lunes, 31 de mayo de 2010

Diseñario 2.0 (XXXII)

No todo lo que no se ve, no existe. De hecho, el enigmático, contradictorio, genial y caprichoso comité de expertos nos han enviado un texto que requiere de vuestra participación para ser leído, porque existe, pero no se ve. Para ello, es necesario seleccionar la nada que aparece a continuación de la definición de invisibles en esta nueva entrega de esta obra infinita, irreverente, colectiva, abierta a vuestra pariticipación y, a veces, invisible, sobre el diseño periodístico y la prensa en general, llamada... Diseñario.





Invisibles. Así, en plural, modo en el que los programas de edición muestran los espacios que ocupan un carácter no impreso. Tanto en Word, como en Quark, etc., los invisibles son unos símbolos que indican si lo que tenemos delante es un espacio en blanco (con un puntito), o una sangría manual (una flecha orientada hacia el texto) o bien nos distinguen entre un salto de línea (una línea que apunta hacia abajo y a la izquierda, como la que aparece en las teclas ENTER) o un fin de párrafo (simbolizado con el famosísimo símbolo del calderón o esa especie de "p" invertida con dos trazos descendentes paralelos). Cuando hacíamos trabajos para la universidad en Word eran molestísimos, pero puestos a editar un texto son fundamentales. Porque es la única manera que tenemos de saber de un vistazo si lo que tenemos delante son dos espacios, o un track desmadrado, por ejemplo. O si hemos perdido definitivamente un texto para siempre o algún inútil ha pulsado la tecla enter del teclado numérico pensando que así se vuelve una línea. En Quark si eso fuera así, el invisible que aparecería en pantalla sería igual que el de la tecla ENTER grande. Pero no. Aparece una flechita apuntando hacia abajo, que quiere decir que acabas de saltar una columna entera... Esto es difícil de explicar a un redactor/a que está sufriendo una crisis nerviosa porque piensa que acaba de perder las últimas dos horas de trabajo... Los invisibles son así de útiles y porqué no decirlo, divertidos. Que las cosas siempre existen por una razón y no por capricho... Y conocer la razón última de las cosas te convierte en un ser poderoso en las situaciones límites...
En singular, todos nos hemos sentido alguna vez. Es esa peculiar sensación de que nadie de los que te rodea consigue verte, pese a que hayan tenido que pasar por encima de ti para alcanzar su objetivo. Hay quien lo enfoca positivamente y se debate entre utilizar su nuevo superpoder de invisibilidad para combatir el crimen o para cometerlo... Hay otros que no pueden asumir su insoportable transparencia, su deprimente incorporeidad y caen en el más oscuro de los abismos, donde todo el mundo es invisible...
Ser invisible es algo habitual en los trabajos de medio mundo, en muchas familias, incluso es algo inherente de algunas fases de la adolescencia, en las que nadie repararía en ti ni aunque te prendieses fuego en la puerta del instituto. Ser invisible es algo propio del periodo de formación, del paso de gusano a crisálida. El problema es que muchos llegan a la fase del capullo... y ahí se quedan, para siempre, en estado de capullo permanente... Aunque no hay que confundir los motivos de la invisibilidad. Hay ciertos invisibles que lo son por sentido común, por gran acuerdo general, por condescendencia con la especie humana... Y los hay que lo son contra su voluntad, deprimidos porque tienen tanto que ofrecer al mundo, y el mundo, injusto y mediocre, no les ve.
Las redacciones están llenas de estos invisibles, de los que la sociedad aísla, por lesivos, o de los que son injustamente excluidos. Muchos de ellos hacen trabajos fundamentales para que un periódico llegue a buen término. Profesionales ejemplares, que hacen una labor estoica y admirable y por la que nunca recibirán un aplauso ni una felicitación. Gente que nunca firmará un artículo ni aparecerá nunca en un staff, que se ha acostumbrado a hacer su trabajo y a no recibir más premio que su nómina y la satisfacción del trabajo bien hecho. Ese tipo de personas que nunca salen en las fotos, bien porque tienen esa capacidad vampírica de no impresionar la película, bien porque inexplicablemente, su cabeza saldrá tapada en cien de cien intentos fotográficos. O directamente, porque nunca se les invitará a posar con el resto de la redacción. Gente de documentación, de talleres, de impresión, del servicio de limpieza, mantenimiento, incluso el tipo que rellena las máquinas de refrescos y chucherías, que contribuyen a que nos demos un homenaje de andar por casa a altas horas de la noche para celebrar el último cierre complicado. Incluso muchos miembros de secciones como nacional, deportes, comunicación, economía, cultura e incluso maquetación, que durante toda su vida profesional han desarrollado un trabajo prudente, metódico y profesional, alejado de los artificios y pirotecnias de los flashes, los platós de televisión, las portadas y las reuniones de primera edición. Personajes casi anónimos que han recibido como premio a su desempeño la más desoladora indiferencia de casi todos sus compañeros y jefes… Gente imprescindible en el día a día, pero a la que sólo se la echará en falta el día en que falten, conscientes entonces, de la enorme injusticia que se ha cometido contra ellos. Invisibles. Profesionales que sustentan el día a día del periódico con su tran-tran diligente, con su abnegada y no suficientemente reconocida dedicación. Si de algo sirviera para restituir tantos años de injusta indiferencia, estas humildes líneas, admirados compañeros, van por vosotros.

