miércoles, 12 de marzo de 2008

Consejos tipográficos

Los libros sobre tipografía suelen ser muchas más veces de las deseables enormes tochos de apariencia espectacular y contenido raquítico, como lujosos estuches vacíos, poco prácticos, excesivamente visuales y muy caros. Pero el que ha publicado hace unos meses Eric Jardí, "Veintidós consejos sobre tipografía (que algunos diseñadores jamás revelerán) / Veintidós cosas que nunca debes hacer con las letras (que algunos tipógrafos nunca te dirán)" es muy pequeñito de tamaño, parece mentira que quepa en su portada un título tan largo, ¿no?, su diseño no quiere llamar la atención sino ponerse al servicio de lo que cuenta, es muy barato y muy, muy práctico. Es todo lo contrario de los libros sobre diseño al uso. Por eso me gusta.


Es práctico cuando aconseja escoger un par de tipos de letras, no hacen falta más, para diseñar un trabajo, tipos que "no comuniquen algo que no deseas comunicar"; prestar atención, mucha, a los tamaños de las letras; condensar o expandir con cuidado; ayudarse siempre "o casi siempre" de una pauta; rechazar las falsas negritas y las negritas romanas, sin miedo incluso a utilizar negritas grotescas en textos con letra romana; o a no escoger fuentes de fantasía, creyendo "como acostumbran los principiantes" que "hay un tipo de letra para cada cosa... una visión ligada a la idea de que saber tipografía significa estar al día de todas las letras disponibles para así poder escoger y acertar con el tema del encargo". Y no. Es curioso e interesante su punto de vista sobre los textos alineados a la izquierda, "en un mundo perfecto", nos dice Enric Jardí, "todos los textos deberían componerse sin justificar y a caja izquierda". Y así está compuesto su libro.




Entre los 22 consejos y las 22 cosas que nunca debes hacer su autor nos habla una y otra vez de "modas", y tiene razón, cuando se pontifica sobre tipografía o diseño en ocasiones solemos señalar como correcto aquello que ahora está de moda, y que antes por no estarlo nos parecía una aberración... hasta que todo da la vuelta y lo aberrante se convierte en lo correcto, que luego aberración será. Tal vez por eso Jardí escribe en su prólogo de "lo que hoy funciona y lo que no" en lo que a tipografía se refiere.

Y como de consejos se trata, me voy a permitir uno para que le hagáis el caso que queráis hacerle, y es el de no seguir al pie de la letra todos los consejos sobre tipografía, aunque estén publicados en libros tan últiles como del que hablamos... y que recomendamos absolutamente, como ya recomendaron antes nuestros amigos de los blogs vecinos CuatroTipos y Maquetadores. Y aconsejo no hacer caso de todos los consejos porque aunque la mayoría son acertados, siempre hay alguno al menos discutible. Porque... qué es eso de utilizar siempre el sistema métrico decimal, ¡no me jodas, Jardí!

lunes, 10 de marzo de 2008

Diseñario (VIII)

Nueva legislatura, aunque no habrá cambio de presidente en España, después de esta "apasionante" campaña electoral y de las reñidas elecciones, y nueva entrega del Diseñario, obra irreverente, colectiva a cargo del comité de expertos de encajabaja, pero abierta a vuestra participación por medio de comentarios o del correo electrónico. Ánimo, no seamos tan tristes y vacíos como los políticos, participemos... que la participación ha sido alta.




