miércoles, 19 de octubre de 2011

Andanzas de un jurado en Pamplona



Cuando abrí el correo a comienzos del verano lo primero fue sorpresa para inmediatamente pensar que aquello era un error. Lo releí. Luego sentí algo parecido al vértigo, o al pánico, y sólo cuando al atreverme a contarlo recibí a cambio felicitaciones de todos, empecé a darme cuenta de que se trataba de algo por lo que en realidad debía alegrarme. Y lo hice. Un día después estaba ya completamente ilusionado pero de nuevo asustado, ahora porque aquello fuese un error. No podía ser nada más que un error. Así que me animé a contestar a Javier Errea; no tenía otra opción, además.



La razón principal para suponer que se trataba de un error y de que el correo no debía ser para mí, claro está, es la de saber que uno no está a la altura del resto de los miembros del jurado, de esta edición y de las anteriores. Pero es que, además, se une la sorpresa porque sobre "los premios" no sólo he mostrado reticencias y no pocas objeciones en privado, sino que también he escrito sobre ello. Así se lo dije a Errea, pero en su respuesta inmediata me convenció con una pequeña dosis de humor inteligente diciéndome que así resultaba mucho mejor ya que él tampoco es "muy partidario de los premios". Saber que el gran Carlos Pérez de Rozas y que Laura González (que tanto saben y a los que tanto aprecio) formarían parte del jurado fue ya absolutamente definitivo.

Así que me puse en camino. Nos pusimos en camino, más exactamente, porque viajé a Pamplona hace unas dos semanas junto a mi compañero y amigo, perdón amigo y compañero (de trabajo en el diario El Mundo, en este blog vuestro y nuestro, colega de penurias y esperanzas y acuerdos y desacuerdos) Javier Vidal. Salí con la intención de hacerlo a gran velocidad para evitar después comentarios chistosos... pero resultó imposible. Aunque de paso se aclaró un falso mito que paso a detallar. El primer viaje que dos miembros de este blog, Luis Blasco y Javier Vidal, realizaron a un acontecimiento diseñístico, la "Quinta Cumbre Mundial de Diseño en Prensa" de Estepona, dio lugar a un artículo "de color" en el que Javier Vidal desveló algunos aspectos sobre "lo lento" que conducía Luis Blasco. Comentarios que el damnificado ha desmentido con vehemencia y poco éxito desde entonces, arrastrando una especie de "vergüenza" y leyenda negra nacida en aquel fatídico "limitador de velocidad".

A pesar de estos amenazadores antecedentes, "¿tu no conducirás, como Luisín, no?, jeje", confiaba en mi manera de llevar un automóvil, que no es lenta precisamente, y en el propio coche. Corre mucho. Lo último que quisiera es presumir de auto cual vulgar paleto, pero no es un "tractor" diésel sino 140 caballos de rabiosa gasolina. Y corre mucho. Corría mucho, vamos... hasta que salimos de Madrid a primera hora de la mañana de aquel jueves, en el que al poco tiempo de intentar avanzar deprisa por la carretera de Burgos parecía como si alguna mano malvada hubiese añadido unas gotas de somnífero a la gasolina. Igual que en esas pesadillas en las que intentas correr y no puedes porque parecen sujetarte, pisaba un acelerador que se volvía duro y pesado, imposible de apretar, y cuando lograba a duras penas hacerlo... ¡obras! Miraba a Javier cada vez que los tres o los dos carriles se convertían en uno, o que directamente nos hacían detenernos para escucharle decir "no pasa naaaaada, ahora se terminan"... y así durante cientos de kilómetros y varias hroas. Incluso en la autopista de peaje entre Vitoria y Pamplona aparecieron las temibles señales amarillas. Y le volví a mirar. Y no dijo nada.

