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miércoles, 17 de octubre de 2012

Una conferencia colosal
Jornadas de Diseño de la URJC (y IV)



Asistir a una conferencia de Carlos Pérez de Rozas es una experiencia que todo estudiante de periodismo debería tener una vez. Y cualquiera. Porque en ella vas a ver a Carlos saltar, brincar, bailar, cantar, gritar, susurrar, preguntar, cuestionar, responder, criticar (con moderación y sin excesos verbales), alabar, sugerir, proponer, saltar otra vez, brincar un poco más, andar de aquí para allá, repetir la palabra fantástico, ¡¡¡¡¡grandioso!!!!! las veces que haga falta, hablar de su trabajo, del trabajo de los demás, de lo que le gusta, de lo que le gustaría y de lo que nunca le gustará. En definitiva porque en ellas vas a ver Periodismo. El periodismo en el que cree Carlos Pérez de Rozas:


Un periodismo capaz de homenajear al gran Lucio Dalla con títulos de sus canciones en lugar de titulares como hizo la Gazzetta dello Sport con motivo de su muerte. Y homenaje el que también hizo Carlos poniendo esta canción suya y ataviándose con un panameño como en el propio Dalla.


Portada homenaje de La Gazzetta dello Sport a Lucio Dalla.

Un periodismo que busca las historias capaces de interesar a todo un país, como la de la Gabby Douglas, la ardilla voladora. Pero también historias que sólo interesan en un lugar, en un periódico, como la historia de superación de la judoka Kayla Harrison y sus entrenadores, los Pedro´s. Un periodismo, el de proximidad, “entrañable”, en el que el periódico busca conectar con el corazón de sus lectores.





Los Pedro´s, entrenadores de Kayla Harrison.

Un periodismo con una mirada propia, con referentes, con “una cultura visual del pasado” muy importante, como El Tufatore, el primer saltador y la ardilla voladora. Un periodismo capaz de recordar una imagen mítica, la de Coppi y Bartoli, con una sencilla imagen de un padre y su hijo. Aunque no un padre cualquiera, un padre ganador del Tour de Francia. 




Arriba, El Trufattore, del 475 a. C. Abajo, Gaby Douglas en los JJOO de Londres.




Arriba, Wiggins con su hijo. Abajo, Coppi y Bartoli.




Neymar, a la derecha, caracterizado tal y como posó Pelé hace más de treinta años.

Un periodismo de edición, donde no importa la foto que va a dar todo el mundo, donde se busca LA IMAGEN, la foto que resume todo el personaje, donde se busca LA HISTORIA. Un periodismo donde el corazón es importante, porque ahí es donde tiene que ir los periódicos, al corazón de la gente.





Imagen del monumento a las víctimas del 11S.

Un periodismo que, al contrario de lo que dice el periodista uruguayo Benjamín Fernández, no está asustado ni deslumbrado por la tecnología. Un periodismo como el del fotógrafo Idris Khan para The New York Times Magazine o el del Martin Schoeller para Time. Un periodismo donde se busca algo diferente a lo que vemos mayoritariamente.


Trabajo fotográfico para The New York Times Magazine.


Un periodismo donde HAY QUE APOSTAR, así en mayúsculas. Donde quedarse a medio camino no es posible. Donde la mejor portada sobre Bolt no es en la que sale Bolt. Donde seleccionar la mejor imagen entre las más de 600 fotografías que salen de una carrera de menos de 10 segundos.


¿La mejor portada sobre Bolt?


Un periodismo que apela a la historia de un país, donde se puede titular con ripios, o con los nombres de una canción que toda Inglaterra se sabe o donde Carros de fuego no es sólo un tarareo, es toda una declaración de intenciones desde el títular de la portada.






Periodismo de miradas, que huye de lo obvio.


Un periodismo de miradas, de gesto, de expresiones, de la parte humana, de imaginación, de contacto con la gente que te lee, en el que huir de lo obvio. Un periodismo que haga de una imagen un tema de portada.


Una imagen que convierte el tema en portada.

