lunes, 23 de febrero de 2009

Diseñario (XLIX)

No se crean que el comité de expertos encargado de la redacción del Diseñario lo forma un grupo homogéneo, sin disparidades de criterio, en el que las tareas se reparten por igual y la vida apartada que llevan discurre como en el anhelado país de Jauja. Como en cualquier grupo humano, existen algunas disfunciones y no todos viven en el agobio del inexorable plazo de entrega. A pesar de eso, y de que las diferencias se solventan entre caballeros, es decir, a tiros y con padrinos de por medio, la sangre aún no ha llegado al río y eso les permite ofrecernos una nueva entrega, fieles a su cita semanal, de esta su obra sobre el diseño periodístico y la prensa, de carácter colectivo, irreverente y abierta a vuestra participación.




Tipografía. "La tipografía puede definirse como el arte de disponer correctamente el material de imprimir de acuerdo con un propósito específico: el de colocar las letras, repartir el espacio y organizar los tipos con vistas a prestar al lector la máxima ayuda para la comprensión del texto. La tipografía es el medio eficaz para conseguir un fin esencialmente utilitario y sólo accidentalmente estético, ya que el goce visual de las formas constituye rara vez la aspiración principal del lector”, así de contundente e incontestable define la tipografía el insigne Stanley Morison, a quien os presentamos aquí hace muy poco, en la voz correspondiente al tipo de letra Times, del que fue coautor. Ante definición tan redonda, incluida en la Encyclopaedia Britanica en Londres y Chicago en 1929 en la entrada de “tipografía”, y que sigue apareciendo hasta el día de hoy, poco más podemos, y sobre todo nos atrevemos a añadir. Tan sólo señalar que el término tipografía se utiliza en la prensa y las artes gráficas para definir distintas cosas: la primera es la tipografía entendida de manera general, tal y como la definió Morison, que englobaría el diseño completo de una publicación con la adecuada elección de los tipos de letra; la segunda se referiría al arte de diseñar los tipos de letra exclusivamente; y la tercera es un empleo tal vez incorrecto, pero muy frecuente, que es el de llamar tipografía al conjunto de tipos de letra de una publicación, e incluso a un tipo de letra concreto, así utilizamos una "tipografía" determinada, Times o Helvética por ejemplo, en vez de utilizar un "tipo de letra", como deberíamos decir. Pero queda más fino, y supuestamente profesional, decir eso de "yo prefiero esta (o aquella) tipografía".

Tipógrafo. Dibujante de letras. Gútemberg, Jenson, Aldo Manuzio, Garamond, Caslon, Baskerville, Didot, Bodoni, Stanley Morison, Eric Gill, Paul Renner, Max Miedinger, Jan Tschichold... todos estos nombres (y muchísimos más, claro) deberían ir en negrita, según determina nuestro libro de estilo, pero ya dijimos que la negrita servía para destacar una palabra. Si lo utilizamos para todas, entonces no destacamos ninguna y sólo creamos una mancha negra, difícil de leer, inaceptable para cualquier tipógrafo.

Tipómetro. Artilugio de medición (en cíceros, puntos, milímetros, picas, etc.) similar a una regla que algunos aseguran haber visto habitualmente en las redacciones de los periódicos hace unos años. Ahora, como el lince, es una especie en extinción y se cuentan con las manos de los dedos los periodistas que tienen uno en su poder, el cual guardan bajo siete llaves como si se tratara de la fórmula para el elixir de la eterna juventud. Sin embargo en las facultades de periodismo (por lo menos en algunas) su existencia ha proliferado gracias al micro hábitat de modernidad que impera en estos templos del conocimiento. Su origen se lo debemos a un tal Martín Domingo Fertel (francés él) y con él podemos medir el tamaño (cuerpo) de las letras (cuando son grandes), la interlínea, la dimensión de las columnas, etc.

Título. Esencia de noticia. Primer nivel de lectura. El elemento textual de mayor cuerpo y "peso" tipográfico de cuantos componen una noticia, por eso lo reconoceréis.

