lunes, 1 de febrero de 2010

Diseñario 2.0 (XVIII)

Esta semana se ha ido todo un modelo de escritor a quien los enigmáticos, escurridizos y geniales miembros del comité de expertos de encajabaja entregados a la redacción de este Diseñario suyo, nuestro y vuestro, parecen querer emular. Claro que van por el camino absolutamente opuesto. Porque si el escritor norteamericano J.D. Salinger, a quien nos referimos, falleció el pasado jueves a los 91 años tras llevar más de 30 absolutamente retirado después de haber escrito una obra maestra, un clásico absoluto de la literatura del siglo XX en el que vivirá para siempre la verborrea desvergonzada del solitario e incomprendido adolescente (como todo los adolescentes, claro) Holden Caulfield, una novela de apenas 226 páginas en la versión también clásica de Alianza Editorial que le permitió vivir sin publicar apenas nada más, nuestros esforzados diseñaristas lo llevan claro para retirarse del mundanal ruido con sus derechos de autor porque ellos comenzaron, sin saberlo, una obra infinita que por eso mismo nunca terminarán. Es de suponer, eso sí, que al menos el Diseñario colectivo, irreverente y abierto a vuestra participación del que hoy os ofrecemos una nueva entrega, no terminará en manos de asesinos en serie como la novela de Salinger. ¿O sí?





E


Editorial. Precedida del artículo "el" y seguido de periodístico, se refiere a un género de opinión en el que un medio de comunicación da a conocer su punto de vista sobre un hecho noticioso. Es la voz del periódico, el artículo donde se moja y expresa sus opiniones para que sus lectores la conozcan. Es la cátedra desde donde se articula la línea editorial del medio, el vértice ideológico sobre el que gira el medio. Este artículo NUNCA se firma (si se quieren hacer bien las cosas, porque todos hemos visto editoriales firmados... precisamente cuando las cosas se hacen mal) ya que expresa la opinión de un ente abstracto, colectivo, no de una persona. Para eso ya están las columnas.
No confundir con Carta del director, donde este último expresa SU opinión, no la del medio, aunque en ocasiones puedan coincidir (las opiniones, queremos decir).
Fruta madurada a través de la experiencia, la escritura de un editorial puede resultar todo un ejercicio profesional cuando se tiene que expresar una opinión, la del medio, que no coincide con la del redactor en plantilla (normalmente de la sección de opinión, normalmente subdirector) que escribe el editorial, el editorialista, cargo de gran importancia y responsabilidad en una redacción.
Es un artículo de tanta importancia que casi nunca quieren dejarse en el tintero ni un concepto. Por eso, el espacio nunca es suficiente y siempre se queda corto. "Más espacio, necesito más espacio", claman los redactores. "Bájale el cuerpo, hazle trampas, lo que sea", piden. Todo para que entre, "porque no se puede tocar ni una coma", que es nuestro editorial. Esta dificultad se contrarresta con la facilidad de maquetar la página donde se compone este artículo, porque esta página es la misma todos los días. Es lo que llamamos un modelo fijo. Tan sólo algún acontecimiento de mucha relevancia lleva a que el director de un periódico decida modificar el editorial, llevándolo en ocasiones incluso a que arranque en la portada.
Precedido del artículo "la" se refiere a la empresa encargada de editar un producto escrito (libro, periódico, revista). En este caso, como indicaba el maestro de periodistas Bernardino Hernández en sus clases, el género sí es determinante.