Didot. No se trata de un célebre tipógrafo francés creador del tipo de letra que lleva su nombre y en cuyo honor se bautizaron las divisiones del cícero como puntos didot; no. En realidad, Didot es el apellido de toda una familia de impresores y tipógrafos que comenzaron con la empresa fundada por Françoise Didot en 1713 y que llega hasta... ¡nuestros días!
Punto de cícero y tipo de letra deben asociarse a distintos Didot, aunque haya quien quiera unificarlo en una sola persona. Claro que todo queda en casa. En primer lugar, tenemos a Françoise Ambroise (1730-1804), hijo del fundador de la empresa, que en 1760 perfeccionó el sistema duodecimal de medidas en las artes gráficas ideado en 1737 por Fournier, el creador del cícero y sus doce puntos. Didot amplió ligeramente el tamaño de los puntos, desde los 0,350mm. que medían los de Fournier hasta los actuales 0,376mm. del sistema que desde entonces además de llevar su nombre ha sido adoptado en todas las fundiciones e industrias gráficas excepto en Inglaterra (¡cómo no!) y los Estados Unidos (¡qué les vamos a contar!), además de parte de Latinoamérica, donde se utilizan puntos de pica cuya equivalencia con el sistema métrico decimal es de 0,352mm. Cuando hablamos de un cuerpo de letra, siempre está expresado en estas unidades de medida, los puntos didot.
En segundo lugar hay que mencionar a Firmin Didot (1764-1836), segundo hijo del mencionado Françoise Ambroise y nieto del fundador de la saga. A él se debe la creación del que algunos consideran el primer tipo de letra moderno, que lleva ahora su nombre, y con el que en 1798 se compuso el Louvre. Tuvo tanto éxito que Napoleón le nombró director de la Fundición Nacional y su tipo de letra se convirtió en referencia de la tipografía francesa, además de posible modelo a partir del cual desarrolló el propio Bodoni sus celebrados alfabetos; posible porque este dato no es de general consenso. Es probable que el trabajo del genial tipógrafo italiano sea una evolución, al igual que el de Didot, de los tipos del inglés Baskerville.
Didot es, pues, toda una familia.

Diseño. Diseñar, del italiano disegnare, "dibujar", y éste del latín designare (marcar, designar). Enseñar (marcar, designar). Seña del latín signa, plural de signum, señal, marca. Signo. (Diccionario etimológico de Joan Corominas).
Para nuestra querida María Moliner "diseñar" es hacer el diseño de una cosa. Y "diseño" lo define como "Apunte. Boceto. Bosquejo. Croquis. Esbozo. Esquema. Dibujo hecho sólo con líneas para representar algo con poco detalle. Descripción de una cosa hecha con palabras a la ligera". Se trata de una definición que puede quedarse corta para muchos artistas del diseño; posiblemente la insigne lingüista hubiera incluido muchas más connotaciones de haberlo escrito ahora, las que se ha ido sumando el diseño desde los años en que el diccionario fue escrito (empezó en 1951 y terminó la primera edidición en 1967) porque el diseño no era entonces lo que ahora es. Pero de lo que no cabe duda es de que la maqueta de una página de periódico está absolutamente recogida en esa precisa definición de María Moliner: "es un apunte, es un esquema, es un dibujo hecho sólo con líneas para representar algo -la posterior página- con poco detalle".
Lo que nos dice el origen de las palabras sobre diseñar está directamente relacionado con dibujar. De hecho, las páginas se "pintan" precisamente en el sentido de que se dibujan, no en el de que se colorean. "Píntame una página", frase nuestra de cada día en los periódicos, no es otra cosa que dibújame el esquema de una determinada página. Antes de los ordenadores este dibujo se hacía en un papel para que después textos y fotos se compusieran atendiendo a esas medidas y se colocaran más tarde según esa disposición en lo que se llamaba labor de montaje, mientras que ahora los programas informáticos nos permiten hacer un dibujo "sobre" el que se escribirá directamente y se volcarán las fotografías en los huecos que hayamos preparado para ello.
Diseño es también la sección de un periódico. El grupo de gente que se dedica a diseñar sus páginas, a "pintar" o maquetar o confeccionar las páginas. Y el lugar físico donde se acomoda este grupo con sus ordenadores, generalmente el más variopinto junto con el de los grafiqueros de toda la redacción, lleno de dibujtos, muñequitos, cositas de todos los colores, páginas y elementos de páginas colgados de las paredes cercanas (si las hay) y también el más ruidoso para bien y para mal, porque alterna abiertamente y en público momentos de gritos y tensión con otros de alegría y buen rollo.
Eso es lo que somos, lo que el diseño es. Después está lo que el diseño parece, que es precisamente lo que no figura en la definición de María Moliner porque entonces no sucedía y que tiene que ver con ese valor añadido de la imagen de cosas, personas y quehaceres del que hace gala nuestra actividad, o al menos una parte de quienes quieren vivir de ella. Entonces el diseño no es un dibujo, sino una actitud. Puede llegar a serlo todo siendo nada, incluso el siempre sorprendente Thomas de Quincey habla del diseño de los crímenes en su imprescindible "Del asesinato considerado como una de las Bellas Artes". Es ese algo más que hace vender cualquier producto, incluidos los periódicos, y que ha sido llevado al extremo en diarios cuyo principal punto de interés no son las noticias que publican, su contenido, sino cómo están diseñados, el continente.
Llega a ser una pose de quienes logran convencer al resto de que sus propuestas estéticas son las más valiosas... y las más caras, evidentemente, aunque se conviertan en un rígido armazón poco práctico para la información a cuyo servicio se supone que se supeditan. Eso cuando el equilibrio se inclina hacia el lado "artístico". Porque cuando la balanza se mantiene horizontal, el diseño en la prensa es una actividad periodística especializada en ofrecer la información, es la "puesta en página" de la manera más eficaz para lograr una valoración, para decir esto es una noticia, es importante; esto es otra noticia, distinta, que nuestro medio considera menos importante; y todas tienen este aspecto porque son nuestras noticias, las de nuestro periódico, las que hemos diseñado así pensando en nuestros lectores.