Track. Si no tenemos nada que ver con el mundo del diseño, lo primero que nos viene a la cabeza al ver la palabra "track" son los primeros reproductores de CD que te iban cantando "track 1", "track 2"... según iba avanzando el CD. En este contexto era la "pista" que se estaba reproduciendo.
En el campo en el que nos movemos, primero tenemos que explicar que cada vez que un diseñador crea una publicación se plantea el tipo de letra que quiere para su texto. Por ejemplo, para el párrafo general va a elegir una familia Times, un cuerpo 9 y una interlínea 10. Considera que ésta es su elección, pero el espacio que hay entre las letras ("A" y "V", "I" y "L") es demasiado ancho. Entonces manipula las condiciones de párrafo y las condiciones de texto para juntar o separar las letras, números y signos de puntuación que quiera. Una vez hecho todo esto, tiene su letra perfectamente definida.
Entonces llega el redactor y empieza a escribir. Y escribe. Y escribe. Y de repente le sobran 20 líneas. Y utiliza el "truco" que algún maqueta simpático le ha enseñado: comprimir el track (antiguamente, cambiar el set). Juntar las letras. Y, sin tener ningún reparo, le aplica una compresión que más que juntar las letras, las funde. Y así, ni corto ni perezoso, entrega su página con todo, todo, lo que el quería contar... aunque apenas se pueda leer.
Cuando utilizamos el track, modificamos lo que quería como texto el diseñador de esa publicación. Estrechamos el espacio entre letras de los títulos, los sumarios, los pies, TODO. Utilizado con cuidado es una buena manera de ganar texto, pero siempre dentro de unos parámetros que, incluso, también te marca en ocasiones el creador del texto. En las últimas versiones de casi todos los programas de maquetación se les aplica un límite máximo y mínimo para que no se supere.


Entregas anteriores del Diseñario:

Diseñario (I): aire-anuncio.
Diseñario (II): apoyo-artistas.
Diseñario (III): bandera-blancos.
Diseñario (IV): blog-caja.
Diseñario (V): cajista-cícero.
Diseñario (VI): cintillo-confeccionador.
Diseñario (VII): contorneo-despiece.
Diseñario (VIII): Didot-doble.
Diseñario (IX): Edicomp-encajabaja.
Diseñario (X): entradilla-estilo.
Diseñario (XI): familia-firma.
Diseñario (XII): folio-fotografía.
Diseñario (XIII): Franklin Gothic-fuente.
Diseñario (XIV): fusilar-Garamond.
Diseñario (XV): Gótica-grotesca.
Diseñario (XVI): Gutenberg-huérfana.
Diseñario (XVII): ilustración-información.
Diseñario (XVIII): interletraje-justificado.
Diseñario (XIX): kerning-lector.
Diseñario (XX): legibilidad-línea de base.
Diseñario (XXI): linotipia-luto.
Diseñario (XXII): Mac-mancha.
Diseñario (XXIII): mancheta-maquetador.
Diseñario (XXIV): margen-medianil.
Diseñario (XXV): Milenium-monstruo.
Diseñario (XXVI): negrita-noticia.
Diseñario (XXVII): Ñ-ñoño.
Diseñario (XXVIII): ojo-ordenador.
Diseñario (XXIX): P&J-paginero.
Diseñario (XXX): palo seco-párrafo.
Diseñario (XXXI): pata-PC.
Diseñario (XXXII): periódico-Photoshop.
Diseñario (XXXIII): Pi-pie.
Diseñario (XXXIV): píxel-prototipo.
Diseñario (XXXV): publicidad-punto.
Diseñario (XXXVI): Quark.
Diseñario (XXXVII): rasgo-recuadro.
Diseñario (XXXVIII): redacción.
Diseñario (XXXIX): redactor-redonda.
Diseñario (XL): rejilla-resolución.
Diseñario (XLI): revista-ritmo.
Diseñario (XLII): robapágina-rotativa.
Diseñario (XLIII): sábana-sangría.
Diseñario (XLIV): sección-serif.
Diseñario (XLV): silueta-subtítulo.
Diseñario (XLVI): sumario-suplemento.
Diseñario (XLVII): tabla-teletipo.
Diseñario (XLVIII): texto-tipo.

jueves, 19 de febrero de 2009

Periodiquerías (II)





