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jueves, 22 de octubre de 2015

Primer año del rediseño de El Mundo

El pasado 20 de octubre se cumplió un año del rediseño de El Mundo. Ha sido un año de mucho y muy intenso trabajo en la sección de Diseño del periódico. Un año que podríamos resumir de muchas maneras, pero la mejor es mostrando parte de ese trabajo.

miércoles, 14 de octubre de 2015

La cabecera

Es lo que somos. Ya la contábamos hace unos años en nuestro Diseñario. Y lo que somos, ¿debe ser algo fijo e inmutable? ¿Intocable? ¿Es legítimo, o conveniente, que por llamar la atención buscando un efecto ingenioso —y conste que el periodismo debe llamar la atención— podamos modificar la forma gráfica, el color, la tipografía, el tamaño, la disposición de todos los elementos de ese "núcleo sagrado" del que habla Arcadi Espada cuando habla de la cabecera?

En el debate sobre la intocabilidad de la cabecera, nuestro actual director de Arte, Rodrigo Sánchez, se sitúa en una posición que podríamos llamar radical en la que todo es modificable y en la que, no es muy estético decirlo aunque sea verdad, ha llegado a alcanzar cotas de la más alta excelencia.


Selección de portadas de Metrópoli realizada por la revista Jot Down en un artículo titulado 'Una selección heterodoxa de las mejores portadas de revistas de la historia.

Como podéis ver en los ejemplos mostrados, el mejor periodismo visual que se hace en España desde hace ya bastantes años está, entre otros buenos casos también, en las portadas de Metrópoli —insisto en lo incómodo del asunto, no debe hablarse bien del jefe en casi ninguna ocasión, pero esto lo veníamos diciendo mucho antes de que fuese nuestro mandamás directo—. En estas portadas, Rodrigo ha conseguido, paradójicamente, que la seña de identidad —ésa que nos da la cabecera más que ningún otro elemento— sea el carácter siempre mutante de su cabecera.



Claro que Metrópoli es una revista semanal, un suplemento del diario exactamente, y ahora queríamos hablar de periódicos. Y es que podría parecer ir demasiado lejos —por no mencionar el derroche de creatividad necesario, ¿se puede ser siempre genial?, ¿un día tras otro?— hacer una cabecera distinta cada día y pretender que ese diario sea siempre el mismo. O que lo sea precisamente por eso, como mencionábamos que había conseguido la dirección de arte de Metrópoli.

O si no hay que cambiarla nunca. Porque el debate clásico en lo relativo a los periódicos surge más bien por el hecho de si puede o debe cambiarse la cabecera con alguno de sus rediseños, cuando se actualiza su imagen gráfica general; o bien si algún día, por algún hecho excepcional, cambiamos la cabecera también de manera excepcional sólo en esa jornada.

En el primero de los casos, es conocido el enfado de Pedro J, primer director y fundador del periódico, cuando el último rediseño de Rodrigo Sánchez a las órdenes del director que le sucedió, Casimiro García Abadillo, incluía el cambio del color de la bola del verde original al actual azul. También la alineación al centro se sustituyó por la alineación a la izquierda pero esto no causó alarma.





Enfado en el que parecía olvidar nuestro pasional y carismático primer director —a pesar de su asombrosa memoria, créanme, asombrosa— que la cabecera ya se había modificado, bajo su mandato, en un rediseño del anterior y primer director de arte, Carmelo G. Caderot, en 1999, con un cambio de tipografía de la originaria Rockwell a la actual Valencia que, para mí, es quizá un cambio más radical que el del color. Claro que entiendo que para los no iniciados, la tipografía es un mero acompañamiento.



Pero no. La rotundidad, la fuerza, el grito en definitiva de nuestro primer tipo de letra en lo más alto de su primera página cada día eran señas de identidad del periódico muy marcadas. Por eso era una cabecera tan buena, dibujo y letras indisolublemente unidos. ¿Dejaba entonces de serlo? ¿Dejábamos de alzar la voz? No creo que fuera la intención de nuestro entonces director.

Sobre el segundo aspecto, el de modificar la cabecera un día para un acontecimiento especial, nuestro periódico no ha tenido complejo ninguno en hacerlo, es una buena idea cuando la idea es buena. Lo ha llevado a cabo en distintas ocasiones, y con directores distintos: para señalar el crecimiento de la web del diario con Pedro J, por ejemplo, o el último de ellos con motivo del Día de la Infancia a las órdenes de Casimiro.





