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jueves, 11 de mayo de 2017

10.000 números del diario El Mundo (I)

Ayer miércoles, 10 de mayo de 2017, se publicó el número 10.000 del periódico El Mundo. Por ese motivo, el diario lanzó un suplemento extraordinario —en todos los sentidos, en cuanto a contenidos y en cuanto a diseño— de ¡184 páginas! impresas en glorioso papel.

Como ya sabéis, algunos de los miembros del blog hemos tenido la suerte de trabajar en la sección de Diseño de este periódico, e incluso algunos otros la siguen teniendo, seguro que por otros 10.000 números más. O más.

Para mí es un honor haber participado en este suplemento especial con un artículo sobre los distintos rediseños que ha tenido el periódico a lo largo de sus 27 años de historia. Es un texto interesante, eso espero al menos, sobre una cuestión que desarrollé recientemente en una conferencia en las últimas Jornadas de Diseño y Fotoperiodismo de la Universidad San Pablo-CEU, de la que ya os informamos. Así que os reproducimos tanto las páginas impresas con el artículo, como el propio texto, en el que se intenta dar una visión histórica sobre la tipografía, el color o la estructura de las páginas de uno de los diarios más vivos de los últimos años de la prensa española.




¿Quién dijo que El Mundo es siempre igual?

Se ha convertido en un lugar común, en uno de esos tópicos que se repiten sin mucha o ninguna reflexión, decir que mientras la sociedad cambiaba, los periódicos permanecieron y permanecen inmutables, recostados sobre un lecho de laurel, publicando las mismas cosas y, sobre todo, haciéndolo de la misma forma. Pero con los lugares comunes, lo más recomendable es visitarlos para comprobar si de verdad son o no son como nos cuentan, a veces interesadamente.

El diario El Mundo nació el 23 de octubre de 1989. Su propuesta gráfica y de diseño periodístico fue, y se desarrolla hasta ahora, en un formato tabloide (410 x 315 milímetros en su concepción original, recortado algunos centímetros por motivos económicos en dos ocasiones) con una estructura modular de cinco columnas en vertical y nueve módulos horizontales de alto. Las tipografías utilizadas fueron Helvética para títulos principales y Times para títulos secundarios y el texto base. La impresión durante aproximadamente sus primeros diez años de vida se realizó íntegramente en blanco y negro con la única excepción del logotipo entonces verde de su cabecera diseñada por Cruz Novillo, con el nombre del periódico compuesto en el muy poderoso tipo de letra Rockwell.

Aquel diseño original fue obra de Carmelo G. Caderot, director de Arte del periódico desde su nacimiento hasta diciembre de 2013, y  fue también Caderot el autor de su primer rediseño casi una década después, en octubre de 1998. En este primer gran replanteamiento de su modelo gráfico vemos ya en color su portada junto con la última página, algunas páginas interiores y la mayor parte de la publicidad. El color se había comenzado a utilizar poco tiempo antes de esa fecha y su implantación definitiva en todas las páginas tuvo lugar a lo largo de un proceso progresivo de unos diez años, según la tecnología de impresión, comunicaciones y tratamiento de imágenes lo fueron permitiendo.

En 1998 se realizaron también cambios tipográficos, tal vez el más importante en la cabecera del periódico, que pasó de componerse en la mencionada Rockwell, de tan contundentes remates, a la actual Valencia  extrabold, un tipo de letra con muchísima menos mancha de tinta y por tanto con menor impacto visual, más calmado, algo más elegante. Se sustituyó también la clásica Times del texto por la Imperial, y se incorporó un tipo de letra denominado Interstate —que arrastraba cierta fama por estar basado en la señalética de las autopistas de Estados Unidos, y por su gran legibilidad— para diversos elementos de contraste, cintillos, pies de foto, etc. Sustituir la tipografía Helvética de los títulos principales del periódico suscitó un intenso debate que pone de manifiesto la enorme importancia de la relación entre tipografía y periodismo —en realidad entre tipografía y lo que se quiere y cómo se quiere contar—. Tras varias propuestas a favor y en contra, con distintas pruebas impresas de por medio, se decidió seguir manteniéndola.

Otra década después, en enero de 2009, se produce el último gran cambio que diseña Carmelo Caderot. Ahora ya sí decimos adiós a la perfecta Helvética para titular todo con tipos de letra con serif como Valencia —más estilizados, tipos que gritan menos—, y con la incorporación para los títulos de Deportes y diversos elementos de contraste de Neo Sans, un tipo de letra diseñado hacía muy poco tiempo, en 2004. Se imprimen todas las páginas en color excepto en la sección de Economía, donde no por limitaciones técnicas sino por decisión editorial las fotografías son en blanco y negro viradas al azul, circunstancia que se mantiene hasta hoy. El color se utiliza también en este rediseño con propósitos periodísticos para diferenciar las distintas secciones del diario.

El cambio fundamental, y muy importante, en este rediseño se lleva a cabo en la estructura de las páginas, que se conciben ahora como páginas dobles, especialmente en las aperturas de cada sección. Ya no hay que publicar todas las noticias del día, como necesitábamos hacer en las muy fragmentadas páginas del diseño inicial de 1989, porque todas las informaciones se publican en la página web del diario —la primera de información general en lengua castellana por número de lectores— que se actualiza cuando suceden acontecimientos relevantes y periódicamente cada muy poco tiempo. Los temas para el papel, por tanto, se seleccionan entre toda la información y se desarrollan más. La edición gráfica cobra también muchísima importancia a partir de este rediseño, aunque un año antes se habían puesto ya en práctica estas estructuras para las páginas del suplemento de los Juegos Olímpicos de Pekín en el verano de 2008.

