martes, 30 de marzo de 2010

‘Avatar’ de diseño

Ya que nuestro último post nos situaba en pleno Hollywood con esa fantástica entrega monográfica de "Periodiquerías" a cargo de Gonzalo del Prado, desde allí regresamos con la sorpresa todavía a cuestas de no haber visto cómo la última película del peliculero mayor James Cameron, su publicitadísima Avatar (de un presupuesto casi secreto de unos 500 millones de dólares, la partida de márketing asciende a ¡150 millones!), se quedaba sin ganar todos los óscares ganables como parecía evidente antes de la entrega de premios. La industria no se ha premiado a sí misma, ni se ha rendido al todopoderoso poder del dinero en esta insólita ocasión, como se suele repetir cada año por estas fechas. Y a mí hasta me parece bien. Porque no me gusta Avatar, ni coincido con los planteamientos a los que podemos asociarla desde el punto de vista del diseño periodístico. Sí, eso es... Avatar es puro "diseñismo".


Ya hemos comentado alguna vez, y nuestro "Diseñario" recoge también este término que modestamente hemos acuñado, que el diseño periodístico no debe ser un fin en sí mismo, una propuesta estética ajena a los contenidos informativos, que maquetar la página de un periódico es informar y no decorarla, que se trata de editar contenidos informativos mientras que lo contrario es "diseñismo"... y no lo repetimos para molestar a quienes se molestan, sino sencillamente porque lo entendemos así. Que cada vez que hablemos sobre diseñismo alguien se enfade no es suficiente motivo para que dejemos de hacerlo, ya que como bien dice el gran Lobo "es parte de nuestro trabajo ser políticamente incorrectos".

Y esta película, cuyo espectáculo visual nadie cuestiona, bueno casi nadie, porque conocemos incluso quien no llegó a ver las tres dimensiones, nos lo ha vuelto a recordar con su despreocupación por contar una buena historia, con su enorme esfuerzo en tecnología y recursos financieros destinados a generar tan sólo grandiosas imágenes... que se convierten en un fin en sí mismas.


"En lugar de intentar recuperar el talento creativo de los guionistas televisivos para el medio cinematográfico, han optado por apostar fuerte por la generación de imágenes por ordenador", escribió Enrique Fiblas sobre Avatar antes de la entrega de los premios Oscar en ese nuevo medio digital de altísima calidad periodística que es FronteraD. El artículo, titulado "Avatar, el viejo nuevo mundo", continúa pocas líneas después afirmando que "resulta sorprendente que un proyecto que ha tardado 12 años en ver la luz carezca de un guión con al menos un ápice de garantías (...) El despliegue tecnológico permite unas imágenes que abruman en un principio por su espectacularidad. Pero sin un guión decente que les dé vida, pronto se desvanece la magia de ese mundo magníficamente recreado en algunas escenas, y se cae en una monotonía que convierte el metraje en excesivamente largo". Pues eso es ni más ni menos el "diseñismo".

Y lo más curioso para nosotros no es que haya sido su ex mujer Kathryn Bigelow quien se ha llevado los principales galardones dirigiendo la magnífica The Hurt Locker, una película sobre la guerra de Irak, sino que esa película ganadora tenga precisamente un gran guión escrito por Mark Boal, periodista norteamericano que estuvo en la zona del conflicto.


Fotografías de Mario Benito

La diferencia es que en el cine la cosa parece funcionar mucho mejor que en la prensa. Avatar se ha convertido a pesar de su superficialidad, o gracias también a ello, en una película que ha recaudado muchísimo dinero, no la más taquillera de la historia como se aventuran a escribir quienes repiten lo que les dice la productora sin hacer los correspondientes ajustes del precio del dinero (no tiene el mismo valor un dólar de Avatar que un dólar de Lo que el viento se llevó, que posiblemente siga siendo "la que más dinero ha ganado", como sabe cualquier estudiante de economía... y cualquier persona con sentido común). Y sin embargo, todavía no conocemos a ningún lector que haya esperado una cola para comprar un periódico con un diseño vacío de contenidos relevantes. Lo intentamos a comienzos de los 90 en el diario El Sol, pero su editor Germán Sánchez Ruipérez (el "amo de la burra" como él mismo se autodefinió) hizo perder varios miles de millones de pesetas a Anaya y al resto de los accionistas, y las exiguas ventas junto a una publicidad que tampoco pareció interesarse en el diseño por el diseño sin lectores nos cerraron un periódico que no llegó a cumplir el año y medio de vida.