EGM. Nunca unas siglas provocaron tanta expectación en una redacción. El Estudio General de Medios es una encuesta sobre el consumo de medios en el país, que realiza la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC). Con este estudio se miden las audiencias, ventas, difusiones e incluso se compone el perfil medio del consumidor de cada medio, ya sea periódico, suplementos, radio, televisión , revistas, cine o Internet. El EGM llega cada año en tres oleadas, como los japoneses a Pearl Harbour, y sus datos despiertan una inusitada expectación en las empresas informativas, algo así como cuando nos poníamos en fila para que nos dieran las notas del último trimestre.
Como con todas las encuestas, los datos del EGM nunca te son desfavorables. Sucede como en la política, que siempre ganan todos, a la vez. Lejos de lo que pueda parecer, los datos de una encuesta siempre son susceptibles de ser dados la vuelta, siempre en tu propio beneficio. No confundir esto con manipular la realidad, Dios nos libre. Nunca. Lo que sucede es que las encuestas hay que interpretarlas, porque los números así a lo bruto son muy traicioneros. Porque una cosa es que ponga en negro sobre blanco que has palmado doce mil lectores y otra muy distinta es que eso tenga que ser un dato malo. Y por eso, que tu competencia retroceda un 0,02 por ciento se convierte, por obra y gracia de la semántica en un desplome de las ventas, un desangrarse en los quioscos. ¿Lo pilláis? Lo fantástico de las encuestas es que siempre, los datos malos son los de los otros. Por eso el EGM admite tantas interpretaciones como las profecías del bueno de Nostradamus, que de seguir vivo hoy, seguramente se dedicaría a hacer encuestas para los de la AIMC con parecidos resultados..."
Por lo tanto, más que los datos en sí mismos, que no le interesan a nadie normal, lo bonito de este tema es cómo se venden en los propios medios. Al principio de año anuncias a bombo y platillo que en venta en quioscos has subido la friolera de tres puntos con respecto a la misma oleada del año anterior. Tres meses después destacas cómo en terminos porcentuales de difusión, tu grupo se consolida como la opción más leída en lengua castellana, mientras que en la última oleada del año, tu competencia se vanagloria de ser en proporción, el medio del planeta tierra que menos ha caído en ventas con una caída media de sólo (obsérvese el énfasis en el adverbio de modo) un 72 por ciento siempre con respecto a la última oleada equiparable...
Esta meticulosa y responsable interpretación de los hechos provoca a la larga que ni cuando te son favorables te los terminas de creer. Salvo que los leas en otro medio que no sea el tuyo, claro. Entonces dices: "Pues va a ser verdad que hemos subido, lo dicen éstos...". Porque si fuera por lo que cada uno publica de sí mismo, de tanta subida consecutiva, de tanto éxito de ventas, los medios españoles seríamos ahora mismo de lo más consumido del mundo junto con la trilogía de Larsson y el catálogo de Ikea. Y la sensación que cunde en la profesión es que es más bien al contrario, cada vez somos menos, aunque los que quedamos somos fuertes, fieles y solventes... hasta la próxima oleada del EGM, en la que Dios repartirá suertes.


Entregas anteriores del Diseñario 2.0:

Diseñario 2.0 (I): adelanto-alcance.
Diseñario 2.0 (II): apaisado-arte final.
Diseñario 2.0 (III): aspirina-autoedición.
Diseñario 2.0 (IV): background-billete.
Diseñario 2.0 (V): bobina-breves.
Diseñario 2.0 (VI): cabecear-camisa.
Diseñario 2.0 (VII): carácter-carpintero.
Diseñario 2.0 (VIII): catálogo-chillón.
Diseñario 2.0 (IX): chiste-cierre.
Diseñario 2.0 (X): clavo-colchón.
Diseñario 2.0 (XI): columpiarse-comerse.
Diseñario 2.0 (XII): compacto-corresponsal.
Diseñario 2.0 (XIII): corte-crítica.
Diseñario 2.0 (XIV): crisis-crónica.
Diseñario 2.0 (XV): cuadratín-deformar.
Diseñario 2.0 (XVI): desguace-directo.
Diseñario 2.0 (XVII): director-documentación.

1 comentario:

Jose Tena dijo...

Lo que me he podido reir con el EGM... "llegan en oleadas como los japoneses en Perl Harbur" ¡Qué bueno! Enhorabuena por vuestro blog!