lunes, 2 de febrero de 2009

Diseñario (XLVI)

A pesar de su reclusión y apartamiento del mundanal ruido, esa senda que ya sabéis que siguieron los pocos sabios que en el mundo han sido, los miembros del comité de expertos de encajabaja encargados del Diseñario han vivido esta semana con la preocupación propia de las noticias que sobre el mundo de la prensa, y el mundo en general, se vienen sucediendo. Nos encargan que transmitamos un saludo cariñoso a todos aquellos que viven las peores consecuencias de la cisis económica que padecemos en esta nueva entrega de su obra colectiva sobre el diseño periodístico y la prensa en general, irreverente, en absoluto académica y abierta a vuestra participación.




Sumario. De manera general, sumario es "breve, resumido, reducido a poca extensión". En el ámbito jurídico son el conjunto de actuaciones que lleva a cabo un juez para investigar un presunto delito y que se plasman en un escrito. Escritos que aparecen después con muchísima frecuencia impresos en los periódicos, en todo o en parte, breves, resumidos pues, reducidos a la extensión propia de una noticia en este caso generalmente filtrada por alguna de las partes del proceso judicial.
De manera particular, en lo referido al diseño periodístico, sumario es también algo breve, resumido, reducido a poca extensión. Y si en la voz anterior ya mencionamos los problemas que tienen algunos con conceptos tan autodefinidos como "subtítulo", imagínense los malentendidos que ocasiona algo tan etéreo y ambiguo como "algo breve". Porque el sumario se diría que está concebido para confundir a quienes se enfrentan con la ingrata labor de hacer páginas de un periódico. Con quien más se le confunde es precisamente con el subtítulo, pero tenemos constancia de que se ha llamado sumario a cualquier cosa que pueda aparecer en una página, folio y fotos incluidos. Tampoco existe consenso entre un periódico y otro en lo que se refiere a qué es un sumario, constituyendo este curioso fenómeno una guía para saber en cuál trabaja cada cual.
La variante más extendida y aceptada, aquella que nosotros definimos aquí, es la del elemento destacado en medio de las columnas de texto o bajo una fotografía, compuesto en un tipo de letra mayor que el texto base y que destaca una frase o una idea de manera "breve", claro, a la vez que aligera visualmente el "peso" de toda la masa de texto. Existen dos tipos fundamentalmente: el que podríamos denominar tipo "perro rabioso", porque "muerde" las columnas, y el que no las muerde. ¿Qué quiere decir esto?, porque dientes no se le concoen a ninguno de los elementos que conforman las páginas. Pues que estos pequeños bloques pueden situarse entre dos columnas, restándoles espacio a cada una de ellas ("mordiéndolas"), o bien pueden situarse sólo en una, interrumpiendo momentáneamente el flujo del texto (causando "saltos" en el texto). Estos dos tipos de sumarios se asocian cada uno de ellos a dos teorías sobre cómo deben fluir las columnas de texto en una página. La primera, racionalista, muy informativa, con aspiraciones a seriedad y rigor incluso formales y orientada casi hasta el fundamentalismo en no dificultar la lectura de ninguna manera, no colocaría nunca un sumario que obligara a esos "saltos" en el texto, posiblemente no colocaría nunca un sumario aun con el consiguiente riesgo de "ladrillo" que esto supone. La segunda, aparentemente libre de prejuicios, preocupada por valores estéticos añadidos que atraigan a los lectores con un supuesto dinamismo, totalmente imaginario pero no por eso efectivo en ocasiones, busca a toda costa lugares donde romper las columnas de texto y, si los anteriores decíamos que llegarían al extremo de no colocar un sumario, éstos puede que se atrevieran a no poner texto.
Un último aspecto en relación con los sumarios es su función "comodín" dentro de cada artículo. Porque el sumario, o la falta de él, suponen más o menos texto; y como sobre su colocación e incluso su existencia ha quedado ya claro que no existe consenso y quedan al amparo de lo aleatorio y subjetivo, nunca falta aquel sin ganas o tiempo de escribir que quiere mucho sumarios "donde sea"; y el contario, a quien de natural le falta siempre espacio que no dudará en pedir, suplicar o exigir que le quitemos esos sumarios "porque no hacen ninguna falta".

