lunes, 30 de enero de 2012

El museo de la imprenta de El Puig



Es un gran museo, el primero de España dedicado a la Imprenta y —según sus responsables— el segundo en importancia de Europa tras el de Maguncia, situado en varias salas del soberbio Real Monasterio de El Puig de Santa María, en una pequeña localidad valenciana a muy pocos kilómetros de la capital, el Puig. Es el Museu de la Impremta i de les Arts Gràfiques.



Se inauguró en 1985, pero entre 2007 y 2008 se remodelaron y ampliaron sus instalaciones pasando de los 250 metros cuadrados originales a los actuales 1.800 de sus seis salas, con un presupuesto de unos 800.000 euros —inversión en cultura, que no todo ha sido derroche y despilfarro absurdo en la Comunidad Valenciana—, en los que hay más de 60 máquinas de impresión además de máquinas de composición de textos e incluso de fundición de tipos, junto a una importante colección de obra gráfica.

El recorrido histórico que nos propone el museo comienza en la denominada "Sala Gútenberg", en la que se representa fielmente un taller de impresión del siglo XV, con facsímiles impresos entre los que destaca la famosa Biblia de 42 líneas obra del propio Gútenberg editada en 1454 o los primeros libros impresos en Valencia (Obres e trobes en lahors de la Verge María, impreso por Lambert Palmar en Valencia en 1474 está considerada la primera obra literaria salida de una imprenta en nuestro país) además del Tirant lo Blanc (1490), todo ello junto a una réplica exacta de la prensa de madera que utilizó el maestro alemán, la "auténtica joya del museo", nos dicen.





Biblia de 42 líneas de Gútenberg (facsímil)

También hay en esta primera sala cajas de imprenta y chivaletes con tipos móviles de distintas familias y cuerpos, junto con el resto de útiles para la llamada composición manual, porque los textos se creaban carácter a carácter...











La segunda sala, junto a la entrada, es donde se exponen las denominadas Minerva, esa especie de máquinas de imprimir "portátiles", manuales, de pedales otras y las últimas con motor, impresoras del siglo XIX que tanto éxito tuvieron hasta el extremo de que incluso alguna sigue utilizándose:



Inmediatamente después, la tercera sala denominada "Historia de la imprenta", muestra en grandes paneles esta historia junto a la evolución tecnológica con la exhibición de las propias máquinas, desde las mencionadas Minervas tipográficas, las Boston de tintaje de plato o cilíndrico, pasando por las plano cilíndricas, hasta llegar a las máquinas automáticas, de las que podemos ver una Heidelberg (número 1763, de las 180.000 que se llegaron a producir en todo el mundo).






En la siguiente sala de las "Artes gráficas" los paneles describen la evolución de la tipografía, los más importantes tipos de letra junto a los tipógrafos que los crearon y se muestran máquinas que abarcaron todo el proceso de fundición en España, desde los principios del siglo XIX hasta la actualidad: fundidoras de tipo, linotipias, ordenadores de fotocomposición hasta llegar a autoedición de los Mac...




Diversas máquinas para fundir tipos de metal, de más antigua a más moderna






Linotipia, con varios detalles. El antepasado directo de nuestros teclados. De la composición manual se pasó a la mecánica, con la denominada composición en caliente, porque fundía líneas de texto en plomo según se iban componiendo




Evolución de la denominada composición en frío posterior a la linotipia: la fotocomposición, procedimiento que utilizaba fotografía controlada por ordenador y la posterior digitalización absoluta de los actuales sistemas de autoedición representadas por un Mac


La sala termina con la muestra de un escáner cilíndrico y de una máquina de offset, una de las piezas más emblemáticas de las creadas en España, una Oris de cuatro colores. A continuación la sala de "Artes Impresas" se centra en los procedimientos finales de xilografía, grabado y encuadernación de los libros, además de un gran espacio dedicado a la muestra de más de 60 incunables impresos en nuestro país. Finalmente, terminamos en la sala de "Difusión", en la que se incluye un espacio dedicado a la prensa valenciana desde sus orígenes: periódicos, máquinas rotocilíndricas... hasta una camioneta de reparto de 1902.