Todo esto es un desproporcionado preámbulo —en extensión, confío que no en interés— para contar que el otro día se planteó de nuevo el debate sobre la cabecera. Publicábamos un editorial que arrancaba de manera excepcional en portada, ante un hecho excepcional que estamos sufriendo en nuestro país. En España. Esta España nuestra, que dijo el juglar, tan acostumbrada a sufrir el maltrato de los propios españoles. Nacidos en Cataluña, en Madrid, en Bilbao o en donde sea.



Como veis en el primer caso, se planteó mover la cabecera por debajo del editorial de manera excepcional, aunque finalmente se decidió publicar la segunda opción, con la cabecera en su lugar habitual de la parte superior, menos 'atrevido', pero con una solución gráfica no obstante muy buena que también destaca el artículo editorial de una forma elegante. Y volví a escuchar los argumentos recurrentes sobre si la cabecera debe o no debe tocarse, moverse, modificarse...

¿Qué pensáis vosotros?


jueves, 3 de septiembre de 2015

Aylan

Se llama Aylan, tiene 3 años y ayer murió en las costas de Turquía huyendo de la pesadilla de la guerra, persiguiendo un sueño: volver a ser niño.


"El hijo de alguien". Así titulaba The Independent

Su muerte provocó el enésimo debate sobre si es necesario reproducir en los periódicos, digitales o de papel, una foto tan dura, quizá la más dura que se ha publicado desde hace muchísimos años. No por ser explícita, lo es porque su protagonista, Aylan, no olviden este nombre, nos recuerda a nuestros hijos, aquellos que no tiene que huir de su país y que se dedican simplemente a ser eso, niños.

Algunas de las portadas de la prensa Europea.

En El Mundo se debatió, y retransmitió en directo, sobre la conveniencia de dar o no la foto. Hubo unanimidad: Aylan representaba en una sola imagen el drama de los refugiados que asola el viejo continente y avergüenza a los europeos, que ven como sus dirigentes miran hacia otro lado mientras cientos, miles de niños (y adultos) como Aylan se dejan la infancia en las costas y carreteras de Europa.


lunes, 11 de mayo de 2015

Publicidad invasiva... publicidad caníbal

La publicidad invasiva no es desde hace ya varios años algo inusual. La publicidad invasiva casi ya ni nos llama la atención, que es lo que trata de hacer, la razón de que invada lugares que no debería profanar.




Por eso, el atrevimiento de la publicidad invasiva —como el de los antibióticos de los que se abusa hasta que dejan de tener efecto, y ya no nos curan— va a más en una huida hacia adelante que no sólo perjudica a la efectividad de la propia publicidad invasiva sino también a quien, obligado por la cuenta de resultados, la consiente. Pan para hoy... para ayer, en realidad...




La publicidad invasiva juega a todas las bazas, a lo que sea, incluso a no serlo y a esconderse ¿para que la busquemos?





La publicidad invasiva, que en la web es todo esto y más multiplicado por el infinito que es la propia web y creciendo de manera exponencial, en ese afán insaciable para que la mires a ella, y sólo a ella, aunque hayas pagado por contenidos que no son ella, está llegando incluso a invadir... ¡a la propia publicidad!



¿A supuesta publicidad en una impostura?



Publicidad invasiva... publicidad caníbal.



La publicidad invasiva no es un fenómeno de un sólo medio impreso, o de uno más que otros; afecta a todos. Los ejemplos mostrados en este artículo son del diario El País de ayer domingo, periódico que hoy, por cierto, estrena rediseño.

martes, 5 de mayo de 2015

Así se hace una portada

Es la página más importante del periódico. La más vista, la más leída, la más comentada. La que ven aquellos incluso que no compran el periódico. La que comentan en las teles, en las radios, incluso en las redes sociales, donde noche tras noche twitter se llena de primeras páginas de cientos de periódicos impresos. En papel. 

Y también es la página que, por lo general, más tiempo lleva hacer,  la página [casi] sin reglas. Porque en ella se cuida todo al milímetro, textos, cortes de foto, publicidad, títulos. Y porque en ella intervienen muchas personas, aportando ideas, cambiando títulos, levantando temas, poniendo otros. Porque la portada puede llevar 20 minutos hacerla o toda una tarde, hasta bien entrada la noche. Porque puede parecer cerrada y cambiar en un minuto completamente. Porque lo que iba abriendo el periódico puede desaparecer de la portada en menos de lo que tardas en escribir un tuit. Porque la portada del periódico es... LA PÁGINA.