Un periodismo capaz de dar una conferencia así. Una conferencia colosal.




lunes, 26 de marzo de 2012

"La moda está de moda"
(XV Jornadas de Fotografía, Edición y Diseño del CEU)

Tenemos la sospecha de que hace ya quince largos años que han pasado en un brevísimo instante los entonces organizadores de las Jornadas de Fotografía, Edición y Diseño de la Universidad San Pablo CEU de Madrid, nuestros muy queridos Pedro Pérez Cuadrado y Laura González, no imaginaban que quince larguísimos años después transcurridos en un breve instante su iniciativa se iba a convertir en todo un clásico por el que pasarían los más importantes profesionales del diseño periodístico, la infografía y el fotoperiodismo. Los eventos, e incluso los estudios universitarios en relación al diseño periodístico eran prácticamente inexistentes entonces en Madrid, y en aquella privamera de 1986 participaron, atención, Mario Tascón, Javier Bauluz, Ricardo Curtis y Rodrigo Sánchez, entre otros... Así, hasta hoy, hasta la semana pasada. Por eso, una vez más, ¡enhorabuena al CEU y especialmente a Laura González (ahora al frente una vez que Pedro Pérez ha pasado a labores parecidas desde la Universidad Rey Juan Carlos del sur de Madrid)!, y, sobre todo, gracias. Por todo lo mencionado, y por contar desde hace tiempo también con nosotros.





Esta es la segunda edición dedicada al mundo de la moda (es muy oportuno recordar la espectacular producción en vivo que organizaron en 2008 con dos modelos, el gran fotógrafo Luis Malibrán y la reputada estilista Patricia Oliver), sector que resiste la crisis de la prensa mejor que la mayoría y por el que muchísimos alumnos de periodismo tienen un especial interés (las inscripciones superaron en mucho las plazas disponibles para estas jornadas y el salón de actos estaba a tope), porque, como muy bien dijo Laura González en la presentación, "la moda está de moda"



Luis Blasco (La moda en los períodicos versus la moda en las revistas)

Nuestro compañero de blog, periodista en la sección de diseño del diario El Mundo y profesor durante varios años de cursos de diseño periodístico en la Complutense, Luis Blasco, tuvo el honor de abrir estas Jornadas con una actualización de su conferencia en la que de manera muy ingeniosa y didáctica 'enfrenta' a periódicos y revistas.




Con numerosos ejemplos de distintas revistas (Esquire, Harpers Bazaar, Telva, Yo Dona) y páginas de la desaparecida sección 'Mujer en el Mundo' de nuestro periódico, su conferencia abordó las diferencias entre estructuras de páginas: rejillas modulares rígidas o flotantes, simetría frente a esquemas asimétricos o fragmentación; tipografía, con un análisis acertado sobre la identidad y jerarquía de la tipografía en los diarios frente a la experimentación y a cierta anarquía en las revistas; y el color, con un fin exclusivamente utilitario en la prensa diaria (identificación de secciones, "pocos colores pero muy bien utilizados", según Blasco), que en las revistas además de práctica se permite una vertiente puramente estética.




Para los diarios, la legibilidad "debe ser máxima, es una prioridad absoluta, mientras que las revistas se pueden permitir el lujo de sacrificar esa legibilidad para conseguir un mayor impacto visual o para crear determinados efectos", nos explicaba Luis Blasco cuando el flamante Mac decidió desobedecer sus órdenes para volverse loco con la cuidada presentación, unos breves momentos de pánico que solventó con sentido del humor: "Desde que ha muerto Jobs, esto ya no es lo mismo". Enseguida volvió a controlar la situación para señalar con imágenes las diferencias en lo que se refiere a la fotografía, informativa y rítmica en los diarios, estética y arrítmica en las revistas, según su análisis.








Las "revistas que quieren ser periódicos y los periódicos que quieren ser revistas" fueron el punto final de una conferencia que, antes, en esta actualización de "Periódicos versus revistas", nos presentó el caso práctico de la nueva sección de EM2 del diario El Mundo: numerosos ejemplos de páginas sobre la Pasarela Cibeles en distintas versiones del mismo material diseñadas para primera y segunda edición con las variantes que la actividad diaria de un periódico obliga a introducir: publicidades que entran sólo para una versión, material que de dos páginas pasa a ocupar una sola o al revés y que debe rediseñarse en un cortísimo espacio de tiempo... vicisitudes que la moda sólo padece en las páginas de un diario.


