lunes, 26 de mayo de 2008

Diseñario (XIX)

Nueva entrega semanal del Diseñario en la que el comité de expertos confía en que no haya "ausencias notorias", motivo por el cual trabaja duramente semana a semana esperando aportaciones de todos sus miembros, y por supuesto de cuantos quieran participar. Porque ya sabéis, se trata de una obra irreverente, sin pretensiones académicas y colectiva, abierta a todo tipo de términos que, como se ha dicho en más de una ocasión, aunque no se incluyan ahora por habérseles pasado el orden alfabético, aparecerán en la versión revisada final.





K


Kerning. O kern, no es el nombre de ningún diseñador americano ultramoderno. Es, simplemente, el espacio existente entre dos (a veces tres) caracteres individuales y está definido en un tabla para cada tipo de letra. El kern es proporcional, ya que es del mismo tamaño en puntos que el cuerpo de los caracteres. Los pares o tríos de kerning son "excepciones" que definen los diseñadores de tipografías para resolver problemas entre distintos tipos de letras, como por ejemplo cuando una "l" y un "i" van juntas. De no existir el kerning estas dos letras quedarían muy separadas. Sin embargo, al aplicar la tabla de kerning estás letras no se juntarán y así no parecerá que se odian como Pimpinela.
La palabra kerning deriva de la palabra inglesa "corner" (esquina, rincón, y en su acepción como verbo, arrinconar, tal y como se hace con las letras). En los tipos de metal hace referencia a ese pequeño saliente que tenían que hacer los tipógrafos en las piezas de plomo debido a la morfología de algunos caracteres para que la siguiente letra no quedara muy separada visualmente. En la tipografía digital, el kerning se aplica a cada pareja de letras y es un número que se añade a las características de espaciado de la letra.
No se debe confundir con interletreado o tracking. El tracking lo llevan todas las letras y es la suma de espacio para que se acerquen o alejen entre sí.

King-Pao. El más antiguo periódico del mundo... según quién cuente la historia. "King-Pao" o "Tsing-Pao" (las transcripciones del chino es lo que tienen) viene a ser algo así como "Noticias de la Corte", fuera de China se le llamó "Gaceta de Pekín" y fue fundado aproximadamente en el año 400 de nuestra era, cuando en Occidente no existía la imprenta ni las condiciones necesarias para que existiese hasta pasados más de 1.000 años, mientras que en China conocían ya los caracteres móviles atribuidos a un tal Gon-Khoung y que al final tuvieron menos fortuna y desarrollo que en Europa sobre todo por la complejidad de la escritura china y sus ideogramas que obligaban a que esos caracteres móviles fuesen miles y miles. Periódico impreso en imprenta, claro.
Y no sólo eso, el libro impreso más antiguo que se conoce no es ninguno de los incunables de Gutenberg, sino el "Sutra del diamante", del año 868, impreso por Wang Chien con la técnica de la xilografía (grabando planchas de madera). También el papel es obra china, atribuida a Chai Lun hasta que descubrimentos arqueológicos posteriores han encontrado trozos de papel en una tumba del siglo II, motivo por el cual Chai Lun no pudo ser el inventor si bien debió de mejorar sus técnicas de fabricación.
Y decíamos que "King-Pao" es el periódico más antiguo según quien lo cuente, porque a buen seguro que los ingleses siguen considerando como primer periódico al "Weekley News of London", aparecido en 1622 y con tirada semanal ininterrumpida hasta 1641. Y lo consideran así por su carácter "periódico", porque al menos desde 1609 se publicaban ya hojas sueltas sin regularidad, conocidos precisamente como "sueltos", en el norte de Alemania gracias a los mencionados tipos móviles. En menos de 20 años ya había publicaciones más o menos periódicas en Colonia, Frankfurt, Berlín, Hamburgo, Basilea, Viena, Amsterdam y Amberes. Desde Amsterdam, impresos en inglés y francés, llegan a Londres (1621) y París, donde publican su primer periódico en 1631. En 1702 se fundó en Londres el primer diario de Inglaterra, el "Daily Courant", y en 1785 nace el "Daily Universal Register" que después cambiará su nombre por "The Times".
El "Correo de Francia, Flandes y Alemania" empezó a publicarse en 1621 y es la más antigua de las publicaciones más o menos periódicas en lengua castellana. Veinte años después, Jaime Romeu inició en Cataluña la publicación del semanario "Gazeta vinguda a esta ciutat de Barcelona", y en 1661 Julián Paredes editó en Madrid el primer número de "La Gaceta", diario que en 1697 pasó a llamarse "Gaceta de Madrid" y que continúa publicándose hasta hoy, tres siglos después, con el nombre de "Boletín Oficial del Estado-Gaceta de Madrid".
Y según la Asociación Mundial de Periódicos, el diario sueco "Post Och Inrikes Tidningar", que llevaba publicándose cada día desde 1645 es el periódico más antiguo del mundo. Y decimos llevaba porque dejó de publicarse en papel el día 1 de enero de 2007 para seguir existiendo sólo en internet (aunque continúan publicando tres copias del mismo en papel para enviarlas a las bibliotecas de las universidades y seguir así "manteniendo la tradición").
Si algo queda claro después de unos cuantos datos y, sobre todo, después de consultar a distintos historiadores de la Prensa es... que no hay nada claro. Que no existe el periódico más antiguo del mundo, entre otras razones porque no resulta tan fácil definir un periódico como podría parecer a simple vista. Es una publicación periódica. Sí. ¿Sirve cualquier técnica de impresión?, porque enseguida aparecen los que reclaman que aquello que se editó en su ciudad hace nosecuantos mil años es el primero impreso con tipos de metal, o el primero en xilografía, o en offset, o el primero grabado en piedra. Y, ¿qué periodicidad sirve para considerarlo periódico? Porque ahora, hoy día, para que una publicación sea llamada "periódico" tiene que salir todos los días, uno detrás de otro. Pero en siglos anteriores, la cosa cambia. Y la mayoría de publicaciones, además, tuvieron una vida digamos que irregular, con periodos de periodicidad más o menos conseguida junto a otros de penuria y semanas, meses o incluso años sin salir para luego volver a retomar su actividad... Sobre qué es una publicación podríamos todavía polemizar mucho más que sobre la periodicidad. O sobre quién fue el primero.
Y es que en el año 59 antes de nuestra era, Julio César ordenó que se hicieran públicas en la Roma imperial las actas del Senado y otras informaciones del Gobierno de forma periódica en las que se denominaron "Acta Diurna" (más o menos "archivo diario"). Se comenzaron exponiendo en lugares públicos con un listado de las actividades y disposiciones gubernamentales, pero después fueron publicándose también otras noticias "de interés general" como bodas, defunciones y hasta avisos publicitarios como la venta de un gran lote de esclavos. ¿Si esto no es un periódico? Pero, ¿el primero?