Suplemento. Producto que se vende conjuntamente con un diario, y se presenta bien encartado o bien acompañándolo, y que como su propio nombre indica, le aporta un plus que el periódico no puede ofrecer. Los suplementos abordan temas en los que al periódico le interesa incidir, ya sea por estrategia informativa o económica, o las dos, que también viajan juntas. Son una manera de abordar informaciones de manera mucho más concreta y diferenciada de la línea habitual del periódico. Porque aunque los suplementos dependen del periódico, es importante que se diferencien formalmente de él, para que no parezcan una sección interior más.
Si un periódico se construye desde un férreo control de la jerarquía, el orden y la unidad, un suplemento constituye un pequeño campo abierto en el que las cosas que parecen imposibles en el día a día tienen cabida. Los suplementos son entidades unitarias, con estilo propio, que deben recordar a la matriz a la que pertenecen pero no deben tener miedo de diferenciarse en la forma, a atreverse con cosas nuevas, ya que en un suplemento importa casi tanto lo que se cuenta como el cómo se cuenta. La gran apuesta de los suplementos ha sido siempre la imagen, el arrevistamiento, un atractivo diseño y en gran medida el color, que el periódico hasta hace bien poco no podía ofrecer.
Los periódicos de hoy poseen infinidad de suplementos. En una especie de enloquecida carrera por colapsar los quioscos de España, las editoras se han lanzado en estos últimos años a hacer suplementos de casi cualquier disciplina existente. Raro es el periódico que no tenga suplementos de casi todo: los hay de motor, de deportes, de salud, de ciencia, de informática, de viajes, de vivienda (incluso ahora, que la última casa se vendió prácticamente hace tres años...), de religión, de naturaleza, de trabajo... tantos como posibles inquietudes tengan los lectores y allá donde algún anunciante tenga a bien rascarse el (hoy maltrecho) bolsillo. Pero el rey de los suplementos, en el que todos pensamos cuando empleamos esta palabra es el suplemento dominical. Pensado inicialmente para que el periódico del domingo fuera igualmente demandado tanto por hombres como por mujeres, ha ido evolucionando hasta convertirse en una especie de contenedor de magníficos reportajes, grandes propuestas de ocio y también, grandes propuestas de diseño. De hecho, las mejores cosas que se han visto en los últimos diez años en el panorama diseñil patrio estaban en los suplementos. El dominical de El País, el magnífico País Semanal (aun con sus últimos altibajos), el apabullante Metrópoli de El Mundo del siempre sorprendente Rodrigo Sánchez, incluso suplementos ya desaparecidos y añorados como el antiguo País de las Tentaciones o La Luna, han hecho las delicias de muchos de los que nos dedicamos a esto.
Un suplemento es lo más parecido a una revista que un periódico, de momento, puede ofrecer (salvo que seas La Razón que, directamente, te regala revistas entre semana). Quizás por eso, algunos de los personajes que los maquetan están bordeando peligrosamente la línea que separa a los periodistas de los artistas, mientras que otros pasaron la línea hace años y están enclavados, tras sus gafas de pasta, en ese terreno alucinógeno, diseñil y creativísimo en el que todo vale siempre que seas muy original y diferente. Ese terreno del que no hay vuelta atrás, y en el que te miran por encima de la montura, como si les dieras pena, mientras defienden el equilibrio de los blancos de una página con argumentos tan peregrinos como la atracción de la madera, el factor de repulsa del cristal y cosas parecidas. Un mundo en el que cuanto más rara sea la excusa de la página, más aceptación tienes. Porque si maquetas un suplemento y haces cualquier barbaridad, con dar una explicación ininteligible solucionas el problema la mayor parte de las veces. Se te quedan mirando así, somo si quisieran comprobar que les estás tomando el pelo, y cuando tu o mueves un músculo de la cara tras haber dicho que esa página va así porque hay que respetar la periodicidad de las primeras cuatro páginas pares, te dicen: "Bueno, tú eres el que sabe..." Anda, intenta hacer lo mismo en un periódico, verás dónde te manda el responsable de una sección cuando intentes alguna triquiñuela parecida. Alguna ventaja tenía que tener estar rodeado de artistas, conceptos y abstracciones.


Entregas anteriores del Diseñario:

Diseñario (I): aire-anuncio.
Diseñario (II): apoyo-artistas.
Diseñario (III): bandera-blancos.
Diseñario (IV): blog-caja.
Diseñario (V): cajista-cícero.
Diseñario (VI): cintillo-confeccionador.
Diseñario (VII): contorneo-despiece.
Diseñario (VIII): Didot-doble.
Diseñario (IX): Edicomp-encajabaja.
Diseñario (X): entradilla-estilo.
Diseñario (XI): familia-firma.
Diseñario (XII): folio-fotografía.
Diseñario (XIII): Franklin Gothic-fuente.
Diseñario (XIV): fusilar-Garamond.
Diseñario (XV): Gótica-grotesca.
Diseñario (XVI): Gutenberg-huérfana.
Diseñario (XVII): ilustración-información.
Diseñario (XVIII): interletraje-justificado.
Diseñario (XIX): kerning-lector.
Diseñario (XX): legibilidad-línea de base.
Diseñario (XXI): linotipia-luto.
Diseñario (XXII): Mac-mancha.
Diseñario (XXIII): mancheta-maquetador.
Diseñario (XXIV): margen-medianil.
Diseñario (XXV): Milenium-monstruo.
Diseñario (XXVI): negrita-noticia.
Diseñario (XXVII): Ñ-ñoño.
Diseñario (XXVIII): ojo-ordenador.
Diseñario (XXIX): P&J-paginero.
Diseñario (XXX): palo seco-párrafo.
Diseñario (XXXI): pata-PC.
Diseñario (XXXII): periódico-Photoshop.
Diseñario (XXXIII): Pi-pie.
Diseñario (XXXIV): píxel-prototipo.
Diseñario (XXXV): publicidad-punto.
Diseñario (XXXVI): Quark.
Diseñario (XXXVII): rasgo-recuadro.
Diseñario (XXXVIII): redacción.
Diseñario (XXXIX): redactor-redonda.
Diseñario (XL): rejilla-resolución.
Diseñario (XLI): revista-ritmo.
Diseñario (XLII): robapágina-rotativa.
Diseñario (XLIII): sábana-sangría.
Diseñario (XLIV): sección-serif.
Diseñario (XLV): silueta-subtítulo.

domingo, 1 de febrero de 2009

Crisis

Ha sido la última de las malas noticias sobre la crisis. La última que no va a ser la última. El jueves pasado nos sorprendía a todos la noticia, nada sorprendente, del cierre del diario gratuito Metro con la terrible consecuencia de que los 83 trabajadores que quedaron allí después del reciente expediente de regulación de empleo (el 40% de la plantilla, incluido su director, fueron despedidos, o "regulados", hace un mes) se quedan también sin trabajo. La empresa editora despide a todos sus trabajadores y cierra todas sus delegaciones en España anunciándolo el mismo día en que lo lleva a cabo. En su página web continúan sin informar de nada a sus nosecuantos millones de clientes e incluso se permiten la frivolidad (o la indecencia) de mantener textos como: "Trabaja con nosotros. Si quieres trabajar con nosotros, como periodista o como repartidor del periódico, o en nuestras oficinas, mándanos tu currículum y detalla en el mensaje a qué puesto te gustaría optar y en qué provincia resides". Es el modelo modélico de empresa multiglobal del futuro, la que representaba el porvenir de la prensa con su eficacia y conciencia social nórdica... igual al modelo de empresa de siempre, de aquí y de allí, que ahora envía a TODOS sus trabajadores a engrosar las escandalosas cifras del paro de nuestro país. Escandalosas porque prácticamente duplican las de cualquier país de nuestro entorno, cifras que deberían hacer sonrojar a quienes se llenaban hace muy poco el pecho de aire y estiraban la cabeza para decir aquello de que "somos la octava potencia económica del mundo", y por tanto "nos corresponde" estar en el G-loquesea, entre los países ricos y desarrollados del planeta. Debe ser que las cifras del desempleo no sirven para medir la prosperidad de un país: cerca de un 15% de la población activa de España no tiene trabajo, y subiendo, cifra tercermundista porque un 7% supone una crisis gravísima en Estados Unidos, Francia, Alemania o Italia, con quienes queremos compararnos. Un 7% que de suceder en España, nuestros políticos no dudarían en calificarlo orgullosos como "pleno empleo, prácticamente". Tal vez por eso, porque somos el país del paro, la modélica empresa Metro cierra su filial española mientras que en otros países, a pesar de que también sufren pérdidas, no. En su Suecia llegan a acuerdos con otros para intentar sobrevivir. Al final va a resultar que las celebradísimas novelas policíacas del gran escritor sueco Stieg Larsson sobre los poderes políticos y económicos tendrán que dejar de considerarse ficción.