Y así llegamos, desarrollando además cada uno de estos modelos en el día a día, modificándolos y renovándolos constantemente, hasta octubre de 2014 en el que aparece el último y actual rediseño del periódico con Rodrigo Sánchez como nuevo director de Arte al frente del proyecto. Se produce una limpieza tipográfica reduciendo el peso de los títulos que se componen en sus mismas tipografías pero en su variante redonda en vez de en negrita y se incorpora para diferenciar distintas secciones el versátil y poderoso tipo de letra Knockout. Se cambia además el color del logotipo del verde original al azul y se alinea toda la cabecera de la portada al lado izquierdo de la página en vez de ir centrada.

El cambio en el color del logotipo suscita cierta polémica, algo ajena a motivos puramente de diseño periodístico según mi punto de vista, porque se produce poco después del cambio de un director emblemático y fundador del diario, algo que no fue sencillo. Es posiblemente más radical el cambio anterior en la cabecera que hemos comentado, cuando se sustituyó la tipografía original por la actual, aunque es interesante el debate sobre si tiene más impacto el color o la tipografía para alguien que no sea un profesional, que es en definitiva a quien se dirige.

Pero, sobre todo, se consolida esta nueva estructura de las páginas en un diario concebido para leer, e incluso se va más allá de la estructura modular en lo que podríamos denominar un sistema híbrido o mixto para romper en ocasiones módulos y columnas en función de los contenidos, buscando cada día ofrecer auténtico periodismo visual.

En definitiva, un viaje de casi 30 años con los imperceptibles y constantes cambios casi a diario —acumulativos unos, sólo por una ocasión otros— propios de un organismo vivo y con tres rediseños completos, además del inicial. Del blanco y negro al color, evolución tipográfica y en la estructura de las páginas desde un modelo que ofrecía un tipo de periodismo impreso propio de la era anterior a internet a otro, el actual, que propone algo diferente a lo que puede encontrarse en una pantalla... Hay opiniones sobre el inmovilismo de los diarios impresos, y luego están los hechos, impresos en páginas de papel. Sólo hay que fijarse.

lunes, 6 de junio de 2016

Entrevista a Pedro Arilla



Foto: Jesús Morentin


"En unos años, el caldo de cultivo [tipográfico] que lleva gestándose dos décadas dará unos resultados extraordinarios".

Hace cuatro años que Pedro Arilla (Ejea de los Caballeros, Zaragoza, 1984) dio el salto a la fama tipográfica con Valentina, una preciosa didona inspirada en los caracteres del gran Bodoni. Aquella tipografía, publicada bajo el "paga lo que quieras", resultó ser todo un éxito y recaudó cifras inimaginables para un país como el nuestro. Ahora su Fundación Digital Independiente, fundada en Zaragoza en 2012, vuelve a publicar otra tipografía. Se trata de Mestre, una sin serifa mucho más completa que su antecesora y con un modelo de descarga de pago a bajo precio. Tres años de trabajo que este diplomado en Diseño Gráfico ha ido compaginando con multitud de charlas, workshops, podcast, post en Don Serifa, recogidas de premios, exposiciones y decenas de horas como profesor de formación online. Un auténtico torbellino de actividad que en breve pasará a ser uno de los elegidos para cursar el prestigioso máster de Diseño de Tipografía de la Universidad británica de Reading.




Mestre es tu nueva creación después de Valentina. Cuéntanos cómo ha sido el proceso de elaboración de esta fuente, mucho más completa en cuanto a pesos, glifos, multilenguaje, etc que Valentina.

Después de muchos años haciendo letras e incluso diseñando alfabetos casi completos, Valentina fue mi primer proyecto en el que decidí tomarme en serio de principio a fin el diseñar una tipografía completa. Soy autodidacta y el único objetivo era aprender, así que eso es lo que hice. Con Mestre, certificado mi amor por la tipografía y por que eso era a lo que me quería dedicar, abordé el proyecto como una forma, nuevamente, de aprender. Pero de aprender a hacer una sans-serif profesional (o lo que más se acercara a ella), con varios pesos, todos los glifos que pudiera y las itálicas. Era un proyecto más ambicioso pero igual de divertido porque, aunque aprendí mucho con Valentina, había mucho mundo todavía por descubrir. Este es un proceso que me ha llevado tres años de trabajo y para el que conté, durante el primer año, con la inestimable tutorización del maestro Pep Patau (y en su honor va el nombre de la tipo).

Mestre es una sin-serifa, con un aire más moderno que Valentina, que era más clásica, inspirada en los caracteres clásicos de Bodoni ¿Cómo ha sido este salto entre estas dos tipografías?

Con Valentina me di cuenta de que en las tipografías con remates es más fácil esconder errores y que con una sans-serif iba a necesitar más pericia dibujando curvas pues, al fin y al cabo, son letras desnudas. Con Valentina aprendí mucho pero necesitaba subir la apuesta y acometer un reto mayor y me pareció que con una sans-serif iba a aprender más sobre anatomía tipográfica que con una romana al uso. Luego, la cuestión de las referencias y el estilo han ido surgiendo poco a poco. Tenía claro que quería hacer una tipo para texto pero luego el proyecto ha ido variando en mayor o menor medida durante estos tres años.


¿Cómo te ha ayudado Valentina a crear Mestre?

Si echo la vista atrás, tengo la sensación de que con Valentina he aprendido más a saber qué es lo que no tengo que hacer, que qué es lo que tengo que hacer. Cometí muchos errores e hice cosas mal que aprendí a corregir y otras que no; y de todas ellas aprendí algo. Así que sí, Mestre es hija de Valentina pero de una forma distinta a la que podría pensarse.