Itálica. Letra cursiva. Italic, en inglés, de ahí la letrita "i" en combinación con alguna otra tecla de los programas de edición para dar este estilo a nuestros textos. Y van ustedes a permitirnos que el Diseñario cite al propio Diseñario como autoridad, porque como ya explicamos precisamente en la voz cursiva "recibe también el nombre de itálica porque las primeras cursivas se concibieron y dibujaron en 1501 en Italia por el afamado tipógrafo Aldo Manuzio". Reciben también el nombre... de manera teórica, porque en la vida real, a pesar de que el nivel de gilipollismo es tan insondable como el alma humana, sinceramente, todavía no nos hemos topado, al menos en la redacción de un periódico, con quien nos pida que le pongamos un texto "en itálica". Hasta ahí podíamos llegar.


Entregas anteriores del Diseñario 2.0:

Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.
Diseñario 2.0 (XIX): Elzevir-empacar.
Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.
Diseñario 2.0 (XXI): enfrentadas-entrevista.
Diseñario 2.0 (XXII): enviado especial-exclusiva.
Diseñario 2.0 (XXIII): exposición-faldón.
Diseñario 2.0 (XXIV): fe de errores-fino.
Diseñario 2.0 (XXV): flash-fondo.
Diseñario 2.0 (XXVI): fotero-fotón.
Diseñario 2.0 (XXVII): free-lance-freehand.
Diseñario 2.0 (XXVIII): galerada-grapa.
Diseñario 2.0 (XXIX): gritar-hemeroteca.
Diseñario 2.0 (XXX): hemorroide-hostias (darse de).
Diseñario 2.0 (XXXI): ilustrator-imposición.

jueves, 27 de mayo de 2010

Periodismo integrado (y II)

Os ofrecemos hoy la segunda y última entrega de "Periodismo Integrado. Convergencia de medios y reorganización de redacciones" cuyo título nos dice ya bastante de su contenido, escrito por Ramón Salaverría (doctor en periodismo por la Universidad de Navarra, donde es profesor titular y dirige el Departamento de Proyectos Periodísticos y el Laboratorio de Comunicación Multimedia -MMLab-, autor de varios libros sobre internet y periodismo, y editor del blog e-Periodistas, absoluta referencia en lengua castellana sobre medios de comunicación digitales), y por Samuel Negredo, alumno aventajado de Salaverría en esta Universidad, licenciado en periodismo y miembro del equipo investigador del citado Departamento de Proyectos Periodísticos. Obra editada por Toni Piqué, periodista, profesor de periodismo, coeditor del blog Paper Papers, codirector también de Cases i Associats y autor de la introducción al libro que no tiene una coma de desperdicio.
En la primera entrega de la semana pasada comentamos los primeros apartados del libro: "La tormenta perfecta" y "Las cosas por su nombre". Retomamos pues aquí la reseña en el lugar donde la dejamos.



El siguiente apartado del libro lleva por título "Resistencias a la integración" y en él se debaten las tensiones que genera el cambio de modelo en las empresas periodísticas, en concreto las tensiones entre las empresas y sus periodistas. Los autores destaca, y con acierto, que ningún periodistas se opone del todo a la convergencia porque "son conscientes de que sería como negar la existencia de la fuerza de la gravedad". Pero que sí hay quienes muestran reticencias, o están en absoluto desacuerdo, con la integración de las redacciones.

"El mayor reproche que se les imputa hoy a buen número de empresas periodísticas que, apuradas por las crecientes dificultades económicas que sufre su negocio, es que están presentando eufemísticamente como 'planes de convergencia' lo que en el fondo no son sino simples procesos de rebaja de costes de producción", apuntan sobre la precarización y los recortes que está sufriendo nuestra profesión. "Estas empresas en realidad no pretenden hacer su trabajo mejor; se contentan con hacer lo mismo de forma más barata. De hecho, incluso llegan a aceptar una merma en la calidad de su producto actual si ello apareja a corto plazo una significativa reducción de costes que les permita seguir manteniendo o incluso ampliar sus márgenes de rentabilidad. Ahora bien, cada vez hay menos dudas de que una reconversión salvaje de las empresas periodísticas basada en la reducción y precarización de sus equipos profesionales es pan para hoy y hambre para mañana."

Desmontan los autores el mito del "periodista multimedia", si es que la experiencia de quienes lo sufren no lo desmiente ya bastante. "Un modelo que destruye la especialización técnica y genera productos textuales y audiovisuales necesariamente mediocres." Así como la necesidad de desterrar, pero con hechos, la idea de que "el periodismo de calidad sólo es posible en papel".
En el apartado final confeccionan, además, un interesante cuadro con los "perfiles profesionales multimedia y monomedia en redacciones integradas papel-online", y se aclara que en los medios medianos y grandes los perfiles de quienes en ellos trabajan suelen estar diferenciados: "un redactor, un fotógrafo, un diseñador o un infografista han sido siempre periodistas específicos", tema este último que todavía no tiene claro todo el mundo que habla de periodistas en relación sólo a los redactores. "Con la llegada de las redacciones integradas, lo siguen siendo".