Natalia Bajo (La revista Telva del papel al iPad)

En apenas dos años Natalia Bajo ha pasado de diseñar en papel los contenidos de la que posiblemente es la revista de moda más importante de nuestro país a tener que llevar a cabo un proceso de reflexión ("pero reflexiona deprisa, me dijeron", nos contó Natalia, "porque en apenas dos meses salimos") para conseguir "meter" todos esos contenidos en la pantalla de un iPad; con contenidos multimedia añadidos y "no de cualquier manera, había que hacerlo con el nivel de excelencia que se le exige siempre a nuestra revista".


Y ha llegado hasta aquí, para desde aquí seguir experimentado hacia... porque, según su introducción histórica, desde el 2008 vivimos una crisis de publicidad, subidas del precio del papel, un cambio en los hábitos de lectura hacia lo digital e internet, donde aparecen nuevos competidores. "Vivimos una época de cambios a gran velocidad", comentó al auditorio, "que no es que vayan a llegar, es que ya han llegado y en los que todos estamos participando".

En 2009 se puso en marcha en Unidad Editorial el proyecto de Orbyt, un 'kiosko digital' que comenzó a comercializarse a partir de marzo de 2010. Natalia Bajo explicó que se creó entonces un departamento de producción multimedia para dar cobertura a las distintas publicaciones del grupo (El Mundo, Marca, Expansión, Telva, etc.) "y los periodistas tuvieron que comenzar también a pensar de una manera multimedia". En su revista, en Telva, se creó un equipo de trabajo ("una becaria y yo", nos confesó Natalia) para trasladarla al iPad y "según íbamos haciendo la revista se iba desarrollando el software para poder hacerlo". Buscaron modelos ("'Wired' fueron los primeros y es de lo mejor"), pero teniendo siempre presente que "no queríamos hacer en el iPad un Telva que no fuera Telva".




El proceso de trabajo de Telva para iPad comienza cuando ha terminado de hacerse la revista en papel. "Entonces tenemos unos 20 días para rediseñar todos esos contenidos para la nueva aplicación". El problema es que Telva "tiene muchas páginas, muchísimo contenido y no sólo gráfico, porque somos la revista que más texto tiene del sector", a lo que hay que añadir el contenido extra multimedia. Además, incluso a veces "podemos actualizar" alguno de esos contenidos si la actualidad lo exige. Natalia Bajo señaló que todavía no hay cultura en la publicidad para el iPad, no se ha desarrollado nada específicamente para este soporte a pesar de que ofrece infinitas posibilidades y terminó destacando algo que nos parece muy importante en su labor: "Reestructuramos la información, pero sin perder nunca de vista el sentido periodístico".


Clara Montagut ('Esquire', las claves de su diseño)

Ver nacer un medio siempre es un privilegio, y ver nacer la versión española de un medio como Esquire lo es mucho más. Por eso la conferencia de Clara Montagut (o Ladicash en su alter ego tuitero) tenía mucha miga: ver cómo la edición de Esquire se parece a la edición madre, la americana, pero sin ser una copia de la misma, con personalidad propia. Empezando porque la redacción, en sí misma, no tiene nada que ver. La española es pequeña, cabe toda en una mesa grande, lo que "influye de manera natural y hace la información accesible desde todos los niveles", nos contó Clara, pese a su patente cuasi afonía. Eso implica una frescura en los contenidos. Contenidos totalmente autoeditados. Del total de la revista el máximo de reportajes que vienen de la revista madre no sobrepasa el 8-10%. Y eso es mucho contenido propio.

Para conseguir todo eso, el diseño de esta revista se basa en cuatro pilares fundamentales: fotografía, tipografía, ilustración y humor.