Doble. Importante diferenciar el genero en esta palabra. En femenino (una doble): término generalmente periodístico utilizado cuando una información ocupa dos páginas consecutivas y la primera de ellas es siempre par en su foliación, esto quiere decir que son dos páginas enfrentadas. Hay más espacio pero también más elementos para diseñar (textos más largos, varios apoyos, gráfico, fotos, sumarios, entradillas, etc.) motivo por el cual se incrementan notablemente las discusiones entre el maqueta y el plumilla al haber más abalorios de los que opinar. Cada una de las dos paginas que forman la doble suelen llevar cintillos para unificarlas.
En masculino (un doble): término generalmente periodístico utilizado al llegar a un bar. La consumición ingerida (generalmente cerveza aunque no se descartan otros espiritosos) es dispensada en una jarra o copa cuya capacidad es la de dos sencillas. Curiosamente se produce un hecho científico de mimetismo entre lo que bebemos y lo que empezamos a ver (doble). Y entonces se entra en el terreno de la bravuconada: 'Yo la tengo el doble que tú'. Este caso lo dejaremos para la enciclopedia de alcoholismo y chulería sexual que próximamente aparecerá en su quiosco vrtual.

Entregas anteriores del Diseñario:
Diseñario (I): aire-anuncio.
Diseñario (II): apoyo-artistas.
Diseñario (III): bandera-blancos.
Diseñario (IV): blog-caja.
Diseñario (V): cajista-cícero.
Diseñario (VI): cintillo-confeccionador.
Diseñario (VII): contorneo-despiece.

viernes, 7 de marzo de 2008

Los '3 por 2'

Han pasado ya unos días desde los esperados debates entre Zapatero y Rajoy. Asesores, ayudantes, secretarias, miembros del partido, simpatizantes, familiares, amigos, todos ellos uniendo esfuerzos para ayudar a su líder en la tarea de derrotar dialécticamente al otro. Minutos contados, intervenciones por orden riguroso, ora uno el primero, ora el otro. Imagino a todos esos ayudantes devanándose los sesos para preparar el camino hacia La Moncloa.

Entremos en materia, lo que nos interesa en este blog: el diseño. La presentación de las propuestas de los candidatos ayudándose de los grafiquitos. En una era en que la tecnología está tan avanzada, ¿cómo es posible que sacaran esos gráficos? Parecían las ofertas del 3x2 del Carrefour. Bueno, a lo peor, eran eso. Pero esto no era lo peor. En el primer debate se les ocurre sacar sus diagramas, la mayoría, con un fondo blanco. Si alguien vio el debate sabe de qué estoy hablando. No se veía nada por culpa de los brillos que producen los focos.


Muy claro lo que pone.


Se entiende todo.


Bueno, pues en el segundo debate, no sólo no se corrigió sino que sacaron todavía más. Era desternillante seguir las explicaciones de Zapatero o Rajoy cuando hablaban de infraestructuras, economía y señalaban una hoja en blanco. A lo mejor, eran esos sus datos, hojas en blanco. Se podrían haber hecho sobre un fondo oscuro y todo resuelto.