Bilbao (España, 2009) /Miguel Ángel Majadas






Resistencia (Chaco - Argentina, 2007) / Gustavo Flores






Múnich (Alemania, 2008) / Mario Benito




Miguel Ángel Majadas, periodista de vocación y algunos años ya de profesión, ha sido el primero de nuestros lectores en enviarnos la foto de una periodiquería suya, todo un clásico de Bilbao: el quiosco de prensa frente al Hotel Ercilla.
Gustavo Flores, jefe de diseño en el diario argentino El Litoral, profesor de diseño gráfico en el ISET (Instituto Superior de Educación y Trabajo) de Chaco y autor del blog Materiadiseno, lector que, como tiene que ser, nos ha criticado en algunos comentarios de artículos anteriores, nos envía también para esta sección una fotografía de "Sprint", su quiosco, en la para nosotros lejana ciudad de Resistencia, capital de la región de Chaco en el noroeste de Argentina. Paga al final de mes los periódicos y revistas que compra a diaro como él mismo cuenta en una entrañable entrada de su blog sobre esta periodiquería.


Enviadnos fotos de vuestras periodiquerías, de ese lugar en vuestra ciudad donde todavía se venden periódicos, y las publicaremos aquí. Si queréis.


Entregas anteriores de Periodiquerías:

Periodiquerías (I):
Madrid - Nueva York - Sevilla

martes, 17 de febrero de 2009

Igualdad de contrarios

Una y otra vez se muestran las similitudes entre periódicos con el mismo estilo de diseño, especialmente cuando coinciden las fotografías de sus portadas. Es el ejercicio fácil que llevamos haciendo desde hace años, nosotros también por supuesto, cuando uno se desentiende de los contenidos y repara sólo en la forma, a pesar de que los periódicos, insistimos una vez más, son productos informativos concebidos para ser leídos... más que contemplados. Nosotros, sin embargo, que no somos lectores normales sino contaminados por nuestra deformación profesional sí reparamos en estructuras, en formas, en tipografías, en colores. Por eso, si vamos un poco más allá de la típica jormada en la que El País y El Mundo llevan la misma foto de portada, podemos encontrar también curiosísimas coincidencias entre periódicos que, aparentemente nada tendrían que ver. Uno de derechas, otro de izquierdas. El más antiguo de los que se editan en nuestra ciudad, frente al más joven de todos.





Sin entrar en los contenidos (como suele hacerse en casi todas estas comparaciones, ¿no?) podemos observar un título principal de dos líneas ocupando todas las columnas en los dos casos, acompañado en los dos casos de su correspondiente subtítulo, al ancho total de columnas. En los dos casos la foto se da al ancho total de las columnas inmediatamente después de título y subtítulo. Fotografía que, en los dos casos, lleva su elemento textual calado. Debajo hay un faldón ocupando el ancho total de columnas también con distintos elementos, en los dos casos. En el de ABC con un módulo de publicidad y en el de Público con cinco temas distintos a diferencia de cuando solían apostar por uno. Por encima del título principal y justo debajo de la mancheta en ambos casos encontramos las correspondientes promociones, dos promociones en los dos casos, con sus respectivas imágenes en los dos casos también. ¡Igualdad de contrarios! Al menos en la forma, con las distintas tipografías como único elemento diferenciador, en estructuras iguales.

Desconocemos si el reciente cambio en la dirección de Público, en lo que podría llamarse un "relevo generacional a la inversa", tiene que ver con el hecho de que estén proponiendo cada vez menos la denominada "portada póster", en la que se apuesta por un solo tema con un enfoque esencialmente visual incluso cuando se utiliza sólo tipografía para desarrollarlo. Un tipo de portada que era una de las características propias del joven diario madrileño y de su diseño inicial, obra del prestigioso estudio Cases i Associats de cuyos trabajos ya os hemos hablado en varias ocasiones, y seguiremos haciéndolo, por su más que merecida importancia en el panorama del diseño periodístico, no sólo español sino internacional. Fue el propio Toni Cases quien nos comentó en Estepona que una de las principales apuestas de Público debía ser "una portada diferente a la del resto de periódicos para hacerse un hueco en los quioscos, apostar por un único tema, es su única opción".

El proceso degenerativo del que decía Ricardo Curtis que sufría todo rediseño, en muchas ocasiones más que degenerativo una propia evolución del medio, habría que puntualizar al pesimista Curtis; tal vez un enfoque distinto del nuevo director, Félix Monteira (58 años, 33 de ellos en el Grupo Prisa, miembro fundador de El País en 1976), para dar cabida a más temas en la portada en una concepcion que podríamos definir como más clásica o tradicional en la denominada "prensa de calidad"; o sencillamente que consideren que la actualidad tan llena de noticias de las últimas semanas merecen este tratamiento para volver después a sus portadas de tema único pueden ser la causa de este cambio.