Seguro que hay a quien pueda parecerle interesante el diseño y la imagen en sí mismos, independientemente de los contenidos periodísticos o de un guión inteligente, y que se entretengan así mirando colores y texturas y fondos y transparencias y blancos y rayitas, y tipos de letras, gentes como nosotros en todo caso, deformadas por nuestra profesión o con un interés especial en ello, pero no lectores comunes para quienes hacemos los periódicos, porque el "diseñismo" no es ni cine ni periodismo. El cine y el periodismo a lo que se dedican en realidad es a contar historias.

martes, 23 de marzo de 2010

Periodiquerías (XVII)

Nunca imaginamos cuando empezamos esta aventura llamada periodiquerías que viajaríamos para comprar prensa por tantos y tan variados rincones del planeta. Pero lo que nunca hubieramos podido adivinar es que íbamos a ser testigos privilegiados de toda una ceremonia de los Oscars, los premios por excelencia del cine americano. Y para los miembros de encajabaja, cinéfilos y mitómanos a partes iguales, ha sido un regalo inovidable. De hecho, nos ha hecho tanta ilusión, que hemos decidido dedicarle una entrega monográfica. El detalle se lo debemos a Gonzalo del Prado, compañero de profesión, buen periodista y mejor amigo.

Al fondo, la mítica alfombra roja vigilada por el tío Oscar.

Desde hace ya unos años, Gonzalo se encarga de la información de cine en los informativos de Antena 3 televisión. En estos años, ha tenido la suerte de conocer y entrevistar a muchos de los grandes del mundo del cine, los Spielberg, Scorsese, Hanks, Almodóvar, Amenábar, etc, etc... y de visitar los mejores festivales de cine del mundo, entre ellos, los Oscars, de los que está convirtiéndose en asiduo... Parte de esas experiencias las cuenta más en petit comité en su muy recomendable blog Bienvenido Mr. Blog de la web de informativos de Antena 3. Muy recomendable, no sólo porque sea nuestro amigo, sino porque siendo el cine un mundo de ferias y vanidades nos gusta su desapasionada aproximación a la materia: "Sólo soy un informador. De crítico tengo lo que cualquier otro ciudadano de a pie", comenta, con modestia, en su texto de presentación.



Los clásicos dispensadores de prensa americanos, tan cinematográficos.


En la ceremonia de este año, entre agotadoras jornadas de veinticinco horas más jetlag, tuvo el detalle de reservarnos este pedacito de Highland Avenue con Hollywood Boulevard, el mismo día de la ceremonia. En unas pocas horas, esas vallas ahora vacías, estarían rebosantes de curiosos a la caza de un autógrafo mientras las estrellas de Hollywood relucían en la roja alfombra del Teatro de los Sueños. Gracias a Gonzalo del Prado, encajabaja estuvo ahí antes que nadie para compartirlo con todos vosotros.


Encajabaja en los Oscars de 2010. Esto ya no hay quien lo pare....




Entregas anteriores de Periodiquerías:

Periodiquerías (I):
Madrid - Nueva York - Sevilla
Periodiquerías (II): Bilbao - Resistencia (Chaco-Argentina) - Múnich
Periodiquerías (III): Estambul - Praga - Nueva York
Periodiquerías (IV): Salamanca - Edimburgo - Tres Cantos (Madrid-España)
Periodiquerías (V): Lima - Bruselas - Mérida (España)
Periodiquerías (VI): Londres - París - Roma
Periodiquerías (VII): Las Vegas - Los Cristianos (Tenerife) - Alicante
Periodiquerías (VIII): Antigua (Guatemala)
Periodiquerías (IX): Berlín - Viena - Moscú
Periodiquerías (X): San Francisco - Puerto de Santa María (Cádiz) - Málaga - Newspaperman
Periodiquerías (XI): Lisboa
Periodiquerías (XII): Venecia - San Petersburgo - Osaka
Periodiquerías (XIII): Barcelona - Los Angeles - Buenos Aires
Periodiquerías (XIV): Kabale (Uganda) - Honolulu (Hawai) - Filadelfia
Periodiquerías (XV): Zaragoza - Gerona - Pamplona
Periodiquerías (XVI): Miami - Nueva Delhi - Lima

lunes, 22 de marzo de 2010

Parada técnica

Así han tenido la poca vergüenza en llamar los miembros del comité de expertos de encajabaja encargados de la redacción del Diseñario un pequeño parón en su labor infinita, empalmando el puente de este fin de semana con las vacaciones de Semana Santa, que han decidido tomarse por su cuenta y riesgo en las entregas de esta obra suya y vuestra... Parada técnica del Diseñario.