Me resulta muy extraño que con toda esa gente pendientes de ellos nadie reparara en el primer debate y lo corrigiera en el segundo, pero bueno estos son los políticos que tenemos y así nos venden las cosas. Como las ofertas del Carrefour.

P.D.: En encajabaja no entendemos que en pleno Siglo XXI todavía se utilice la violencia para resolver las diferencias. Un fuerte abrazo para los familiares de Isaías

jueves, 6 de marzo de 2008

Lo nunca visto en una Universidad

Primero se apagó el ordenador, un flamante iMac (de esos que los "maqueros" juran y perjuran que nunca fallan) y después la modelo llegó tarde porque le habían dado una dirección equivocada ¡en la Ciudad de la Imagen!, a unos cuantos kilómetros de la calle Julián Romea de Madrid donde está situado el Centro Audiovisual de la Universidad San Pablo-Ceu en el que ha tenido lugar el cierre de estas XI Jornadas de Fotoperiodismo, Edición y Diseño en Prensa con la realización en directo de una producción de moda. Y a pesar de los problemas... un absoluto éxito.

El ayudante de Luis Malibrán, Nacho, prepara las primeras luces del estudio

Malibrán midiendo las luces con el fotómetro

Malibrán comprueba las fotografías de prueba en el Imac

Malibrán revisa el book de la modelo antes de que llegue

O gracias a ellos, porque según nos ha contado Magali Yus, responsable del departamento de prensa de moda de El Corte Inglés y hoy brillante maestra de ceremonias, y la reputada estilista Patricia Oliver, que dirigía enérgicamente el cotarro, "siempre hay que improvisar, siempre surgen imprevistos y tenemos que adaptarnos a las circunstancias. Es parte de este trabajo". Y hemos podido vivirlo. Incluso han tenido que improvisar el hecho de trabajar con público, algo que evidentemente no es nada habitual, nada más y nada menos que 250 alumnos en dos sesiones, además de algunos medios de comunicación que también rondábamos por allí. "Hay que distraer a la modelo, ella tiene que llevar la ropa y salir en las fotos, tengo que lograr una hipnosis para que se olvide de todos vosotros mirándola", ha comenzado diciéndonos el fotógrafo Luis Malibrán. Después su cámara de formato medio digitalizada ha empezado a disparar una foto tras otra, porque la modelo llegó, eligió la estilista la ropa entre un amplio perchero, la maquilladora acomodó piel y luz, y el mac funcionó, cómo no.

La profesora Beatriz Guerrero presenta a los participantes en la producción

Magali Yus explica a los alumnos cómo se desarrollará la producción

Malibrán da las primeras instrucciones a la modelo delante de la estilista Patricia Oliver

Según dispara Malibrán su cámara, las imágenes se van proyectando en una de las paredes del estudio y todos los asistentes podemos ver una evolución clara. El fotógrafo tiene una idea en la cabeza y la busca, habla constantemente con la estilista, también con la modelo según hace tomas, y las fotografías son cada vez mejores, consigue incluso algunas con mucha fuerza. Es buen fotógrafo. La estilista decide prescindir de una camiseta que lleva la modelo, María Bernal, mujer con todo el buen aspecto que se le supone a una modelo, 23 años y 10 de experiencia según nos cuenta Magali, y sin esa camiseta blanca bajo la camisa blanca las fotos son todavía mejores. Es gente de nivel la que ha conseguido el CEU, como cada año. Hacen bien su trabajo y, además, saben comunicar.

La estilista da instrucciones a la modelo sobre la pose que debe adpotar

Primeros disparos de Malibrán

El ayudante de Malibrán enfoca el cañón de aire hacia la modelo

Malibrán en acción

Nacho dirige el estico (o trozo de corcho) hacia la modelo

"Me invento un tema, una historia, y se la cuento al fotógrafo", desvela Patricia Oliver, la estilista, cuando los alumnos le pregunta acerca de cómo aborda su trabajo. Un trabajo que hoy hemos aprendido exactamente en qué consiste, y que tiene mucho que ver con el de un director de cine, aunando la creatividad del fotógrafo y de la modelo, pero también decidiendo la ropa, los escenarios, los complementos, y todo ello coordinado con el director de arte de la revista para la que trabajan, porque el resultado final... aparecerá maquetado e impreso en páginas de papel. "Tenemos que dar varias opciones a quienes después maquetan las páginas", nos detalla el fotógrafo, "planos medios, primeros planos, formatos horizontales o verticales... tenemos que conseguir una buena serie de imágenes".