Después de este trayecto infernal, atando cabos, me he dado cuenta de que el único elemento común a todos estos viajes, e incluso presente en otro desplazamiento de encajabaja a Salamanca en el que la carretera ¡se llenó de nieve! para no dejarnos correr... no es otro sino ¡Javier Vidal! Luis Blasco ha padecido durante años un injusto estigma de conductor lento que es preciso reparar. Nadie conduce despacio cuando Javier Vidal viaja de acompañante en un coche... ¡ES ÉL quien amodorra los motores! Logramos llegar, con un poco de retraso claro.







Todos los que jurado de los ÑH han sido hablan de "cansado" y "gran experiencia". Así que lo que no resultó ninguna sorpresa fue vivir una gran experiencia, tremendamente cansada. Como tampoco fue sorpresa el constipado que tenía, porque ¿cuándo no estoy constipado? Ayudó lo suyo, eso sí, en lo del cansancio. Como el extraño y supongo que inusual calor que hizo en Pamplona en ese comienzo del mes de octubre, calor hasta de noche intentando dormir unas pocas horas, muy pocas, con las ventanas abiertas, y los ojos...

Pero es cierto también lo de "gran experiencia", divertida y en la que, si quieres, puedes aprender mucho. Enriquecedor por la gente. Conocí a quien ya conocía, la única persona que en este canalla mundo del periodismo se dedica SÓLO a hablar bien de los demás en su exitoso blog de La Buena Prensa, y juntos, Miguel Angel Jimeno y yo, y los demás, nos reímos un montón cenando hasta muy tarde; conocí a Ramón Salaverría, a quien conocía ya también —internet tiene estas cosas, nuevas en las relaciones humanas seguramente— y fue para mí importante que se acercase y tuviera palabras tan amables para con lo que escribimos aquí alguien que para nosotros es una referencia absoluta, constatar que en una de las universidades con más prestigio internacional en lo relativo al periodismo se nos tuviera un poco en cuenta para nosotros es mucho. De verdad. Conocimos además a un grupo de alumnos que prestan voluntariamente labores de intendencia y organización en general a los premios con una eficacia asombrosa: Marta Zorrilla (@mzorri en tuiter), Laura Alzola (@lalzola), Judit Valdelana (@j_valdelana), y el sufrido Eric Mas (@absoluteric), con quien incluso vivimos momentos de cierto pánico que ya nos contará Javier Vidal en una próxima entrega.








Y conocí a Javier Errea con quien compartí menos risas (alguna sí) porque este gran diseñador del que ya hemos hablado aquí muchísimo, motivo por el cual no vamos a repetir elogios, tiene algo de amable lejanía, como si fuera británico... no sé. Posiblemente fuese una actitud de "distancia" intencionada hacia los miembros del jurado para evitar que inevitablemente haya quien piense que como organizador de los ÑH influye en las deliberaciones para obtener así más premios que otros. Ridículo. No van por ahí mis "pegas" hacia los premios, como explicaré más adelante. Se presentó al comienzo durante unos minutos, no estuvo durante ninguna deliberación y tan sólo compartimos cenas en las que se habló de todo y de nada e incluso de cosas muy interesantes que lamento no poder contar pero que nada tienen que ver con los premios. También se despidió en la última jornada, muy amable, muy rápido.



Sobre el "problema" de los premios que ya he mencionado antes, no referido a los de esta edición sino en general, tengo que aclarar mi punto de vista: en ellos se reconoce el trabajo tan sólo de entre quienes se presentan cada año, no de entre todos los periódicos, revistas y medios online que se publican. No hemos decidido, pues, cuál es el periódico mejor diseñado de España y Portugal, por poner un ejemplo, sino el mejor de los que se presentaban. Y las ausencias son notables en ésta y en las anteriores ediciones. Además, presentarse cuesta dinero... porque hay que hacer frente a todos los gastos que lleva organizarlo, que no son pocos.