Para ganarse la confianza de sus periodistas, condición imprescindible en un proceso de convergencia que quiera tener éxito, los autores del libro proponen cinco ideas útiles: Formar a los periodistas; mezclar veteranía profesional y conocimiento digital; pactar salarios acordes con la nueva estructura empresarial multiplataforma; situar al mando a periodistas cualificados que entiendan la red (esto tal vez habría que escribirlo tres o cuatro veces, como se hacía antes en las pizarras para memorizar bien, o como castigo); y planificar una integración verdadera, y no una absorción encubierta.

En este apartado de las resistencias a la integración se estudian dos casos prácticos: The New York Times, "de diario urbano a marca global", con el reto de mantener la calidad y de que la convergencia no es uniformidad entre soportes, así como su integración con The International Herald Tribune. Y por otro lado, el caso del Financial Times, "la mudanza digital de una marca" en el que la seriedad no está reñido con la multimedialidad.




"The New York Times", con su redacción antes y después de la llegada de internet


En "Eppur si mouve", el siguiente apartado, se equipara el actual estado del mercado de la prensa, con la necesaria reconversión industrial que tuvieron que llevar a cabo muchos países a finales de los años 1980. "Las costosas rotativas de hoy", nos dicen, "recuerdan mucho a los altos hornos de ayer". Por eso, destacan que los actuales procesos de convergencia pueden servir como catalizadores del necesario cambio estructural. Un cambio real, absolutamente necesario, hay que moverse. Porque "lo peor que le puede ocurrir hoy a una empresa periodística que implanta un plan de convergencia es que todo cambie para que todo siga igual".

Aquí se analizan los casos prácticos de The Guardian donde "una sola redacción produce hoy los cuatro canales del Guardian Media Group: el diario y G2, el semanal. Es la primera empresa informativa que agrupa a las redacciones del semanario y del diario". Un cambio que no sólo ha supuesto modificar la redacción y a los redactores, sino también a la cúpula organizativa de la empresa, aspecto éste último descuidadísimo por casi todas las compañías y del que deberían tomar nota si quiere afrontar con éxito el futuro. Además, se estudia también O Estado de Sao Paulo, del Grupo Estado brasileño, "lentamente pero de manera sólida" tiende a una única redacción, con varios cierres, y con una Mesa Central que coordine a todos los medios del grupo (periódicos, radio, agencia de noticias y sitios web).



Los últimos dos casos prácticos, el grupo escandinavo Schibsted (20 minutos), y el del diario argentino Clarín, uno de los grandes periódicos en lengua castellana, están dentro del apartado "Modelos de redacciones integradas". Una disección muy rigurosa de las distintas posibilidades de convergencia según su escala mediática: convergencia a dos (papel más online), a tres (papel más online más televisión), o a cuatro (papel más online más televisión más radio); o bien según su escala geográfica: convergencia en medios nacionales, o convergencia en medios locales y regionales. Así como las fórmulas de esta convergencia en lo relativo a la organización de la redacción "agrupando a los redactores y editores de acuerdo con criterios diversos": integración por secciones temáticas (una macrosección de deportes, por ejemplo, para abastecer de contenidos deportivos a los distintos medios de un grupo); por "ritmos informativos" (una redacción con distintos cierres); así como la posibilidad de la integración comercial con una autonomía editorial (una gestión común de toda la publicidad, o el márketing, por ejemplo).


Estructura del Grupo Clarín. Observatorio de Medios . UTPBA. Nov. 03.


En el último apartado, "Hacia el periodismo integrado", se hace balance y se analiza en conjunto qué se está haciendo ("las nuevas organizaciones de las redacciones propician la autonomía editorial y los grupos de trabajo, más que ls rígidas jerarquías. Las nuevas redacciones tienen", o deberían tener más bien añadimos nosotros, "cada vez menos jefes y más equipos") y qué debería hacerse y no se lleva a cabo ("en las empresas periodísticas de hoy, sin embargo, falta comunicación interna. No deja de ser paradójico que organizaciones dedicadas profesionalmente a comunicar contenidos hacia afuera presenten tantas lagunas en la comunicación hacia dentro. Pero esas lagunas existen y a menudo son muy profundas").

En lo relativo a la organización empresarial son a veces más necesarios los repetidos cambios, que en las propias redacciones donde se quieren a veces imponer a toda costa, porque los autores recuerdan también lo que son alguno de los valores clásicos del periodismo: "ciertas noticias no son commodities (un bien corriente y fácil de obtener, según los economistas, por el que se paga poco o nada). Las exclusivas, por ejemplo... averiguar antes que nadie informaciones relevantes y contarlas de la manera más interesante sigue siendo hoy por hoy el mejor pasaporte para el éxito periodístico". Y todavía habrá algún gurú que ponga en duda cosas así...