Curioso y que nos puede hacer reflexionar sobre lo iguales que pueden ser a veces las cosas distintas. Porque, si probáis a poner tan sólo una columna de texto a cualquiera de estas dos portadas... es muy sencillo, se hace apenas en unos minutos, pocos, una columna de texto bajo el título y el subtítulo en la primera columna, cortando la foto por la izquierda y dejándola a cuatro columnas (en ABC, a cinco en el caso de Público).... a qué periódicos creéis que empezarían a parecerse ambos. Probad.

lunes, 16 de febrero de 2009

Diseñario (XLVIII)

Hay quien supone que tenemos contacto directo con ellos. Que podemos hablarles, ver sus caras, estrechar sus manos. Pero no es así. Ni siquiera sabemos exactamente dónde están y por eso los imaginamos recluidos en lo alto de una inaccesible montaña cuya cúspide está rodeada por un anillo de nubes. Son ellos, el misterioso y docto comité de expertos, quienes se ponen en contacto con nosotros, rigurosamente una vez por semana, para enviarnos cada una de las entregas de este Diseñario, obra colectiva sobre el diseño periodístico y la prensa, irreverente y abierta a vuestra participación.




Texto. La madre del cordero, el núcleo de la historia, el corazón que hace latir los periódicos, la razón por la que estamos aquí.
Podríamos definirlo como un conjunto de letras que unidas unas detrás de otras, con sus espacios, sus cifras y sus signos de puntuación, conforman el cuerpo de la noticia, la base de nuestro trabajo, la razón de ser de los periódicos. Porque es precisamente ese texto el que, ensamblado con cierto rigor y sentido, conforman las noticias, los reportajes, las columnas de opinión, las crónicas deportivas e incluso los breves.
Con los distintos tipos de textos conseguimos transmitir alegría, tristeza, ironía, enfado, preocupación, esperanza, todo un conjuntos de sensaciones con el simple gesto (para algunos, no tanto para otros) de unir una letra tras otra, una palabra tras otra, un párrafo tras otro.
Como uno de los elementos más que forman el diseño de una página es my difícil de medir: o es muy poco, o resulta excesivo (convirtiendo entonces la página en "ladrillo", "tocho" o "tocho infumable", según su abundancia). Son muy pocos, pues, los redactores que se muestran contentos con la cantidad de texto asignada a sus noticias y lo normal es que pidan más o menos mientras que "así está bien" es una rareza de las que se comentan y los viejos del lugar cuentan que sucedió una vez.
El texto, en cualquiera de sus formas, es, como venimos repitiendo en este blog, lo que hace que la gente compre los periódicos. El diseño puede ayudar, sin duda, puede y debe hacerlo más atractivo, más ligero, más fácil de leer visualmente, pero son los textos, bien escritos principalmente, los contenidos, los que hacen que los periódicos se acaben en los kioscos.