Es un problema sobre el que ya he escrito y sobre el que pienso exactamente lo mismo después de haber formado parte de ellos este año. Y no soy el único, creo que incluso los organizadores son conscientes de esta circunstancia, y en esta edición existe la propuesta por parte del jurado de que conste en el libro que se edita con los trabajos premiados un listado de los medios que se presentan para que así quede claro qué se está valorando. Se me dirá entonces que cuál es la alternativa, y la respuesta es que no hay una solución fácil, ya que premiar entre todos requiere o bien que todos se presenten —circunstancia que no sucede ni parece que vaya a suceder— o bien que se elija entre todo lo publicado sin necesidad de presentarse. Pero esto último supondría una infraestructura de medios y personas que alguien debe financiar. ¿Quién? Pues, evidentemente, todos los medios... que ni siquiera quieren presentarse. Por si fuera poco, las tijeras, la brutal crisis, viene a complicarlo aún más. Una vez aclarado, ¿invalida esta circunstancia los premios? Pues no, pero sí los condiciona y hay que tenerlo presente.

Listado con todos los premios de esta edición.






Sobre el jurado hay que aclarar, primero, que todas las deliberaciones y votaciones hay que mantenerlas como "asuntos internos" que no deben hacerse públicos, por razones evidentes —juzgar el trabajo de otros siempre es un compromiso, además de difícil entre propuestas que son todas de calidad—. Hay que comentar y deliberar con asboluta libertad y ello exige absoluto secreto. Pero sí puedo mencionar una circunstancia de carácter general que me resultó muy grata.



Para contarlo tengo que explicar antes que, brevemente y de manera algo esquemática y por tanto no del todo exacta, las gentes del diseño periodístico se dividen —con todas las subdivisiones y matices que se quieran y que por supuesto existen— entre quienes se identifican más con la primera parte de la expresión, el diseño, y quienes lo hacen más con la segunda, el periodismo. Hay quien está más interesado en la forma que en el contenido —y no pasa nada mientras no se caiga en el extremismo fundamentalista de "lo bonito" que aquí hemos denominado "diseñismo"— y al revés —y tampoco pasa nada mientras logremos una cierta disciplina y el contenido no llegue a destruir la forma dañando así el mensaje periodístico—. Suele haber una brecha ¿irreconciliable? entre estas dos posturas... que se reconcilió de manera admirable en este jurado. Sin fricciones, de manera... natural, escuchándonos unos a otros y votando en consecuencia según los argumentos tuyos, y del otro. Quien no trabaja en un periódico atendió a quien sí; y en el otro sentido, quien más sabía de revistas nos explicaba claves que nos ayudaban a entender más y a valorar mejor entre miles de páginas, muchas de ellas ilustradas con tijeras. No son palabras bonitas para quedar bien con nadie —no sé hacer eso, aunque practicarlo más a menudo seguro que me vendría bien—, es exactamente lo que sucedió. Todos salimos de aquel magnífico edificio de la Facultad de Periodismo de la Universidad de Navarra con la certeza de que dando premios a otros... habíamos aprendido. Y nos divertimos. Y nos cansamos. Vergonzosamente porque Olga seguía echando fichas encima de las páginas casi a punto de parir, salía de cuentas la semana siguiente y allí estaba...








Cansado y gran experiencia... muy grande. Por eso, y porque pensaran en mí para ello, tengo que agradecer a Javier Errea y a Alvaro Gil que me invitasen a formar parte del jurado de los ÑH8 que ha deliberado y vivido dos días intensos en una ciudad tan maravillosa como es Pamplona. Tampoco son palabras vacías para quedar bien con ellos. Es agradecimiento de todo corazón, por el reconocimiento que lleva implícita la invitación a encajabaja y especialmente a la sección de Diseño del diario El Mundo de Madrid a los que de alguna manera he representado allí. No era yo solo, en Pamplona hablaban muy bien de todos nosotros, de nuestro trabajo. Y los he representado con todo el orgullo, porque hacer un periódico cada día junto a mis compañeros es también una gran experiencia... muy grande.