Y así la hacemos.



En este vídeo hemos resumido una portada sencilla, sin muchos cambios. 45 minutos de trabajo condensados en poco más de minuto y medio.

martes, 24 de marzo de 2015

El papel no está muerto
(pero lo digital nos da de comer)

La sesión de tarde de la primera jornada comenzó con las palabras de Herminio Javier Fernández, licenciado en Periodismo por el CEU de Valencia y Máster en Dirección de Empresas de Comunicación y Grupos Multimedia por la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. En su disertación, que podéis recordar aquí, desgranó su trayectoria profesional: desde sus comienzos como diseñador en la cadena de periódicos regionales de la Editorial Prensa Ibérica (entre 1997 y 2010), pasando de ser maquetador en el diario Levante-EMV hasta llegar al puesto de Director de Arte de la editorial para todo el área mediterránea, especializándose en los rediseños de los diarios del grupo.

Herminio Javier Fernández durante su charla (Foto: Benito J. Guerrero / OnCEU Digital)


A partir de 2011 fue Jefe de Maquetación del extinto Público (Madrid) hasta su cierre en 2012; también ha sido docente en diversas universidades y másteres. Aunque sigue diseñando periódicos y revistas (su último proyecto ha sido Plaza), en la actualidad se centra en su actividad como socio y editor de Itbook, empresa que realiza aplicaciones educativas y juegos interactivos, amén de apps en iOS y Android para el sector editorial (con la herramienta Pressmatic, de la que ya hablamos en el blog en nuestro post sobre diseño multisoporte.


Guía visual de Fallas y Toros

Sus inicios en aquel feote Levante significaron quedarse muchas veces hasta la hora de recoger el ejemplar en la propia imprenta, sita junto al diario. Pese a ser poco estimulante su diseño, todo estaba por hacer y pudo experimentar con el color por primera vez, especialmente en los suplementos, de los que realizó más de un centenar. Era joven, tenía ganas y jugaba con sombras, relieves y estructuras que hoy le asustan, le repelen, pero el trabajo en prensa diaria le permitía aprender con gran celeridad. Fue jugando con la variedad de las páginas, con el orden de los elementos y el desahogo de los blancos. Y en 2003 obtuvo su primer triunfo en los European Newspaper Awards por el Extra Liga de Levante-EMV. Herminio defendió este tipo de premios como un modo de difundir y aprender de lo que se hace en el sector, de crear comunidad y como motivación personal.

Suplemento de la Guerra Civil en Levante

El empleo del orden, los despieces y la estructuración de la información le permitieron generar una imagen de marca en los suplementos con sus Guías Visuales (inspiradas en las guías de la editorial británica Dorling Kindersley), que eran infografías que trataban de explicarle gráficamente al lector y a él mismo aspectos desconocidos sobre cualquier tema. El suplemento sobre los bombardeos de la Guerra Civil en la Comunidad Valenciana es muy estimulante para los fanáticos de la Historia por el valor de sus imágenes inéditas.




Varios de los rediseños de Herminio

Cuando hubo ganado mucho músculo como diseñador, Herminio comenzó a rediseñar los medios de EPI: entre ellos citaremos El Boletín, Diario de Ibiza, Empordà, Diari de Girona y Superdeporte, además de unificar el diseño de los medios del grupo en el Mediterráneo –Información, La Opinión de Murcia, La Opinión de Málaga, Diario de Mallorca, Levante- para subir el estándar de calidad en cada cabecera e intercambiar contenidos con fluidez, aunque pueda perderse identidad y características propias en cada uno. En todos ellos solventó problemas como modernizar el aspecto, facturar diseños con reglas claras, definir paletas gráficas y apostar por imágenes de mayor tamaño y con encuadres más arriesgados. Mientras, en su breve etapa por Público le cupo el honor de estar presente el 20 de octubre de 2011, día en el que ETA dijo adiós a las armas y él redactó a mano los 829 nombres que tristemente engrandecían la contraportada.