Para finalizar nuestro amplio análisis de "Periodismo integrado", que además ahora se ha lanzado en versión inglesa, volvemos al inicio del libro para insistir en una de las ideas fuerza de este trabajo: "Limitarse a fusionar redacciones sin haber acometido previamente otros cambios estructurales se antoja un craso error estratégico. Cuando eso ocurre, la integración suele atender únicamente a un propósito cortoplacista de reducción de costes y aumento de la productividad, por mucho que pretenda presentarse de otro modo". Y aún más al inicio para buscar otra de las ideas sustanciales en la ya comentada por su enorme interés introducción de Toni Piqué a quien le dejamos la última palabra: "La prensa tiene perspectivas de futuro mucho más interesantes sin necesidad de abandonar el negocio de la información. Las empresas editoras, en general, tienen marcas fuertes, relevantes. Conservan un vínculo estrecho con su audiencia local y sus anunciantes, con los que hacen buenos negocios. Sus contenidos pautan al resto de medios. Son todos activos valiosísimos que la prensa ostenta casi en monopolio y que tienen larga vida por delante. El reto ahora es ponerlos en valor de otro modo.
Y el periodismo integrado es parte de la solución."

miércoles, 26 de mayo de 2010

De cómo John Locke nos reventó una doble página




Atención. Este post incluye información sobre Lost que, a lo peor, te puede reventarte la serie. Si la estás viendo, léelo bajo tu propia responsabilidad. Si no la ves, te dará igual, no vas a entender nada aunque te demos tantas pistas. Avisados estáis.

Han pasado tres días desde el esperadísimo final de Lost. La tierra sigue en su sitio y los que aborrecen de la serie no han sido expulsados de este planeta por el humo negro. Incomprensible, todos creíamos que se vengaría, pero no ha sido así. El universo sigue su curso, los colegios siguen abriendo y los periódicos siguen existiendo. El final de Lost ha sido menos traumático de lo esperado. Aunque no menos polémico.

Pero de quien sí parece haberse vengado ha sido del que suscribe estas líneas y de Eduardo Fernández, redactor de la sección de Comunicación. Ambos somos "losties" reconocidos y Raúl Piña nos regaló la posibilidad de hacer una página doble. Un buen puñado de horas invertidas para que luego la publicidad, cual Mr. Ecko con su palo, destroce la página de un plumazo. En cualquier caso, muchas menos horas que las necesarias para ver todas las temporadas.

Todo estaba preparado para dar este domingo, en paralelo al último episodio, dos páginas que pondrían fin (ja!, no puedo parar de reír) a la ficción que más expectativas ha creado desde la mítica Twin Peaks.

Manos a la obra.

Dándole vueltas, como hacemos todos después de cada capítulo, buscamos una imagen para la primera página, donde se contará un poco cómo ha cambiado la forma de hacer y ver televisión. Reportaje que irá acompañado de una opinión de Alberto Rey, bloguero de elmundo.es y adicto confeso a las series. Uno de tantos, porque, pese a quien le pese, somos legión.

El resultado es mucho menos vistoso, pero como buen `Lostie´(gilipollismo para designar a los seguidores de la serie), nos sugestionamos y creemos que ha quedado cojonudo y que es el mejor final que podrían haber hecho. A pesar de que muchas de nuestras dudas, tantas, han quedado sin resolver. Pero es Lost, todo se le perdona. Pues con nuestra página, igual. Ha quedado cojonudísima. Y punto pelota.

Buscar material es fácil, hay tantas fotos oficiales como agua que rodea a La Isla. La jodida Isla. Las descartamos automáticamente: "es lo que van a dar todos", concluimos. Y no nos falta razón. Son posados con decorados muy chulos, pero sin nada de vida. Además, dimos una en otra doble con motivo de la nueva temporada. Con darla una vez, vale.


Tendría más millones que Hurley si me dieran un dólar por cada vez que he visto publicadas estas fotos.

Tenemos que encontrar algo que represente a la serie sin llegar a ser una foto y que, al abrir la página llame la atención lo más posible, tanto a los adictos a Lost como a los que reniegan de ella como si fuera una cerveza sin alcohol.

La iniciativa Dharma, quién si no, tenía la solución. Su logo de la estación cisne sería la imagen perfecta para ilustrar la página. Reconocible para los amantes de la misma; impactante, por diferente, para los que no. Lo tiene todo. ¡¡¡¡Viva Lost, qué grandes son!!!!! Pero tiene que ir grande. Lost es una serie de amor u odio. Y la página tiene que ser similar, no nos vamos a quedar a medio camino. Así que grande, ande o no ande. Si lo viera el Doctor Chang se cae de culo, fijo.

Costó llegar a ese punto, porque lo veíamos demasiado grande en pantalla. Pero una vez impreso, funcionaba. Igual de bien que el dichoso ordenador de la escotilla con sus puñeteros números (4, 8, 15, 16...). Tenemos la primera página. Primera incógnita resuelta. El Mundo 1- Lost 0

Pasamos a la segunda. Seis temporadas dan para mucho y hay que intentar explicar un poco, para profanos y entendidos, las claves que rodean a la trama. Perfecto: un diccionario lost. ¡Mola! Siguiendo el criterio de la anterior página, tenemos que ilustrarla con algo que no tenga todo el mundo. Un dibujo. Tendrá que representar a La Isla y sus habitantes, el vuelo Oceanic 815, el humo negro, etc. Nadie más lo tendrá y representará casi toda la serie.

24 letras, 24 conceptos. Una mínima entradilla para explicarlo y la ilustración. Tras varios formatos, optamos por algo discreto para cada letra del diccionario, no queremos recargar al lector. Suficiente tiene con intentar contestar a las preguntas que ha ido acumulando a lo largo de seis largos años. Somos malvados, pero no guionistas.

Varias de las alternativas con las que trabajamos para el diccionario

Es viernes y la doble está lista. Ahora a esperar al domingo de madrugada... El humo negro se irá a tomar viento y todos los interrogantes quedarán más que resueltos... O no.