El sábado la Facultad estaba vacía de alumnos. Los miembros del jurado nos despedimos y al abrazar a Carlos Pérez de Rozas en la puerta del coche, camino él de Barcelona y yo de Madrid, recordé que se habían confirmado punto por punto las palabras que me dijo unos meses antes por teléfono, cuando aterrado y sorprendido le llamé para preguntarle qué podía hacer, que me habían llamado para ser jurado de los ÑH8. "Nos lo vamos a pasar muy bien, querido Mario", me dijo con su cariño y su entusiasmo de siempre, "y, además, vamos a recompensar el trabajo de gente que lo envía con mucha ilusión. Vamos a hacer feliz a la gente".

lunes, 17 de octubre de 2011

Maquetar deportes... cuando no eres un diario deportivo (V)

EL MUNDO se rediseñó por última vez en enero de 2009. Pero durante 2008 las formas y los conceptos de ese rediseño se dejaron ver en las páginas deportivas del periódico. El resultado fue tan satisfactorio y espectacular que el resto fue cuestión de tiempo. En 2008 se celebraron Eurocopa y Juegos Olímpicos, ocasiones especiales en las que un periódico debe probarse para ver si está a la altura de las circunstancias.

En junio de 2008 España, eterna aspirante, llegaba a Austria tras una repesca agónica y ciertamente desunida en torno a la figura del polémico Luis Aragonés. Pero una vez todo se redujo a un balón, asombró a medio mundo con una Eurocopa espectacular, donde se forjó una leyenda. Y un país entero, incrédulo después de tanta decepción histórica, se lanzó a la calle (y a los quioscos) para vivir ese acontecimiento -pensábamos- irrepetible. Afortunadamente, el fútbol nos quitó la razón a todos. Y las páginas de nuestro periódico, comenzaron una escalada de edición que ilustraba, fehaciente, el entusiasmo que se vivía en las calles. La sección de deportes empezó a crecer a la par que una selección desheredada comenzaba a asolar Europa.

Las páginas que empezaron a germinar en la cobertura de la Eurocopa tuvieron su brillante colofón durante los Juegos Olímpicos. De pronto, el periódico cambió. Y la imagen, gloriosa, explotó en sus páginas. El rediseño que culminaría a principios de 2009 tomó cuerpo y formas durante aquellos inolvidables Juegos de Atenas, al amparo de un material gráfico excepcional y de decenas de magníficas historias más allá de la estadística de un medallero.

El resto ya lo conocéis...


La toma de imágenes corrió a cargo de nuestro compañero de blog Quique Falcón y la edición del video corresponde a Javier Vidal

El próximo lunes, la sexta y última entrega de "Maquetar deportes... cuando no eres un diario deportivo"

Entregas anteriores:
Maquetar deportes... cuando no eres un diario deportivo (I)
Maquetar deportes... cuando no eres un diario deportivo (II)
Maquetar deportes... cuando no eres un diario deportivo (III)
Maquetar deportes... cuando no eres un diario deportivo (IV)

viernes, 14 de octubre de 2011

Jobs y un pequeño detalle, cuatro días después

Han sido días de mucho trabajo con la muerte de Steve Jobs. Primero, el Documentos que se hizo en el periódico y después las noticias relacionadas del día a día que iban en la sección. Además del Obituario, por supuesto.

A todo esto, hay que añadir el trabajo para Mercados, el suplemento económico de los domingos. Jobs ha sido uno de los mejores empresarios del siglo XXI y eso había que reflejarlo en las páginas salmón.

Para evitar dar otra vez el mismo enfoque que durante el resto de la semana, Juan T. Delgado, jefe de sección de Economía, pensó que lo mejor era centrarse en los éxitos comerciales de Jobs. Éxitos que supusieron el fracaso de otros, muchos contra pronóstico. En total, se decidió enfrentar seis productos Apple con sus respectivos rivales.