La última portada de Metro. Tema principal: una noticia ¡positiva! sobre la crisis



Al cierre del diario Metro, cuya noticia también trae consigo polémicas internáuticas sobre quién da antes la primicia, la exclusiva, o si me citan o no, polémica bastante inoportuna, hay que añadir las gravísimas dificultades del otro gratuito ¡Qué!, por el que Vocento pagó ¡más de 130 millones de euros hace año y medio! (causa por la que posiblemente tan inteligentes gestores se deben resistir a cerrarlo ahora, aportando así a la teoría económica una nueva causa para evitar el cierre de empresas con pérdidas y muy escasas perspectivas de futuro: la vergüenza). Vocento es editora también de ABC, diario con importantes pérdidas en ingresos publicitarios a pesar de que se recupera algo del descalabro de lectores sufrido hace un par de años. La pretensión del grupo Zeta de llevar adelante otro ERE (se está poniendo de moda la puta palabrita) para despedir a más de 500 empleados de una plantilla aproximada de 2.400, que afectaría, por ejemplo, a El Periódico de Cataluña. El cierre de Localia, la cadena de televisión local de Prisa, editora del diario El País, en el que se convocan y desconvocan huelgas, empresa con el lastre de una descomunal deuda de cara al futuro de la que ha intentado deshacerse hasta ahora sin éxito al no poder vender su televisión digital de pago. El cierre de El Mundo de Almería y de La Gaceta de Canarias, con el consiguiente despido de sus trabajadores, diarios que se distribuían conjuntamente con El Mundo aunque no pertenecían a su editora, Unidad Editorial, que como todos los grupos de comunicación, se ha visto afectada por la crisis publicitaria y propone negociar con los representantes de los trabajadores un importante recorte de gastos. El cierre aparentemente incomprensible y contracorriente de ADN.es... con el consiguiente despido de todos... porque aquí no recoloca nadie, ni siquiera macroempresas como Planeta (dueña de ADN.es y evidentemente de ADN, cuyo futuro es más que incierto). No se recoloca, decimos, aquí, todos a la calle. Los despidos en 20 Minutos a pesar de su liderezgo en el mercado de los gratuitos y su ascendente tercer puesto entre las webs periodísticas más visitadas en nuestro idioma. Y no sigo, no quiero ni mencionar el escenario internacional, escribo sólo de este país nuestro, de memoria, y seguro que alguna catástrofe más se me olvida, porque hoy es más cierta que nunca aquella frase célebre de que "escribir en España es echarse a llorar".


Contradicciones
Dicen de las crisis que suponen tiempos de cambio, de nuevas oportunidades, de renovación. Tal vez suceda con la que padecemos, pero de lo que estamos seguros es de que, en principio, lo que provocan es miedo y, después, lo que ponen de manifiesto son contradicciones. No es necesario reflexionar mucho para que nos demos cuenta de que los medios impresos que iban a salvar la prensa escrita, los periódicos gratuitos, están siendo precisamente los primeros en desaparecer. Su modelo de negocio es el más frágil al depender de una sola fuente de ingresos, la publicidad, que es lo primero que recortan todas las empresas anunciantes cuando aparece una crisis, unido a que sus costes de producción son tan elevados como los de los periódicos de pago: sus redacciones son mucho más baratas, con el consiguiente efecto en el resultado de lo que publican, pero la impresión y distribución de tantísimos ejemplares es muchísimo más cara. Ahora nos lo explican los gurús especialistas en acertar lo que ya ha sucedido, los mismos especializados en fallar lo que va a suceder porque fueron ellos los pronosticadores de este modelo de futuro que desplazaría a la prensa de pago.

Otra contradicción, cuya explicación guruística estamos esperando, es el cierre de portales informativos de internet como el de AND.es, mientras que la empresa mantiene abierto el diario en papel. Porque las páginas web dependen, exclusivamente, de la publicidad. Esa que ha disminuido brutalmente. Es razonable suponer que crecerá en el futuro, porque crecerán los accesos a internet, y porque la crisis terminará. Sí. Terminará. ¿Serán para entonces rentables y autosuficientes los medios online? ¿O rentables para hacer el periodismo de calidad que todos esperamos? Porque ahora no lo son y viven todavía de sus medios en papel, aunque la tendencia es la contraria. El debate está abierto, excepto para los futurólogos, tantos hace poco, ahora algo escondidos. La decisión de Planeta con ADN resulta pues, enigmática.

La tercera es el anuncio de la desintegración de la integración de redacciones. Cuando todo parecía claro, cuando en la bola de cristal todos vieron redacciones integradas con periodistas multipringados, quiero decir multimedia, pero que lo vieron clarísimo, vamos, ¡con estos ojitos! Cuando los que no habían hecho los deberes a tiempo al no tener fusionadas sus redacciones y por consiguiente lo iban a pasar mal, muy mal, seguro vamos... llega entonces 20 Minutos y anuncia la separación de sus redacciones de internet y de papel siguiendo la estrategia de su compañía matriz noruega. ¡Precisamente un modelo de integración desde hace años y cuya página web ha crecido espectacularmente! Pues como no sea para despedir después a la mitad de los segregados y cerrar el diaro de papel con ellos... otro motivo no aciertan a explicarnos. Porque ahora es positivo precisamente lo contrario de aquello que era positivo antes. Son los tiempos cambiantes, claro, los que "nadie podía prever", ni siquiera los que viven de preverlo y siguen previendo.