La fotografía en Esquire es fundamental "porque la revista tiene una carga gráfica muy grande". "Queríamos hacer una revista distinta a lo que hay en el kiosco, con una gráfica atractiva y un gusto por la fotografía [...] que la gente conservara la revista." Como el contenido más pegado a la actualidad se escapa en las páginas de la revista, la fotografía tiene que intentar encontrar ese equilibrio entre actual e histórico, algo más vintage. Eso lo han conseguido con el retrato, tanto que ellos reconocen que han conseguido una especie de subgénero, el "retrato Esquire", un retrato sin artificio, identificado ya como un lenguaje propio. Y siempre en portada "porque la portada es la página más importante de una revista, y quien diga lo contrario miente", afirmó rotunda Clara. Y en Esquire usan la portada para vender una sola idea, nada de portadas sumario.





Al igual que con el retrato, en el resto de páginas busca que "los hombres se vean reflejados, que los modelos hagan cosas que se hacen en la realidad", y que la fotografía publicitaria no sea simplemente eso, publicitaria, sino darle un toque distinto, jugar con los objetos que se fotografían.

La tipografía es otro de los pilares de la revista, en el que Clara pone especial atención porque es "es como una ilustración". En la revista se buscan referencias a publicaciones de los años 50 y 60, la época dorada de Esquire con George Lois al mando, algo que puede parecer fácil pero que no lo es tanto si se tiene en cuenta que la revista se rediseña todos los años. Sí, todos los años. Para trabajar la tipografía de cada reportaje, confiesa Clara, necesita tener todo el material antes, tanto textos como fotografía, y a partir de ahí construir combinando familias. Siempre huyendo del uso de la tipografía de manera gratuita. "Cada texto tiene su tipografía".







En la ilustración, y la propia Clara es ilustradora, Esquire juega mucho con un estilo propio, vintage, algo que diferencia a la revista del resto. Al igual que con la enseñanza del paso a paso, evitando la fotografía aburrida, como por ejemplo a la hora de enseñar cómo se hacen unos abdominales.

El último pilar, y casi nos atreveríamos decir que el más importante porque abarca el resto, es el humor. "El tono de la revista es de un humor inteligente, queremos dar a la gráfica un tono de humor, contar a los personajes de otra manera". Al igual que hacen con el código de barras con sus moscas personalizadas, un guiño más a los hombres en su mejor momento, como reza siempre su portada.


Javier Moya (Del papel a internet)

A pesar de que Esquire lleva ya más de 50 números en nuestro país, su versión web sólo tiene un año. Esto es por la concepción de la web como un medio más, tal y como nos contó Javier Moya.

Según nos explicó el propio Javier, lo más complicado fue prever el comienzo, buscar la forma ideal de navegación en la web, las secciones, la salida de los artículos, etc. Querían cuidar "hasta el más mínimo detalle", no dejar nada al azar, como hacen en los pies de página. Por las peculiaridades de Esquire y Esquire.es decidieron que lo mejor era buscar una estructura de tres columnas, lo que les permitía evitar los molestos banners y popups de publicidad sin que los visitantes de la web dejaran de perder de vista los temas de portada y alguna dosis de publicidad menos invasiva.




Para ello es fundamental el equipo de diseño y desarrollo. "Nosotros dependemos más de ellos que ellos de nosotros", confesó Javier, muy contento con la navegabilidad que han conseguido gracias a la rejilla de tres columnas.

El uso de webfonts y de la tipografía integrada dentro de la fotografía es una de las señas de identidad de la web, lo que permite el juego de familias y cuerpos dentro de la misma. Para ello, insiste Javier, no hace falta tener muchos conocimientos técnicos, para eso están los técnicos.




Con estos elementos, además de, por ejemplo los dobles marcadores de páginas, las "miguitas de pan" que indican al lector dónde están, etc. intentan transmitir la misma sensación y mensajes que la revista de papel. A lo que hay que sumar la nueva experiencia que permite la red, como el uso de las redes sociales y la interacción con los lectores, fundamental para Javier como forma de enriquecer la propia web de una manera ágil y directa.

Además, hay que intentar trasladar los contenidos y juegos del papel a la web, cosa que no siempre se consigue aunque por lo menos se intenta. Para ello, como en el caso de la portada de Ferrán Adriá que olía a El Bulli, se puede recurrir a trucos como la ilustración que intenten evocar esa experiencia sensorial que sí ha conseguido el papel pero que todavía se le resiste a la red.