La primera idea fue hacer un solo texto largo e ilustrarlo con siluetas de todos los objetos (12, recordad) por debajo. Pero enseguida rechazamos la idea. Había que trabajar un poco más el concepto y que aquello no pareciera un bazar de un extra regalos.


Así que pasamos de un texto general a una idea que se adecuaba más a lo que buscaban en la sección de economía: un texto para cada enfrentamiento. Bastaba con llevar un poco más allá la edición de la doble página para dar con la clave. Pasar de algo general a algo particular. Ahí se hablaría de cómo el iPod revolucionó el mercado de los mp3, el iPhone "destrozó" a Nokia, o cómo el iPad ha dejado de lado a los netbook. Una vez planteada la idea, hay que llevarla a cabo. En total, iban a ser 6 textos para 6 enfrentamientos. Es decir, 12 imágenes. Siluetas preferiblemente porque darían más juego, serían menos estáticas.


Dividiendo la página en dos partes bien diferenciadas, dejamos una franja superior (aproximadamente 1/4) de la página para un texto general introductorio y una opinión. El resto de la página iría para los productos desglosados. Al principio se barajaron dos opciones para esta parte. En la primera tendríamos los objetos y sus textos. Y en la segunda se sacrificaban dos textos (los pertenecientes a software y animación) en favor de una imagen clásica de Jobs. Se descartó la segunda por un motivo: el suplemento salía el domingo, por lo que llegaría a los kioscos varios días después de la muerte de Jobs. ¿Cuántas fotos se habrían publicado ya? ¿Cuántas imágenes de televisión sobre su muerte? Cientos, miles. Había que saltar lo obvio y centrarse en otra parte. También se pensó hacer la división en vertical, en lugar de horizontal, pero no funcionaba, así que se rechazó rápidamente.


Una vez decidido esto y colocados los seis enfrentamientos en horizontal, tres por página, había que dar el toque final. Sueltos, sin el fondo con el que finalmente salieron publicados, "flotaban" en la página. Puede parecer una tontería, pero ese fondo gris sujeta los textos y fotos y los ancla a la página. Se barajó la posibilidad de dar la parte de la izquierda en gris y la derecha en azul para acentuar el enfrentamiento. Pero no podía ser así porque eso nos hubiera obligado a dar dos textos independientes por enfrentamiento y sólo hacía falta uno.



Al final, el resultado fue esta doble, todo sujeto y bien agarrado con un simple detalle como un fondo de color. Pequeños detalles. ¿Os suena?

miércoles, 12 de octubre de 2011

Encajabaja vuelve a participar en las III Jornadas de Diseño de la URJC



Las Jornadas de Diseño en la Sociedad de la información cumplen su tercera edición y se han convertido ya en todo un clásico del panorama diseñil madrileño. Organizadas por nuestro querido Pedro Pérez Cuadrado, maestro de periodistas, la Universidad Rey Juan Carlos en Fuenlabrada acogerá este octubre unas jornadas dedicadas al mundo de las revistas y magazines.


Imagen de las Jornadas del año pasado, todo un éxito de público.

Encajabaja ha participado en las dos anteriores ediciones. Y en esta tercera edición no sólo volvemos a participar, sino que además lo hacemos por partida doble: Luis Blasco, fundador de este blog y miembro de la sección de maquetación de EL MUNDO, participa en la primera jornada de los encuentros con la ponencia “La diferencia de maquetar para un diario o una revista”. En la segunda jornada, otro encajabaja, Quique Falcón, ex compañero de maquetación de EL MUNDO y flamante editor de videos en Orbyt participará junto a su jefe de sección, Alberto Prieto con la ponencia “El lenguaje visual: maquetación tradicional o adpatación a la tableta”


Encajabaja con el gran Navia, en las jornadas del año pasado. Este año será el turno de
Luis Blasco (segundo por la izquierda, al fondo) y de Quique Falcón (último empezando por la izquierda)