En uno de los primeros post de este año mencionamos ya la crisis y os animábamos a encararla de la manera más combativa posible desde donde estemos cada uno y de la manera en que cada uno podamos. Es lo que intentamos nosotros, resistir, pelear y mirar hacia adelante. Un mensaje que somos conscientes de que resulta muy difícil para aquellos compañeros de profesión que se han quedado sin trabajo como los de Metro. Y somos muy conscientes de ello porque alguno de nosotros trabajó en el diario El Sol de Madrid por el que habíamos dejado nuestro anterior trabajo... y terminamos en el paro; después en La Información de Madrid... y terminamos en el paro, en aquella otra crisis, también brutal, de finales de los 80 y principios de los 90. Todos estamos inmersos en esta crisis, en mayor o menor medida. Nadie puede ver el futuro y quien lo afirme, o nos engaña, o se engaña a sí mismo. El presente está lleno de contradicciones. Desde encajabaja queremos mandar un abrazo fuerte y nuestra solidaridad a la gente de Metro, a todos aquellos que han perdido su puesto de trabajo en estos días. Si de verdad esta crisis tiene al final algún lado positivo, supone una renovación, un cambio y nuevas oportunidades, estamos seguros de que tarde o temprano (ojalá cuanto antes) toda esta gente, tan preparada, podrá y sabrá aprovecharlo. Suerte y ánimo.

viernes, 30 de enero de 2009

Weekend

MADRID

'Atrapados en el hielo'. A comienzos del Siglo XX, Ernest Shackleton se propuso cruzar la Antártida. El agónico y frustrado intento de lograr su meta dio lugar a la mayor epopeya polar de todos los tiempos. Nunca tuvieron éxito, pero su fracaso fue, en realidad, la gran victoria de su vida. "Se buscan hombres para expedición arriesgada. Poco dinero, mucho frío, largos meses de completa oscuridad, peligro constante, retorno dudoso y honor y reconocimiento escaso de éxito." Este era el anuncio al que respondieron unas 4.000 personas. La mayor epopeya polar de todos los tiempos fue vivida por una tripulación de 28 hombres a bordo del 'Endurance'. Shackleton, quien ya había intentado conquistar el Polo Sur al lado del Capitán Scott en 1903 y había fracasado, intentaba esta vez cruzar la Antártida desde el mar de Weddell al mar de Ross, 2.000 kilómetros del más frío, alto y ventoso desierto del mundo. Tras 17 meses a la deriva, el 'Endurance' quedó atrapado en los hielos de la plataforma del mar de Weddell. Finalmente, el barco fue engullido y triturado por los enormes témpanos helados. Los componentes de la expedición llegaron después de siete terribles días a la Isla Elefante en tres botes salvavidas. Después de casi año y medio habían vuelto a tocar tierra firme.

El ‘Endurance’, atrapado en la Antártida (Frank Hurley)


En la exposición que nos presenta el Jardín Botánico (Plaza de Murillo, s/n) con la colaboración de la Caixa Catalunya y el American Museum of Natural History de Nueva York podemos ver hasta el 22 de marzo las 169 fotografías en blanco y negro que tomó uno de los héroes de la expedición, el duro fotógrafo Frank Hurley de la considerada última exploración polar de la Edad Heróica.

Premio Luis Valtueña. Médicos del Mundo creó este premio "como un acto de rebeldía contra el dolor" que provocó la muerte de los cooperantes Flors Sirera, Manuel Madrazo, Mercedes Navarro y el fótografo de la agencia Cover que da nombre a este premio. 'La Casa Encendida' acoge la muestra de las imágenes tomadas por fotógrafos de todo el mundo hasta el 8 de febrero. Imágenes de desolación, miseria, chozas de paja, barro, campos de refugiados y muchos niños en las fotos: "Hay muchas miradas que nos preguntan. A ver qué les contestamos...", comenta Teresa González, presidenta de Médicos del Mundo. Hong Kong, Haití, Santo Domingo, la India, Nepal, la calle Montera de Madrid. En todos los lugares hay un lado terrible que los fotógrafos captan para dar muestra de que la miseria está en todas partes.

VALENCIA
Mingote. 18 pinturas, 90 dibujos, portadas, ilustraciones, guiones de cine y su trabajo desde los años 40 hasta la actualidad. ¡Qué más decir! Felicitamos a los valencianos que tienen la suerte de poder visitar en el IVAM hasta el día 17 de mayo una exposición sobre el genio nacido en Sitges (Barcelona), en 1919. Antonio Mingote, dibujante, escritor, académico de la lengua y periodista es el protagonista de esta muestra, dirigida por Leandro Navarro, comisario de la exposición en el IVAM sobre la figura de uno de nuestros más importantes viñetistas. Desde sus primeras creaciones en la mítica revista 'La Cordorniz' (1946), su primera viñeta en ABC (1953), hasta sus trabajos más actuales.

BARCELONA
Grabados. La Caixa es la institución cultural más importante de España y una de las cinco más poderosas del mundo con sus 500 millones de presupuesto anual. Ahora muestra en la capital catalana una selección de su espectacular colección de 4.000 grabados contemporáneos en la que participan 13 artistas mundialmente reconocidos por su dominio de las técnicas gráficas. Desde Robert Morthewell hasta Joan Hernández Pijuán. / ARTE Y SELECCIÓN

martes, 27 de enero de 2009

Periodiquerías (I)

Madrid (España, 2009) /Mario Benito





Nueva York (Estados Unidos, 2008) / Luis Blasco




Sevilla (España, 2008) / Javier Vidal




Enviadnos fotos de vuestras periodiquerías, de ese lugar en vuestra ciudad donde todavía se venden periódicos, y las publicaremos aquí. Si queréis.

lunes, 26 de enero de 2009

Diseñario (XLV)

Ni se han enterado de las polémicas. O si se han enterado, disimulan, porque aquí están de nuevo como si tal cosa el equipo de expertos de encajabaja a quienes encargamos hace ya la friolera de cuarenta y cinco entregas la redacción de este Diseñario, obra colectiva sobre el diseño periodístico y la prensa en general, irreverente y abierto a la participación de cuantos quieran aportar algo, amigos y críticos incluidos.