Completísimo recorrido, pues, a través de toda la historia de la imprenta desde Gútenberg hasta hoy el que nos ofrece el Museo de la Impremta i de les Arts Gràfiques del Puig en un edificio renacentista, además, absolutamente impresionante pero que ese día estaba cerrado. Claro que no nos importó porque, al final, el guía y portero se encargó durante la mañana de ir formando un grupo con los visitantes del museo con los que quedó en la puerta para, una vez cerradas sus salas, comenzar una visita guiada bajo cuerda y a cambio de "la voluntad" que él mismo fijó en varios euros por persona. Recorrimos diversas estancias en voz baja, asomando primero la cabeza antes de entrar "por si hay moros en la costa", el magnífico y luminoso claustro, la muestra de incunables... shsss!



Y si hasta el momento el Museo de la Imprenta de El Puig era el primero y ¿único? de España, ahora al menos tenemos un segundo porque acaba de abrir sus puertas al público en Madrid la Imprenta Municipal - Artes del libro... de la que muy pronto os contaremos todo.

jueves, 26 de enero de 2012

Sin posibilidad de error... ¿o sí?

Seguro que en más de una ocasión habréis escuchado hablar de ese "bendito problema" que de vez en vez, no tantas como ellos quisieran, se les presenta a los entrenadores de fútbol —sirve, supongo, para cualquier otro deporte de equipo— cuando tienen que elegir entre un futbolista que está muy en forma y otro que no lo está menos para el mismo puesto.

Pues ese mismo problema de tener que elegir entre lo mejor y lo mejor nos sucedió hace días, pocos, precisamente en relación a las fotografías de un reportaje sobre un entrenador de fútbol: Marcelo Bielsa, actual míster del Athletic Club de Bilbao. Nos encontramos con la dificultad de que al tener que elegir una, sólo una, pues había que descartar el resto de magníficas fotografías que nos envío Patxi Corral, uno de nuestros foteros en el País Vasco, a quien tenemos que felicitar desde aquí por el gran trabajo que hizo en aquel entrenamiento, previo al enfrentamiento con el Real Madrid.

La primera idea fue la de utilizar una fotografía digamos clásica, de Bielsa "haciendo" de entrenador. Y compusimos una página doble en función de la imagen elegida:



Es una gran foto, porque a pesar de estar rodeado por sus jugadores, el protagonista es él... eso sí, no lo suficiente para la idea que tiene el jefe de Deportes. Quiere más protagonismo aún para Bielsa, motivo por el cual buscamos una segunda opción, que nos obliga a remaquetar la doble aunque respetando todos los elementos y la extensión de los textos, que eran ya los reales.



Sigue haciendo de entrenador, su gesto es definitivo; aparece uno de sus jugadores. Es otra gran imagen aunque tal vez tenga menos fuerza. Y probamos con otra:



Fotón, fotón absoluto. Habéis visto el gorro, cómo se destaca el escudo del Athletic en el pecho de Bielsa, cómo llueve hasta casi mojarnos y cómo llenan ambos la imagen. Tal vez demasiado, sobre todo Llorente... que no debería ser el protagonista y lo es, aparece el primero a la izquierda, es mucho más grande, demasiado... Volvemos a probar.



Fotón, absoluto fotón. Es impresionante que cuando lo habitual sea lo difícil que nos resulta encontra una imagen realmente buena, nos encontremos con todo esto. Miramos hacia atrás, con cuál me quedo... Esta última tiene una composición que raya la perfección, eso es Bilbao, Lezama, el entrenador y el grupo de futbolistas ¡bajo un paragüas! Bielsa medita, ¿tácticas de juego? Es un auténtico estudioso del fútbol pero en esta imagen vuelve a perder tamaño y protagonismo. ¿Probamos otra más?



Sin palabras. ¿Otra?



Fotón tras fotón... En esta última Bielsa tiene un tamaño más equilibrado, la composición es también impecable y además tiene más movimiento que las anteriores, motivo por el cual nos decidimos finalmente por ésta. Que salió impresa como podía haberlo hecho cualquier de todas las anteriores... y de incluso alguna más que no nos dio tiempo a probar por aquello de que los periódicos impresos siguen teniendo una hora de cierre, a la que llegamos a veces con algún "bendito problema" en el que no hay posibilidad de error, ¿o sí?

Con cuál de las imágenes habríais acertado vosotros:


lunes, 23 de enero de 2012

Blanco Salmón

A lo mejor muchos de vosotros tuvisteis ayer una sensación rara al salir del kiosco y comprar los periódicos del domingo (o al descargarlo de Orbyt). Había algo en El Mundo que no cuadraba. No tenía las típicas páginas color salmón que asoman del centro del periódico. Media vuelta y a reclamar al kiosquero que te dé un ejemplar completo.