Portada de Público por el adiós de ETA

Cerró su conferencia con su experiencia al frente de Itbook, una empresa que empezó realizando cuentos interactivos de carácter infantil para tabletas (véase Cadavercita como ejemplo más extremo, destinado al mercado americano) y que ahora se vuelca en cuentos para editoriales como Santillana, Susaeta, Edebé o Salvatella, cómics interactivos, videojuegos y, especialmente, aplicaciones educativas (una de las más conocidas es Púpitre). Todo ello nos recordó el potencial de estas herramientas, por su carácter interactivo y su portabilidad, si se cuida el contenido y el diseño.

Cadavercita

“¿Y qué fue del periodismo?”, se preguntaba Herminio. Pues para finalizar, recordó la posibilidades de la profesión hoy día: gracias a las nuevas herramientas y al coworking, ahorras dinero, puedes trabajar desde cualquier lugar, hay más flexibilidad de cara a la conciliación familiar y es más sencillo ser tu propio jefe y participar en la eclosión de nuevos medios digitales.


ÓSCAR ABOU-KASSEM Y ARTUR GALOCHA

LÍBERO Y CAMBIO 16: FÚTBOL SIN GRITOS vs EL RETORNO RENOVADO DE UN MITO

Artur Galocha (izquierda) y Óscar Abou-Kassem durante su conferencia (Foto: Benito J. Guerrero / OnCEU Digital)


Óscar Abou-Kassem y Artur Galocha nos trajeron en su ponencia dos modelos de negocio contrapuestos: Líbero frente a Cambio 16, centrándose sobre todo en la primera. Siendo ambos periodistas de formación, Artur es Director de Arte en ambas cabeceras mientras que Óscar ejerce de co creador, coordinador y miembro del consejo editorial en la primera (y hasta hace poco de director, en tándem con Diego Barcala, quien ahora coge las riendas en solitario en dicho puesto) y de Redactor Jefe en la segunda.



Portadas de Cambio 16 y Líbero

Nos explicaron que ambas publicaciones son muy distintas: Líbero es un proyecto enteramente personal, de presupuesto limitado, especializado (fútbol) y de diseño y tendencia modernos mientras que Cambio 16 pertenece a un grupo editorial de origen venezolano (con lo que algunos quieran ver en dicho matiz), posee un presupuesto más holgado, es generalista (actualidad y análisis político-social) y es más clásica en cuanto a diseño y planteamientos.





Grandes revistas dedicadas al fútbol


Hablándo de Líbero, revista trimestral, nos explicaron que se inspira en diseños limpios y minimalistas como los de The Green Soccer Journal. Otros modelos a seguir fueron Thin White Line, Rabona o la española Panenka, con las que comparte un ADN muy propio en portadas e interiores. Todas aportan un diseño cuidado, una edición fotográfica de calidad, gusto por la ilustración y la infografía, historias de más largo recorrido y un estilo calmado… aunque dentro de esta nueva ola de revistas futbolísticas también hay algunas que “gritan”, como Eight by Eight o Howler en Estados Unidos, con un diseño agresivo pero pese a todo atractivo, elegante y “juguetón”, obra en ambos casos de Priest+Grace.



Las páginas de Líbero

Pretendían crear una revista de fútbol literaria, inspirada en el relato argentino, un producto que al final les pareció que sería excesivamente de nicho y con pocas posibilidades comerciales, por lo que fueron pergeñando un modelo más periodístico, ampliándolo a la cultura del fútbol y aprovechando que cada vez más personajes del mundo cultural admitían su gusto por el fútbol y no se avergonzaban de ello. Artur, cuyo último desempeño estaba siendo como infografista en el desaparecido Público, aportó de la noche a la mañana un diseño sobrio, elegante y conciso, sin filetes, que encajaba con lo que buscaban. El diseño y el tratamiento de los temas era muy distinto al de la prensa deportiva actual: vulgar, excesiva, vociferante y banal; curiosamente, ejemplares de hace bastantes décadas de esas mismas cabeceras resultaban más inspiradores y estimulantes. Con el diseño de Artur en la mano, trabajaron durante un año para que estuvieran presentes en la revista firmas de renombre y, poco a poco, el efecto llamada entre ellas hizo el resto. Y la importancia de esas firmas es clave para generar confianza en el lector.