Pero lo más importante, según palabras de Javier, y que corroboró Clara, sentada a su lado, es "divertirse". Divertirse durante el trabajo permite hacer las cosas mejor, y si se puede hacer con los lectores, mucho mejor.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Presente y futuro del diseño periodístico

Un privilegio, el que hemos tenido esta mañana en la Universidad Rey Juan Carlos del sur de Madrid, al asisitir a la conferencia del maestro Fermín Vílchez, autor de esa obra de referencia sobre la historia del Diseño periodístico español de la que os dimos noticia un poco antes de que saliera al mercado y cuya primera edición está ya agotada (tranquilidad porque está en imprenta la segunda edición), conferencia titulada "Presente y futuro del diseño periodístico". Y otro privilegio más, el que hemos disfrutado después durante la comida junto a otros profesionales y académicos del diseño periodísitico y la tipografía (entre los que estaban Paco Martín, pionero de los estudios universitarios sobre diseño periodístico en la Complutense; Laura González, profesora de diseño periodístico en el CEU y muy querida amiga de encajabaja, Herminio J. Fernández, jefe de diseño del diario Público y coeditor del gran blog amigo y vecino Cuatro Tipos; o Roberto Gamonal, miembro de Unos Tipos Duros, página web de absoluta referencia en lengua castellana en lo relativo a la tipografía, lo mejor de lo mejor), todos y alguno más oyéndole contar sus divertidísimas e inagotables anécdotas sobre los periódicos. Aprender y reír, eso es estar con Fermín Vílchez.

Fermín Vílchez y Pedro Pérez, organizador del acto, al comienzo de la conferencia


El salón de actos estaba abarrotado, incluso con asistentes sentados en el suelo. En primer plano, la profesora de diseño periodístico del CEU, Laura González


El acto de hoy estaba organizado por Pedro Pérez Cuadrado, mi maestro como ya he comentado cada vez que he tenido ocasión de hacerlo, profesional en incontables periódicos (le conocí no en un aula sino en uno de ellos, pero eso también lo he contado ya...) y profesor ahora en esta Universidad, y aunque pudiera parece que Vílchez acudía para "hablar de su libro" —cosa que tampoco habría estado nada mal, porque el libro es tan inagotable como el propio autor— lo cierto es que no ha sido así, y el maestro de diseñadores ha hablado de... ¡diseño periodístico! Cómo lo ve ahora, cómo es su estado actual, y cómo debería ser según su punto de vista, muy argumentado.

Para Vílchez, que ha trabajado en los principales periódicos de nuestro país, tanto en Madrid como en Barcelona, algo que no suele ser frecuente (La Vanguardia y El Periódico, o como fundador nada más y nada menos que de El País, participando en ese diseño original que creó escuela junto al alemán Reinhard Gäde —a quien desde aquí mandamos un cariñoso saludo y mucho ánimo y fuerza— y al fallecido Julio Alonso), "el diseño ha cambiado en todos los periódicos, en varias ocasiones en muchos de ellos, pero los contenidos siguen siendo exactamente los mismos. Han quedado obsoletos", y eso, junto a la llegada de internet, es "la causa de su declive. A pesar de de los continuos rediseños gráficos, tanto en España como en el extranjero, las ventas de los diarios siguen bajando".

Vílchez muestra en gráficos la continua caída en difusión de los periódicos


Antes de llegar a este contundente punto de vista, ha explicado brevemente los orígenes y evolución del diseño periodístico, de vital importancia ahora gracias, precisamente, a los continuos avances tecnológicos. "Las secciones de diseño, junto a la Mesa de redacción, son centros vitales en las redacciones de los periódicos", desde que se informatizó el proceso de producción. "Ahora, incluso las planchas de impresión salen directamente desde un ordenador", nos ha explicado, "y existen estudios y empresas dedicados al diseño de periódicos en todo el mundo".