¿Cuáles son las principales características de Mestre? 

En cuanto a estética: que es una tipografía para la que he estudiado las tipos geométricas y racionalistas de Alemania y Holanda pero intentándoles aplicar una construcción humanista. Hay muchos híbridos de este estilo y me apetecía hacer algo que no fuera super geométrico o super racionalista, por lo que he intentado fijarme en muchos modelos antes de vestir mis letras cogiendo una prenda de aquí y otra de allá. En cuanto a las características técnicas: he intentado hacerla lo más completa que he podido. Tiene un set de caracteres Latin Extended, todo tipo de numerales, figuras según las utilicemos entre minúsculas, mayúsculas o versalitas, 8 pesos más sus 8 itálicas... En fin, más de 900 glifos por peso para cubrir las máximas necesidades posibles (y ya en plan egoísta, para aprender a hacer todas estas cosas).


¿Para qué situaciones de diseño es ideal Mestre?

Está diseñada para utilizarla en texto corrido: está ligeramente comprimida y tiene un ojo amplio ya que no me cansé de reducir las proporciones en ascendentes y descendentes conforme avanzaba el proyecto. Además he estado continuamente haciendo pruebas tanto impresas como en pantalla, así que la he optimizado para ambos sistemas. Como extra, al tener pesos extremos y algunos detalles anatómicos que pueden resultar interesantes, puede funcionar también en proyectos de branding. De hecho, ya hay algunos colegas a los que les pasé Mestre para que la testearan que ya la han usado con este propósito.


Tu anterior proyecto se basaba en donaciones, y recaudó una buena suma teniendo en cuenta cómo está el tema de pagar en España por algo que podemos tener gratis. ¿Por qué Mestre, sin embargo, es de pago?

Como ya he dicho, estoy en proceso continuo de aprendizaje y eso incumbe también a la distribución. El experimento de Valentina salió de maravilla pero ahora quería, o quiero ver, cómo funciona poniendo un precio fijo aunque bajo (menos de 30 € por la familia completa de 16 fuentes). No son tipografías comparables pero creo que podré sacar alguna conclusión comparativa en cuanto a ventas y beneficios. Pero he de decir que ideológicamente estoy más cerca del modelo pay-what-you-want y que por mucho que digamos que en España nos gusta mucho lo gratis he de decir que no es tan así aunque todavía no llegamos a la conciencia ética y social de otras partes del mundo que es de donde he recibido la amplia mayoría de donaciones.

¿Cómo ves la situación de la tipografía en España?

Yo soy un recién llegado, como aquel que dice, pero entiendo que estamos en un buen momento. Siempre ha habido unos valientes que son los que abrieron el camino, pero cada vez hay más cursos, talleres, proyectos fin de carrera y gente interesada en la tipografía. Y eso es bueno, muy bueno. En unos años creo que todo el caldo de cultivo que lleva gestándose ya dos décadas dará unos resultados extraordinarios para nuestra disciplina.

Ahora te vas a ir un tiempo a la universidad de Reading, en Inglaterra. ¿Qué proyecto tienes entre manos en UK?

En la Universidad de Reading se imparte uno de los mejores, sino el mejor, Master de Diseño de Tipografía del mundo y he tenido la suerte de haber sido seleccionado este año para participar junto a otros 13 estudiantes de todo el mundo. Como ya he mencionado, soy autodidacta pero sentía que si quería dedicarme a esto profesionalmente necesitaba dar el salto. Es una oportunidad única y pasaré allí un año exprimiendo la experiencia todo lo que pueda. Para explicárselo a los profanos, el símil es fácil: es como ir a estudiar cine con Spielberg y Tarantino. ¿Quién no estaría dispuesto? Repito: soy un afortunado y voy a intentar aprender de mis profesores y compañeros con todos sus bagajes culturales tan distintos al mío, a experimentar con otros tipos de escrituras diferentes al alfabeto latino y a investigar y profundizar en la historia de la tipografía. ¡Estoy ansioso por empezar ya!

lunes, 15 de febrero de 2016

Firmas en caja alta: Rodrigo Sánchez

Este pasado fin de semana se ha celebrado en Siracusa (Nueva York, EEUU) la elección de los ganadores de la 37 edición de los premios SND a los periódicos mejor diseñados del planeta. Pronto sabremos qué periódico será elegido como el mejor diseñado en 2016, galardón que recibirá durante la celebración del congreso de la SND que tendrá lugar en San Francisco los días 7, 8 y 9 de Abril. Durante esos tres días se reúnen en California los mejores diseñadores de prensa del mundo en los que dan su punto de vista sobre la profesión. Este año, además, contará con dos españoles, Alberto Cairo y el Director de Arte de El Mundo Rodrigo Sánchez.

La SND publica una entrevista en inglés con el reconocido Director de Arte de El Mundo y las revistas de Unidad Editorial y que nosotros recogemos en castellano aquí, bajo nuestra sección Firmas En Caja Alta, donde los más destacados profesionales del diseño periodístico, y el periodismo en general, dan su punto de vista.



Rodrigo Sánchez ha pasado la mayor parte de su vida profesional rodeado de periódicos y revistas, donde se siente como pez en el agua. Inició su andadura en el mundo de la prensa en ABC. Poco tiempo después pasó al diario económico Cinco Días, que dio pasó a la revista Cambio16 y de ahí a la revista Mercado. En 1990 desembarca en el madrileño Diario El Sol como Jefe de Diseño del Dominical y de los Suplementos. Con el cierre del rotativo en 1992 pasa a formar parte de Unidad Editorial como Director de Arte de sus revistas (Magazine, La Luna, La luna de Metrópoli, etc.) donde ha cosechado innumerables premios por el diseño de sus portadas. En enero de 2014 es nombrado Director de Arte de todo Unidad Editorial, tomando bajo su mando el diseño del periódico El Mundo. Ese mismo año recibe de la Society of News Design (SND) un premio por toda su trayectoria.