Times. En 1932 tuvo lugar lo que podríamos llamar el primer rediseño periodístico de la historia. Suponemos que antes de tan señalada fecha ya se habían hecho cambios en todos los periódicos porque basta con echar un vistazo a los diarios en distintas épocas para comprobar algo que para nosotros resulta evidente: los periódicos siempre están cambiando, como si fueran organismos vivos sometidos a la implacable ley de la evolución. Pero a diferencia de las continuas y progresivas modificaciones de las que hablamos, el lunes 3 de octubre de 1932, ¿fecha inaugural del diseño periodístico?, The Times de Londres apareció con un nuevo diseño obra del mítico Stanley Morison (con una "r", please) compuesto por primera vez en Times New Roman, tipo de letra diseñado específicamente para el periódico y para esta ocasión, inaugurando así una manera de hacer rediseños que han emulado muchos proyectos posteriores. Una versión de los hechos nos dice que un artículo de Morison, de 1931, criticando el diseño del periódico motivó que lo contrataran para rediseñarlo, pero lo cierto es que trabajaba ya para el periódico desde 1929 como "consejero tipográfico" y desde esa fecha presentó tres informes sobre la remodelación que finalmente llevaron a cabo.
La nueva letra fue bautizada con el nombre del periódico, tradición también que muchos han querido seguir, aunque ya la tipografía anterior del diario se llamaba de un modo parecido: Times Old Roman. Por eso nuestra Times fue "new". Es el único tipo de letra diseñado por Morison y tuvo que contar con la ayuda del dibujante del departamento de publicidad de The Times Victor Lardent puesto que él no era grabador de tipos, aunque dirigió todo el trabajo y supervisó cada carácter hasta que lograron lo que este inglés tradicional, vestido siempre todo de negro (hasta la correa del reloj) buscaba. Partieron de un tipo de letra ya existente, la magnífica Plantin de 1914, llamada así por estar basada a su vez en los tipos de letra romanos que Robert Granjon diseñó para la imprenta de Christophe Plantin en Amberes en el siglo XVI. Caracteres cuyas mayúsculas podemos seguir buscando en el tiempo hasta encontrarlas en los monumentos de la antigua Roma.
El tipo diseñado por Morison para The Times en 1932 es, posiblemente, el alfabeto con serif de más exito de todos los tiempos. El más utilizado, el más legible, en el que se escriben los documentos oficiales de los Estados Unidos desde 2004, presente por defecto en los dos sistemas operativos Windows y MacOs a pesar de que algunos lo rechacen por no estar diseñado específicamente para estos tiempos digitales, por supuesto el más "periodístico" de todos no sólo por la cantidad de periódicos que lo han utilizado y utilizan desde entonces sino porque parece adaptarse a cualquier elemento propio de una página de periódico de una manera asombrosa: insuperable en los títulos porque a pesar de ser estrecho y permitir muchos caracteres en cada línea, su ojo de gran tamaño le otorga una gran facilidad de lectura; a la vez que el texo base de la misma noticia no podía componerse en caracteres mejores que estos romanos de aspecto sobrio, objetivos como quieren ser las noticias, con los adornos justos en sus remates para que podamos leerlos sin reparar en ellos, sin que nada estorbe o distraiga, de proporciones perfectas, "libres de frivolidad" como los definió su creador y por ello tal vez denostados en estos tiempos frívolos hasta el exceso, el hastío y el aburrimiento.

Tipo. Puede ser cualquiera persona a la que no conoces lo suficiente como para llamarla por su nombre o aquella línea insubordinada, que siempre cuesta mantener, y que tiende de trazo recto a curva oronda, sobre todo cuando van pasando los años y los vas pasando sentado delante de tu pantalla amiga, la del ordenador.
Pero hablando de lo que nos corresponde, la palabra tipo proviene del griego typos, cuyo significado sería, más o menos, golpe o huella. En la antigua escuela de impresión los tipos (móviles) eran aquellas cajas de plomo en las que iban grabados los caracteres que, combinados hábilmente por los cajistas, componían la base que impresionaba el papel en combinación con la tinta. Por lo tanto, la huella resultante era el fruto de ese proceso mágico consistente en dar forma al significado o dicho de otra manera, de convertir la inmensidad blanca del papel en información editada y lista para ser leída.
La ciencia que estudia, crea y ordena los distintos tipos se llama tipografía. En ella, un tipo de letra es uno o varias modelos de letra que mantienen unas características formales comunes (lo que se llama también familia) No confundir con fuente, como ya hemos explicado en las voces anteriores de esta obra. Un tipo de letra incluye no sólo los caracteres ortográficos, signos de puntación, etc., sino que incluye también signos, símbolos y todo bajo un patrón común que los hace reconocibles como parte de ese grupo, como pasa en las mejores familias (la familia Times, por ejemplo, o la insuperable Helvética).