Cabecera de Líbero


Líbero se elabora sin redacción fija (“generalmente en la casa más grande y de quien tenga el Plus”, reían ambos). En cuanto a la distribución, interesante fue conocer los márgenes de beneficio por número: de 5€ que cuesta un ejemplar, en venta online -restado el envío- retienen 4,40€; en librerías retienen un 70% (3,50€); y en quiosco, el 50% (2,50€). A estas cifras le restamos además el coste de la impresión (1,50€ el ejemplar) y nos quedarían unos márgenes de 2,90€, 2€ y 1€ por ejemplar, respectivamente. “Comprad digital y huid de las distribuidoras”, clamaban resignados. Respecto al diseño, la cabecera está compuesta con una Garage Gothic modificada y estilizada, más un subtítulo con Adobe Caslon; la portada dedica su imagen al principal protagonista de cada número fotografiado sobre fondos generalmente neutros, ni más ni menos (salvo la portada del Mundial 2014, con una ilustración de Twee Muizen). Para las páginas interiores se emplean las tipos Adobe Caslon y Univers.

Líbero tiene buena repercusión internacional, especialmente en Latinoamérica (con México y Colombia como principales focos), sobre todo tras un acuerdo firmado en diciembre de 2014 con la Liga de Fútbol Profesional para facilitar los contenidos de la revista a través de la web de la Primera División del fútbol español ¿Versión digital? De momento Líbero solo está disponible en PDF, además de en papel. Algo muy interesante es que está en estudio y preparación una versión en inglés enfocada al mercado mucho más suculento pero, sin duda, más competido de la Premier League inglesa, que estuvo a punto de lanzarse el año pasado, y se han llegado a plantear incluso una versión en japonés.




Portadas históricas de Cambio 16


Por dar un brochazo sobre Cambio 16, que se trató menos en la charla, decir que el rediseño emplea las tipografías Prumo y Solido de Dino do Santos (DSType Foundry). El estilo visual creado es limpio y moderno pero Óscar y Artur lo consideran “más clásico” que el de Líbero, primando una estructura más compartimentada y despiezada, con más detalles y llamadas al lector. Pese a ello, con respecto a aquella, en el nuevo Cambio 16 las aperturas de tema son más llamativas y arriesgadas. Además, se juega más con los colores. En determinada sección homenajean las valientes y magníficas portadas que jalonaron su trayectoria más brillante durante el fin del franquismo y la Transición. Prima la actualidad frente a la atemporalidad y nostalgia de la revista futbolística. Y el diseño aún tiene visos de evolucionar y crecer, pues ellos creen que a las portadas de Cambio 16 aún se les puede sacar más jugo.

Imagen de la campaña "Si te lo explican con fútbol"


Para cerrar, no podemos sino esbozar una gran sonrisa con dos brillantes campañas que la agencia de publicidad Lola, de manera desinteresada y de motu proprio, elaboró para Líbero, una llamada “Si te lo explican con fútbol, lo entiendes” y otra denominada “Bailando fútbol”. Una estupenda manera de que la agencia ganara premios a la par que creciera y de que la revista sea cada vez más conocida y se haga incluso viral. Genial modo además de cerrar nuestro resumen del primer día de ponencias.

Texto: Rubén Martín

viernes, 20 de marzo de 2015

Del retrato sobre papel prensa al ¿fin? de los periódicos impresos

Inauguramos otro año más el repaso que desde este blog se viene haciendo a cada edición de las Jornadas de Diseño, Edición y Fotografía que organiza el departamento de Comunicación  Audiovisual y Publicidad de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad CEU  San Pablo de Madrid. Este año la charla inaugural corría a cargo de Ricardo Martínez, compañero  de varios de los miembros de este blog en El Mundo. Además de publicar su viñeta humorística  diaria en las páginas de opinión del diario, Ricardo es autor de retratos e ilustraciones usando la  técnica del scratchboard y padre, junto al guionista Nacho, del cómic “Goomer". 

Ricardo Martínez: Rayando la realidad: la técnica del Scratchboard

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Merece la pena detenerse un poco en su trayectoria, desde sus inicios a finales de los 80 en  Miami, trabajando primero para el Miami News y luego para el Miami Herald, hasta que volvió a  España, reclutado por Carmelo Caderot y Pedro J. Ramírez para hacerse cargo del departamento  de infografía del recién fundado El Mundo. Sección que fue abandonando paulatinamente para  centrarse en sus especialidades. 