¿Cómo ha cambiado tu vida profesional desde que te convertiste en Director de Arte de El Mundo en lugar de sólo sus revistas?

El trabajo se ha multiplicado por 10. Antes llevaba la dirección artística de una docena de publicaciones, algunas semanales, otras mensuales, alguna anual e, incluso, una diaria (un periódico de información médica). Ahora, a todo eso, hay que sumar un diario de tirada nacional y todos sus suplementos semanales y mensuales. Ya no es posible mimar personalmente cada página como antes. Tengo que centrarme en páginas especiales o en proyectos ambiciosos. Por eso es fundamental inculcar al equipo la esencia del diseño, de mi diseño, y las bases de un trabajo bien hecho; cuáles son los mínimos que nos auto exigimos y cuál es nuestra meta de excelencia. Hacer que el periodista diseñador pierda el miedo a la página en blanco y que trate de pensar cada página cada vez, cada día. No hay dos temas iguales, no debería haber dos páginas iguales. Cada tema, cada noticia, cada exclusiva, merece ser tratada de una manera exquisita y singular.


Es cierto que el trabajo se ha multiplicado por diez, pero también se han multiplicado por 10 las oportunidades de hacer páginas interesantes. Cada día es un reto, cada día es una oportunidad. Frente a la serialización de las páginas hemos de ofrecer artesanía periodística. Especialización y diferenciación frente a monotonía y plantillas prediseñadas. Todo se puede hacer, todo se puede cambiar. Solo hace falta rigor y gusto, sensatez e imaginación. Y, por supuesto, mucho trabajo, mucho esfuerzo. Hay que estar en la redacción, hay que estar pendiente y dispuesto a cambiar ideas y modelos sobre la marcha. Desde primera hasta última hora, desde primera a última página. La interacción permanente con los redactores y con los responsables de redacción enriquece el producto final.



Todo periódico tiene en su interior nichos de información donde es posible experimentar gráficamente. La ubicación de los bloques gráficos y tipográficos, la relación entre ellos y su secuencia en el espacio modifican la percepción que el lector tiene de la noticia. Tenemos que trabajar el periódico como si se tratase de una película hecha con cortometrajes, con muchas historias individualizadas pero que todas ellas cuentan la historia de un día. Un día concreto, irrepetible, como el periódico de ese día. El periódico ha de tener dosis permanentes de sorpresa. Una equilibrada mezcla de audacia creativa y rigor informativo. En definitiva, ser capaces de hacer un producto coherente pero que sepa articular y armonizar los diferentes ritmos, las velocidades, que deben coexistir en un diario.

Delicatessen impreso frente a la noticia rápida, una joya diaria para mimar a nuestros mejores y más fieles lectores. Que estén orgullosos de llevarnos bajo el brazo.

Has ganado un premio a tu trayectoria por tus divertidas, inteligentes y bonitas portadas de Metrópoli. También has ganado grandes premios por la narrativa de noticias en las páginas de El Mundo, en particular por el enfoque visual del aniversario de los atentados del 11-M en Madrid. ¿Cómo es tu dirección de arte en este tipo de noticias, tan diferente al entretenimiento y estilo de vida de las revistas?

Metrópoli ha sido, y es, un gran banco de experimentos. En general, las revistas en las he trabajado lo son. Podría decir que he estado casi treinta años entrenándome para este momento. Ahora puedo tratar la información diaria con el respeto y la dedicación que se trata a los reportajes semanales o mensuales. Es como tener un “metrópoli” cada día. Cada página es una portada. La oportunidad de hacer magia con noticias de actualidad, con fotografías de actualidad y, a veces, sacar jugo al hecho de no tener nada: ilustrar solo con tipografía. La noticia se ilustra a ella misma.



No es muy diferente explicar gráficamente un suceso o una catástrofe natural a contar la sinopsis de una película de cine negro o policíaco; o una entrevista a una portada de revista dedicada a un protagonista de una superproducción de Hollywood. Todo son historias en las que hay personas involucradas. Y todas esas historias que hay que explicarlas a los lectores. Las unas son de ficción, estas son reales. Pero todo son historias. Nosotros vivimos de contar esas historias.

¿Cuánto tiempo puedes seguir invirtiendo en Metrópoli?

El mismo de antes. Saco tiempo de donde puedo y, si es necesario, de mi tiempo libre. Sigo considerando a Metrópoli como un regalo de Dios, un juguete, una afición más que un trabajo. Es una bendición poder usar ese espacio cada semana y contar con algunos de los mejores profesionales del mundo que están deseando publicar en ese trozo de papel. Envidiaría a cualquier profesional que tuviese la oportunidad de hacer esas portadas semana tras semana…y ya va para más de veinte años.



“Escoge un trabajo que te guste, y nunca tendrás que trabajar ni un sólo día de tu vida.” Confucio

¿Qué rol tiene el trabajo en el área digital dentro de tu jornada habitual? ¿Inviertes mucho tiempo el en el área digital, y en caso afirmativo, en qué tipo de trabajo?

El diseño digital, de momento, no me ocupa un porcentaje de tiempo muy alto. Creo que es un mundo que ofrece un campo enorme de posibilidades pero adolece de poco rigor tipográfico, escaso control de la ubicación exacta de elementos informativos y exceso de publicidad, mucha de ella invasiva. Si a eso sumamos que, además, su diseño externo e interno ha de servir para múltiples soportes digitales (responsive), el reto es aún mayor.