Propuesta inicial. Qué bonito queda el logo de la Estación Cisne.

Pero es sábado y nada es tan bonito como parece. Y con esta serie no va a ser menos. Eduardo viene a la sección y me suelta en plan Locke, sin anestesia: "Han calzado un 4x5 en la segunda página". "No jodas", se me escapa. Ha sido el cap**** de Locke, fijo.

Hacemos todo lo posible para quitarnos ese 4x5, pero no hay manera. La publicidad es sagrada y no se puede cambiar a otra página. Vale. Resignados, lo aceptamos. Es Lost, todo vale. Pero cuando vemos la publi que meten, ojipláticos, avisamos de que en una página sobre unos tipos que se estrellan con un avión en una isla no puede ir un anuncio de... ¡¡¡¡¡una agencia de viajes!!!!! Maldito Locke, humo negro o lo que carajo seas: está boicoteando la doble a base de bien.

Una breve negociación sirve para cambiar esa publicidad por un listado de Lotería. Alborozo generalizado por lo bonito del 4x5. Ni un póster de Evangeline Lilly puede superarlo.

Así quedó la doble tras el sabotaje de John Locke

Pero todavía hay que resolver el tema de tener media página menos. Hay que sacrificar algo, y ya que no podemos cargarnos el departamento de publicidad ni a los guionistas de la serie, decidimos suprimir el logo de Dharma y pasar la ilustración a la primera página. Malestar, resquemor, mosqueo. Es más "clásico", pero, a veces, lo bueno es enemigo de lo bello, como dicen por aquí. Resuelta la primera parte, hay que retocar la segunda.

"Tenemos que quitar algunas palabras para meter una imagen", le digo a Edu."Vale", dice resignado. Quitamos tres y alrededor de las 21 entradas restantes colocamos una silueta de Jack, protagonista y una especie de yerno que todas las suegras quieren.

El resultado no se parece mucho a la propuesta inicial, pero acaso la última temporada se parece al episodio piloto. Ni por asomo. Hugo, con una dieta a base de fruta tropical, está más gordo que la primera temporada, Swayer no es un timador, es ¡policía!, Locke sigue sin tener un pelo en su brillante calva, los coreanos hablan inglés mejor que Obama y el humo negro va y viene sin explicación alguna. La escotilla desapareció pero la isla viaja más que un jubilado con la tarjeta dorada de RENFE. Charles Widmore, una especie de Bill Gates con mala hostia, tan pronto es bueno como un grandísimo cabrón. Y los cuatro millones de parados en España quieren trabajar para la iniciativa Dharma, que te pone casa y todo.

Pero es Lost; se lo perdonamos todo. Y como es una doble sobre Lost, pues también.

lunes, 24 de mayo de 2010

Diseñario 2.0 (XXXI)

En la más absoluta contradicción, vía de la sabiduría, o no, viven los miembros del enigmático comité de expertos, horrorizados al ver un cuernazo en la boca, fascinados ante un arte absoluto que absolutamente es una salvajada cruel, o no, ambas cosas. Y en la duda de si publicar luego esas imágenes, que son noticia absoluta, no será absolutamente innecesario por sensacionalista. En este estado de incertidumbre e inestabilidad ideológicas son capaces, no obstante, de programar las tres cuartas partes de ellos sus despertadores para levantarse a las 6.30 de la mañana y ver entre legañas el desenlace de "Lost" habiéndonos enviado antes, eso sí, una nueva entrega de esta obra colectiva, irreverente, contradictoria y abierta a vuestra participación sobre el diseño periodístico y la prensa en general.





I


Ilustrator. Sucesor del extinto Freehand, este programa de Adobe es el nuevo estándar en dibujo vectorial después de que esta empresa comprase precisamente Freehand a Macromedia para ¿acabar con la competencia? Con este software podemos esbozar desde un simple círculo hasta un complejísimo gráfico. Incluso se pueden hacer esos aburridísimos, y que tantos quebraderos de cabeza nos dan, gráficos de barras, círculos, fiebres bursátiles o tartitas (no de dulces, de porcentajes, queremos decir). Todo con la ventaja de que puede darse a una columna o a cinco, es lo que tiene el dibujo vectorial, que no depende de los píxeles. Tanto, que a veces se nos va de la mano el pincel e hinchamos el gráfico. Pero es que las tartas llenan mucho.
Con Ilustrator, también se puede dibujar, al más puro estilo de lápiz y carboncillo. Y salen unos dibujos chulísimos, damos fe, porque se puede imitar un rotring, un pincel fino o una brocha gorda. Y además tenemos todas las gamas de colores que nos podamos imaginar. Lástima que la impresión de papel prensa los "estropee" un poco.