Este proceso de informatización supuso para el diseño periodístico una mejora en la diagramación, "cuando adoptó el diseño modular que proporciona mayor legibilidad y orden en las páginas"; tipografías accesibles en cantidad y calidad a un menor precio; y la posibilidad de la cuatricomía, imprimir a todo color todas las páginas de un diario. "Pero los contenidos no han evolucionado", explica Fermín Vílchez, e incluso señala una cierta uniformidad de todos los diseños, "todos los periódicos tienen el mismo formato, tabloide, casi con la misma retícula, todos son en color... tan sólo se diferencian en cuanto a la tipografía. Algo que sólo puede apreciar un profesional, pero no un lector corriente". Para Vílchez "no ha aparecido ningún diario que cree una tendencia nueva, un nuevo modelo de diseño, desde la aparición en España del diario El País, en 1976, o del USA Today en Estados Unidos en 1982".



Ejemplos de uniformidad en el diseño de los diarios de papel...


Y a continuación ha citado al mencionado Julio Alonso, maestro a su vez de Vílchez como él mismo ha manifestado, quien en 2008 señalaba que "lo que exigen estos tiempos más que rediseñar los periódicos, es reinventarlos". Hacer algo nuevo. Y eso nuevo, para Vílchez, tiene que estar en el mundo digital. Porque mientras las tiradas y las ventas del papel siguen bajando "el avance del diario digital es espectacular. Los rediseños, ahora mismo, basados en el tradicional periódico de papel, no sirven para nada que no sea para dar de comer a algunos consultores", afirma con rotundidad.

Pero sucede que, para Fermín Vílchez, el actual diseño y estructura de los diarios digitales es equivocado. "Son todos iguales y todos siguen con la mentalidad del diseño periodístico en papel (...) todos tienen tres bloques, tres columnas en sus portadas, que pasan a dos columnas cuando pinchas en cada una de las noticias... ¿Por qué? No encuentro demasiados diseñadores que investiguen en nuevos formatos digitales. Falta creatividad, porque todos siguen pensando como se pensaba en el papel, y no hacen más que imitarse unos a otros". Vílchez ha puesto ejemplos de cómo, según su punto de vista, no deben diseñarse las portadas de los diarios digitales. Páginas interminables, "que llenar con demasiados elementos, en las que quieren meter todo, todo, todo, ¡que no se acaban!", y en las que, por tanto, "no hay valoración", no hay noticias más importantes que otras, y sólo las últimas que llegan van sustituyendo a las anteriores. "Las portadas de los digitales deberían hacer una selección", en vez de abrumar al lector con cantidad, en vez de con calidad.


...y ejemplos de uniformidad en el diseño de los diarios digitales


"Los blogs, y no el papel, deben inspirar más el futuro diseño periodístico —que será digital— que los periódicos en papel", afirma el autor de la historia del diseño de la prensa española. "Sucede como en el comienzo de los diarios, hace unos tres siglos. Entonces inventaron el diseño periodístico en pequeños medios que hacía una sola persona, o muy pocas, con muy pocos medios, creando lo que hasta entonces no había... como suecede en el caso de muchos de los blogs que hay ahora, y en los que encuentro ideas y propuestas que sí pueden servir para un diseño periodístico del futuro... aunque, claro, es un punto de vista humilde porque no soy un experto en el mundo digital".

"Si las predicciones se cumplen", ha terminado Fermín Vilchez en sus conclusiones, "es cierto que el diseño periodístico en papel puede tener los días contados. Así que los periodistas diseñadores tienen que pensar en el mundo digital. Y además, creo que mientras coexistan ambos medios debe diseñarse primero el periódico digital, sin copiar al de papel, prestando atención a la actualidad inmediata y haciendo una selección en la que no quepa todo; y después diseñar el papel reinventándolo de nuevo para centrarlo en el análisis, la opinión y las noticias propias".



A pesar de su mensaje un tanto pesimista y algo apocalíptico, que el propio Vílchez me confiesa después que posiblemente sea algo exagerado pero necesario para intentar concienciar y que haya un revulsivo en la prensa, "la función que lleva haciendo la prensa diaria desde hace tres siglos seguirá existiendo. A pesar de los nuevos medios, en los que cualquiera no puede ser periodista, no nos confundamos, a pesar de la posible desaparición del papel... el periódico sobrevivirá en la versión y en el formato que sea, siempre que se fundamente en los valores de la libertad de expresión, en dar un servicio a los ciudadanos, en la calidad, el rigor y, sobre todo, en la veracidad. Y los diseñadores no deben tener miedo al futuro porque siempre, siempre, será necesario que alguien dé forma a la información, siempre será necesario que alguien diseñe ese periódico del futuro".

lunes, 9 de enero de 2012

A veces hay que penar...