El problema, común en todas las webs, es que su diseño sigue dominado por técnicos e ingenieros sin conocimientos informativos y con casi nulas nociones de tipografía o edición fotográfica. Lamentablemente el diseño digital convencional (webs de diarios) está a años luz del diseño editorial impreso. Falta de jerarquía, falta de precisión gráfica y de relación entre noticias. Funcionan más como un almacén de noticias que como un producto informativo elaborado profesionalmente. Siempre existe una justificación técnica para poder decir que no es posible hacer tal o cual cosa.

Hay un rechazo casi físico a que los diseñadores de prensa intervengamos en la creación y desarrollo, en la traslación de la información de papel a web. Son dos soportes diferentes, dos contenedores diferentes pero trabajan con el mismo contenido: la información.


Los códigos, el lenguaje, el método, los envoltorios, deben estar siempre en manos de diseñadores no de técnicos. La labor de estos, fundamental, es dar soluciones a los retos estéticos e informativos que les planteemos desde las redacciones.

Con una web no eres capaz de hacer la “fotografía” de un día; las historias antiguas se mezclan con las recientes, los géneros se entremezclan, las secciones se confunden. Es un periodismo urgente, descolocado. Se leen noticias aisladas, no medios en conjunto. La capacidad de relacionar historias se pierde. Así como la jerarquización de las noticias. El diseño informativo desaparece. La portada como tal deja de tener sentido.

Es un consumo de noticias “crudas”, pues se llega a la noticia directamente a través de enlaces de redes sociales; noticias descontextualizadas del resto, con la edición justa y sin cuidado por el detalle.

La noticia sin su empaquetado profesional se convierte en “materia prima”, vuelve al origen y se deja en el camino muchas décadas de enriquecimiento, de edición gráfica, de valoración.

Como Director de Arte, parte de tu trabajo es la excelencia, motivación y creatividad de otros. ¿Cómo mantienes tu propia motivación y creatividad en niveles tan altos?

Hay que contagiar la emoción por el trabajo al equipo. Todos han de sentirse parte del producto, coautores, partícipes del éxito. Y, también, hay que ser generosos con los errores, pues es parte del aprendizaje. La parte más difícil es hacer cambiar de mentalidad. Hacerles ver y creer, sobre todo, que es posible hacer las cosas de otra manera. Que hay que saber manejar los principios básicos de la maquetación para poder hacer diseño editorial de altísimo nivel.



Tenemos que crear reglas muy estrictas: formatos rígidos para cualquier tipo de contingencia, con todas las posibilidades contempladas y sus correspondientes soluciones gráficas sistematizadas. Luego, esas estrictas e inquebrantables reglas, hay que tirarlas a la basura y reinventarlas cada día.

La creatividad mejora con el uso. La práctica continua mejora los resortes para relacionar problemas y soluciones y, con ello, muchos recursos surgen casi espontáneamente. La creatividad nunca decae, sino que mejora con el tiempo. Y, además, es contagiosa. El equipo se empapa y se esfuerza en conseguir soluciones ingeniosas a asuntos banales.

sábado, 2 de enero de 2016

Caligrafía. El arte de escribir... a mano

Todavía estáis a tiempo de ir a ver esta exposición en la Biblioteca Nacional de Madrid. Todavía estoy incluso a tiempo de ir a verla otra vez.



Os mostramos algunas imágenes de esta muestra porque otros ya han escrito sobre ella antes, y mucho mejor. Es a primera vista una pequeña exposición, pero de una profundidad y belleza tales que mirar cada una de las obras, grabados y materiales de escritura de siglos anteriores, admirar cada una de las letras escritas necesitaría que el tiempo se detuviera. Y no se detiene. Vayan a verla. Todavía están a tiempo...




Descubrir cómo antiguos artesanos del alfabeto buscaron las proporciones perfectas que antes dibujó Leonardo en el Renacimiento:



Clasificaciones:



El 'Códice Chacón', "obra maestra tanto de la poesía como de la caligrafía, que muestra por qué el manuscrito es preferido a la imprenta, pues convierte el texto en personal y único, sin intermediarios como la censura. El prestigio del manuscrito se extiende a documentos notariales, actas y diplomas..."




Útiles para los grabados:



La evolución de la letra 'bastarda española':



El uso de la tipografía y la caligrafía para crear identidades nacionales en un período en el que nacen las actuales naciones europeas: bastarda española, redondo francés, letra inglesa, escritura italiana y alemán:



Además, la muestra 'Caligrafía española', se complementa con otra exposición en la misma Biblioteca Nacional denominada 'Caligrafía hoy. Del trazo al concepto', comisariada por José Ramón Penela y nuestro querido Roberto Gamonal de la Familia Plómez, con trabajos sobre cómo se utilizan ahora los escritos a mano:







'Caligrafía española. El arte de escribir a mano', está comisariada por José María Ribagorda, autor de esta selección de obras que pueden consultarse en la web de la Biblioteca Nacional. Vayan a verla, merece la pena. Mucho. Saben cuál es una de las cosas que más me ha sorprendido, haber aprendido hoy que lejos de dejar de existir cuando se inventó la imprenta, sucedió con la caligrafía todo lo contrario. "Por un contrasentido no infrecuente en las cosas humanas..."

viernes, 27 de febrero de 2015

XVIII Jornadas de Diseño en el CEU




Se acerca el mes de marzo y la agenda del diseño periodístico está marcada en rojo. Como es tradicional, se celebran las Jornadas de Fotografía, Edición y Diseño del CEU. Y van 18 ediciones. Todo un lujo para el panorama diseñil madrileño que tendrá lugar los días 17 y 18 de marzo en la Facultad de Humanidades del CEU.