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Ricardo pormenorizó en qué consiste la técnica del scratchboard: raspar una lámina negra para 
lograr un dibujo mediante distintas líneas. Un proceso que comienza con los conceptos, una vez  que ya se conoce el tema del artículo al que acompaña la ilustración: se buscan ideas, personajes  y referencias que permitan realizar un dibujo que resuma el espíritu del texto, así como fotos que  permitan reproducir fielmente los rasgos de los protagonistas. De ahí se pasa a bocetar los bordes  de la ilustración y después los detalles, que una vez plasmados sobre el papel son la guía que se  usará para raspar y lograr el resultado final. 



Vine en el que se muestra cómo de una masa negra se consigue una portada de Metrópoli

Dentro de este proceso de raspado hay numerosas técnicas, desde la dirección que se emplea  con las líneas (rectas, paralelas, cruzadas...), el color que se emplea (normalmente el blanco  resultante de raspar sobre la tinta negra, pero sin descartar el uso de colores con acuarelas) o los  detalles (relieves, sombras) que se terminan de aplicar una vez que el dibujo está hecho. 
 Una consideración especial del trabajo de Ricardo, que nunca podremos tener en cuenta lo  suficiente, es trabajar con el diseño de la página en la cabeza. No se trata solo de realizar la  ilustración, sino también de tener en mente el diseño de la página completa, incluyendo el texto  (un reparto del 50% para cada contenido, aproximadamente) y la distribución siguiendo las 5  columnas del periódico. Que el ilustrador ya tenga esta proporción en cuenta es sin duda un gran  avance a la hora de aprovechar el espacio de las páginas (aunque sea para dejar deliberadamente blancos). La forma de trabajar también tiene en cuenta los tamaños: es valioso  realizar la ilustración al 100% de tamaño, para lograr que los detalles de los dibujos no se pierdan  al reducir o aumentar la imagen al elaborar el concepto de la página. 




Andrés Vázquez: Papel-Digital, una frontera más difusa de lo que parece

La segunda ponencia de la primera jornada corrió a cargo de Andrés Vázquez, director de arte de  proyectos digitales de Prisa Revistas. Y que, por paradójico que suene, comenzó reivindicando el  papel y recordando su trayectoria en soportes impresos, a la par que destacando el crecimiento de  las tabletas en apenas cinco años y la proyección de uso de smartphones para el próximo lustro. 

Reconocía Vázquez que el proceso de adaptación del papel al digital es arduo al principio, pero  muy satisfactorio, aunque inicialmente se pueda tender a la sobreexplotación de los nuevos  recursos que permite la plataforma digital. Expuso el caso de “El País Semanal” (EPS), la revista  dominical que acompaña al diario El País, y explicó cómo partir de un producto ya hecho y con  unas señas de identidad determinadas se pueden aplicar esos nuevos recursos interactivos que  solo se pueden utilizar en tabletas (desde el simple enlace al deslizador, que descubre una  fotogalería, por ejemplo). Pero con dos variables: el tiempo disponible, que por definición en  publicaciones periódicas es escaso, y la idiosincrasia del producto que tienes entre manos y que  estás adaptando, que desaconseja hacer un producto totalmente diferenciado y recomienda  mantener estructura, paletas de colores, tipografías y otros elementos característicos. 







El soporte digital obviamente promueve una serie de narrativas diferentes al papel, como la  eliminación -aparente- del límite físico de papel (lo de aparente porque yo también creo que las  entrevistas de JotDown son demasiado largas y no pasa nada por editarlas un poco, en serio) o la  posibilidad de poder jugar con las dos orientaciones que permite los dispositivos móviles, lo que  además permite de algún modo “reciclar” material que quizás se hubiese descartado para  concebir la edición en papel, lo que hace muy aconsejable que los diseñadores del papel sean los  mismos que los de la versión digital interactiva, o al trabajen estrechamente durante el proceso de  concepción de cada número, ya que un contenido que se descarta para una edición puede servir  para la otra. 




Concluyó Andrés Vázquez haciendo una última mención al proceso de publicación: el desarrollo  de la aplicación para dispositivos móviles que se requiere antes de subir el primer ejemplar de una  publicación, que debe cumplir los requisitos de programación y publicación de los diferentes  quioscos digitales y que constituye también un reto inicial antes incluso de sentarse a hacer el  número inicial de la publicación.


Texto: Abel España
Imágenes: Luis Blasco

miércoles, 21 de enero de 2015

¿Subportada?