En alguna ocasión hemos hecho referencia en éste, vuestro blog, de cómo funciona el proceso de creación de una página. Algunas veces (las menos) la solución está ahí desde el principio, o se presenta más o menos sola... Y otras veces (la mayoría) una página es el fruto de una búsqueda continua, de probar y probar cosas, de ir conquistando los metros centímetro a centímetro... Y es que a veces, hay que penar...

Este caso con el que inauguramos año y flamante nueva cabecera, ocurrió el pasado diciembre. Nuestro suplemento dominical Crónica informaba de una de las iniciativas del nuevo gobierno de Rajoy: suprimir los puentes. Los días de fiesta que pudieran facilitar la huida masiva de los trabajadores pasarían en su mayoría a celebrarse el siguiente lunes, y así se unirían al fin de semana evitando parones de producción. Pero existían dos problemas. Uno, claro, no teníamos ninguna imagen para ilustrar esta información. Y Crónica no suele abrir con una ilustración. Y segundo, nuestro Director de Arte no estaba en Madrid esa semana. Y él tiene una visión privilegiada para este tipo de problemas, suele ver las páginas a la primera, para admiración/frustación de quien escribe esto... Así que nos pusimos a ello Manuel de Miguel, nuestro redactor jefe, y un servidor con cara de a ver por dónde se le hinca el diente a este morlaco...

Y, como suele pasar la mayoría de las veces, nuestro primer intento fue un fracaso absoluto... Para la portada decidimos fabricar un calendario completo, exhaustivo, de cómo quedarían las fiestas de todo un año con la modificación propuesta por el PP. Cómo había sido hasta hoy y cómo se vería modificada por la nueva norma... En el papel nos pareció a todos una idea magnífica... y facilísima de ejecutar. En el papel, claro... ¡Cuántas veces habremos dicho, aquí y en la redacción, por activa y por pasiva, que en un papel todas las maquetas funcionan... Absolutamente todas. Es algo así como tirar un penalti por la tele: lo metemos todos por la escuadra, fijo. Pero luego hay que verse ahí, delante del portero. O frente a una pantalla, terca e implacable. Suele ser el papel el que le quita la razón a la pantalla, a veces cosas que parecen funcionar en pantalla no soportan el rigor del papel impreso... Pero un garabato de papel no siempre funciona cuando lo encajas en pantalla... Y en esa fase, una vez has hecho todo el trabajo, es cuando te das cuenta de que llevas haciendo el chorra toda la tarde... Y eso, exactamente es lo que nos pasó...

Sobre el papel parecía una buena idea... pero era una auténtica locura...

Después de tabular los 366 días de 2012, con sus meses, festivos, negritas y fechas en rojo... llegó el momento de reclinarse en la silla y buscar un poco de distancia... Fracaso absoluto. El resultado era un galimatías de colores, fechas que bailaban y datos confusos... Clarísimamente, no funcionaba.

Crónica se cierra los viernes, y acabábamos de perder la tarde del jueves. ¿Perdida? Nunca. Lamiéndonos las heridas de nuestro amor propio magullado, habíamos conseguido centrar el problema. A veces hace falta un fracaso humillante para ver el problema en toda su dimensión y conseguir eso tan difícil que es un planteamiento sencillo. Aquella amalgama de números era una representación gráfica de quien tiene todos los datos. No un concepto asible para quien se acercara por primera vez al tema. Ante dudas, siempre lo decimos, hay que ponerse en el lugar del lector. Y aquello era incomprensible. El caso era especialmente sangrante porque llevamos años discutiendo con los redactores de los suplementos sobre las virtudes de una buena portada. Una buena portada es la que te incita a seguir leyendo, la que te invita a entrar, no la que te cuenta todo en la primera página. Muchísimas veces hay que frenar la intención del redactor de contar todo en la portada (y no es nada fácil) y resulta que nosotros habiamos caído en el mismo error. Toda la información de golpe a la vista del lector sin contexto ni anestesia... Imposible de entender hasta para nosotros, que conocíamos el tema. Por lo tanto, había que simplificar.