Junto a nuestros compañeros encajabajistas, participarán en las jornadas Francisco Ramírez, director de arte de la revista ¡Qué me dices!, Manuel Chacón, fotógrafo especializado en viajes, Javier Moya, director de internet en Spainmedia Magazines, Mónica Rabino, Juan G. Corchete y Mar Calatrava los tres de Prisa Revistas y nuestro queridísmo Ricardo Curtis, maqueta, director de arte y uno de los tipos más sabios y entrañables de la prensa nacional.

Todo esto, el 26 y 27 de octubre (calendario completo, aquí), en horario de mañana y de tarde.

lunes, 10 de octubre de 2011

Maquetar deportes... cuando no eres un diario deportivo (IV)

DXT es una revista. Y eso hace que sus temas no sean los de la sección diaria del periódico. En DXT el enfoque es decisivo. No importa tanto el partido en sí como las historias, las noticias que surjan de un calendario que ya conocemos de antemano... o por lo menos esa es la idea. No es un producto fácil de hacer, ni cómodo de trabajar... pero es una delicia para leer un lunes, y un reto considerable para editarlo y maquetarlo.

DXT tiene secretos. Y en esta entrega los contamos.




DA GUSTO VOLVER A CASA...

Este video tiene una historia especial. La toma de imágenes es de Quique Falcón y ha sido editado, como toda esta serie, por Javier Vidal. Pero este video es distinto. Fue editado en uno de los despachos del área multimedia de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra. Esto fue posible gracias a la generosidad de Paz Ugalde, directora de comunicación de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra y de Miguel García San Emeterio, secretario de la Facultad de Comunicación, y compañeros ambos de mil batallas con Javier Vidal en aquella nuestra querida promoción del 98.

El imponente edificio de Ciencias Sociales de la Universidad de Navarra

Editando "Maquetar deportes..." en un despacho de Fcom mientras
Mario Benito participaba como miembro del jurado de los Ñh08

Entregas anteriores:
Maquetar deportes... cuando no eres un diario deportivo (I)
Maquetar deportes... cuando no eres un diario deportivo (II)
Maquetar deportes... cuando no eres un diario deportivo (III)

jueves, 6 de octubre de 2011

iPost

Al principio fue la tipografía (inicio)

La sorpresa al entrar en aquella redacción y ver por primera vez los ordenadores Macintosh encendidos, con páginas completas en sus pantallas, fotografías y tipografías incluidas, no ha podido ser igualada desde entonces... hace ya más de 20 años.

Páginas de "publicidad" —la 'chapa' de toda la vida, consultar 'Diseñario'— publicadas en las primeras semanas de la salida a los quioscos del diario El Sol, de Madrid, en 1990

Me explico. Comencé a trabajar en las artes gráficas, con los primeros ordenadores que se aplicaron en la fotocomposición, o los segundos, tampoco nos pasemos. Ordenadores que "dirigían" una enorme cámara fotográfica que llamábamos filmadora en cuyo interior había que incorporar las matrices de los tipos de letra grabadas en un disco de cristal, carísimo por cierto, y que yo cambiaba con las manos temblorosas cuando en vez de en Times había que componer un texto en Helvética, por ejemplo. Y sin mezclarlos, claro. Eso después, a mano, con un cuter y pegando papeles.

En la pantalla del ordenador tan sólo se veía un fondo negro y letras verdes, todas iguales en forma y tamaño, sí, como lo de Matrix, exactamente así. Las pantallas no representaban las tipografías, ni las negritas o cursivas, ni los tamaños mayores de los títulos. Hablar ya de que hubiera una fotografía "dentro" de un ordenador... nos hacía sonreír con gesto sarcástico... cuando algún enterado nos contaba que ya había ordenadores así.

