viernes, 16 de noviembre de 2007

A veces coincidimos

Y entonces se produce la solidaridad editorial, o un poquito de ella, porque el último término ideado por el mutante Baruch es, cómo no, muy ambicioso. Si mutante se refería a ese nuevo periodista multiforme del que el Norbi es precisamente el máximo exponente, su solidaridad editorial "no es otra cosa que establecer una red de trabajo donde el periodista piense visualmente y los diseñadores piensen periodísticamente". Cito textualmente porque no podría resumirse mejor. En tan pocas palabras, con toda la sencillez de las grandes ideas. Y la contundencia.

Algo de esto sucedió la otra noche, no sé si de Luna llena porque desde el interior de la redacción no se ve y desde la calle, en Madrid, apenas distinguimos el cielo de la noche cubierto como está con una lona anaranjada de luz artificial, pero sí disfrutamos de una conjunción solidaria de planetas periodistas y satélites maquetas, alineados en este caso con una estrella brillante en forma de fotografía.

Esta es la página de primera edición de la sección Mundo con la que apareció el redactor jefe de cierre anunciando, sonrisa encantadora por delante, que "había que darle una vuelta". Y me dio una vuelta el corazón. Llegaban por agencia noticias sobre incidentes violentos entre estudiantes de la Universidad Central de Venezuela, en Caracas (esto sucedió sin que fuera allí ningún rey español ni nada parecido, ¿eh?, en este caso concreto creo que se pelearon entre ellos sin ayuda externa), con el resultado de varios heridos de bala. "Claro que lo que más nos interesa son las imágenes, poder dar alguna en esta página... están llegando fotos muy buenas de AP" (la agencia Associated Press). Y me dio el sobresalto cardíaco porque lo habitual en ocasiones así es el desbarate absoluto, en un minuto, de lo que se ha pensado y hecho durante todo el día. Y no, las arritmias desaparecieron al ver las fotos, en realidad, al ver la foto; el zafarrancho lo propuse yo entonces: la foto, el fotón, había que darlo a cuatro columnas. Para eso, eliminamos la anterior imagen a tres del tema principal sobre la crisis en Paquistán manteniéndolo no obstante como tema principal porque si ellos habían pensado visualmente la noticia de Venezuela (al menos un poco, en términos de fotografía) yo recompuse la página pensando en términos periodísticos (otro poquito, sin abusar ninguno) de manera que lo más importante tipográficamente seguiría siendo Paquistán. Se pudo recolocar la publicidad en otra página y conservar todo lo demás prácticamente igual.

¿Por qué es tan buena la fotografía? Pues aparte de que porque nos gusta mucho, como todos decíamos solidarios la otra noche, porque lo tiene todo, absolutamente todo. Porque ella sola cuenta la historia con esa fuerza y contundencia visual a la que no llegan las palabras, al menos no tan rápido. Fuerza y contundencia que se producen por una mágica unión de forma y contenido que alguna vez sucede, y por eso nos gusta mucho, como decíamos que decíamos.

La fotografía muestra la lucha de dos jóvenes contra otros dos (grupos de estudiantes enfrentados) separados por una puerta (dos bandos diferenciados), y a uno de ellos empuñando una pistola contra los otros (heridos de bala). Los rostros nos transmiten el dramatismo del momento, pero hay más, la forma, la composición casi perfecta con una línea vertical creando tensión (es de las veces que más claro he visto esa teoría de la gramática visual sobre tensión vertical y reposo horizontal). Y qué me dicen del fuerte contraste entre la zona oscura en el lado izquierdo, precisamente de donde emerge el pistolero, frente a la zona clara de sus oponentes, contraste que, casualidades del destino, es uno de los elementos visuales que más acentúan el dramatismo. El toque de color es ese naranja central, naranja de peligro. Un prodigio de imagen disparada en centésimas de segundo por la propia intuición del fotógrafo que, como todos comprenderán, en medio de un tiroteo no creo que se ande analizando encuadres. Un pequeño milagro que nos puso de acuerdo aquella noche de solidaridad editorial.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, he caído en este blog por casualidad, coincidencia o destino, vaya usted a saber cual ha sido la razón, y me ha llamado la atención la descripción de las fuerzas y tensiones que realiza a partir de la fotografía de la violencia en el campus venezolano. Soy Historiador del Arte y tal vez no debieran impresionarme descripciones de ese tipo, pues las he leído y oído hasta la saciedad durante mis años de estudio. Simplemente quería felicitarle por dicha descripción y elogiar también el trabajo que realizan. Por lo que he podido leer son ustedes maquetadores (no se si ese es el termino correcto, ruego me disculpen si no es así) de un periodico y les atribuyo mucho mérito en el exito de uno u otro diario. Sin más, de nuevo felicitarle por su artículo y descripción. Un saludo. JL.

Mario Benito dijo...

El término es maquetadores sí y agradezco a la casualidad, coincidencia o destino, yo tampoco sé, que alguien como usted haya caído en nuestro blog. Como agradezco su más que amable comentario porque la razón de ser del blog somos vosotros y nosotros. Gracias

Jackie O. dijo...

hombre, mario, por fin veo tu blog. mola