Pero no. Está bien. No habrá más color salmón los domingos. Mercados, el suplemento de información económica de El Mundo se pasa al blanco. Puede parecer un paso traumático, acostumbrados a muchos años de papel rosa los domingos. Pero es un paso más allá en busca de un producto mejor y diferenciado.






Aprovechando la ocasión, y porque al suplemento le venía muy bien después de 200 números (cómo pasa el tiempo) Carmelo Caderot, director de Arte de El Mundo, y Manolo de Miguel, jefe de maquetación, decidieron darle una vuelta al diseño del mismo. Y se la han dado completa.







Con la Neo Sans por bandera, que ya se introdujo en el periódico en el último rediseño, se busca un diseño más limpio, un poco menos abigarrado y de mayor impacto. Fuerza que también se busca con los titulares en mayúsculas y el uso y combinación del rojo en varios tonos en tramas, antetítulos, subtítulos y sumarios.

Este primer número es especial, una veintena de páginas sobre cuáles son los retos que tiene que afrontar España en 2012, el que dicen que será un mal año, peor incluso que el anterior (es eso posible). Algo que estamos empeñados en desmentir.





sábado, 14 de enero de 2012

Periodismo visual

A páginas como ésta nos referimos cuando hablamos de periodismo visual:

lunes, 9 de enero de 2012

A veces hay que penar...

En alguna ocasión hemos hecho referencia en éste, vuestro blog, de cómo funciona el proceso de creación de una página. Algunas veces (las menos) la solución está ahí desde el principio, o se presenta más o menos sola... Y otras veces (la mayoría) una página es el fruto de una búsqueda continua, de probar y probar cosas, de ir conquistando los metros centímetro a centímetro... Y es que a veces, hay que penar...

Este caso con el que inauguramos año y flamante nueva cabecera, ocurrió el pasado diciembre. Nuestro suplemento dominical Crónica informaba de una de las iniciativas del nuevo gobierno de Rajoy: suprimir los puentes. Los días de fiesta que pudieran facilitar la huida masiva de los trabajadores pasarían en su mayoría a celebrarse el siguiente lunes, y así se unirían al fin de semana evitando parones de producción. Pero existían dos problemas. Uno, claro, no teníamos ninguna imagen para ilustrar esta información. Y Crónica no suele abrir con una ilustración. Y segundo, nuestro Director de Arte no estaba en Madrid esa semana. Y él tiene una visión privilegiada para este tipo de problemas, suele ver las páginas a la primera, para admiración/frustación de quien escribe esto... Así que nos pusimos a ello Manuel de Miguel, nuestro redactor jefe, y un servidor con cara de a ver por dónde se le hinca el diente a este morlaco...

Y, como suele pasar la mayoría de las veces, nuestro primer intento fue un fracaso absoluto... Para la portada decidimos fabricar un calendario completo, exhaustivo, de cómo quedarían las fiestas de todo un año con la modificación propuesta por el PP. Cómo había sido hasta hoy y cómo se vería modificada por la nueva norma... En el papel nos pareció a todos una idea magnífica... y facilísima de ejecutar. En el papel, claro... ¡Cuántas veces habremos dicho, aquí y en la redacción, por activa y por pasiva, que en un papel todas las maquetas funcionan... Absolutamente todas. Es algo así como tirar un penalti por la tele: lo metemos todos por la escuadra, fijo. Pero luego hay que verse ahí, delante del portero. O frente a una pantalla, terca e implacable. Suele ser el papel el que le quita la razón a la pantalla, a veces cosas que parecen funcionar en pantalla no soportan el rigor del papel impreso... Pero un garabato de papel no siempre funciona cuando lo encajas en pantalla... Y en esa fase, una vez has hecho todo el trabajo, es cuando te das cuenta de que llevas haciendo el chorra toda la tarde... Y eso, exactamente es lo que nos pasó...

Sobre el papel parecía una buena idea... pero era una auténtica locura...

Después de tabular los 366 días de 2012, con sus meses, festivos, negritas y fechas en rojo... llegó el momento de reclinarse en la silla y buscar un poco de distancia... Fracaso absoluto. El resultado era un galimatías de colores, fechas que bailaban y datos confusos... Clarísimamente, no funcionaba.