Entregas anteriores del Diseñario:

Diseñario (I): aire-anuncio.
Diseñario (II): apoyo-artistas.
Diseñario (III): bandera-blancos.
Diseñario (IV): blog-caja.
Diseñario (V): cajista-cícero.
Diseñario (VI): cintillo-confeccionador.
Diseñario (VII): contorneo-despiece.
Diseñario (VIII): Didot-doble.
Diseñario (IX): Edicomp-encajabaja.
Diseñario (X): entradilla-estilo.
Diseñario (XI): familia-firma.
Diseñario (XII): folio-fotografía.
Diseñario (XIII): Franklin Gothic-fuente.
Diseñario (XIV): fusilar-Garamond.
Diseñario (XV): Gótica-grotesca.
Diseñario (XVI): Gutenberg-huérfana.
Diseñario (XVII): ilustración-información.
Diseñario (XVIII): interletraje-justificado.
Diseñario (XIX): kerning-lector.
Diseñario (XX): legibilidad-línea de base.
Diseñario (XXI): linotipia-luto.
Diseñario (XXII): Mac-mancha.
Diseñario (XXIII): mancheta-maquetador.
Diseñario (XXIV): margen-medianil.
Diseñario (XXV): Milenium-monstruo.
Diseñario (XXVI): negrita-noticia.
Diseñario (XXVII): Ñ-ñoño.
Diseñario (XXVIII): ojo-ordenador.
Diseñario (XXIX): P&J-paginero.
Diseñario (XXX): palo seco-párrafo.
Diseñario (XXXI): pata-PC.
Diseñario (XXXII): periódico-Photoshop.
Diseñario (XXXIII): Pi-pie.
Diseñario (XXXIV): píxel-prototipo.
Diseñario (XXXV): publicidad-punto.
Diseñario (XXXVI): Quark.
Diseñario (XXXVII): rasgo-recuadro.
Diseñario (XXXVIII): redacción.
Diseñario (XXXIX): redactor-redonda.
Diseñario (XL): rejilla-resolución.
Diseñario (XLI): revista-ritmo.
Diseñario (XLII): robapágina-rotativa.
Diseñario (XLIII): sábana-sangría.
Diseñario (XLIV): sección-serif.
Diseñario (XLV): silueta-subtítulo.
Diseñario (XLVI): sumario-suplemento.
Diseñario (XLVII): tabla-teletipo.

viernes, 13 de febrero de 2009

Weekend

MADRID
La sombra. Nuestra colaboradora especial en el museo Thyssen-Bornemisza, María Benito, nos informa que el propio museo y la Fundación Caja Madrid acogerán hasta el 17 de mayo una exposición sobre uno de los elementos más abundantes e importantes de cualquier obra pictórica: 'la sombra'.

Desde el Renacimiento hasta el siglo XX, desde Picasso a Dalí, pasando por Rembrandt, Goya, hasta las fotos de Man Ray, Ansel Adams y un largo etcétera de genios de la pintura y la fotografía reunidos bajo 'el influjo' del libro 'Breve historia de la sombra' de Victor Stoichita.

'En pintura, nada da mayor realce a la luz que las sombras', frase adjudicada a Plinio el Joven que ha sido tomada como lema de esta muestra y en donde se pretende presentar el amplio espectro de implicaciones, problemas y soluciones suscitado por la representación de la sombra proyectada en el arte.


Salvador Victoria. La tienda de antigüedades y galería de arte Tiempos modernos no invita a la exposición del artista de Rubielos de Mora (Teruel) en la calle Arrieta, 17. Podremos ver una colección de superposiciones realizadas entre 1971 y 1988 de este artista ya fallecido (1929-1994).






BARCELONA
Meireles. La mayor exposición que se haya organizado nunca sobre Cido Meireles (Río de Janiero, 1948) y la que reúne obras que raramente se ven en los museos. Artista conceptual y creador de objetos que producen en el espectador una experiencia sensorial siempre fue muy crítico con los poderes fácticos de su país.

Desde el día 11 hasta el 25 de abril en el MACBA de Barcelona podremos realizar un recorrido por la trayectoria artística del pasado premio Velázquez. Prepárense para ver un 'anillo bomba' que aloja en su interior una cápsula de polvora comprimida, dotado de lentes que, si se acercan a la luz solar, hacen estallar el artefacto, hasta la inmensa habitación de 175 metros cuadrados de su instalción 'Através'.