Silueta. Preocupación habitual en maquetadoras y en maquetadores metrosexuales. Se suele perder por pasar largas horas sentados ante el ordenador y por malcomer en la redacción, equipada como está de máquinas expendedoras de "comida".
En otro orden de cosas, la silueta es el recurso fácil para conseguir una página "bonita". La ejecución es la siguiente: se extrae de una foto al personaje que se quiere destacar. Se le deja sin contexto. Su figura aparece en la posición en la que le han pillado, rodeado de la nada. Flota en el aire, levita. En este etéreo estado se le sitúa en la página, a ser posible grande, derruyendo las columnas de texto con sus piernas, brazos o cualquier otra protuberancia. En numerosas ocasiones una silueta mal ubicada dificulta mucho la lectura y además la colocación del título, pie y demás elementos imprescindibles se convierte en una labor imposible, un puzzle diabólico.
Con esto no decimos que no haya habido grandes páginas elaboradas con una silueta como imagen gráfica protagonista, pero últimamente el uso y abuso de este recurso le está haciendo perder el valor que tenía. Mención aparte merece ese redactor que nos dice: "Hazme una página artística, ponme una silueta", mientras te entrega una foto de un medio plano de Madonna bailando en donde no se le ven las piernas. Si haces una silueta de esto, pareceras un mago cuando mete a alguien en una caja y divide su cuerpo en dos. Enhorabuena, tronco.

Símbolo. Es la forma que representa una idea o concepto abstracto. Un signo que da forma gráfica a un significado que todos hemos aceptado, por convención bien sociológica, cultural, etc. Dicho de otro modo, un símbolo es la manera de dar una forma a una imagen que valga, previo acuerdo, para todo el mundo.
Los símbolos dan formas simples a ideas complejas, aglutinan conceptos, identifican valores e incluso hacen que las personas nos identifiquemos en grupos (símbolos religiosos, o nacionales, por ejemplo). Hasta constituyen tipos de escrituras, como los jeroglíficos egipcios, o las runas nórdicas.
Con el auge de los ordenadores se fueron introduciendo tipografías de símbolos, es decir, tipografías formadas no por letras, sino por gráficos. No sirven por lo tanto para escribir textos, sino que incluyen imágenes, signos, ilustraciones y todo tipo de motivos gráficos o caracteres propios de lenguas extranjeras. Existen muchas y muy variadas, desde la clásica Symbol de Monotype, formada por símbolos matemáticos, de puntuación y caracteres griegos y que está instalada en prácticamente el 100% de los ordenadores del mundo, hasta tantas como la imaginación y la creatividad de los tipografistas puedan concebir.
Resultan muy útiles a la hora de introducir pequeños guiños gráficos en las páginas de los periódicos, por ejemplo. Os sorprendería la cantidad de caracteres de símbolos que se utilizan en una sóla página de periódico. Cada vez que vemos un bolito, un triángulo, una manita, un pequeño avioncito... estamos ante una tipografía de símbolos. Incluso hay rayas que en vez de pintarse están formadas por varios caracteres consecutivos de símbolos para poder manejarlo como si fuera un texto. Y es que al final, rindiéndonos a la evidencia, debemos constatar el tópico de que una imagen vale más que mil palabras, o trayéndonoslo a nuestro terreno, que un símbolo siempre destacará visualmente entre un mar de letras.

Subtítulo. ¿De verdad lo tenemos que explicar? Si llevas siguiendo este Diseñario habitualmente sabrás que es uno de los términos que se autodefinen ("sub" más "título", vamos, lo de debajo del título, concebido para leerse después del mismo y complementarlo aportando información). Insistamos, porque nos consta que hay periódicos que al antetítulo ("ante" más "título", lo de antes del título, la frase que se escribe encima del título) lo llaman subtítulo: el subtítulo es el elemento que dentro del bloque entero de titulación se sitúa inmediatamente debajo del título. Es posterior a él y, lo adecuado, es leerlo a continuación. Porque está concebido precisamente para complementarlo. En cambio, si eres un cultureta que sólo ve las películas en versión original y no tienes intención de dedicarte al diseño periodístico, subtítulo es la traducción de un título escrito en lengua foránea y la consiguiente traducción escrita que aparece en pantalla de todos los diálogos. Desajustada a veces, desincronizada, como también sucede a veces con algunos subtítulos en la prensa... que no se ajustan a lo que deben ser. En los títulos de reportaje, suele ser su función parecida a la cinematográfica porque se encargan de "traducir", o sea explicar, esas frases ingeniosas y cortas del título. Lo que no deben ser, en ningún caso, es una triste continuación de un mal título compuesto en una frase demasiado larga: pongo en el subtítulo lo que no me cabe en el título. Ambos elementos son complementarios, pero independientes.
Conviene aclarar que, a pesar del comienzo de nuestra definición, no todo lo que va debajo de un título debe denominarse por norma subtítulo. A veces, utilizando esquemas no demasiado ortodoxos ni generalmente aceptados en el diseño de periódicos se coloca una fotografía bajo el título, separándolo del texto. Pues bien, una imagen situada debajo de un título... no es un subtítulo.


Entregas anteriores del Diseñario:

Diseñario (I): aire-anuncio.
Diseñario (II): apoyo-artistas.
Diseñario (III): bandera-blancos.
Diseñario (IV): blog-caja.
Diseñario (V): cajista-cícero.
Diseñario (VI): cintillo-confeccionador.
Diseñario (VII): contorneo-despiece.
Diseñario (VIII): Didot-doble.
Diseñario (IX): Edicomp-encajabaja.
Diseñario (X): entradilla-estilo.
Diseñario (XI): familia-firma.
Diseñario (XII): folio-fotografía.
Diseñario (XIII): Franklin Gothic-fuente.
Diseñario (XIV): fusilar-Garamond.
Diseñario (XV): Gótica-grotesca.
Diseñario (XVI): Gutenberg-huérfana.
Diseñario (XVII): ilustración-información.
Diseñario (XVIII): interletraje-justificado.
Diseñario (XIX): kerning-lector.
Diseñario (XX): legibilidad-línea de base.
Diseñario (XXI): linotipia-luto.
Diseñario (XXII): Mac-mancha.
Diseñario (XXIII): mancheta-maquetador.
Diseñario (XXIV): margen-medianil.
Diseñario (XXV): Milenium-monstruo.
Diseñario (XXVI): negrita-noticia.
Diseñario (XXVII): Ñ-ñoño.
Diseñario (XXVIII): ojo-ordenador.
Diseñario (XXIX): P&J-paginero.
Diseñario (XXX): palo seco-párrafo.
Diseñario (XXXI): pata-PC.
Diseñario (XXXII): periódico-Photoshop.
Diseñario (XXXIII): Pi-pie.
Diseñario (XXXIV): píxel-prototipo.
Diseñario (XXXV): publicidad-punto.
Diseñario (XXXVI): Quark.
Diseñario (XXXVII): rasgo-recuadro.
Diseñario (XXXVIII): redacción.
Diseñario (XXXIX): redactor-redonda.
Diseñario (XL): rejilla-resolución.
Diseñario (XLI): revista-ritmo.
Diseñario (XLII): robapágina-rotativa.
Diseñario (XLIII): sábana-sangría.
Diseñario (XLIV): sección-serif.

viernes, 23 de enero de 2009

Walker Evans en Madrid

Granjero de Alabama, uno de los retratos más famosos de Evans.


En cierto modo nos recuerda un poco a Eugene W. Smith y a Robert Frank. No por el uso de una fotografía en blanco y negro realista, dura, que también. Sino por la temática en la que se centra Walker Evans: la vida cotidiana de sus conciudadanos, la mayoría de las veces injusta y descarnada. Por eso sus retratos se convierten en imanes, de los cuales no puedes escapar además sin una sensación de desazón.

Y estamos de suerte, no sólo por no protagonizar una de las duras imágenes de Evans, sino porque en la sala de Exposiciones de la Fundación Mapfre (Avenida General Perón, 40, Madrid) podemos disfrutar hasta el 22 de marzo de una amplia selección de sus fotografías. Más de un centenar de copias en gelatina de plata procedentes de la más importante colección privada de obras de este fótógrafo, que engloba todas sus etapas. Y, aunque estemos en tiempos de crisis y apreturas, tal vez podamos comprar el magnífico catálogo de la misma.

martes, 20 de enero de 2009

Algunas puntualizaciones

Hemos dejado pasar un tiempo relativamente prudencial para hacer algunas puntualizaciones sobre el rediseño de El Mundo, periódico en cuya sección de Diseño trabajamos algunos miembros de encajabaja. La perspectiva de los días es importante en casi todo, imprescindible en lo que al diseño periodístico se refiere.

La primera puntualización ya la hicimos cuando os mostramos el nuevo diseño la semana pasada indicando que os correspondía a vosotros juzgarlo. Parece obvio que sean los demás quienes tengan que valorar lo que uno mismo no puede hacer de manera objetiva, porque desde dentro no se puede ver igual que desde fuera. Además, hacía falta una mínima perspectiva de varios días, y cierta reflexión, ¿no?, elementos que no han tenido en cuenta la mayor parte de las críticas, virulentas, implacables y algunas desconsideradas hacia el trabajo de otros. Alguna de ellas incluso se diría que ya estaba escrita de antemano para que su autor, en cuanto el reloj nos llevó hasta las primeras horas del 11 de enero, apretase con saña el botón de "publicar comentario". ¿Era necesaria tanta prisa para juzgar un trabajo de meses que además pretende ser punto de partida desde el cual desarrollarse? Seguramente no, pero podemos estar equivocados y lo pertinente fuera denostar el rediseño de El Mundo lo más rápidamente posible porque la "desilusión" de los artistas era ¡tan grande!...

Precisamente con la decepción artística tiene que ver la segunda puntualización. Comprendemos que desde el punto de vista del diseño a secas, y no del diseño periodístico, el rediseño de nuestro periódico haya podido resultar decepcionante. No es espectacular, no está lleno de adornos... pero porque no quiere serlo ni tenerlos. Lo que lleva a desmentir a quienes desde la ignorancia, la falta de educación o la mala fe, juntas o por separado, lo han llamado "cobarde" o más finamente "poco atrevido". Cobarde es quien no se atreve a hacer algo porque le da miedo hacerlo, ¿no? Y El Mundo ha hecho LO QUE QUERÍA HACER en función de la información que quiere hacer llegar a sus lectores. Ni más, ni menos. No es un producto dirigido a diseñadores, más o menos artísticos. Y no se ha dejado de hacer algo novedoso porque sus responsables (que no somos nosotros, evidentemente) no se atrevieran (me parece que al director de El Mundo se le podrán hacer otras críticas, pero no la de que no sea atrevido...) sino porque quieren hacerlo así: un producto puramente INFORMATIVO dirigido a SUS lectores. El tiempo, y no críticas apresuradas desde planteamientos estéticos, algunos incluso ideológicos, establecerá si acertaron.