Y no pasó mucho hasta que en 1990 conseguí una entrevista de trabajo en un periódico de Madrid, con El Sol como cabecera, en cuya redacción no habría papeles, según corrió la voz por la ciudad... porque trabajarían con ordenadores macintosh en red. Sí, aquellos de los que me habían hablado. Y entré, y los vi encendidos, y vi las páginas, con la tipografía, con las fotografías... No puede compararse siquiera con la experiencia actual al utilizar un iPhone o un iPad, algo que, no obstante, es también absolutamente sorprendente.



Que el principio de todo fuera la tipografía, como nos cuenta el propio Jobs en este discurso ya conocido pero que durante el día de hoy ha sido enlazado por todos los lugares del planeta, lo explica todo. "Fue la primera computadora con una tipografía maravillosa", les dice Jobs a los alumnos que se gradúan en la Universidad de Stanford después de detallarles que dejó sus estudios universitarios apenas 6 meses después de haberlos empezado, y que se quedó como oyente en distintos cursos, uno de ellos de "caligrafía". "Nada de esto tenía la mínima esperanza de aplicación en mi vida. Pero gracias a ello, diez años después, todo esto regresó a mí. Y así diseñamos el Mac... De no haber asistido a ese curso los Mac no hubieran tenido esas tipografías o fuentes proporcionalmente espaciadas. Y como Windows sólo hizo una copia de Mac, cabe la posibilidad de que ningún ordenador las hubiera tenido nunca".

Mario Benito


La herramienta (presente)

Lo reconozco sin rubor alguno: soy un converso. Un usuario que tuvo que caer desde lo alto de su blanco caballo clónico para encontrarse a sí mismo camino de Damasco Store.

Soy periodista. Y soy un maqueta. Pero soy de aquella generación que abrazó el PC probablemente por el mismo motivo que abrazó el VHS y no el Beta... porque era más barato, porque era más compatible, porque se compraba en la tienda de tu barrio... porque en el videoclub había muchas más películas... nunca porque fuera lo mejor. Pertenezco a esa generación... perdida. Perdida en el MS-DOS y su impenetrable código. Perdida entre procesos de instalación dignos de ingenieros industriales. Absolutamente perdida comtemplando aquello que pensaba que era la representación fidedigna del color y la tipografía en pantalla. Una generación que abrió una ventana... y se asomó a un abismo críptico e infinito...

Soy periodista. Y soy un maqueta. Y soy un converso. Para convertirse no basta con la voluntad. Convertirse requiere que tu interior se remueva. Convertirse es el acto máximo de amor, porque para convertirse hay que negarse a uno mismo... y eso no es un proceso racional, sino de entrega...

Tengo un Macbook Pro desde hace un año. No penséis mal, lo compré porque me hacía falta... es decir, NECESITABA TENERLO... El bueno de Mario Benito tuvo la generosidad de prestarme el suyo unos días para preparar una presentación en Keynote... Y me enamoré. He de decir que no fue amor a primera vista, llevábamos unos años haciéndonos los encontradizos.Empezó de la forma más inocente, cuando entró en mi casa un iPod. Fue la primera vez en la que pensé que aquella pequeña belleza blanca valía todos y cada uno de los centímos que me costó. Fuimos inseparables durante años y ahora preside el salón de mi casa, inundándola de música a todas horas, intacto, elegante... radiante. Demasiado bello para alguien que se crió con un PC...

Soy periodista. Y soy un maqueta. Y soy un converso. Durante años he defendido que en nuestro trabajo en los periódicos y en la vida, lo importante es la cabeza del usuario, que la herramienta era lo de menos... Desde que tengo un Mac, ya no estoy seguro de nada, no me atrevería a aseverarlo con esa contundencia. Con la herramientas adecuada, la cabeza vuela hasta cotas que antes no habías imaginado. La temida barrera tecnológica es intuitiva y accesible desde el teclado de mi Mac.

