplo (y el ejemplo es ya nuestro), un malagueño como Picasso fue el mayor genio de la pintura del siglo XX, y la pintura no deja de ser comunicación visual, tal vez en el diseño sí podríamos decir "¡que inventemos nosotros!"

viernes, 17 de octubre de 2008

La retícula: usos y prácticas

Cuando se empieza en este mundillo del diseño, una de las primeras cosas que nos enseñan a respetar (en la teoría) es el orden que nace de la retícula, ese gran organizador sobre el que gira el diseño y que ha influido en la historia del mismo más de lo que nos imaginamos. Y precisamente de su uso, o no, de su rigidez, o no, de su flexibilidad o no, trata este libro: "Diseñar con y sin retícula" de Timothy Samara y editado por la prestigiosa editorial Gustavo Gili.

El libro está dividido en dos partes y una introducción. En esta última es donde el libro nos aclara el origen, sorprendenrte cuanto menos, de la retícula. Empleada inicialmente por William Morris, un joven estudiante, como un movimiento "revolucionario" en la arquitectura, es trasladada a la prensa por Mackmurdo y de ahí evoluciona a través de distintas fases y autores, como Lloyd Wright o Berhrens, hasta lo que conocemos hoy, amada y odiada a partes iguales. Y en esta historia también aparecen nombres tan insignes como Bauhaus o Tschichold, del que ya os hablamos aquí. Grandes nombres hasta que en las décadas de los 60-70 la escuala americana la abraza y se convierte en el dogma y estándar del diseño gráfico.


Pero si por algo se caracteriza este libro es por su parte práctica. ¿Cómo es una retícula?, ¿Cómo puedo usarla?, ¿qué modelos hay?, ¿es flexible?, ¿puedo trabajar sin ella? A todas estas preguntas, y más, intenta responder el libro.



En la primera parte se nos muestran ejemplos de retículas y sus usos y formas más comunes con una selección de proyectos para clarificarlo. En la segunda parte, todo lo contrario, ejemplos de diseños no reticulares, desconstrucciones de la misma y métodos alternativos para los amantes del "caos"y la composición alternativa. Un buen manual para todos aquellos que quieren acercarse a la retícula, esa gran desconocida.

viernes, 10 de octubre de 2008

El último año bueno

2007. Es el último año bueno. Así se titula el prólogo del informe sobre los medios de comunicación en España y Portugal de 2008 que ha elaborado el departamento de investigación de ZenithOptimedia y que han publicado también en formato de libro con muchísimos datos de interés sobre el panorama global de nuestros medios de comunicación. Hablamos de una compañía dedicada fundamentalmente a la publicidad que elabora estudios de mercado para sus clientes, y su informe es realmente completo. Ellos hablan de "maximizar el retorno de la inversión publicitaria (ROI) de sus clientes", pertenecen a ZenithOptimedia Group, propiedad de Publicis Groupe, desarrollan su actividad en 59 países según su web y manifiestan ser el "mayor grupo de agencias de medios por volumen, con una facturación superior a 34.000 millones de euros". Que ya son euros.

Comienzan sus conclusiones afirmando que "desgraciadamente quienes en la segunda mitad de los noventa profetizaron el final de los ciclos económicos se equivocaron. Sigue habiendo ciclos económicos, con sus fases buenas y sus fases malas, y el mercado publicitario las magnifica". Nos muestran con datos que los primeros síntomas de la crisis comenzaron ya en el verano de 2007 aunque en España se quedó sólo en un aviso porque las inversiones publicitarias crecieron en conjunto un 9,3%. Incluso la prensa escrita, tan moribunda para muchos desde hace años, tuvo un año magnífico con aumentos en su publicidad (5,8%) y en su difusión. Mencionan también a internet como "gran fenómeno de 2007" con un crecimiento medio del 55,4%.



Datos sobre la población española; la información macroeconómica de España y Portugal; los grupos multimedia en 2007; la inversión publicitaria en el periodo de 2003 al 2007; estudios sobre todas las cifras de audiencia, perfil de usuarios, consumo o publicidad de la televisión, la radio, prensa, suplementos, revistas; datos sobre el cine; la presencia exterior de nuestros medios de comunicación; todo un capítulo dedicado a internet; los medios emergentes; e incluso un glosario final de términos sobre medios de comunicación y publicidad. Completísimo estudio que transforma todo el sector de los medios de comunicación de España y Portugal en cifras y gráficos. Y que nos recuerda que 2007 fue el último año bueno, porque a partir del segundo mes de 2008 "se produce el fuerte batacazo" y al grito de "sálvese quien pueda" la crisis empieza a llegar a todos.