Esto nos lleva a la tercera puntualización, porque la anterior deja claro que nadie tuvo en mente hacer "propuestas innovadoras en el diseño periodístico" mundial, como reclaman desde nuestro blog amigo y vecino Quintatinta de Diego Areso, jefe de diseño del periódico madrileño Público. Mira Diego, alguno de nosotros vamos a tener que ir al médico, algo raro nos pasa porque en este 2009 que recién comienza empezamos a aburrirnos con lo de polemizar. No nos apetece, y mucho menos contigo porque sabes, y lo hemos manifestado tanto en público como aquí en encajabaja, que tenemos una gran consideración y respeto tanto a ti como a tu blog, pero nos quieres aclarar en qué, exactamente en qué, ha contribuido tu periódico -que sinceramente no deja de ser otro Cases más sin nada que no tengan sus magníficos diseños anteriores- en el avance y desarrollo del diseño periodístico mundial. Tenemos la impresión de que te va a resultar difícil mostrarnos algo de Público (el tuyo, el de Madrid, el de Portugal es otra cosa) que no se haya hecho ya antes. Lo de la "portada póster" o portada de revista, como se quiera llamar, se lleva haciendo desde comienzos del siglo XX, cuando los condicionantes tecnológicos lo permitieron. También podéis consultar en una hemeroteca lo que hacía Anson en ABC con su portada y luego, ideologías aparte, compararlo con lo que hacéis unos cuantos años después vosotros. No estamos seguros de que ni siquiera hayáis consegudio batir el récord mundial de rayas en una página que os debísteis proponer... si es que eso tiene algo que ver con el periodismo y cómo se diseña. Tal vez sí hay que reconocer que haber conseguido vender en un quiosco un diseño que para algunos es más propio de gratuito tiene su mérito. Porque el parecido, tema éste que tanto te gusta y con el que tantas bromas haces, de Público y ADN (anterior rediseño de Cases, claro) parece evidente, ¿no? O con The Independent cuando se transformó de sábana a tabloide en 2005, o con el croata de esa misma "cosecha" de final de 2007 Jutarnji list, o con el último rediseño de Clarín unos meses antes de la salida de Público, por poner algunos ejemplos más. ¿Pagáis vosotros también ese canon de fotocopia del que hablas cuando te refieres a nuestro periódico, Diego? ¿O por fotocopiar esas portadas americanas que tanto te gustan? ¿Algún derecho por "utilizar" las ideas de The New York Times para vuestros gráficos? Nada de esto impide, no obstante, considerar Público como un periódico con un diseño de muy alta calidad... como El Mundo, porque tal vez más que hacer algo nuevo de lo que se trata es hacer algo mejor.



Imagen de Chiqui Esteban, infógrafo del diario Público de Madrid durante su intervención en el "Tercer Encuentro de Comunicación Visual, Tendencias, Visiones e Inspiración" organizado por la Universidad de Salamanca el pasado 11 de diciembre. En este momento explica a los asistentes las bondades de "copiar", tal y como se ve en la proyección, para después confesar cómo desde su periódico se sigue muy de cerca lo que hace The New York Times. Junto a él el director de arte del periódico, Fernando "Rapa" Carballo. Estamos absolutamente de acuerdo con Chiqui y con su manera de rerconocer sin complejos lo que TODOS hacen y hacemos en el diseño, aprovechando ideas de otros e intentándolas hacer avanzar.


Lo que nos lleva a la cuarta puntualización. Los parecidos, "la copia" que hemos hecho de nuestra más directa competencia, o sea, del diario El País. ¿Desde el punto de vista de la estructura de las páginas? Tarde parecen haberse dado cuenta entonces algunos de esta "copia" porque la estructura de las páginas ha evolucionado desde hace unos meses, pero nuestro punto de vista es el de que nuestras páginas, teniendo cinco columnas como ellos y el mismo formato y estilo de periódico desde el comienzo, van un poco más allá en lo de buscar nuevas fórmulas al tradicional diseño modular, y no hemos hecho nada más que empezar. Lo que decíamos antes del director sobre la audacia vale también para el diseño, porque El Mundo ha sido de lo más rompedor -y premiado- del panorama nacional ¿no? A ver si ahora van a venir cuatro fundamentalistas del corondel y se van a colgar medallas que otros ganaron hace mucho tiempo. Nunca hemos tenido en El Mundo el encorsetado prejuicio de querer ser muy serios, más serios que nadie incluso en la forma, por lo que si alguien ha mirado con cierta calma se habrá dado cuenta de cómo se disponen títulos y fotografías ahora, de dónde se colocan los destacados, del tamaño de las imágenes, de un nuevo juego de equilibrios. ¿Desde el punto de vista tipográfico, tal vez? Porque resulta curioso que a tantos ojos tan avispados y tan críticos se les haya olvidado comentar que no hay ni un sólo tipo de letra del actual El Mundo que utilizara antes El País. En anteriores etapas, en concreto en la primera de todas, cuando menos nos parecíamos, entonces sí utilizábamos el mismo tipo de letra para todo el texto principal, la insuperable Times. Pero ahora, no. Que la Valencia -una variante de la Century- se parece a su nuevo tipo Majerit... nosotros veníamos utilizando Valencia y Century desde hace ya diez años. El texto principal no cambia, seguimos utilizando la impecable Imperial subida en un cuerpo y medio aproximadamente. Y en cuanto a la Neo, pues qué quieren que les digamos, que en El País no hay nada ni parecido. Por cierto, la crítica de Herminio J. Fernández en nuestro otro blog vecino y amigo Cuatro Tipos (de las más ponderadas y objetivas, tal vez porque él si pudo esperar al menos dos números para hacerla o porque nuestros títulos son en Valencia, ciudad donde escriben, en vez de en la "centralista" Majerit, nombre del que proviene la palabra Madrid), su crítica, decíamos, tiene toda la rázón cuando señala el desliz de nuestro periódico sobre la utilización de esta fuente porque no hemos sido los primeros como se decía en las páginas de presentación del rediseño (la utilizó antes el propio Herminio en Diari de Girona, y antes aún que él la utilizó al parecer Gara), un fallo que no debería haberse cometido porque, en definitiva, tampoco nos parece relevante el dato de quién la utilizó primero. Aunque no somos los responsables del contenido de esa página doble, entonamos el mea culpa por lo que nos toca.


Páginas actuales y páginas de hace un año (enero de 2008). Los cambios en la estructura de las páginas comenzaron a producirse este verano. Como puede apreciarse el cambio es radical... a pesar de quienes afirman que "tanto para nada", o "¿rediseño?". Parece ser cierto aquello de que no basta tener ojos para poder (o saber) ver. Y se pueden poner ejemplos todavía más espectaculares.