Un año más, Laura González y su equipo han conseguido traer a grandes profesionales de las tres disciplinas para contar a los estudiantes sus experiencias en el mundo laboral y su forma de trabajar.

Abrirá las jornadas el que, para los miembros de este blog, es el mejor ilustrador de prensa del mundo, Ricardo Martínez, dibujante de El Mundo y padre de Goomer. Seguirá esa misma mañana Andrés Vázquez, director de Arte de proyectos digitales de La Factoría de Prisa Revistas. 

Por la tarde, Herminio Javier Fernández, ilustre miembro del blog amigo CuatroTipos, hablará del camino del papel a las tabletas y la vuelta al papel. Le tomarán el relevo Artur GalochaÓscar Abou-Kassem, que nos comentarán cómo trabajan en la revista Líbero.

El día 18, Diego Martínez, fotógrafo y editor de Esquire España hablará sobre la imagen en las revistas de lujo y Ricardo Santoja sobre las estrategias de comunicación basadas en la fotografía.

Todos los años os decimos lo mismo, estas son unas jornadas imprescindibles dentro del mundo diseñil. Pero es que no exageramos, con este cartel hay que ir sí o sí. 

Tenéis más información en la web de Icoidi.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Interviú, 2.000 semanas entre el rojo y el negro

El pasado 25 de agosto la revista Interviú llegaba a los 2.000 números. 2.000 semanas en los kioscos, puntualmente, de una publicación que ha marcado, y marca, tendencia y que ha acompañado, y sigue acompañando, a varias generaciones de españoles con reportajes de investigación, entrevistas y erotismo. Con motivo de esta efemérides, Ana de Blas, redactora jefe de diseño de la revista, nos cuenta cómo es trabajar en la revista que leen hombres pero también muchas mujeres.


Ana de Blas es licenciada en Bellas Artes y en Ciencias de la Información. Redactora jefe de diseño de Interviú y autora del blog La Venus del espejo,sobre el desnudo en el arte, en interviu.es.

Sus primeros pasos en el diseño editorial los dio en la revista Dinero, semanario de información económica –por entonces del Grupo Zeta–, pasando después al estudio DCV para abordar proyectos de infografía, cartelería e identidad corporativa, mientras diseñaba el mensual La Tierra. En diciembre de 1997 volvió al Grupo Zeta en Madrid para incorporarse a la redacción de Interviú, tras varias colaboraciones como creativa para Tiempo y la propia Interviú. En octubre de 2000 es nombrada redactora jefe de diseño tras un breve paso como jefa de sección.
En mayo de 2010 realizó el actual rediseño de la veterana publicación –nacida en la infancia del régimen democrático: desde mayo de 1976– y de su cabecera. Una cabecera que es ya historia del periodismo español y abanderada de un ejercicio del periodismo en libertad que debería ser, también, parte de su futuro.



Portada del Especial número 2.000 de Interviú (pincha en las imágenes para verlas más grandes)

2.000 semanas entre el rojo y el negro

Tengo guardada en la memoria del móvil y en la otra, más frágil, la de mi cabeza, la imagen de los cinco últimos directores de Interviú juntos en la presentación del número 2.000 de la revista, celebrada el pasado 8 de octubre. También han sido ellos mis cinco directores, con quienes he aprendido a respirar en un medio ambiente raro como el de esta redacción desde la que escribo estas notas, como siempre, a deshoras. Interviú es una revista muy veterana, es un referente emocional para generaciones de reporteros y fotógrafos y a la vez, al otro lado de la imprenta, de lectores. Ya sean urbanitas o de las cuencas mineras, de la oficina, la fábrica o el camión, público de bares y peluquerías, sindicalistas, diputados en su escaño o adolescentes en la soledad de su cuarto. Todo el mundo en este país la conoce, o más bien cree conocerla, pues se han formado a lo largo de casi cuatro décadas una idea de lo que somos. Hay a quien le resulta simpática por gamberra y atrevida, y hay a quien le da entre asco y miedo por lo mismo. Pero lo que seguramente no se ve desde fuera es que la agenda informativa de Interviú es el poliedro con más caras que se pueda proyectar en el espacio, y lo primero que aprende una aquí es a no extrañarse de nada.

Algunas de las páginas del nuevo diseño de la revista

En esa presentación, uno de esos directores y para mí maestros, Jesús Maraña –ahora al frente de Infolibre– contaba una anécdota para ilustrar esa sensación de estar trabajando en un circo de tres pistas. Nos puso el ejemplo de una de sus jornadas, en la que había tenido que desayunar con Ana Obregón para concertar una sesión de fotos, después comer con el entonces ministro Acebes, y ya por la tarde recibir en su despacho a unos ex agentes cubanos. Bueno, esa es la agenda de un director, la que tarde o temprano se materializará en trabajo también para la mesa de diseño. 

Los reportajes son una seña de identidad de Interviú

Dar forma a contenidos muy dispares y muchas veces impredecibles es pues nuestra rutina, si es que se puede llamar así a no saber lo que te espera. En Interviú tienen cabida la agenda política, el tema social, el consumo, los sucesos, la denuncia ciudadana, el reportaje internacional, temas de salud y de medio ambiente, los deportes, el sexo, la televisión, el corazón... entre los desnudos y los muertos, hay quien solo ve la vena digamos bizarra, pero no es ese nuestro único negocio y esa es la singularidad de este magazine, como apuntaba Maraña con aire pícaro: también recordaba cómo a la mayoría de sus conocidos realmente lo que parecía interesarles era qué tal le había ido con la Obregón, mucho más que las otras citas de aquel día.