Soy periodista y los Macs han sido una constante en las redacciones de todo el mundo. Soy un maqueta y aunque el ajuste de costes ha expandido los PC en las redacciones, todos hemos vivido nuestras mejores páginas en las pantallas de algún Mac. Y soy un converso, porque estoy perdidamente enamorado del mío, una herramienta que me hace mejor usuario, un prodigio que me facilita las cosas. Un ordenador que me ayuda a pensar diferente, a preocuparme por el fondo y no por la forma.

Los genios tienen éstas cosas. Esta mañana planteábamos en un despacho el Documentos homenaje a Steve Jobs. Todo el mundo daba su opinión, algunos más entusiasmado que otros. Ricardo Martínez, seguramente, el mejor ilustrador del planeta Tierra, apenas participaba. Preguntó cómo iba a ser la portada que tendría su ilustración y se marchó a su despacho. A los diez minutos volvió con estos dos bosquejos para la ilustración de portada. A los diez minutos...
Hace años que le conozco y no deja de sorprenderme. Su virtuosismo extremo, su absoluta genialidad. En diez minutos, con unos sencillos trazos de bolígrafo, trajo estos dos dibujos, perfectamente publicables ya en cualquier medio:


Boceto inicial de Ricardo. Tardó diez minutos en hacer ¡los dos!


Dibujo definitivo de Ricardo. Empiezan a faltarnos los adjetivos... Una auténtica obra maestra.


Página completa del Documento especial


Pocos homenajes a Steve Jobs podrán gloriarse de estar a su altura. Sin duda, esta ilustración de Ricardo lo consigue. El homenaje de un genio para otro genio.

Javier Vidal



Presente (¿y futuro?) iFácil

Escribo estas primeras líneas desde un iPhone. Hace tiempo que tengo un iMac y desde hace 6 guardo cientos de canciones en un iPod que un colega me trajo de "estraperlo" de USA y que escucho intermitenmente según mi estado de ánimo.

Desde hace un par de años (¿¿tan pocos??) tengo en mis manos un iPhone y lo he convertirdo en un apéndice más de mi cuerpo. Dicen mis compañeros que escribo muy rápido en ese [físicamente] inexistente (¿?) teclado. Que tengo unos pulgares prodigiosos. Puede ser, pero me sale natural. No puedo hacerlo despacio. Y desde que lo tengo no he podido estar mucho tiempo alejado de él (a pesar del disgusto de mi chica; ¿os suena?). Pero es que engancha.

Ha cambiado la forma de comunicarnos (no sé si para bien o para mal, creo que lo primero) y me gusta. Me gusta que mis colegas estén a golpe de Whatsapp, saber cómo llegar a un sitio si estoy perdido en medio de una ciudad, qué bares recomiendan cerca de una plaza, reconocer una canción a un pulgar de distancia o saber qué es lo último que se comenta por twitter. O escribir esta parte del post con el iPad desde el sofá de mi casa. Esto lo pueden hacer otros, sí, pero ni es lo mismo ni fueron los primeros.



No quiero decir que Jobs sea mejor que esos personajes históricos que cambiaron el mundo de otra forma, con mucho esfuerzo y sacrificios personales de elevadísimo precio. Pero ese chaval que fue dado en adopción nada más nacer, que abandonó la universidad porque sus padres adoptivos no la podían costear y que fundó con apenas algo más de 20 años una de las compañías más grandes del mundo, ha hecho (y esperemos que siga haciendo) que determinados aspectos de la vida fueran extremadamente fáciles. iFáciles. Y eso es difícil de olvidar si tienes la "i" entre manos todo el día.

Luis Blasco


Think different
Nuestro homenaje a quien era un verdadero emprendedor



Vídeo: Quique Falcón

Adiós a iGod

Acaba de fallecer Steve Jobs, fundador de Apple, mago de la tecnología y del diseño.
La página web de Apple, de luto minimalista:









Adiós a iGod