En lo que nadie ha encontrado parecidos es en la edición, nuestra siguiente puntualización. Posiblemente porque nadie ha reparado en ella, tan importante. Y es que el principal aporte de este rediseño reside en la edición de los temas. Lo sentimos por los que esperaban tipografías rompedoras, tramas imposibles, o colores revolucionarios. Lo realmente relevante de este rediseño consiste en la forma de preparar y presentar la información. El nuevo periódico apuesta por una edición de la información mucho más directa y ágil, potenciando la imagen, hasta el punto de convertirla, si informativamente lo merece, en la piedra angular sobre la que recae todo el peso de la página. Los temas ahora son más arrevistados, mucho más poderosos gráficamente, y los clásicos formatos modulares de composición se reservan para la cola de las secciones, de modo que el ritmo de las mismas (del que ya nos duele la boca de hablar aquí) es notablemente mayor y lo que es mejor, mucho más fácil de apreciar para el lector y de controlar para el maquetador. La lectura de las páginas también se reinventa, de modo que ahora se pueden plantear las composiciones tanto en vertical (preferiblemente en las páginas sencillas) como aprovechar la máxima horizontalidad que ofrecen las páginas enfrentadas, de enormes posibilidades gráficas. De esta manera la apertura de las secciones pasa a ser mucho más espectacular, para luego ir decreciendo en intensidad, jerarquía e información. En esta línea, unos breves marcarán preferentemente el final de las secciones, completando el ciclo informativo. Este nuevo modelo de editar la información, que tan exitosamente se ha ido desarrollando durante este pasado año en cuadernillos como los de los Juegos Olímpicos, la Eurocopa o las eleccciones estadounidenses, se traslada, ahora, a la totalidad del periódico. Por lo tanto, el cambio nos parece más que ambicioso. Y para nosotros, el equipo de diseño, formado por periodistas (con formación académica o con una amplia experiencia profesional en prensa), supone un reto mayúsculo. Porque se trata de centralizar y dar forma a toda la información del periódico, evitando esquemas clásicos y reconduciendo secciones que llevan años con rutinas de trabajo concretas, muy adaptadas a los modelos preconcebidos, las 1-3-1 o los 4-1. Todos estos cambios, en definitiva, están dirigidos a aumentar la legibilidad del periódico, a hacerlo mucho más moderno y atractivo para el lector. A nosotros, y no sólo a nosotros porque la recepción por parte de los lectores ha sido positiva, nos parece un cambio mayúsculo. Y nos sorprende que haya pasado desapercibido para tanto crítico, que se supone que sabe de lo que está hablando. Estamos convencidos que se debe a la impaciencia de muchas de las opiniones, que sin esperar a ver la evolución de las páginas, han saltado a criticarlas desde el primer ejemplar del domingo pasado. Si ahora, una semana después, esas mismas voces siguen manteniendo que no hay evolución en el periódico, les recomendamos urgentemente una visita al oftalmólogo. O que repasen los temas referidos a la identidad de un producto informativo cuando los estudiaron en la facultad (si es que no faltaron a clase entonces) o los aprendieron trabajando en una redacción (si es que no libraban ese día). Porque lo que sucede es que el periódico, habiendo cambiado, ha mantenido su identidad. "Me sigue pareciendo que leo El Mundo, aunque lo veo distinto", nos confesó una redactora con muchos años de experiencia profesional pero que de diseño afirma no saber ni una palabra. "Y eso me parece un acierto, porque El País, del que soy lectora desde hace muchos años, me lo han cambiado del todo. Ya no me parece estar leyendo mi periódico."




Dos ejemplos bastante ilustrativos del nuevo diseño de EL MUNDO. El cambio de concepto es, como podréis comprobar, total. Más moderno, más limpio, mucho más dinámico, en defintiva, mucho más apetecible para el lector. Entre este periódico y el de hace un par de años media un abismo. ¿De verdad no lo veis?


La última puntualización se refiere a la campaña de publicidad. No ha sido buena. No conocemos a nadie (y nos incluimos nosotros entre aquellos a quienes conocemos) a quien le haya gustado. No ha hecho llegar al público lo que realmente se proponía este proyecto y, además, ha generado un mito absurdo: "tanto ruido" para luego nada. ¡Pero cómo que tanto ruido! Pero si los anuncios en televisión han durado una triste semana. "Al igual que El País, tanto para nada." ¿Al igual que El País? Aquí no ha habido especiales en el periódico; ni blog explicativo antes, durante y después; ni el enorme bombardeo publicitario de hace aproximadamente un año; ni debates sobre un acento; ni estudio escocés de por medio, ni tipografía de encargo a un prestigioso tipógrafo portugués... El tanto ruido para nada es una falacia porque no es cierto que hubiera "tanto ruido". De la promoción tan sólo merece la pena destacar la magnífica película que se regaló a los lectores (de nuevo mención a Cuatro Tipos que son los únicos en reconocerlo y no ser pierdan ‘Primera Plana’, de verdad), una de las pocas promociones que en los últimos tiempos tienen algo que ver con los periódicos. Desde el momento en que se produjeron las primeras declaraciones del director, las reacciones de "a ver qué hacen" fueron ya desmedidas, se creó una enorme expectativa más por parte de la audiencia que del emisor. Y claro, tanta expectativa sólo podía resultar defraudada como ya manifestamos públicamente en la Universidad de Salamanca donde, sin que nosotros mencionáramos siquiera el tema, no dejaba todo el mundo de preguntarnos por él. No sabemos dónde está el "tanto ruido". Más en vosotros que en nosotros. Pero los fenómenos de la comunicación son a veces así, en la mayoría de los casos mucho menos controlables de lo que suponen los profanos. Por lo tanto, ¿de dónde sale ese tanto, tanto, para nada? Porque puede que sea nada, pero nunca hubo tanto.

En definitiva, que estamos inmersos en medio de un proceso difícil y fascinante. Os lo podemos asegurar. Un proceso que comenzó hace meses y que el 11 de enero dio un paso más, importante, mucho más importante y profundo que lo que se ha querido afirmar en comentarios apresurados y superficiales. Porque, además, la propuesta pretende ser un punto a partir del cual seguir desarrollando el periódico. Es difícil, muy difícil, porque para que salga bien debe implicarse toda la redacción en esa nueva manera de editar el periódico y quienes desconocen el interior de una redacción con ciertos años de rodaje no pueden saber de qué hablamos, ni entender el nivel de dificultad de lo que decimos. Pero vamos a intentarlo. A cambiar cada día, aunque sea sólo un poquito, como sucede y ha sucedido siempre en todos los periódicos vivos... y lo haremos hasta que podamos, hasta la última gota de tinta y el último trozo de papel.

Mario Benito y Javier Vidal