Que no cunda el pánico porque el Diseñario volverá, pues, después de este paréntesis en el que nuestros esforzados y anónimos diseñaristas recuperarán energías e inspiración el fin de semana del 10 al 11 de abril. Mientras, si se os pasó alguna entrega, aquí os incluimos los enlaces de toda la edición revisada y corregida del Diseñario 2.0. Ya sabéis, una obra colectiva, irreverente y abierta a vuestra participación, sobre el diseño periodístico y la prensa en general.





Entregas anteriores del Diseñario 2.0:

Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.
Diseñario 2.0 (XIX): Elzevir-empacar.
Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.
Diseñario 2.0 (XXI): enfrentadas-entrevista.
Diseñario 2.0 (XXII): enviado especial-exclusiva.
Diseñario 2.0 (XXIII): exposición-faldón.
Diseñario 2.0 (XXIV): fe de errores-fino.

jueves, 18 de marzo de 2010

Noche de cambios

A veces uno piensa que se hace mayor para otra noche toledana más. Que ya van unas cuantas y que tarde o temprano se acabará la magia, esa rara habilidad para recolocar todo a la que hay que lanzarse sin red y sin saber exactamente cómo hacerlo, ni el resultado final. Y sin tiempo, sin apenas tiempo porque son casi las once de la noche y ETA acaba de cometer uno de los errores más graves de toda su historia, si es que toda su historia no es otra cosa más que un error. Han asesinado a un policía francés en París, "puede que hayan sido miembros de ETA", sería la primera vez que sucede algo así, y así estaba la sección de España en ese momento... páginas que nunca llegaron a imprimirse:



Motivo por el cual necesitamos hacer cambios. Deprisa. No para un alcance, sino para toda la primera edición que estábamos a punto de cerrar, y que cerraremos muy tarde, pues, por mucha prisa que queramos darnos. Ganamos, de momento, media página; es decir, tenemos un poco más de espacio, precisamente el que está encima del 4x5 de publicidad. Allí recolocamos el tema de Hugo Chávez -que tiene otro de sus rocambolescos enredos con nosotros, en esta ocasión a cuenta de su supuesta ayuda a ETA, y por eso va bien aquí-, y añadimos en las tres primeras columnas una pieza de background con un mapita localizador del lugar del tiroteo, al principio era París, ahora se sabe que es "cerca" de París, a unos 50 kilómetros. En la otra página, la primera de la doble, situamos en la parte inferior toda la pieza con las 17 caras de los miembros de Segi más buscados y dejamos la parte superior para dar la noticia que nos está obligando a replantear casi todo.



Y más cambios. Porque nada más cerrar la primera edición tenemos la mala, malísima, costumbre de empezar a trabajar en la segunda... y aquí es donde en esta última noche toledana del martes al miércoles nos topamos con verdaderos problemas: ahora lógicamente hay que abrir la sección de España con el nuevo asesinato de esta banda terrorista, o de delicuentes comunes que roban coches a las afueras de París. Para ello es preciso recolocar el tema de apertura sobre el juez del 11-M en páginas interiores, con distinta publicidad además, y si se puede, que se tiene que poder, pues que los textos tengan la misma extensión que ahora no podemos cortar ni añadir, y nos reconviertes lo de ETA en una página doble de apertura, con distinta publicidad también a la que tenía antes pero los textos que sean los mismos, ya se sabe, una apertura para la que necesitamos a la fuerza una foto que no tenemos y al final tuvimos -fuimos, creo, los únicos en tenerla, pero esa es otra historia que no voy a contar-, y te quedas mirando todo aquello intentando pensar algo a la vez, o suplicando interiormente que llegue de nuevo la magia a tu cabeza y a tus manos, y así quieto y asustado escuchas que te apremian "y date prisa, que no tenemos toda la noche".