"Tienes que ponerte así, llevas una camisa de hombre"

Más y más fotos

Malibrán muestra a la modelo en el proyector cómo están quedando las fotos

La modelo, con el primer cambio de ropa, ante la atenta mirada de los alumnos

Contar una historia, al final todo el periodismo gira en torno a ese núcleo, sea de moda, de política (no, de política mejor casi que no, a ver si acaba este infierno de repetitiva campaña), de deportes... contar una historia. Y se desconecta misteriosamente un proyector de luz al mismo tiempo que deja de dispararse el flash, sobre la pared en vez de foto se proyecta un rectángulo negro. "Acabamos de perdernos la mejor foto, la buena", anuncia Malibrán con su sempiterna sonrisa. La estilista no sonríe, incluso se enfada conmigo cuando pregunto acerca de la imagen frívola que a veces se tiene del mundo de la moda y decide ni contestarme en público. Después nos reconciliamos con una cerveza de por medio al terminar el acto, junto a las organizadoras Laura González y Beatriz Guerrero. Si ya hemos comentado en otras ocasiones lo que nos parecen estas jornadas que puso en marcha nuestro amigo y maestro Pedro Pérez en esta universidad hace más de diez años, en esta ocasión el éxito les ha desbordado. "Lo que se ha visto hoy aquí, no se había visto nunca en una Universidad", nos ha confesado el propio Pedro antes de despedirnos con un abrazo. Y es cierto.

Texto: Mario Benito. Reportaje gráfico: Luis Blasco

miércoles, 5 de marzo de 2008

Fotografía de moda: Realidad o ficción

En esa dicotomía se instala la fotografía de Moda. ¿Qué es? ¿Realidad o ficción? O una mezcla de ambas, según podemos entresacar de la segunda entrega de las XI Jornadas de Fotoperiodismo del CEU.

En la primera sesión, contamos con la presencia de un fotógrafo de prestigio, Luis Malibrán, que le ha disparado (fotográficamente hablando) a modelos, actores, cantantes, actrices, etc. Vamos, todo un profesional de reconocido prestigio. Un peso pesado.

Un momento de la charla de Luis Malibrán

La fotografía de moda, según Luis, es un mundo de fantasía, una fantasía que hay que trasladar al papel, pero con muchos toques de realidad. Fantasía porque hay que fabricar mundos a partir de la nada, la mayoría de las veces trucando la realidad. Y realidad porque buscamos fotografiar algo concreto, buscamos una emoción, transmitir un mensaje real. Y si es algo sorprendente, algo distinto, mejor que mejor.

Y para ello hay que buscarse las habichuelas, saber sortear los mil y un problemas que se plantean en la fotografía de moda y "convertirlos en retos". Un camino lleno de piedras, en ocasiones absurdas, que te puede llevar tres días a Budapest porque es más barato que hacer una sola foto delante de la Bolsa de Madrid. O intentar no fotografiar un vagón de Metro dentro de sus instalaciones porque ¡tienen copyright!".

Pero, ¿qué es importante para hacer una buena fotografía de moda? La luz, la composición, todo el apartado técnico es sin duda fundamental, como reconoce Malibrán, pero no es lo único. Ni siquiera "he notado el paso de digital a analógico en el resultado final", admite. Lo importante es tener un buen equipo detrás, saber lo que quiere el director de arte de la publicación ("para que no te estropee la foto") y tener las ideas muy claras, buscar un punto de vista diferente. Idea que se te puede ocurrir en el momento más peregrino, por ejemplo, una tormenta en medio de la M-30.

En las siguientes sesiones las jornadas contaron con la presencia de Javier Águeda, que habló sobre las posibilidades del retoque digital en la fotografía de moda (sí, un fotógrafo que reconoce que las fotografías en ocasiones se retocan), Arturo Elena, ilustrador que debatió sobre el proceso de ilustración de moda y, por último, Alberto Oliva y Norberto Angeletti, que nos comentaron la evolución histórica de la revista Vogue.