Imagen. Representación gráfica de algo real o imaginario. Un objeto, un ser vivo, una idea... dibujados, atrapados por una cámara fotográfica, creados por un software. Si podemos dividir, a muy grandes rasgos, los elementos que componen una página entre imágenes y textos, imágenes serían todo aquello... que no son textos, así de simplre. Y de complejo. De hecho así lo tratan los distintos programas de autoedición (Quark, Indesing), cuando permiten dibujar cajas para contener textos, o bien cajas para contener todo tipo de imágenes: fotografías, ilustraciones y gráficos (que son tratados como imágenes y guardados en ficheros informáticos con formato propio de imágenes, generalmente "eps", a pesar de que estén formados por imágenes, ya sabéis, y textos combinados).
No valen más que mil palabras, ni más que una; su valor no puede calcularse de manera que podamos compararlo con el valor de las palabras, que tampoco sabemos calcular. Pero es mucho, su valor. Son absolutamente poderosas en una página, capaces de destrozarla o engrandecerla en décimas de segundo, las que se tarden en hojear una publicación. Quieren estar solas en una página, no se llevan bien con sus semejantes y se anulan por eso unas a otras. Quieren tamaño, algunas se dejan cortar y otras no admiten el más mínimo rasguño. Como la música, su lenguaje es universal y en él nos hablan de cosas reales, imaginarias.

Imposición. Manera de colocar las páginas en la plancha de impresión para que una vez impreso y doblado el papel del pliego, queden en el orden y en la posición deseadas. En el caso de los periódicos, la imposición está gestionada por programas informáticos que también se encargan de transmitir así las páginas desde la redaccion a los centros de impresión donde están las rotativas.
Es, además, uno de los criterios de mayor peso y que con mayor frecuencia aparecen en lo relativo al diseño periodístico. Por imposición se suelen hacer un porcentaje elevadísimo de las cosas que hacemos en la vida en general, y en nuestra disciplina maquetil muy en particular. El alto nivel de subjetividad que muchos atribuyen al diseño, el abismal desconocimiento que de él se tiene a la vez que se cree saber mucho de ello por una especie de ciencia infusa, unido todo esto con la necesidad de justificar cargo y sueldo, lleva a que en el diseño se impongan criterios, o anticriterios caprichosos, de manera directamente proporcional a la mediocridad del impositor. Porque cuando uno necesita imponer para ser alguien y no puede hacerlo en economía, o deportes, o en ciencia y cultura por poner varios ejemplos, ya que los datos y los hechos no admiten tonterías, entonces levanta la vista, divisa la sección de maquetación y, tras comprobar que el director de arte no anda cerca, por si acaso, allí que se dirige inseguro de sí mismo dispuesto a imponer.


Entregas anteriores del Diseñario 2.0:

Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.
Diseñario 2.0 (XIX): Elzevir-empacar.
Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.
Diseñario 2.0 (XXI): enfrentadas-entrevista.
Diseñario 2.0 (XXII): enviado especial-exclusiva.
Diseñario 2.0 (XXIII): exposición-faldón.
Diseñario 2.0 (XXIV): fe de errores-fino.
Diseñario 2.0 (XXV): flash-fondo.
Diseñario 2.0 (XXVI): fotero-fotón.
Diseñario 2.0 (XXVII): free-lance-freehand.
Diseñario 2.0 (XXVIII): galerada-grapa.
Diseñario 2.0 (XXIX): gritar-hemeroteca.
Diseñario 2.0 (XXX): hemorroide-hostias (darse de).

viernes, 21 de mayo de 2010

Homenaje a Fernando Rubio


El pasado 29 de enero Fernando Rubio se marchó dejando aquí a muchos amigos. Son precisamente estos últimos los que, tras reposar su pérdida, han decidido rendirle un sentido homenaje en forma de exposición.


Durante unas cuantas semanas en la faculta de Comunicación del CEU en Julián Romea 2 se podrán ver algunos de los dibujos, infografías, ilustraciones, etc. que hizo Fernando Rubio en su carrera tanto en ABC como en otros ámbitos. No os la podéis perder. Merece la pena rendirle este último homenaje.

jueves, 20 de mayo de 2010

Periodismo integrado (I)

Teníamos una deuda pendiente con este importante libro desde comienzos del año pasado, cuando sus editores tuvieron la gentileza de enviárnoslo a la vez que sus autores lo presentaban en el X Congreso de Periodismo Digital de Huesca. Quisimos hacer algo más que un breve comentario apresurado sin haber leído el libro, como por mala costumbre sucede en esa denominada "información cultural" más interesada en la prisa que en la profundidad y el rigor... que la cultura y la información requieren. En ser los primeros en decir nada. Y sin habérnoslo propuesto, atrapados en la vorágine de querer hacer más de lo que podemos que a casi todos nos sucede, hasta parece que hemos acertado dejando pasar semanas, meses... porque este libro gana con el tiempo, se hace más actual al madurar y modifica el más vale tarde que nunca por un más vale tarde que pronto. Y como el material da para mucho, os ofrecemos en dos entregas (esta primera y una segunda la semana próxima) una amplia reseña de "Periodismo integrado".