En defensa de nuestro trabajo



No corren buenos tiempos para la prensa, ni en general para ningún sector laboral. Despidos, precariedad, apuros económicos, etc. Malas noticias que muchos emplean para hacer pagar sus errores al eslabón más débil de la cadena: los trabajadores. Desde junio, y según datos de la APM (Asociación de la Prensa de Madrid), han sido más de 600 trabajadores de los medios de comunicación madrileños los que se han visto afectados por ERES y despidos masivos en sus empresas. Y no termina ahí la cosa porque a ellos habrá que añadir los despidos previstos en Telemadrid (aproximadamente un centenar), los más de 90 anunciados en el diario gratuito Qué!, o el número indeterminado de los que se vean afectados en nuestra ciudad de los más de 400 del grupo Zeta en toda España. Por este motivo, unido al de la precariedad del trabajo de periodista, han convocado una concentración en Madrid para el próximo día 14. Bajo el lema "En defensa de la dignidad de los periodistas" piden a todos los trabajadores de los medios de comunicación que acudan a las 13.00 del sábado a la explanada que hay entre el Paseo de la Castellana y la calle Juan Bravo, bajo el paso elevado.

jueves, 12 de febrero de 2009

Un tipo que molesta

No hay medias tintas con Arcadi Espada, como con lo que suele merecer la pena. Lo que escribe este periodista catalán (Barcelona, 1957) te puede parecer brillante, un disparo de inteligencia en la boca del estómago, o una insoportable acumulación de erudición en lenguaje fragmentado, ininteligible a veces hasta impedirte llegar al final del texto. Me sucede esto último con alguna de sus columnas en el diario El Mundo, y lo primero con el último de sus libros, Periodismo práctico, que hoy os comentamos.

Un libro breve, pero muy denso; que debe leerse despacio. Y volverse a leer nada más terminar porque es un libro importante, posiblemente las reflexiones más lúcidas, inteligentes y originales sobre el periodismo que se hayan publicado en los últimos años. No apto para facultades de periodistas ya que generalmente se desprecia, se infravalora o directamente se olvida lo que nos dictaban allí, especialmente las lecturas "obligatorias", tal vez por un afán estúpido de emanciparnos del sistema de enseñanza para hacernos mayores, profesionales, expertos. Qué se yo.

Además, y a pesar de su título, es un libro que posiblemente le diga más cosas a quien lleve años ejerciendo esta profesión. A un estudiante pudiera no decirle nada a pesar de todo lo que dice porque los años de práctica ayudarán sin duda a saber escuchar lo que nos dice el periodismo práctico de Arcadi. O no.

Es un libro tal que si yo me dedicara a subrayarlo agotaría un lápiz sacándole punta cada pocas páginas. Pero nunca subrayo libros, ni los marco para siempre de ninguna manera, doblando esquinas de sus páginas, por ejemplo. En vez de eso, pego pequeños papelitos amarillos autoadhesivos y escribo sobre ellos, con lo cual agoté el taco y el libro de Arcadi Espada se asemeja ahora a un pájaro amarillo lleno de plumas, aunque en realidad de lo que está lleno es de preguntas. Busco una de ellas en el primero de los papelitos:

"¿Qué hacer con las intenciones? (...) Un periódico no debe publicar los planes de los terroristas. Con la intención de exhibir su perversidad contribuyen a hacerla efectiva." Afirmación, como muchas de las suyas, absolutamente controvertida frente a quienes sostienen, sostenemos, que debe publicarse todo lo que sea noticia. Hay que contar lo que sucede, condicionantes morales aparte... ¿siempre? Si lees a Arcadi comienzan las dudas. Como tiene que ser. O "¿qué hacer con los restos del monopolio? Durante los doscientos años de la época moderna, el periodismo ha debatido el conflicto social prácticamente en solitario. El Templo o el Aula nunca fueron gestores comparables. Pero la aparición de internet ha acabado con el monopolio. Blogs y todo tipo de foros discuten, promueven y actúan sin que intervengan en la ceremonia ni periodistas ni medios. La cuestión que queda por saber es si el periodismo perderá el monopolio de la selección de los hechos que deben imprimirse". Sin comentarios. Bueno, sí, al menos uno, porque Arcadi, a pesar de pertenecer a una generación anterior a la de tantos "blogeros", es uno de los periodistas que mejor ha entendido la red y que incluso construye su lenguaje periodístico a partir de ella, con esas frases cortas y cortadas, sentencias breves y directas. Su blog en la página web del diario El Mundo, El Mundo por dentro, es toda una referencia en la blogosfera periodística, y damos fe de ello ya que nuestra humilde curva de entradas se disparó de una manera espectacular con dos amables enlaces suyos... que desde aquí agradecemos, sin que ello sea la causa de que comentemos su libro e insistamos en su interés.