Hace unos años —no muchos, o... ¿tal vez sí?— tuvimos una pequeña y entretenida polémica con quienes defendían con inocente ignorancia el que las portadas-póster en los periódicos eran mejores desde el punto de vista del diseño periodístico que las primeras páginas más clásicas, con sus títulos, sus fotos, sus columnas de texto...

Eran "un avance", decían en aquellos tiempos en los que apareció el diario Público con esta característica y haciendo portadas-póster realmente muy buenas, con el ¿argumento? de que una cosa es mejor que otra por el mero hecho de estar hecha después. Por ser "más nueva" frente a "lo antiguo". Y no sólo es un punto de vista muy discutible, tal y como mantiene el gran Javier Errea,  y con él nosotros, sino que lo calificábamos sin ánimo de molestar unas líneas antes como inocente ignorancia porque este tipo de portadas son tan "antiguas" en el mundo de la prensa impresa como las condiciones tecnológicas para hacerlas lo han permitido: desde comienzos del siglo XX, aproximadamente. El propio diario ABC, del que hablamos hoy, es prueba de ello.




Y hablamos de ABC porque desde ayer ha decidido, además de publicar su portada-póster habitual —cuyo diseño ¡se firma!, curiosamente, de vez en cuando desde hace tiempo— incluir una segunda portada 'clásica' a continuación de la primera, a la que llaman ABC2. "Una portada alternativa que incluye titulares y que complementa el póster que abre la tapa del diario cada mañana. Una subportada, realmente no sé cómo llamarla", escribe Saúl Castillo en su blog sobre diseño periodístico (inconsolata), que amablemente nos ha cedido la imagen que os mostramos. Blog que además de recomendaros por el interés y la frecuencia de sus actualizaciones, pasa a formar parte con todo merecimiento de nuestros "enlaces imprescindibles". [Y de donde sacamos a Innovation in newspapers por su falta de actividad y por la ridícula actitud que mantiene su editor de bloquear en tuiter a todos aquellos que no le dan la razón en cualquier cosa que diga.]


Portada y subportada de ABC publicadas ayer, 20 de enero de 2015 (imagen cedida por (inconsolata))

Con Saúl Castillo manteníamos precisamente una breve conversación en tuiter sobre las ventajas y los problemas de una portada-póster. Problemas que, posiblemente, ABC intenta solventar con esta ¿novedosa? iniciativa de las dos portadas, o la subportada, tampoco nosotros sabemos cómo llamarla.

¿Qué problemas? Pues la rigidez de tener que apostar siempre, pase lo que pase, por uno y sólo un tema, independientemente de la actualidad del día. La reducción de todo un diario que lleva multitud de historias —como sí refleja la que podemos llamar portada clásica— a tener que vender en su principal escaparate una sola de ellas. La necesidad de ser visualmente creativo cada día. Por si todo esto fuera poco, la publicidad se da de tortas —por no ser muy grosero— con el resto de los elementos y es complicadísimo insertarla de una manera eficaz (como se puede ver en el ejemplo anterior).

¿Qué ventajas? Pues la posibilidad de hacer una página mucho más poderosa visualmente para competir en los quioscos. En ningún caso ser más modernos, pero sí tener la posibilidad de utilizar todos los recursos del diseño gráfico, la tipografía, fotografías, ilustraciones... para hacer periodismo visual.

¿Cuál es la solución? Podríamos decidir no tener un modelo definido y hacer cada día lo que nuestro talento y la realidad nos permitieran hacer, pero con el riesgo de perder identidad. O hacer dos portadas, como han decidido en ABC. Lo cual tampoco sé si es una buena solución, el no querer renunciar a nada para tenerlo todo, porque en realidad no se puede tener dos portadas. Ni aunque nos empeñemos. Nunca la página 2 será la página 1. "Creo que la lectura en papel pasa desapercibida", decía en el mencionado debate de tuiter Juanje Campos sobre la segunda portada, la subportada, lo que sea... No hay, pues, una solución milagrosa.

De lo que sí estoy seguro es de que, tampoco ahora, estamos ante algo novedoso. Basta repasar la imprescindible 'Historia gráfica de la prensa diaria española (1758-1976)' de nuestro muy querido Fermín Vílchez, obra de absoluta referencia en el diseño periodístico y sobre la historia de la prensa española en general que no nos cansaremos de recomendar, para encontrar cómo "en 1914, ABC tenía dos portadas: la gráfica y la de texto".



Si vosotros lo tenéis más claro...