"Periodismo integrado. Convergencia de medios y reorganización de redacciones"
está escrito, nada más y nada menos, que por Ramón Salaverría (doctor en periodismo por la Universidad de Navarra, donde es profesor titular y dirige el Departamento de Proyectos Periodísticos y el Laboratorio de Comunicación Multimedia -MMLab-, autor de varios libros sobre internet y periodismo, y editor del blog e-Periodistas, que a buen seguro todos conoceréis, el más veterano y absoluta referencia en lengua castellana sobre medios de comunicación digitales), y por Samuel Negredo, alumno más que aventajado de Salaverría en esta Universidad, licenciado en periodismo y miembro del equipo investigador del citado Departamento de Proyectos Periodísticos en el que trabaja actualmente con una tesis sobre el vídeo informativo en los medios digitales, puro olfato periodístico el suyo porque por ahí parecen ir todas las líneas hacia el futuro.
Por si fuera poco, el libro está editado por nuestro apreciado Toni Piqué, de quien habría que hacer una ventanita o un ventanal emergente pinchando en su nombre para poder enumerar lo que ha hecho y hace este gran periodista catalán, profesor de la Universitat Internacional de Catalunya y antes de la de Navarra, ex director del Diari de Tarragona, coeditor del blog sobre prensa Paper Papers -del que tantas veces nos habréis oído y nos oiréis todavía mucho más hablar y elogiar- y uno de los directores del prestigioso estudio Cases i Associats -de los más importantes del mundo en la consultoría y diseño de prensa, y del que habría falta a su vez otro ventanal emergente- cuya editorial Sol90 es la que edita "Periodismo integrado".
La introducción de Piqué por sí sola ya merecería un artículo reseñándola, porque es uno de sus habituales fogonazos de inteligencia, en el que analiza la situación no sólo de la convergencia multimedios sino del periodismo actual porque "la clave del proceso consiste, sobre todo, en organizar la redacción en función de los contenidos y no definirla solo por sus productos o por las tecnologías que emplea". De lo que insistimos siempre incluso cuando hablamos sencillamente del diseño de las páginas de un periódico. "Este libro marca un camino", escribe Piqué presentándonoslo. "Es el primer estudio relevante sobre periodismo integrado que se publica en el mundo. Define concienzudamente los conceptos y analiza con detalle el fenómeno. Y sugiere acciones e indica direcciones a través de ocho casos de convergencia en medios diversos, en niveles, entornos y circunstancias diversos. No son los únicos ejemplos pero son los mejores."



Este trabajo en absoluto dogmático (como el de quien realmente sabe algo), "la convergencia empuja a las empresas periodísticas hacia una nueva configuración y funcionamiento que aún somos incapaces de vislumbrar", trata pues de buscar respuestas en distintos apartados en cada uno de los cuales se estudian casos prácticos, se analiza un medio, grupo o empresa de comunicación.

El primero se titula "La tormenta perfecta" y con ello ya podemos hacernos una idea de que en él se analiza la crisis del periodismo impreso. "Los medios tradicionales se enfrentan a un aumento de los costes de producción, estancamiento o caída de la difusión, menor inversión publicitaria, desaparición de puntos de venta y aumento de la competencia. Todo al mismo tiempo." Se aportan muchos datos sobre mercados, ingresos, audiencias, cambios, y el apartado termina con un estudio del "Tampa News center", un "modelo limitado y pionero" para integrar todos los medios de las empresas informativas de Media General en Tampa (Florida, Estados Unidos). "Sacudidas por el torbellino digital, las empresas periodísticas -en especial la prensa diaria- han conseguido aferrarse a su principal fortaleza en la red: la credibilidad informativa".

En el segundo apartado, "Las cosas por su nombre", se definen los términos, se profundiza en los conceptos para dejar claro que la convergencia es un proceso que tiene como punto de llegada la integración. "La convergencia periodística es un proceso multidimensional que, facilitado por la implantación generalizada de las tecnologías digitales de telecomunicación, afecta al ámbito tecnológico, empresarial, profesional y editorial de los medios de comunicación, propiciando una integración de herramientas, espacios, métodos de trabajo y lenguajes anteriormente disgregados, de forma que los periodistas elaboran contenidos que se distribuyen a través de múltiples plataformas, mediante los lenguajes propios de cada una." En este sentido, los autores destacan que si bien la convergencia es inevitable en toda empresa o grupo periodístico, la integración no lo es, "esta última es solo una posibilidad entre muchas y depende de los directivos de un grupo determinar hasta qué grado de convergencia deben llevar las distintas unidades de producción".
Además, se establece también una más que oportuna diferenciación entre multiplataforma y multimedia. La primera "designa todos los aspectos relacionados con la producción, difusión y consumo de contenidos a través de diversos medios que forman parte de un único grupo de comunicación", mientras que la palabra multimedia se refiere a un mensaje que utiliza distintos lenguajes de manera conjunta y simultánea (imágenes, sonidos, texto). Por lo tanto, "si multiplataforma alude a la coordinación de medios y soportes, multimedialidad se refiere por el contrario a la combinación de contenidos y lenguajes".
En este segundo apartado lleno de sustancia se estudia como caso práctico el diario británico The Daily Telegraph, "modelo de referencia" según los autores de una redacción para el siglo XXI. Alguna de cuyas claves está en el "adiós, arrogancia" para superar la "tensión entre el personal y el baile de sillas".




La próxima semana: Periodismo integrado (y II)

lunes, 17 de mayo de 2010

Diseñario 2.0 (XXX)

Parece que al mejor equipo de fútbol del mundo con los mejores jugadores del mundo y el mejor entrenador del mundo le ha costado un poquito ganar el campeonato de Liga y no ha podido ser hasta el último partido a pesar de que lo daban por ganado de calle desde la primera jornada. Pero bueno, ya que les ha costado tanto esfuerzo habrá que darles la enhorabuena porque además han ofrecido espectáculo y emoción junto a su rival eterno en un campeonato que a todos, menos uno, nos ha parecido emocionante. Tanto que temíamos que los miembros del comité de expertos encargados del Diseñario, todos menos uno también, se olvidaran hoy de nosotros y no llegaran a tiempo, hundidos en la desesperación casi todos menos uno. Infundados temores porque a pesar de todo tenemos la enorme satisfacción de ofrecerles una nueva entrega de esta obra infinita, irreverente, colectiva y abierta a vuestra participación sobre el diseño periodístico y la prensa en general.