Más páginas de la revista con fuerte presencia tipográfica

Dotar de coherencia y un mínimo de unidad a una publicación por esencia tan heterogénea es una de las funciones básicas de nuestro diseño, algo que nos planteamos –entre la dirección a cargo de Alberto Pozas y yo misma como diseñadora– radicalmente en mayo de 2010, cuando abordamos el último proceso de rediseño completo de la publicación.

Necesitábamos bases nuevas sólidas para ponernos al día sin perder nuestras mejores cualidades: el impacto gráfico de la buena prensa popular, la fuerza y exclusividad de las imágenes que lanzamos al mundo, el titular mordiente de los grandes reportajes –el género periodístico que nos define–. Pero en esa ocasión nos atrevimos incluso a algo más: rediseñamos, después de darle cien vueltas, la propia cabecera, a pesar del riesgo que suponía “tocar” un material que no era solo nuestro, no era ni siquiera patrimonio exclusivo del editor, era en realidad de todos los españoles que tenían retenida una imagen de ella en su memoria reciente o lejana.

Páginas de las secciones Panorama de actualidad y Apuntes

Para quien no sea diseñador, quitar o no una banda a 45º de inclinación en una portada, retocar el trazo de la ‘t‘, poner, quitar o mover la tilde de la ‘ú‘ final, unificar y definir un nuevo porcentaje de CMYK del rojo corporativo, decidir una escala... pueden parecer tormentas en un vaso de agua, pero son para nosotros verdaderos quebraderos de cabeza. El acierto o el error en esa suma de pequeñas decisiones influirá en la imagen de todo el equipo y solo se puede evaluar al cabo de un tiempo de rodaje. Ahora no tengo ninguna duda de que hicimos bien en revisar nuestra mancheta, nadie añora la anterior a pesar de que perdimos algo de su vieja identidad en banda; matizamos la energía del rojo y personalizamos el tipo original –esa Helvetica Black Oblique setentera– sin perder nuestra esencia. Seguíamos siendo reconocibles mientras nos actualizábamos y creábamos un logotipo único, ¡bingo! Sinceramente, solo por este trabajo creo que me gané el sueldo por una temporada, y no me hubiera atrevido a hacerlo sin el apoyo expreso del director que llevó las riendas de aquel cambio. Para los más curiosos, os adjunto el ‘Cuaderno de la portada’ con el que presenté mi propuesta, en la que iba incluso más allá en la transformación del logotipo; finalmente, se aprobó la opción intermedia, que es la que mantenemos hoy en el quiosco. 


Parte del cuaderno del rediseño de la mancheta

La evolución de la cabecera era un riesgo que asumimos entonces y quizá lo más llamativo del proyecto para el público, pero la renovación que abordamos en la portada y en las páginas interiores tiene otras claves que los diseñadores entienden bien. Cuando salimos con la nueva maqueta, Diego Areso, editor de Quintatinta, lo resumía así: “lo mejor del cambio: una total revolución tipográfica, y la cantidad de pequeños detalles de diseño fino que inundan las páginas de la revista, y que brillan sobre todo en las columnas de opinión, y en la sección ‘Panorama’, lo más conseguido del proyecto, para mi gusto”.

Portada con la nueva mancheta diseñada por Ana de Blas

Tenía razón Areso, el juego tipográfico es la espina dorsal que da unidad y médula a nuestro cuerpo, ya dije que la variedad algo mareante de contenidos no puede traducirse ni en monotonía ni en vulgaridad ferial, dos peligrosos extremos que nos acechan. En esta carpeta de tipografías la protagonista es la robusta y polivalente Stag de Christian Schwartz, una egipcia creada para el Esquire norteamericano. Una familia que hoy ya tiene una difusión tremenda –vaya, ahí sí que seguro que hicimos diana–, cosa que para nosotros empieza a ser peligrosa si llega a saturar al estar en todas partes. Además, estructuramos los contenidos en torno a cuatro grandes bloques: Reportajes, Chica de portada, Panorama de actualidad y Apuntes de ocio, este último mi favorito en cuanto a posibilidades creativas, donde los contenidos dan pie a mayores lujos y osadías visuales. Desgraciadamente, era un proyecto ambicioso para los tiempos que corren, en los que el papel sale caro y las planillas son cortas, y hoy, pasados cuatro años, sobreviven básicamente los reportajes propios–el ADN informativo de la publicación– las firmas y los contenidos eróticos, para los que, eso sí, nos hemos vuelto exigentes en cuanto a la calidad de producción. Así que, en resumen, no hay muchas páginas, vale, pero intentemos que merezcan la pena, es lo menos que le debemos al fiel y asombrado lector. 

Alguna de las páginas en las que destaca la edición gráfica

Junto a la solvencia redaccional, la edición de fotografía es el segundo pilar de esta revista. Después de muchos años, al menos he aprendido que dedicar buena parte de mis energías a seleccionar y valorar fotos merece siempre la pena: todo el valor de un magazine con vocación gráfica depende del acierto en este ámbito. Hablo de la calidad formal y del valor periodístico de nuestras imágenes, como denuncia y como significado.