Además de esto, entre página y página, modifiqué la portada del periódico sin la presión añadida, eso sí, de tener que decidir cómo hacerlo porque de eso ya se encargar nuestro director. Un cambio más, en una noche de cambios...


miércoles, 17 de marzo de 2010

Periodiquerías (XVI)





Coral Gables - Miami (Estados Unidos, 2010) / Juan Fornieles





Nueva Delhi (India, 2010) / Carmen Martín





Lima (Perú, 2010) / Baltasar Montaño



Enviadnos fotos de vuestras "periodiquerías" antes de que todas sean iguales y se llamen iPad. Fotografiad esos lugares en los que todavía se venden periódicos, y las publicaremos en esta serie. Si queréis.



Entregas anteriores de Periodiquerías:

Periodiquerías (I):
Madrid - Nueva York - Sevilla
Periodiquerías (II): Bilbao - Resistencia (Chaco-Argentina) - Múnich
Periodiquerías (III): Estambul - Praga - Nueva York
Periodiquerías (IV): Salamanca - Edimburgo - Tres Cantos (Madrid-España)
Periodiquerías (V): Lima - Bruselas - Mérida (España)
Periodiquerías (VI): Londres - París - Roma
Periodiquerías (VII): Las Vegas - Los Cristianos (Tenerife) - Alicante
Periodiquerías (VIII): Antigua (Guatemala)
Periodiquerías (IX): Berlín - Viena - Moscú
Periodiquerías (X): San Francisco - Puerto de Santa María (Cádiz) - Málaga - Newspaperman
Periodiquerías (XI): Lisboa
Periodiquerías (XII): Venecia - San Petersburgo - Osaka
Periodiquerías (XIII): Barcelona - Los Angeles - Buenos Aires
Periodiquerías (XIV): Kabale (Uganda) - Honolulu (Hawai) - Filadelfia
Periodiquerías (XV): Zaragoza - Gerona - Pamplona

lunes, 15 de marzo de 2010

Diseñario 2.0 (XXIV)

Todos, y todos los miembros del comité de expertos de encajabaja encargados de la redacción de esta entrega del Diseñario, nos hemos sentido en alguna ocasión como se sintió, aquella noche en vela antes de dejar su casa para siempre, el pobre Mochuelo, ese personaje más real casi que nosotros a quien dio vida en una simple hoja de papel en blanco el muy grande Miguel Delibes, que esta semana nos ha dejado. Tristes pero llenos con esa sencilla sabiduría de las cosas cercanas y a la vez universales de este inmenso escritor y periodista, historia ya en vida de la literatura y nuestra cultura, autor de algunas de las mejores novelas escritas en lengua castellana, creador de personajes llenos de vida eterna porque llevan parte de lo que somos todos nosotros. "Milana bonita... ¡Quiá!"





Fe de errores. Aunque no lo creáis, hay mucha gente que lee lo que se escribe en los periódicos. Y os sorprendería la cantidad de lectores que llaman todos los días a la redacción, indignados algunos, incluso, para corregirnos la plana, precisar o puntualizar informaciones incompletas o imprecisas, por no decir absolutamente equivocadas. Ya puedes haber metido la pata en el titular más destacado de la portada o en el pie de foto de la página del tiempo, alguien llamará para apuntar su dedo acusador sobre el error.
Sabemos que en estos tiempos de inmediatez internáutica eso de sacar la pata una vez bien metida es cuestión de darle a la tecla de borrar, pero hubo una vez, hace no tantos años, en la que la relación de los medios impresos con sus lectores aún conservaba ciertas normas de urbanismo, de hacer notar que te importaba su opinión, de que el precio del ejemplar te daba derecho a cambiar las cosas... Eso sin contar con el contrato que se adquiere al imprimir, cuatricromía sobre negro, las informaciones. Esas informaciones que serán relevadas mañana, quedan en las casas, aunque sea para envolver pescado, no se las llevará el viento como a las caprichosas palabras de pretenciosos contertulios, ni pueden ser borradas a cañonazos furtivos como bandadas de píxeles, controlzetas mediante...
De ahí la razón de la fe de errores, pieza que afortunadamente no sale todos los días, sólo cuando te pillan a calzón quitado. Pieza que, voluntariamente, señala el error, lo reconoce y lo resarce en la medida de lo posible. Generalmente, nos referimos a cosas sin importancia, como el precio de algún suplemento o la edad del neurocirujano protagonista de la última página del periódico, cosas menores de fácil reparación... No queremos que penséis que la fe de errores sirve para hacer recapacitar a los periódicos sobre las barbaridades que se publican día sí, día no... que una cosa es equivocarse en una cifra y otra muy distinta hacer que un periódico recapacite sobre su línea editorial...
Tampoco hay que confundir la fe de errores con la fe de erratas que aunque se parecen no son lo mismo. La fe de erratas hace referencia a errores tipográficos, mientras que la fe de errores se refiere a meteduras de pata con sujeto, verbo y predicado. A errores completos, a nombres que no son, a citas que no se citan, a personas que nunca estuvieron allí... cosas así.