Interés sin dejar de divertirnos en muchísimas de sus preguntas, como la desternillante recopilación de textos económicos que nos ofrece en "¿Qué hacer con las inyecciones de liquidez?" para explicarnos que nadie nos ha explicado la crisis económica con palabras inteligibles. O casi nadie. En el apartado de la Tercera Cultura (o Cultura 3.0), proyecto al margen de este libro en el que participa Arcadi Espada que busca redefinir el concepto de cultura (sin la actual separación con la ciencia, por ejemplo), encontramos reflexiones sobre el "desvarío posmoderno" en los "intentos del nuevo periodismo de describir la realidad en términos de novela, porque la emoción del espectador no depende de la veracidad, sino de determinados códigos del relato"; un imperdonable y equivocadísimo alegato en contra de la música (es prácticamente imposible hablar de la música en general, para mal o para bien, estimado Arcadi. Posiblemente no hayas escuchado la adecuada); o de la propia ciencia, a la que alude como "lo veraz, único asunto que concierne al periodismo". "La única noticia" nos dice sobre la ciencia en este texto que busca la objetividad "científica" desde el más puro subjetivismo, desde la contradicción, única postura interesante e inteligente en este mundo confuso y caótico.

Entre mil y un "quiá", expresión anacrónica que parece gustarle en especial (es el nombre además de su actual columna fija en las páginas de opinión de El Mundo) y que salpica el texto cada pocas páginas, o líneas, podemos leer también "el futuro, en el periodismo, sólo puede tratarse de modo condicional. Pero el condicional se lleva mal con la propaganda (...) La única forma del condicional rechazable por eufemística (porque atenúa la ignorancia del periodista) es la que sitúa la probabilidad en el pasado: "El soldado habría matado a su enemigo". Sobre el pasado, un periodista está obligado a demostrar su competencia. A diferencia del futuro, donde la competencia es de los pitonisos". O cuando se contesta a sí mismo sobre "¿Qué hacer con el periodista ciudadano?: Primero reconocer que su emergencia ha acabado con el tradicional oxímoron. Pero en el uso periodístico de internet por personas que no son periodistas hay una gran novedad: el acceso directo de la fuente al medio. La fuente ya no precisa del intermediario. Para garganta profunda ya no es indispensable citarse con Woodward en el aparcamiento: le bastaría con un blog. Y a Woodward le bastaría con consultarlo cada mañana y chequear su veracidad. Desde la convicción de que en internet todo es mentira hasta que no se demuestre lo contrario, convicción que es otro de los grandes paradigmas mutados respecto del pacto de veracidad tradicional en los periódicos".

Quisiera terminar citando a Baruch, nuestro querido amigo tantas veces aquí mencionado, quien desde el otro lado del Atlántico difunde sus píxeles bonaerenses de Visualmente, para comentar brevemente cómo le conocí. Sucedió en un Seminario sobre Diseño periodístico en el que como ponente El Norbi hablaba, hablaba y hablaba en envolvente acento argentino proyectándonos desde su Mac portátil algunos de sus geniales trabajos. Yo estaba entre el público y Baruch nos hacía preguntas de esas que todos contestan "¡siiiiii!", o "¡noooooo!" con participativa docilidad. Todos, menos uno, que como siempre se empeñaba en llamar la atención contestando al revés. Me miró unas cuantas veces con esos ojillos como líneas rectas horizontales con los que parece imposible que llegue a distinguir nada alguien de mirada tan aguda y perspicaz como este fanático de Boca Juniors, y a la tercera vez que contesté al revés exclamó: "¡siempre hay un tipo que molesta!". Y no me molestó. Reímos, reí complacido con tan precisa definición de mi persona como bien corroborarán quienes me conocen desde hace mucho aunque Baruch, grande, acababa de conocerme y todavía no habíamos siquiera hablado. Pues bien, y salvando las evidentes distancias, también a Arcadi Espada, a quien no conozco en persona, me atrevo a definirlo como un tipo que molesta. Porque no escribe lo que sus comunicantes quieren que escriba sino lo que quiere escribir. En este caso un Periodismo práctico no sólo de imprescindibe lectura, sino de recomendable relectura. Incluso abriéndolo al azar por cualquiera de sus páginas llenas de preguntas... y respuestas.