Pero además, en estos últimos años ha ocurrido otro cambio importante en nosotros: nos hemos impuesto el reto de publicar, junto a la revista semanal, una serie de monografías especiales que aportan mucho valor añadido a la publicación. Ni que decir tiene que son, como buenos hijos nuestros, cada uno de su padre y de su madre: lo mismo hacemos uno con pura fotografía erótica para gusto de nuestros hambrientos mirones, que nos embarcamos en revisar y actualizar temas de largo recorrido como la Memoria Histórica, los horrores de la guerra –sin censura– o las tramas de los niños robados en España. Es difícil saber si este es un buen camino en un panorama tan confuso como el que vive la prensa hoy, con la eclosión de nuevos y viejos medios en soporte digital, mientras el negocio de papel se encoge. No lo es en un país sobrepoblado de smartphones y mucha, mucha manga ancha para la piratería intelectual (bueno, y de la otra). Pero es una puerta que se abre, la verdad, y otra vez un reto difícil para los diseñadores, porque hay que inventar un traje a medida para cada uno: nuevos recursos y diagramaciones, manteniendo básicamente la unidad de formato, cabecera, tipo y color. Os dejo aquí alguna muestra, para quien tenga curiosidad por alguna de estas portadas de interviú ¡sin desnudos!


Portada de los cuadernos especiales monográficos

Al comienzo mencioné la cita del número 2.000 como la ocasión en la que los de la plantilla habíamos podido tener a cinco directores juntos y cruzar unas palabras con todos ellos. Tuve ocasión también de saludar a Teresa Viejo, la única directora que hemos tenido, circunstancia que la coloca en una posición muy particular, sospecho que de merecido orgullo, pero por momentos incómoda para ella: como si tuviera que explicar qué hace una mujer dirigiendo una publicación para hombres. Como si no fuera periodista, como si no tuviera... no sé, ¿qué capacidad le falta? Yo también soy una diseñadora y periodista eligiendo o descartando fotos eróticas para varones heterosexuales, y os aseguro que no me cuesta más ni menos que elegir la mejor foto de una denuncia, de un suceso, de un terremoto, de una entrevista. Te acostumbras, te especializas. Aprendes que la sexualidad está en el cerebro, ese órgano con el que trabajas. Que los conocimientos que tienes sobre valores formales y significativos se aplican de maravilla en el género del desnudo, donde tienes mil referencias antiguas y contemporáneas para apoyarte. Por eso lo paso tan bien escribiendo mi blog sobre el desnudo en el arte, porque puedo abordar con total libertad las cuestiones de género, sexualidad y roles que acompañan a la fundacional costumbre de los humanos de representar sus cuerpos buscando siempre cosas distintas. Pero esta es otra historia.

Páginas interiores del especial número 2.000


El caso es que Teresa Viejo es además la protagonista de la portada del especial 2.000 que diseñé, y hablamos un par de minutos de ello. Me sorprendió que ella hubiera posado para esa foto sin tener todas las claves que yo tenía. También me extrañó que hubiera aceptado hacerlo: aún no sé si está bien o está mal, si es el mensaje adecuado, aunque ella lo explica mejor que yo en la entrevista que acompaña a sus fotos (que no son desnudos, pero sí tienen mucha carga erótica) del especial. Le conté que el proceso empezó con un mensaje desde la dirección: querían una imagen distinta, algo especial, lujoso, elegante; una edición única, algo para guardar. Se pensó en el color negro como vehículo para expresar esa exclusividad. ¡Negro! Al principio me confundió la idea, nosotros usamos con frecuencia el negro para expresar otras cosas: el impacto, la ocultación, la tragedia, el dolor. Claro que esos son contenidos en los que nos manejamos, por desgracia, a menudo. Por ejemplo, os dejo un par de portadas en negro recientes, de esas rarezas sin desnudos: el espanto de un rayo de luz sobre las calaveras de una fosa común en Villamayor de los Montes (Burgos) fue nuestra elección para el dossier sobre Memoria Histórica, una gran foto de Clemente Bernad. Hubiera preferido dejar hablar a la imagen sola y poner el titular mucho más discreto, pero no pude convencer a mis jefes (sí que me dejaron en cambio con la portadilla del especial con la abdicación de Juan Carlos I: ésta salió como os adjunto, sin palabras). También abrimos un rasgado sobre negro para la portada del extra de los niños robados, dejando ver la imagen de un viejo retrato infantil y dos manos femeninas, una joven y otra vieja, tirando de cada lado... esta foto no es un montaje, forma parte de la realidad, lo que le da un enorme valor. La clave se explica dentro, la portada se abre como un misterio a resolver. En este repugnante turbio asunto de los niños robados durante el oscuro franquismo y más aún, ya en democracia, el recorrido de interviú es tremendo: desde los primeros reportajes de los ochenta (María Antonia Iglesias, Germán Gallego...) hasta la actualidad, con la impecable serie de investigaciones a cargo de la reportera Ana María Pascual. Sí, también una mujer. Ya veis cómo trabajamos al otro lado del papel de la revista.


Páginas interiores del especial número 2.000

Ese día le conté a Teresa Viejo como os cuento ahora el proceso que seguimos: algo negro y brillante, me pedían, pues. Confieso que hice pruebas con fondos texturados y tipografía y no me salía nada que no tuviera un tonillo de ‘50 sombras...’ Entonces pensé en un hombre con esmoquin negro, pero nunca en ese traje de etiqueta sobre un torso femenino: yo estaba buscando algo con lo que se identificara el lector, al estilo de un magazine masculino clásico, vestido para la ocasión. Presenté una portada así y el director me dijo: ¿y si probamos con una mujer? Otra vez me descolocó, ¡habíamos quedado sin desnudos! Luego el resultado es el que habéis visto, de nuevo un mensaje oculto tras el negro: ella, la misteriosa modelo, iba a ser la ex directora. No sé de quién fue este último paso, y ya digo que me sorprendió mucho que Teresa Viejo decidiera aceptar ese reto, es su imagen y le obliga a dar más de una explicación. ¿Qué significa? ¿Supone un tratamiento sexista para nuestra única capitana? ¿O es un signo de libertad, de complicidad con sus lectores, una ruptura de las normas? Decide tú, lector, como siempre haces.