Ferro. Es una prueba de imprenta, de bajo coste, también llamada cianotipo, que se lleva a cabo mediante el contacto de una película con un papel muy basto y azulado (al parecer se utiliza un papel fotosensible que responde a la luz ultravioleta, y de ahí el nombre de cianotipo, que en griego clásico es más o menos "impresión en azul"), maloliente (como corresponde al vapor de amoníaco con que se revela) y de tacto horroroso, que casi da dentera. Es una prueba que se utiliza mucho más en revistas o libros porque se obtiene directamente de las planchas tal y como van a ser impresas, con las páginas ya impuestas, por lo que la prueba además de errores permite controlar la numeración de las páginas, que todas vayan en su orden correcto. El color no lo reproduce, es todo en gris sucio y azul. En los periódicos, hace mucho que no se ve un ferro auténtico, y decimos auténtico, porque todos los días nos suben de taller (taller siempre está abajo, como las calderas de las salas de máquinas) pruebas de impresora de cómo va a salir finalmente impreso el ejemplar que acabamos de terminar, pero en papel decente, a todo color y sin olores ni tacto repelentes... a las que tal vez por nostalgia siguen llamando "ferros".


Fino. Espacio blanco horizontal en la línea de texto de tamaño fijo, no variable en la justificación. Corresponde a la cuarta parte de un "cuadratín" (recordemos que un cuadratín mide el mismo número de puntos que el cuerpo en el que estemos componiendo el texto), y a la mitad del espacio denominado "media línea". Hay cuatro finos en un cuadratín, y por consiguiente, en un cuerpo 12, el ancho de esta medida horizontal sería de 3 puntos. Se utiliza en las artes gráficas para conseguir un espacio horizontal de una medida deseada y corresponde aproximadamente al espacio entre dos palabras, pero con una longitud determinada que no se ve aumentada o disminuida por necesidades de justificación. Se representa con un cuadrado partido por una línea horizontal y otra vertical (el cuadratín con un cuadrado, y la media línea con un cuadrado partido por una línea vertical). Desconocido prácticamente en los periódicos, y más aún desde la entrada de los programas de autoedición que si los tienen los esconden al igual que los cuadratines, es uno de esos pequeños detalles que hacen que las industrias gráficas se llamen precisamente artes gráficas.


Entregas anteriores del Diseñario 2.0:

Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.
Diseñario 2.0 (XIX): Elzevir-empacar.
Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.
Diseñario 2.0 (XXI): enfrentadas-entrevista.
Diseñario 2.0 (XXII): enviado especial-exclusiva.
Diseñario 2.0 (XXIII): exposición-faldón.

viernes, 12 de marzo de 2010

Adiós a Delibes

"Yo sé cómo se llaman las cosas... y llamo a las cosas por su nombre", así resumió hace ya tiempo, mucho, el maestro Miguel Delibes, periodista y escritor, cómo escribía. Y escribía así por culpa del periodismo. O gracias él... director durante varios años de El Norte de Castilla, diario de su Valladolid natal, donde vivía y en cuyo Ayuntamiento se ha instalado su capilla ardiente a la que ahora mismo se acercan centenares de vecinos y amigos para darle un cariñoso adiós. Porque Miguel Delibes ha muerto esta noche.



Mientras dirigía el periódico en una lucha diaria con la censura franquista, Delibes escribió algunas de las mejores novelas que se han escrito nunca en nuestro idioma. Con la humildad, la constancia y la hondura de los más grandes, posiblemente es el escritor español más importante del siglo XX, y uno de los imprescindibles de toda la historia de nuestra literatura, injustamente olvidado en los premios Nobel, un premio que se ha quedado para siempre sin la grandeza que él, con sencillez y austeridad castellana, le hubiera dado.

Se ha ido esta noche Miguel Delibes, periodista desde el principio hasta el final, y estoy casi convencido de que ha aguantado hasta que cerrasen los periódicos para no jodernos el cierre.