El tema venía a cuento porque entrábamos en la semana del puente de la Constitución... Por lo tanto, ahí estaba la solución. Habría que ilustrar el cambio con algo que fuera inmediato para el lector. Y qué hay más inmediato para un lector que el puente que empieza ese mismo domingo. Ya no teníamos que explicar nada, era bastante obvio al centrarnos sólo en esos siete u ocho próximos días. Después de consensuar un boceto con Manolo de Miguel, picadísimo, me quedé en la redacción planteando las bases de esa nueva portada.



Bocetos de la siguiente idea: comparar dos semanas iguales. Nos vamos acercando.


En este nuevo modelo de portada comparamos sólo una semana, de cómo es a cómo quedaría... Es más directa sin ser la bomba y menos compleja. Aún así, necesita demasiada explicación, pero bueno, confiamos en nuestros lectores. El caso es que hemos mejorado notablemente la primera opción, que ahora recordamos con sonrojo...

Cuando llegué a casa esa noche, bastante más tarde de lo habitual, recibo un SMS en mi teléfono. Era Manolo, nuestro jefe, que seguía dándole vueltas en su casa. A muchos de vosotros, que estaréis enfermos de lo mismo que nosotros, os sonará esta enajenación profesional, que te obliga a seguir dándole vueltas a las páginas en tu casa. Afortunadamente, esto sólo nos pasa de vez en cuando... "Sigo con ello" me ponía. Yo le contesto que hemos conseguido poner en pie una portada que podría funcionar. Se la explico y me dice que le va a dar un par de vueltas más...

A primera hora del viernes recibo otro SMS de mi jefe: "Creo que he dado con la solución. Es arriesgada y hay que verla en papel", me dice. "Vente pronto"... Y cuando llego a la redacción me lo encuentro con varios bocetos más. Partiendo del último que intentamos poner en funcionamiento la noche anterior, llegó a la conclusión de que la propia semana tenía que ser la imagen de la portada. Y bocetó esto...



En la primera opción, un elemento en horizontal rompe tanta verticalidad, en la segunda vamos a tumba abierta...

La primera obviedad es la mancheta en vertical, algo habitual en otras publicaciones, pero no en Crónica. Y en ambas páginas, la duda de si colocar la cabecera al pie de la página o arriba. Eso se verá mejor en pantalla... si el papel no dice lo contrario. El calendario funciona muchísimo mejor así, adquiere entidad gráfica suficiente como para ser la ilustración de la página... El problema de estos ejemplos una vez en pantalla es el texto en vertical: mala lectura y quizá exceso de cosas en vertical. La mancheta y el calendario funcionan, el texto empeora el asunto. No pasa nada. Empezamos a transitar el buen camino. Más pruebas...


Titulación en horizontal. Mucho mejor equilibrio. Podría ser la buena...


Ahora sí. El contraste entre la verticalidad de la cabecera y el calendario, que dominan la mayoría de la página con la titulación plantada en horizontal y a la que ayuda la mancha de color arena identificativa de Crónica hace que la página funcione mucho mejor... Lo que ya quedó descartado en las pruebas anteriores es la posición de la cabecera, mucho mejor en la parte superior. Abajo quedaba sin presencia. Ya en pantalla, el remate final se lo dio prolongar el luto arena de la cabecera por toda la página. Ayudaba a integrar todos los elementos... El resto, utilizar la tipografía con cabeza. Y lo que presentamos en el despacho fue esto:

Casi estamos...

Para sujetar mejor el texto, pusimos un título falso generoso, de cuatro líneas... En bolígrafo en la foto, el título defintivo, que nos haría modificar ligeramente la mancha. La idea seguía siendo que fuera lo mayor posible, para ayudar a que la página se plante. Una vez conseguido, tenemos la portada definitiva. Y dentro, en un gráfico, contamos lo que quisimos contar en el primer boceto en la portada: el tema. De esta forma conseguimos las dos cosas: una portada impactante y sugerente y una lectura coherente, dosificando correctamente la información.




A veces, las cosas no salen a la primera, está claro...

BOCETOS: MANUEL DE MIGUEL.