Mañana, y como colofón a esta edición de las jornadas de Fotoperiodismo, una sesión práctica de una producción de moda con el fotógrafo Luis Malibrán.

martes, 4 de marzo de 2008

Revistas de moda, creadoras de tendencias

Las revistas de moda han llegado a la universidad. Y no lo decimos porque no estuvieran ya presentes en las aulas, en los pasillos e, incluso, los despachos. Lo decimos porque hoy se han inaugurado las XI Jornadas de Fotoperiodismo del CEU, cita ya clásica, y que este año abordan el mundo de la moda y las revistas especializadas del sector.

Y para empezar a tomar medidas a este mundillo han acudido Magali Yus, responsable de Prensa de Moda de El Corte Inglés e Isabel Janer, Jefa de Estilismo de Accesorios de TELVA. Dos caras de una misma moneda.

Abrió fuego Magali, con un auditorio repleto, centrada en el papel del Gabinete de Prensa y las 10 cosas que realmente importan. A saber:

- Conocer a los medios y su forma de trabajar. Es decir, saber que las revistas de moda trabajan con hasta seis meses de antelación.
- Diferenciar entre comunicación y publicidad. Que se ceda un producto no significa que tenga que ser publicado, ya que no hemos pagado por ello.
- Personalizar la información. Cada medio tiene sus peculiaridades
- Prever los tiempos y el calendario. Conocer las distintas temporadas.
- Contar con herramientas adecuadas de trabajo. Showroom, photobook, etc.
- Apoyarnos en las campañas de imagen.
- Los viajes de prensa funcionan. "Siempre".
- Haz que se acuerden de ti.
- Los errores se subsasan, la libertad para crear puede ser un arte...
- Sé creativo.

Pero toda la ponencia se puede resumir en una cuantas palabras, casi un epitafio. "Para cualquier marca estar en la fotografía [de una producción de moda] es fundamental. Me muero por estar en una producción". Todo ello a pesar de, como decía Coco Chanel, "las moda pasan, sólo el estilo permanece".

Después de un breve descanso subió al estrado Isabel Janer, el otro lado de la moneda. Al mando del estilismo de accesorios de Telva, es la encargada de preparar las producciones con los productos que mandan gabinetes de prensa como el de Magali.

Basada en el papel del estilista, Janer ha desgranado la tarea multidisciplinar que desarrollan en las revistas estos profesionales. Desde "transmisores de tendencias", su principal función, hasta porteador de fardos, pasando por maquetador. Sí, por maquetador, porque a veces quieren hacer de maquetador, aunque "no siempre tenemos la última palabra por desgracia". Todo ello aderezado con una cuantas anécdotas del Mundo del Imprevisto, es decir, las producciones de moda: desde modelos que llegan con unos cuantos kilos en forma de embarazo y que el representante obvió mencionar, hasta lluvias imprevistas en zonas tropicales.

En definitiva, unos profesionales que a través de las páginas de una revista de moda ejercen una suerte de influencia en las lectoras de las revistas, que en el caso de Telva, no se dedican sólo a leer, sino que "escanean" concienzudamente. Una influencia en plan gurú. Porque los gurús nacen en los mundos desconocidos, complejos, difíciles de comprender. Como en la economía.




"Here comes the Hotstepper", de Ini Kamoze, la canción de la película Pret-a-porter, de Robert Altman.

Por la tarde, tomaron la alternativa Julia Alonso y Lupe García Tardón, maquetadora de Vogue y Directora de Arte de InStyle, respectivamente. Ambas hablaron sobre su experiencia en distintas editoriales, cómo están divididas las redacciones y cómo es el trabajo diario de unas publicaciones que trabajan con un desfase temporal importante. Y hablaron sobre la figura del Director de Arte, cordón transmisor entre el material gráfico que generan las producciones de moda y la publicación final en una revista.

lunes, 3 de marzo de 2008

Diseñario (VII)

Ni la disputadísima campaña electoral ha podido distraer al comité de expertos para que acudan a su cita semanal de los lunes y nos ofrecan una nueva entrega del Diseñario, ya sabéis, obra irreverente, colectiva y abierta a la participación de cuantos queráis aportar ideas a través de comentarios o de nuestro correo electrónico.