L


Ladillo. Pequeño epígrafe que se inserta en el texto y sirve para situar al lector ante lo que se le avecina. Suele destacarse tipográficamente o con un cuerpo mayor. Pertenece a un segundo nivel del lectura, ese que se alcanza sólo cuando profundizamos en el texto. Su utilidad, aparte de informativa puede ser estética, puesto que los ladillos contribuyen a aligerar los textos largos, y se agradecen profundamente cuando nos enfrentamos a varias columnas seguidas de texto. Por si fuera poco, tienen una última función: la de salvar vidas. Se conocen casos de lectores que han fallecido asfixiados al intentar leer en voz alta un texto de más de tres columnas sin ningún ladillo. El ladillo utilizado en su justa medida, proporciona esa pausa que los pulmones necesitan para que siga llegando oxígeno al cerebro. Por eso no se comprende cómo algunos redactores se muestran tan reacios a la inclusión de ladillos en sus textos. Sólo por humanidad, estarían contribuyendo a reducir las estadísticas mundiales de muerte por embolia. Aunque si fuera por un repentino ataque de profesionalidad, estarían contribuyendo a que la información llegara al lector troceada y editada para una mejor comprensión... Pues ni por esas. Abundan los ejemplos de textos de dimensiones enciclopédicas sin un solo ladillo que llevarse a la boca. Eso, cuando no encontramos en medio de un texto algo que es cualquier cosa menos un ladillo.
Porque, lamentablemente, el mal uso de los ladillos es un hecho extendido. Un ladillo no sirve para insistir en la idea del título, no sea que el lector presente dureza de mollera. Tampoco es una vía de escape para los titulares que no caben en tres líneas. Es decir, no se puede seguir titulando en un ladillo, vamos. Los ladillos no pueden dejarse ni al final ni al principio de una columna, ya que estaríamos dando lugar un ladillo viudo o huérfano, una especie de mutación genética de la línea viuda o huérfana de toda la vida. Por último, los ladillos presentan alguna excepción. No suelen utilizarse en las entrevistas y tienen la capacidad de sustraer la sangría al párrafo que les acompaña.

Lector. ¿Y tú me lo preguntas? Lector... eres tú.


Entregas anteriores del Diseñario:
Diseñario (I): aire-anuncio.
Diseñario (II): apoyo-artistas.
Diseñario (III): bandera-blancos.
Diseñario (IV): blog-caja.
Diseñario (V): cajista-cícero.
Diseñario (VI): cintillo-confeccionador.
Diseñario (VII): contorneo-despiece.
Diseñario (VIII): Didot-doble.
Diseñario (IX): Edicomp-encajabaja.
Diseñario (X): entradilla-estilo.
Diseñario (XI): familia-firma.
Diseñario (XII): folio-fotografía.
Diseñario (XIII): Franklin Gothic-fuente.
Diseñario (XIV): fusilar-Garamond.
Diseñario (XV): Gótica-grotesca.
Diseñario (XVI): Gutenberg-huérfana.
Diseñario (XVII): ilustración-información.
Diseñario (XVIII): interletraje-justificado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me mola la definición de lector. Enhorabuena!!!!