Hemorroide. Todos tenemos al menos una. La sufrimos en silencio, pero, al fin y al cabo, la sufrimos. Sentados, durante horas, días, semanas.
Puede ser ese redactor "pinta páginas", ese compañero pesado de la música a todo trapo, o puedes ser tú mismo en esos días en los que te apetece más estar en tu casa que en la redacción. En ocasiones son pequeñas, de las que no vuelven a salir si les aplicas un tratamiento de choque en el momento oportuno.
Pero también pueden ser largas y molestas, como la picadura de un tábano. Estas últimas, como las propias picaduras, es mejor no rascarlas y dejar que se curen por si solas. Si es que alguna vez se curan....

Hermes. A parte de ser el mensajero de los dioses griegos del Olimpo y tal vez también por eso, es el nombre del conjunto de aplicaciones informáticas, gestor de contenidos lo llaman, diseñado por la empresa estadounidense Atex (Massachusets, 1973) para... gestionar los contenidos de una publicación impresa. Tratamiento de textos e imágenes, diseño y edición de páginas, archivo de la información, transmisión de las páginas, consulta de agencias informativas y todo lo que hace falta para hacer un periódico. Es el sistema informático del diario "El País", como se le ha llamado a veces coloquialmente en nuestra ciudad (Hermes o Atex, de las dos formas lo hemos oído), pero en realidad lo es de muchos periódicos más porque se trata posiblemente del software de este tipo más extendido internacionalmente, gestionando unas 1.800 publicaciones en más de 40 países según datos de la propia empresa. En España, además de "El País", lo utilizan entre otros "ABC" o "La Vanguardia", y en el extranjero corre por los ordenadores de la mayor parte de los diarios norteamericanos, incluido el "Wall Street Journal", o "The Times" en el Reino Unido, por citar alguno de los medios más destacados.

Hoja de estilo. En diseño se conoce como la hoja de ruta que marca al programa de edición (léase Quark, Indesign, etc.) el camino que tiene que llevar para transformar una letra, conjunto de letras (palabra) o superconjunto de letras (frase, párrafo) y darle un aspecto determinado. La hoja de estilo se encarga de decir si la letra es, simplemente Arial, redonda, cuerpo 12 o tiene que hacer un doble tirabuzón con rectificado inverso para conseguir un aspecto más florido. O un párrafo con un tipo determinado de sangría, partición, interlineado.
Porque las hojas de estilo se dividen en hojas de carácter y de párrafo. Las primeras se refieren a las particularidades del texto que se haya seleccionado (fuente, tamaño, color, track, intensidad, escala, etc), mientras que las segundas se refieren a las características de un párrafo (sangría, partición, filetes, interlínea, espacio antes y después, etc.).
Normalmente, una hoja de estilo de párrafo tiene asociada una de carácter, para que todos los caracteres de los distintos párrafos con una misma hoja de estilo sean iguales. Es decir, que todos los párrafos con hoja de estilo A, tengan los caracteres del mismo estilo. Esto ayuda a mantener una coherencia visual, lo que ya es mucho en tiempos revueltos como los que vivimos.
La hoja de estilo también sirve para teorizar sobre la alocada mente de los que ponen nombre a las mismas. Porque ni los que ponen los nombres a las operaciones policiales pueden superar la nomenclatura de las hojas de estilo. Lo fácil sería llamar a la hoja de estilo "texto base", pero quién lo va a poner fácil pudiendo ponerle un nombre con más de cuatro palabras y dos preoposiciones. O quién quiera llamarle "ladillo" si puede ponerle "hoja de estilo tonto de las narices" (¿o fue algo más grosero?) como nos hemos encontrado en alguna ocasión, suponemos que por error. Porque, ya que ponemos nombres a las hojas, lo hacemos con estilo.

Hostias (darse de). Utilizadísima expresión en el mundo del diseño periodístico para rechazar una determinada combinación de elementos que a todas luces nos parece nefasta. "Esto se da de hostias" es la fórmula comúnmente aceptada y que a nadie debe molestar por su a primera vista matiz algo descortés y vulgar ya que se trata de una opinión exclusivamente profesional, el dictamen de un experto sin ninguna motivación personal de por medio... generalmente.


Entregas anteriores del Diseñario 2.0:

Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.
Diseñario 2.0 (XVIII): editorial-EGM.
Diseñario 2.0 (XIX): Elzevir-empacar.
Diseñario 2.0 (XX): empasillado-encuadrar.
Diseñario 2.0 (XXI): enfrentadas-entrevista.
Diseñario 2.0 (XXII): enviado especial-exclusiva.
Diseñario 2.0 (XXIII): exposición-faldón.
Diseñario 2.0 (XXIV): fe de errores-fino.
Diseñario 2.0 (XXV): flash-fondo.
Diseñario 2.0 (XXVI): fotero-fotón.
Diseñario 2.0 (XXVII): free-lance-freehand.
Diseñario 2.0 (XXVIII): galerada-grapa.
Diseñario 2.0 (XXIX): gritar-hemeroteca.