Contorneo. O "control + T", es la propiedad que tiene una caja de imagen o de texto por la cual empuja a las que tiene alrededor (izquierda, derecha, arriba o abajo, según se indique) un número determinado de puntos. Con esta propiedad se busca separar un texto de otro o una imagen de un texto. También se puede usar para dar forma a un texto. Por ejemplo: si ponemos una imagen de un balón en medio de dos columnas de texto y le damos contorneo, el texto adoptará el contorno (de ahí contorneo) de la pelota y se separará del mismo los puntos que le indiquemos. Normalmente suele utilizarse con siluetas de imagen, pero también se emplea mucho para dar blancos entre bloques de texto. Puede ir ligado al recorte de una imagen.
También suele ser el primer causante de los fallos en una maqueta. No en vano a la pregunta: "Sabéis qué le pasa a esto", se suele responder "has mirado el contorneo".
Segunda acepción: Movimiento de caderas brusco que hace saltar por los aires una letra "r" y con el que ciertas redactoras se aproximan a la sección de maquetación para buscar un cambio en su página que sin esa aproximación no tendría ninguna posibilidad de llevarse a cabo.

Corondel. Raya vertical que en tipografía se coloca para ayudar a separar columnas de texto. Cuando no existía corondel era costumbre llamar a ese espacio entre columnas "corondel ciego". Hoy día se le suele llamar simplemente "calle". O en algunos casos, lo blanco-de-en-medio-el-texto. El corondel es un elemento utilísimo que lo mismo separa que relaciona textos, fotos o ilustraciones. Y también es un rasgo de identidad. Últimamente está de moda llenarlo todo con corondeles, todo lo que veas blanco, ¡zas! allí cabe un corondel. El muy afamado Cases los utiliza por todos lados, hasta en los cantos de las páginas, si podéis comprobarlo los que dispongáis de microscopios. Y no se te ocurra quejarte, que te dirán que no entiendes, que si eres un antiguo, que si la elegancia... Osea, que sirven para todo... para vincular temas, para separarlos, para llenar blancos, para estar ahí puestas no se sabe muy bien porqué, para justificar rediseños millonarios... hemos llegado a leer que incluso para "no desperdiciar el papel" si en vez de rayitas se utilizan blancos.

Cuerpo. Las letras tienen cuerpo, un cuerpo que se puede tocar y que todos creen que se puede medir, ilusos. Porque el cuerpo es una contradicción, una paradoja, ya que se trata de una unidad de medida (en puntos didot) que no sirve para medir el tamaño de las letras, aunque tenga que ver, y en cierto sentido cuerpo y tamaño sean sinónimos, eso sí, para quienes no quieran profundizar en ello. Para quienes piensan que el cuerpo es el tamaño de las letras. Y no.
Esta curiosa incongruencia se debe a que los ordenadores han heredado, sin que les hiciera falta, una característica de los tipos móviles (aquellos que inventó Gutemberg, sí), que para los tipos móviles sí era necesaria. Estos tipos móviles son un paralelepípedo con un carácter grabado en una de sus caras, pero sin ocuparla por completo para garantizar así que no se pegan unos con otros entre línea y línea. Este pequeño espacio en blanco arriba y abajo de los caracteres se llamó "hombro", y al resto "ojo". Por lo tanto, el cuerpo es la suma del ojo, lo que realmente manchan los caracteres, lo que vemos de ellos, más el hombro, un blanco que no vemos, ni sabemos lo que ocupa porque es distinto para cada familia de letras, según haya sido diseñada. Es más propio hablar, pues, de un cuerpo 9 (que suele ser el habitual, décima arriba o abajo, para el texto base de los periódicos) de la familia Times, o de Helvética, porque seguramente ambos, del cuerpo 9, no sean iguales de tamaño. A igual cuerpo, las letras de palo, como la mencionada Helvética, "manchan más" y parecen más grandes. Tampoco se puede definir el cuerpo, como hemos visto en algún lugar, como la distancia desde el rasgo ascendente más alto hasta el rasgo descendente más bajo, porque sigue faltando el misterioso blanco del hombro. "Altura de la x" es otro cantar que no entonaremos aquí, en nuestra definición de cuerpo, porque no es pertinente, pero que se refiere a la altura de las minúsculas sin contar los rasgos ascendentes y descendentes, que debe ser uniforme. En 1978 hubo un intento de normalizar el sistema de medidas utilizando la altura de una "H" mayúscula como base para medir el tamaño de los tipos de letras, pero no prosperó. Sólo faltaría que tuviéramos una manera de medir que realmente midiera, cuando todos preferimos un sistema tan intuitivo como el que tenemos, donde los tamaños se suponen y necesitan de muchas pruebas impresas para determinarse. La consabida regla de que los caracteres en mayúsculas manchan aproximadamente dos tercios del cuerpo (y por lo tanto puede calcularse el cuerpo midiendo ¡con un tipómetro! los puntos de una letra (son más pequeños que los milímetros, ¿eh?) para luego sumarle un tercio de esa cantidad... bueno, pues eso, que lo que más certero de esa regla es precisamente la palabra "aproximadamente".
Si alguno ha llegado hasta aquí sin marearse lo más probable es que sirva para piloto de cazas o algo así, al resto sólo nos queda decirles que piensen en este enredo cuando crean que el cuerpo mide algo, porque el cuerpo sólo se puede tocar. Por nosotros, claro, ¡ay! de aquella redacción que permita a sus redactores modificar a su antojo el cuerpo de las letras para que les entre más o menos texto, como suelen pretender, porque entonces no saldrían dos páginas que parecieran del mismo periódico ni por casualidad.