Crónica se cierra los viernes, y acabábamos de perder la tarde del jueves. ¿Perdida? Nunca. Lamiéndonos las heridas de nuestro amor propio magullado, habíamos conseguido centrar el problema. A veces hace falta un fracaso humillante para ver el problema en toda su dimensión y conseguir eso tan difícil que es un planteamiento sencillo. Aquella amalgama de números era una representación gráfica de quien tiene todos los datos. No un concepto asible para quien se acercara por primera vez al tema. Ante dudas, siempre lo decimos, hay que ponerse en el lugar del lector. Y aquello era incomprensible. El caso era especialmente sangrante porque llevamos años discutiendo con los redactores de los suplementos sobre las virtudes de una buena portada. Una buena portada es la que te incita a seguir leyendo, la que te invita a entrar, no la que te cuenta todo en la primera página. Muchísimas veces hay que frenar la intención del redactor de contar todo en la portada (y no es nada fácil) y resulta que nosotros habiamos caído en el mismo error. Toda la información de golpe a la vista del lector sin contexto ni anestesia... Imposible de entender hasta para nosotros, que conocíamos el tema. Por lo tanto, había que simplificar.

El tema venía a cuento porque entrábamos en la semana del puente de la Constitución... Por lo tanto, ahí estaba la solución. Habría que ilustrar el cambio con algo que fuera inmediato para el lector. Y qué hay más inmediato para un lector que el puente que empieza ese mismo domingo. Ya no teníamos que explicar nada, era bastante obvio al centrarnos sólo en esos siete u ocho próximos días. Después de consensuar un boceto con Manolo de Miguel, picadísimo, me quedé en la redacción planteando las bases de esa nueva portada.



Bocetos de la siguiente idea: comparar dos semanas iguales. Nos vamos acercando.


En este nuevo modelo de portada comparamos sólo una semana, de cómo es a cómo quedaría... Es más directa sin ser la bomba y menos compleja. Aún así, necesita demasiada explicación, pero bueno, confiamos en nuestros lectores. El caso es que hemos mejorado notablemente la primera opción, que ahora recordamos con sonrojo...

Cuando llegué a casa esa noche, bastante más tarde de lo habitual, recibo un SMS en mi teléfono. Era Manolo, nuestro jefe, que seguía dándole vueltas en su casa. A muchos de vosotros, que estaréis enfermos de lo mismo que nosotros, os sonará esta enajenación profesional, que te obliga a seguir dándole vueltas a las páginas en tu casa. Afortunadamente, esto sólo nos pasa de vez en cuando... "Sigo con ello" me ponía. Yo le contesto que hemos conseguido poner en pie una portada que podría funcionar. Se la explico y me dice que le va a dar un par de vueltas más...

A primera hora del viernes recibo otro SMS de mi jefe: "Creo que he dado con la solución. Es arriesgada y hay que verla en papel", me dice. "Vente pronto"... Y cuando llego a la redacción me lo encuentro con varios bocetos más. Partiendo del último que intentamos poner en funcionamiento la noche anterior, llegó a la conclusión de que la propia semana tenía que ser la imagen de la portada. Y bocetó esto...



En la primera opción, un elemento en horizontal rompe tanta verticalidad, en la segunda vamos a tumba abierta...

La primera obviedad es la mancheta en vertical, algo habitual en otras publicaciones, pero no en Crónica. Y en ambas páginas, la duda de si colocar la cabecera al pie de la página o arriba. Eso se verá mejor en pantalla... si el papel no dice lo contrario. El calendario funciona muchísimo mejor así, adquiere entidad gráfica suficiente como para ser la ilustración de la página... El problema de estos ejemplos una vez en pantalla es el texto en vertical: mala lectura y quizá exceso de cosas en vertical. La mancheta y el calendario funcionan, el texto empeora el asunto. No pasa nada. Empezamos a transitar el buen camino. Más pruebas...


Titulación en horizontal. Mucho mejor equilibrio. Podría ser la buena...


Ahora sí. El contraste entre la verticalidad de la cabecera y el calendario, que dominan la mayoría de la página con la titulación plantada en horizontal y a la que ayuda la mancha de color arena identificativa de Crónica hace que la página funcione mucho mejor... Lo que ya quedó descartado en las pruebas anteriores es la posición de la cabecera, mucho mejor en la parte superior. Abajo quedaba sin presencia. Ya en pantalla, el remate final se lo dio prolongar el luto arena de la cabecera por toda la página. Ayudaba a integrar todos los elementos... El resto, utilizar la tipografía con cabeza. Y lo que presentamos en el despacho fue esto:

Casi estamos...