Cursiva. Inclinémonos un poquito hacia la derecha. Un poquito más. Así, ahora somos tipos en cursiva. Bueno, en realidad seríamos lo que se ha denominado cursiva electrónica, ese horroroso efecto que consiguen los ordenadores tumbando y deformando sin más los caracteres en redonda. Porque la cursiva es algo más, es un diseño en sí distinto a partir de cada tipo de letra, inclinado sí, pero no deformado, queriendo ser escritura, distinto pero perteneciendo a esa familia, siendo otra versión.
Se denominan también itálicas (porque las primeras cursivas se concibieron y dibujaron en 1501 en Italia por el afamado tipógrafo Aldo Manuzio) y aunque parecen querer ser escritura manuscrita no deben emplearse en párrafos o textos completos, sino más bien en palabras aisladas que queramos destacar por alguna razón (por ser neologismos, o extranjerismo, o para que nos fijemos en esa palabra en concreto, por ejemplo). En la prensa española se utiliza la cursiva para titular los artículos de opinión desde que se le ocurriera tal idea al insigne creador del diseño original de El País, Reinhart Gade, en 1974 y no desde siempre por alguna especie de ley natural como muchos creen. No obstante, en La Vanguardia, se utiliza la cursiva en los titulares sin ningún criterio, exceptuando el capricho como criterio, porque en aquella ocasión rediseñística, el americano Milton Glaser quería "innovar".
Nunca se debe subrayar una cursiva, no por lo absolutamente horrendo del resultado, que también, sino porque resultaría una absoluta redundancia ya que al poner una palabra en cursiva en realidad lo que hacemos es subrayarla, pero de una manera elegante.


D

Despiece. Empezaron haciéndolos en las carnicerías y ahora los hacemos en los periódicos. Porque se trata de cortar, de desmenuzar, de hacer con las páginas lo que con la carne: trocearlas para que los lectores la coman mejor, ¿no?, a pinchaditas, esta por papá, esta por mamá. Un despiece es un apoyo, pero en realidad es también cualquier piececita que se desgaje de una información con el propósito de aligerar la página. Y un despiece es toda una página, tal y como se confeccionan en estos tiempos fragmentados, especialmente en los diarios gratuitos, donde cada información es apenas un cuadradito en medio de todo un puzzle de títulos, fotos, rayas, rayas, más rayas, fondos de color... y algo de texto, un poco menos, por favor. Y otro par de rayas más en cada par de apoyos.
Los diseñadores modernos están convencidos de que las páginas con apoyos y despieces de todo tipo y condición, muchos, son más bonitas y más difíciles de hacer, pero en realidad lo que resulta complicado es hacer una página atractiva y nueva con un sólo texto y una foto.

Entregas anteriores del Diseñario:
Diseñario (I): aire-anuncio.
Diseñario (II): apoyo-artistas.
Diseñario (III): bandera-blancos.
Diseñario (IV): blog-caja.
Diseñario (V): cajista-cícero.
Diseñario (VI): cintillo-confeccionador.