Para sujetar mejor el texto, pusimos un título falso generoso, de cuatro líneas... En bolígrafo en la foto, el título defintivo, que nos haría modificar ligeramente la mancha. La idea seguía siendo que fuera lo mayor posible, para ayudar a que la página se plante. Una vez conseguido, tenemos la portada definitiva. Y dentro, en un gráfico, contamos lo que quisimos contar en el primer boceto en la portada: el tema. De esta forma conseguimos las dos cosas: una portada impactante y sugerente y una lectura coherente, dosificando correctamente la información.




A veces, las cosas no salen a la primera, está claro...

BOCETOS: MANUEL DE MIGUEL.

domingo, 1 de enero de 2012

Cosas que cambian y cosas que no cambiarán nunca

El recuerdo inmediato es la sensación de tener la punta de la nariz absolutamente congelada. Enterrado bajo cuatro espesas mantas, aplastado por su cálido peso, el cuerpo mantenía el calor a duras penas. Enredada entre los pies estaba la bolsa de plástico rugoso, ahora helada, que encendía el termostato de la cama cuando se introducía llena de agua a dos mil grados debajo de las mantas... Si los pies se mantienen calientes, sobrevivirás otro invierno...

Recuerdo bajar por aquella escalera que se me hacía enorme y altísima y que me daba miedo por la noche si sabía que mi abuelo no estaba arriba esperándome. Y mi vaho. Mi propio vaho, como compañero perpetuo en aquellas vacaciones maravillosas en casa de mis abuelos en Martos, aquel pueblo de Jaén, donde el frío te cortaba la cara y las navidades eran todo lo que tienen que ser las navidades: familia, amor y la ilusión desbordada en los ojos de los más pequeños.

Y recuerdo levantarme siempre temprano los días 1 de enero con mi hermano, y al bajar a la sala encontrarnos a mis abuelos y a mis padres desayunando. Y correr a sentarme con ellos, en el brasero, mientras mi abuela me preparaba el mejor desayuno del mundo y los demás veíamos en la tele aquellos saltos de esquí, cuyo principal interés residía en ver si alguno se mataba... Para los no iniciados, un brasero es un recipiente metálico que se colocaba bajo una mesa con brasas de una chimenea o de una cocina de leña... para mantenerse caliente y con vida. No hay mejor forma de que una familia se siente en torno a una mesa. Los braseros mantenían a las familias unidas... Te tapabas con las faldas de la mesa hasta la cintura y... sobrevivías al invierno, con los pies calientes. ¿Y los brazos, pensaréis? Mi abuela, que era una mujer de pueblo, y por lo tanto sabia, siempre decía: “Los brazos no son del cuerpo...”

Aquellos 1 de enero no había periódico. Si salías a la calle, no había nada abierto donde poder comprarlo. Todos los quioscos, todas las papelerías, todo estaba cerrado. Era 1 de enero.

No entiendo porqué, todos los 1 de enero me pasa lo mismo. Me acuesto tarde, me levanto siempre temprano y aprovecho que todo el mundo duerme en casa para, tranquilamente, volver al brasero de mis abuelos y desayunar con ellos.

Pero hoy ha sido distinto. Hoy he encendido la tele, casi mecánicamente, pero hoy no había saltos de esquí... Y hoy, día 1 de enero de 2012, sí hay periódico. EL MUNDO hoy publica un periódico en Orbyt, desmarcándose de la tradicional ausencia de periódicos el día de Año Nuevo. Los quioscos siguen cerrados, pero Orbyt no cierra ningún día del año. Y ayer, día 31, estuvimos en la redacción de EL MUNDO preparando con el mimo habitual el número de hoy. En Orbyt lo tenéis si estáis interesados y si el alcohol de anoche no os ha convertido el cerebro en una yema bamboleante...


Nuestro director decía ayer en la redacción y en twitter que era un día histórico. El tiempo lo dirá... El caso es que hoy ha salido EL MUNDO. Y no han dado los saltos de esquí en la tele por la mañana. La vida es así y la tecnología avanza y derriba fronteras. Algunas cosas no cambiarán nunca, pero otras tienen que cambiar antes o después. Incluso veremos cuántas cosas cambian a partir de hoy... Por lo pronto, yo hoy he vuelto a desayunar con mis abuelos, sentado con ellos en el brasero, con los pies calentitos... Y luego he leído mi periódico, el de hoy, de arriba a abajo en mi iPad.